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Canonización de Monseñor Romero

viernes, 9 de noviembre de 2012

Cronología de un Milagro - Junio 2006-I


Lunes 5 de junio de 2006

Salmo 6
Colosenses 4, 2
Efesios 6, 18
Juan 15, 26-27; 16, 1-15
Josué 8, 30-31
Exodo 18, 15-16

Me levanté un poco cansado, sin ganas de ir a la oficina, pues no sucede nada.  Quizás como preguntándole al Señor ¿Hasta cuándo?  Me contestó:  2 Señor, no me reprendas en tu ira, ni me castigues si estás enojado. 3 Ten compasión de mí que estoy sin fuerzas; sáname pues no puedo sostenerme. 4 Aquí estoy sumamente perturbado y tú, Señor, ¿hasta cuándo? … 5 Vuélvete a mí, Señor, salva mi vida y líbrame por tu gran compasión. 2 Sean constantes en la oración, quédense velando para dar gracias, 3 oren también por nosotros, para que Dios nos dé palabras y pueda yo anunciar el misterio de Cristo. 18 Vivan orando y suplicando. Oren en todo tiempo, según les inspire el Espíritu. Velen en común y perseveren en sus oraciones sin desanimarse nunca, intercediendo a favor de todos los santos, sus hermanos. 
No pude hablar con Vidal, así es que no supe qué es lo que están haciendo los abogados. Por la tarde fui a hablar con Guayo y nos pasamos hablando toda la tarde del bio-diesel y la reunión fue muy positiva.  Sentí que el Espíritu Santo me decía que ese era el proyecto en que debíamos invertir en el futuro.  Todo coincidía, todo era una Dioscidencia.  
Por la noche fuimos a la reunión del grupo en casa de los Ruiz y yo di mi testimonio.  El Espíritu Santo no quiso que Sylvia Regina diera el de ella, todavía.  No me quebranté en ningún momento, lo cual me llamó la atención.  Al inicio pedí que hiciéramos una oración de protección para cubrirnos con la Sangre preciosa de nuestro Señor Jesucristo para nosotros y toda la familia.  Cuando terminé no sentí mayor cosa y pude sentir que causó mucho beneficio en el grupo.  Además, sentí temor de la represalia que podíamos tener del enemigo.  Al regresar le pedí a Sylvia Regina que rezáramos un Rosario de La Llama del Amor, como protección.  Con el grupo, al terminar, todos nos persinamos con Agua Bendita.  
Me acosté con temor y pidiéndole al Señor su misericordia.  A las 3:30 el Espíritu Santo me despertó para orar y me dijo:  26 Cuando venga el Protector que les enviaré desde el Padre, por ser él el Espíritu de verdad que procede del Padre, dará testimonio de mí. 27 Y ustedes también darán testimonio de mí, pues han estado conmigo desde el principio.  1 Les hablo de todo esto para que no se vayan a tambalear. 2 Serán expulsados de las comunidades judías; más aún, se acerca el tiempo en que cualquiera que los mate pensará que está sirviendo a Dios. 3 Y actuarán así porque no conocen ni al Padre ni a mí. 4 Se lo advierto de antemano para que, cuando llegue la hora, recuerden que se lo había dicho. No les hablé de esto al principio porque estaba con ustedes. 5 Pero ahora me voy donde Aquel que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta adónde voy. 6 Se han llenado de tristeza al oír lo que les dije, 7 pero es verdad lo que les digo: les conviene que yo me vaya, porque mientras yo no me vaya el Protector no vendrá a ustedes. Yo me voy, y es para enviárselo. 8 Cuando venga él, rebatirá al mundo en lo que toca al pecado, al camino de justicia y al juicio. 9 ¿Qué pecado? Que no creyeron en mí. 10 ¿Qué camino de justicia? Mi partida hacia el Padre, ustedes ya no me verán. 11 ¿Qué juicio? El del gobernador de este mundo: ya ha sido condenado. 12 Aún tengo muchas cosas que decirles, pero es demasiado para ustedes por ahora. 13 Y cuando venga él, el Espíritu de la Verdad, los guiará en todos los caminos de la verdad. El no viene con un mensaje propio, sino que les dirá lo que escuchó y les anunciará lo que ha de venir. 14 El tomará de lo mío para revelárselo a ustedes, y yo  seré glorificado por él. 15 Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso les he dicho que tomará de lo mío para revelárselo a ustedes.»  Fue una revelación del Espíritu Santo para decirme que sí, mi testimonio había sido importante e iba a ayudar al grupo e iba a ser “piedra de tropiezo” para todos; para que inicie su conversión.  Me aclaró, además, que no me preocupara, pues el enemigo ya estaba vencido y para eso era mi testimonio.  Además, me dijo que era Sylvia Regina quien debía complementar mi testimonio con la parte de mi oración diaria y comunicar el Señor y además que debíamos llamar, a la pareja que se ha retirado, para que se incorporen y que la mejor manera era que hiciéramos la reunión en su casa el próximo lunes.  ¡GRACIAS SEÑOR, BENDITO SEAS SEÑOR!

Martes 6 de Junio de 2006
 
Por la noche me sentía triste y me puse a orar, pidiéndole al Señor su misericordia. Me contestó:  30 Entonces Josué edificó un altar a Yavé, Dios de Israel, en el cerro Ebal. 31 Observó lo que Moisés había mandado a los hijos de Israel y, según está escrito en el libro de la Ley, de Moisés, este altar fue hecho de piedras sin labrar, que no había tocado ninguna herramienta. Sobre este altar ofreció a Yavé víctimas consumidas por el fuego y sacrificios de comunión. 15 Moisés contestó a su suegro: «El pueblo viene a mí para consultar a Dios. 16 Cuando tiene un pleito viene a mí, yo juzgo entre unos y otros, y les doy a conocer las decisiones de Dios y sus normas.» 
Ayer cumplió 35 años de haber fallecido mi suegro, Don Carlos Escobar;  de quien, en mi testimonio al grupo, el mismo día de su aniversario de fallecimiento, les dije que él era quien me había enseñado a leer La Biblia, comenzando por Job; pues así me había dicho Sylvia Regina que hacía él, en los momentos más difíciles de su enfermedad.  Mi suegro falleció de cáncer, hace 28 años, cuando Sylvia Regina, mi esposa, tenía solo 16 años.  Yo no tuve el privilegio de conocerlo; pero sé que ha estado intercediendo, ante Dios, por toda su familia.

Se me olvidaba comentar que, por la mañana no oré, pues el Espíritu Santo me había levantado a las 3:30 a.m. y lo apunté en el día de ayer.  

Hoy no pasó nada. Me fui a orar al Santísimo a La Hora de la Misericordia y con la ayuda del walkman de Sony, me quedé frente al Santísimo orando y escuchando alabanzas, por una hora y no me quería retirar.

Miércoles 7 de junio de 2006

Baruc 3, 9-15; 1, 19-22; 2, 1-10

Me levanté cansado, apesadumbrado y tarde. No queriendo enfrentar otro día más de espera y de saber que el caso no avanza.  Me puse a orar y el Señor, me dijo:  9 Escucha, Israel, los mandatos de la vida, pon atención para que puedas discernir. 10 Israel, ¿por qué moras en tierra de enemigos? Y envejeces en un país extraño 11 donde te manchas con hombres impuros y te cuentan entre los que van al abismo? 12 Es que dejaste la fuente de la sabiduría. 13 Si hubieras seguido el camino de Dios, sería la paz tu morada para siempre. 14 Aprende dónde está la prudencia, la fuerza y la inteligencia, para saber dónde están vida y largos días, tiempos alegres y paz. 15 ¿Quién ubicará la sabiduría y entrará a la bodega de sus tesoros? 19 Desde el día que el Señor sacó a nuestros padres de Egipto hasta hoy, hemos sido desobedientes con él y nos hemos rebelado en vez de escuchar su voz. 20 Por eso nos sobrevinieron calamidades y la maldición que el Señor dijo a su siervo Moisés el día en que sacó a nuestros padres de Egipto para darnos una tierra que destila leche y miel. Vivimos entre desgracias hasta el día de hoy. 21 No escuchamos la voz del Señor, según lo que decían los profetas que nos envió; 22 y todos nos fuimos, según las inclinaciones de nuestro perverso corazón, a servir a otros dioses y a hacer lo que desagrada al Señor.  1 Por eso, el Señor cumplió la palabra que había pronunciado en contra nuestra, contra nuestros gobernantes que gobernaron a Israel, contra nuestros reyes y nuestros jefes, tanto en Israel como en Judá. 5 Fuimos sometidos en vez de dominar, porque habíamos ofendido al Señor, al no escuchar su voz. 6 Que todos reconozcan la justicia del Señor, pero nosotros hoy y nuestros padres no merecemos sino vergüenza. Todas estas calamidades que nos han sobrevenido, 7 el Señor las había pronunciado en contra nuestra. 9 Entonces el Señor mandó estas calamidades sobre nosotros, porque es justo en todo lo que nos manda hacer, 10 y nosotros no escuchamos su voz, que nos mandaba a caminar según sus órdenes. 
El día pasó sin mayores noticias.  Por la noche fuimos a visitar a los Dreyfus del grupo de Encuentros, para exhortarlos a que asistieran a las reuniones, pues estaban faltando bastante.  El Espíritu Santo se derramó en la reunión y estuvo positiva.  
Al regresar, me decidí llamar a Vidal, eran ya las 9:00 de la noche y me contestó en su celular, lo cual es inusual a esa hora y me comentó sobre todos los adelantos del caso y cómo estaban trabajando intensamente y que sólo estaban perfeccionando la presentación para meter el Petition, lo cual creía que pudiera ser la próxima semana o sea que el caso se había fortalecido tremendamente, tal y como nosotros lo habíamos pensado desde el principio – ¡GLORIA A DIOS!

Jueves 8 de junio de 2006

Proverbios 8, 1-11
Exodo 34, 5-7; 10

Me levanté a orar contento y agradecido con el Señor, por todas sus bendiciones y sobre todo por la noticia de ayer.  Me dijo:  1 ¿Quién llama? ¿No es la sabiduría? Esa voz ¿No es la inteligencia? 6 Escúchenme, les diré lo esencial, nada sale de mis labios que no sea exacto. 7 De mi boca brota la verdad, porque aborrezco los discursos hipócritas. 11 La sabiduría es más útil que las perlas, ¿Qué tesoro podría igualársele? 5 Yavé bajó en una nube y se quedó allí junto a él. Moisés entonces invocó el Nombre de Yavé, 6 y El pasó delante de Moisés diciendo con voz fuerte: «Yavé, Yavé, es un Dios misericordioso y clemente, tardo a la cólera y rico en amor y en fidelidad. 7 El mantiene su benevolencia por mil generaciones y soporta la falta, la rebeldía y el pecado, pero nunca los deja sin castigo; pues por la falta de los padres pide cuentas a sus hijos y nietos hasta la tercera y la cuarta generación. 10 Yavé dijo: Ahora mismo quiero firmar una alianza: voy a realizar, delante de todo este pueblo, prodigios como no los hubo jamás en ningún país y para ningún pueblo.  ¡GLORIA A DIOS! ¡ALELUYA, ALELUYA! Caí postrado ante El, en agradecimiento y adoración.
Me reuní con Alex a mediodía y le leí mi Agenda desde el lunes, pues él me contó que lo había llegado a ver un amigo suyo, que había perdido todas sus empresas y ahora se dedicaba a ser Pastor de la Iglesia Josué y que le había dicho que él ahora “no tenía nada, pero lo tenía todo”.
La Palabra nos confirmaba todas las maravillas que ha hecho el Señor con nosotros y yo estaba bien contento, pero en Alex, esta alegría no se transmitió.  Más bien al final, en un tono de incredulidad me dijo: “Son confetis en el infierno” y eso me dejó triste, pues la realidad en que estamos, como que debemos dejar que la Fe se imponga y  a él se le hace difícil “creer”.  Además, tiene el conflicto de la iglesia católica, versus la protestante. Señor, ábrele sus ojos y que los abra a la Iglesia çatólica.
Por la noche nos tocó ser monitores en la asamblea de Encuentros.  Antes de eso, me vine temprano a la oficina y después de jugar pin-pon con Rober, me puse a tocar piano y hoy fue primer día que “toqué bien”, me divertí enormemente  ¡GLORIA A DIOS.
Después de la Asamblea nos reunimos con José Luis y Tatiana y experimentamos por primera vez el tratar de escuchar La Palabra de Dios abriendo La Biblia, después de hacer una invocación al Espíritu Santo y gracias a Dios resultó y nos habló bien claro – ¡GLORIA A DIOS!  Digo esto porque mi Fe no era tanta como para estar seguro que esto iba a resultar y tenía “temor” de probar; tanto que ayer con los Dreyfus, no me sentí con la Fe necesaria para hacerlo.  Pero hoy resultó y el Señor nos demostró Su Poder, para que tengamos la confianza y Fe necesaria para continuarlo haciendo con otras parejas y que puedan experimentar el poder del Espíritu Santo y su fe se incremente.  La charla en la asamblea de Encuentros la dio Monseñor Urioste y fue sobre: “Cómo incrementar nuestra Fe.”

Viernes 9 de junio de 2006

Juan 20, 24-29
Isaías 40, 1-2

Me puse a orar y le pedí al Señor que me hablara directamente y claro, que incremente mi Fe. Me contestó:  24 Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. 25 Los otros discípulos le dijeron: «Hemos visto al Señor.» Pero él contestó: «Hasta que no vea la marca de los clavos en sus manos, no meta mis dedos en el agujero de los clavos y no introduzca mi mano en la herida de su costado, no creeré.» 26 Ocho días después, los discípulos de Jesús estaban otra vez en casa, y Tomás con ellos. Estando las puertas cerradas, Jesús vino y se puso en medio de ellos. Les dijo: «La paz esté con ustedes.» 27 Después dijo a Tomás: «Pon aquí tu dedo y mira mis manos; extiende tu mano y métela en mi costado. Deja de negar y cree.» 28 Tomás exclamó: «Tú eres mi Señor y mi Dios.» 29 Jesús replicó: «Crees porque me has visto. ¡Felices los que no han visto, pero creen!» 
Me fui a la oficina y me llegaron noticias de Nejapa Power, inmediatamente el Señor me dio a entender que ya todo iba a ser positivo y que lo único es que yo debía buscar la salida. Me fui a donde Alex a plantearle qué hacer y no me entendió.  Ni siquiera pude escribir, ya no depende de mí, ¿Qué es lo que pasa Señor? ¿Qué debo entender? ¿Qué debo seguir? ¿Adónde debo ir?  ¡Yo ya no sé y el Señor no me ilumina!
Fuimos a un cocktail y al regresar, el carro ya no respondía a sus velocidades o sea nos quedamos sin carro.  ¡Señor, ayúdame, escucha mi causa! ¿Qué he hecho yo?  ¡Acude en mi ayuda, pues ya no aguanto más!  
Me retiré a orar y el Señor me contestó, pero ya no sé si creerle: ¿Existes, Señor?  ¿Háblame y dime algo, es personal? Me contestó:  1 Consuelen, dice Yavé, tu Dios, consuelen a mi pueblo. 2 hablen a Jerusalén, hablen a su corazón, y díganle que su jornada ha terminado, que ha sido pagada su culpa, pues ha recibido de manos de Yavé doble castigo por todos sus pecados.

Sábado 10 y domingo 11 de junio de 2006

Sirácides 45, 1-3

Me levanté a preparar el programa, sobre la Santísima Trinidad.  Por la tarde fuimos al Campeonato de Pin-Pon, para el ranking nacional, que era la primera vez que Rober iba competir.  Después fuimos adonde mis papás y mi mamá me regaló un Cristo que le había regalado Sergio Ruiz, un antiguo chofer de mi mamá, que prácticamente creció con nosotros, en la casa de mis papás.  No sé que significado tiene, pero estoy seguro que nos traerá bendiciones a nuestro hogar.  
Hoy toqué el teclado y ya me sentí iluminado por el Espíritu Santo por tocarlo.  Canté “Angeles en Adoración” y todo me salía bien fácil; no era yo, era el Espíritu Santo.
Por la noche me puse a orar y el Señor me dijo:  1 Luego, Dios hizo que apareciera Moisés, un descendiente de Jacob, un hombre muy amado por Dios y por los hombres y cuya memoria será bendita para siempre. 2 Lo hizo tan glorioso como los ángeles, lo volvió poderoso, terrible para sus enemigos; 3 por su sola palabra se multiplicaban los prodigios. El Señor lo glorificó en presencia de los reyes, le dio mandamientos para su pueblo y le dejó ver un reflejo de su gloria. 4 Dejó que entrara en su misterio ese hombre fiel y amable, al que había escogido entre todos. 5 Le permitió que oyera su voz y lo introdujo en la nube oscura. Le habló cara a cara y le dio los mandamientos, esa Ley revelada, Ley de vida, para que enseñara la alianza a Jacob, y sus decretos a Israel. 
El domingo fuimos de nuevo a la Federación de Pin-Pon para terminar el campeonato. En el área del gimnasio había un evento católico y fui un rato en el momento que estaban cantando y sentí por un momento cómo debía sentirse cuando uno está en el cielo, alabando a Dios y el gozo que produce el canto.
Pasamos todo el día juntos con Rober y terminamos asistiendo a misa y después fuimos a comer “elote loco” con Memo y sus hijas e hijo, al parque de Sta. Elena.  Yo nunca había salido “a comer elote loco” y en la calle.  Fue una experiencia maravillosa.  El Señor estaba con nosotros.


"Que el Padre reconozca las palabras de su hijo cuando rezamos" 

San Cipriano

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