Lunes
19 de junio de 2006
Marcos
4, 35-40; 5, 22-28
Me levanté a
orar, pidiéndole al Señor su misericordia, pidiéndole que me aclarara cuanto
tiempo más iba a tardar la resolución del juicio, pues ya parece que puede
tardar cualquier cosa y me sentía desesperar y sobre todo sin su consuelo. Me contestó: 35 Al atardecer de aquel mismo día, Jesús dijo a sus
discípulos: «Crucemos a la otra orilla del lago.» 37 De pronto se
levantó un gran temporal y las olas se estrellaban contra la barca, que se iba
llenando de agua. 37 Mientras tanto Jesús dormía en la popa sobre un
cojín. Lo despertaron diciendo: «Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?» 39
El entonces se despertó. Se encaró con el viento y dijo al mar: «Cállate,
cálmate.» El viento se apaciguó y siguió una gran calma. 40 Después
les dijo: ¿Por qué son tan miedosos? ¿Todavía no tienen fe?
Luego mi hizo
leer las cualidades que tiene que tener la oración y que son: Humildad
22 En eso
llegó un oficial a la sinagoga, llamado Jairo y al ver a Jesús se postró a sus
pies. Perseverancia 25 Se encontraba ahí una
mujer que padecía de derrame de sangre desde hacía doce años. y Fe 28
La mujer pensaba: «Si logro tocar, aunque sólo sea su ropa, sanaré.» ¡SEÑOR JESÚS, TEN MISERICORDIA
DE MÍ!
En la oficina
no pasó nada. Tuve una reunión en
el Banco y salí frustrado, pues no siento que el Banco cede en nada, aunque
comprende que nosotros tenemos la razón. ¡INVOCO AL ESPÍRITU SANTO! Pero no
camina nada.
Me fui a misa,
implorando al Señor su misericordia.
Llegué temprano e imploraba. Por la noche tuvimos la reunión con el
grupo de Encuentros y pude sentir la fuerza del Espíritu Santo en todas las
participaciones y testimonios. Le
tocó a Enrique y Beatriz dar su testimonio y pude sentir un amor especial de el
Señor para Enrique.
Martes
20 de junio de 2006
Sermones
de San Antonio de Padua
Carta Sto. Tomás Moro a su hija
Mateo
20, 30-34
Lit.
de las Horas Pág. 1311, Tomo III
Lit.
de las Horas Pág. 1322, Tomo III
Me levanté como
sintiendo la presencia del Espíritu Santo dentro de mí o más bien “su fuerza”. No hay indicio de que nada se pueda
componer y el Espíritu Santo me llena de Fortaleza y Confianza o más bien Esperanza;
que todo va a salir bien. El Señor
me dijo: El
que está lleno del Espíritu Santo habla diversas lenguas. Estas diversas
lenguas son los diversos testimonios que da de Cristo, como por ejemplo la
humildad, la pobreza, la paciencia y la obediencia que son las palabras con que
hablamos cuando los demás pueden verlas reflejadas en nuestra conducta. Además, me dijo: Aunque estoy bien convencido, mi querida Margarita, que la
maldad de mi vida pasada es tal que merecería que Dios me abandonase del todo,
ni por un momento dejaré de confiar en su inmensa bondad. No quiero desconfiar
de la bondad de Dios, por más débil y frágil que me sienta. Más orá, si a causa
del terror y el espanto viera que estoy ya a punto de ceder, me acordaré de San
Pedro, cuando por su poca fe, empezaba a hundirse por un solo golpe de viento y
haré lo que él hizo. Gritaré a Cristo: Señor, sálvame … Espero que entonces él,
tendiéndome la mano me sujetará y no dejará que me hunda. Ten, pues, buen
ánimo, hija mía y no te preocupes por mí, sea lo que sea que me pase en este
mundo. Nada puede pasarme que Dios no
quiera. Y todo lo que El quiere, por muy malo que nos parezca, es en realidad
lo mejor.
El Espíritu
Santo me hizo leer también lo que la Virgen nos había dicho el 25 de marzo de
este año. El día pasó sin ninguna
manifestación y ya me sentía desconsolado y como que el Señor no nos estaba
escuchando. Después de misa me quedé un largo rato ante el Santísimo, hincado
de pié en el suelo, pidiéndole al Señor su misericordia.
Por la noche,
me puse a orar, pues me sentía bien triste. Triste porque parece que el Señor no me escucha, aunque
estoy seguro que sí lo hace. Me contestó:
30 En
algún momento, dos ciegos estaban sentados a la orilla del camino y al
enterarse de que pasaba Jesús, comenzaron a gritar: «¡Señor Jesús, hijo de
David, ten compasión de nosotros!» 31 La gente les decía que se
callaran, pero ellos gritaban aún más fuerte: «¡Señor, hijo de David, ten
compasión de nosotros!» 32 Jesús se detuvo, los llamó y les
preguntó: «¿Qué quieren que haga por ustedes?» 33 Ellos dijeron:
«Señor, que se abran nuestros ojos.» 34 Jesús sintió compasión y les
tocó los ojos y al momento recobraron la vista y los siguieron.
Miércoles
21 de junio de 2006
1
Corintios 14, 1-40
Me levanté a
orar y el Señor me dijo: 1 Busquen el amor y aspiren
a los dones espirituales, especialmente al don de profecía. 2 El que
habla en lenguas habla a Dios; pero no a los hombres, pues nadie le entiende
cuando habla en espíritu y dice cosas misteriosas. 3 El que
profetiza, en cambio, da a los demás firmeza, aliento y consuelo. 4
El que habla en lenguas se fortalece a sí mismo, mientras que el profeta
edifica a la iglesia. 12 Tomen esto a cuenta y si se interesan por
los dones espirituales, ansíen los que edifican la iglesia. Así no les faltará
nada. 22 Entiendan, pues, que hablar en lenguas es una señal para
quienes no creen, pero no para los creyentes; en cambio, la profecía es para
los creyentes, no para los que no creen. 39 Por lo tanto, hermanos,
aspiren al don de la profecía y no impidan que se hable en lenguas, 40
pero que todo se haga en forma digna y ordenada.
En la oficina,
me puse a leer 1ª de Reyes y el Señor me envolvía en su nube de sabiduría; me
sentía contento de estar con El.
Después de misa
fuimos a la casa de mis papás, pues había llegado Ma. Antonieta, mi hermana, la
reunión estuvo positiva.
Jueves
22 de junio de 2006
1
Reyes 3, 5-14
No pude orar
temprano. A mediodía me reuní con
Alex y la reunión fue positiva.
En la oficina
me puse a orar por la mañana y el Señor me dijo: 5 Y en Gabaón se le apareció Yavé en sueños durante la noche y
le dijo: «Pídeme lo que quieras.» 9 Dame, pues, a mí, tu servidor,
un espíritu atento para gobernar bien a tu pueblo y para decidir entre lo bueno
y lo malo, porque si no, ¿cómo podría gobernar este pueblo tan grande? 10
A Yavé le gustó que Salomón le pidiese una cosa así. 11 Y le dijo:
«No has pedido para ti una larga vida, ni has pedido riquezas, ni la muerte
para tus enemigos, sino que has pedido inteligencia para gobernar con rectitud.
12 Por eso te concedo lo que pides; te doy sabiduría e inteligencia
como nadie la tuvo antes de ti ni la tendrá después. 13 Además, te
doy lo que no has pedido, riquezas y gloria tales que mientras vivas no habrá
rey alguno como tú. 14 Si sigues mis caminos, cumpliendo mis leyes y
mandamientos, como lo hizo David, tu padre, te daré larga vida.
Después de la
reunión con Alex, me habló Vidal para comunicarme que se habían reunido hoy en
la mañana y que habían llegado a la conclusión que no solo iban a reclamar los
consequentials, sino que se habían dado cuenta que había fraude y que iban a
incrementar los punitive damages – ¡GLORIA A DIOS! Me sentí bendecido por el Señor y me fui a darle la noticia
a Alex y después al Santísimo; para darle las gracias por todas sus bendiciones.
Viernes
23 de junio de 2006
Deuteronomio
31, 7-8
Me levanté a
orar contento, muy contento, pues podía sentir al Señor muy cerca. Me dijo: 7 Después de esto, Moisés llamó a Josué y le dijo en presencia
de todo Israel: «Sé valiente y firme, tú entrarás con este pueblo en la tierra
que Yavé, hablando a sus padres, juró darles; y
sortearás la parte que le corresponderá a cada uno. 8 Yavé irá
delante de ti. El estará contigo; no te dejará ni te abandonará. No temas,
pues, ni te desanimes.»
Al llegar
después de almuerzo a la oficina, me encontré con un e-mail de John que decía:
“We won the hearing, they are going to present a no action suit, in the next
fifteen days.” Yo daba de saltos de alegría en la silla, pues era lo que le
había estado pidiendo al Señor, que nos diera una noticia buena, que no la
estuviéramos esperando, como señal que El estaba con nosotros. Esta era – ¡GLORIA A DIOS! ¡BENDITO SEA
EL SEÑOR, VIVO!
Sábado 24 y domingo
25 de junio de 2006
Me levanté a
preparar el programa y luego fuimos a la graduación de Damon, ahí me encontré
con Fernando Pacheco, que tenía tiempo de no verlo –fuimos compañeros del
colegio y en INCAE– me contó que lo estaban invitando para celebrar los 30 años
de su graduación, él es MAE VIII o sea se graduó un año después de mí. El Espíritu Santo me hizo comprender como
el tiempo pasa en la vida de rápido, pues yo sentía que fue ayer cuando lo vi
por última vez.
Por la noche
fuimos al servicio de Capilla para el Encuentro No. 49, con los Castillo. Nos encontramos con el Padre Félix y nos
saludó muy especialmente. Fue una
bendición que el Señor nos quiso dar.
El domingo
fuimos a la caminata y el Señor nos regaló que viniera con nosotros tanto
Camila como Rober. Yo me sentía
bien contento que íbamos todos juntos – ¡Bendecido! Llegaron casi todos los del grupo, excepto Genaro y Brenda,
que Brenda estaba con calentura. Los
chalecos con el Divino Niño resplandecían en toda la caminata – ¡GLORIA A DIOS!
Durante todo el
día pasamos en la casa preparando los panes para el servicio, vinieron los
otros dos grupos del Encuentro No. 48 y la casa estaba llena del Espíritu Santo
– Otra bendición del Señor.
Por la noche
fuimos a cenar donde mi mamá, con todas mis hermanas; pues había venido Ma.
Antonieta y la reunión fue positiva, ¡muy positiva! Aunque triste… pero
positiva. Estoy seguro que con la ayuda del Señor, muy pronto volverán a ser
alegres; pues por el momento, el ambiente lo domina la mala situación económica
de nosotros los varones. Yo le
pedía al Señor que esto cambie y mi papá nos pueda ver a todos en una situación
económica exitosa.
"Por desconsolada que esté un alma, pasa El a consolarla; por pobre que esté, a enriquecerla; por tibia que esté, a encenderla; por flaca que esté, a reforzarla. ¿Remedio para que venga el Espíritu Santo? Sentir de El, muy magníficamente."
San Juan de Avila
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