Lunes
4 de diciembre de 2006
Isaías
49, 25-26
Me levanté
cansado, decepcionado, temeroso y pidiéndole al Señor que me dé una
confirmación que El va a intervenir en el resultado del juicio, pues me aterra
el pensar y sentir que no lo tengo cerca. Me contestó: (después de no entender lo que me quería decir y ser referido a varias
citas de La Biblia) 25 Si, afirma Yavé: Le
arrebatarán su prisionero al vencedor y dejarán sin su parte al soldado. Al que
contienda contigo, con él yo pelearé, y yo mismo salvaré a tus hijos. 26
A tus opresores los haré comer su propia carne y se emborracharán con su sangre
como si fuese vino. Y todo mortal sabrá que yo, Yavé, soy tu Salvador y que tu
Redentor es el Campeón de Jacob. ¡GLORIA
A DIOS! ¡BENDITO SEA NUESTRO SEÑOR, REY DE REYES, DIOS NUESTRO! GRACIAS, SEÑOR.
Nos reunimos con Denís y Patrick y Sylvia Regina, para preparar la reunión en
Sta. Catarina, el próximo miércoles; ya para organizar el grupo de 25 personas
que van a ser los encargados. Me
sentía bien inquieto todo el día.
A mediodía
hablé con Vidal y después de un rato entró en razón, no sé por qué ¿el Señor?
claro que eso fue. Después de la
llamada me sentí más tranquilo, el Señor está obrando. Por la noche fuimos a la
reunión de Encuentros y me sentí más seguro que antes, el Señor me ha hecho
crecer espiritualmente, durante este fin de semana, siendo su misionero.
Martes
5 de diciembre de 2006
1
Corintios 6, 1; 7, 20
Me levanté con
deseos de estar con el Señor, es como si El es un imán fuertísimo que me atrae
y entre más cerca estoy de El o más me acerco, más cerca me atrae y más quiero
estar con El. Me dijo: 1 Cuando alguien de ustedes tiene un conflicto con otro
hermano, ¿cómo se atreve a ir ante jueces paganos en vez de someter el caso a
miembros de la iglesia? 7, 20 Que cada uno
permanezca en la situación en que estaba cuando fue llamado. Me reuní con Denis para preparar la reunión del
próximo miércoles y sentí al Señor muy cerca. Luego fuimos a dejar a Camila, que iba a Argentina. El Señor nos concedió esta posibilidad,
pues es a puros puntos y no hemos tenido que gastar.
Por la tarde,
nos reunimos con Alex y la reunión fue bien tensa, pues salió lo del problema
del Flor. No sé porqué este tema
siempre es álgido. No llegó a negativo, pero no fue positivo.
Miércoles
6 de diciembre de 2006
Jeremías
15, 19-21; 17, 5
Me levanté
pidiéndole al Señor que me iluminara para ver si debíamos ir o más bien si yo
debía ir a Houston, a la reunión con el mediador. Me dijo: 19 Entonces Yavé me
dijo: «Si vuelves a mí, yo te haré volver a mi servicio. Separa el oro de la
escoria si quieres ser mi propia boca. Tendrán que volver a ti, pero tú no
volverás a ellos. 20 Haré que tú seas como una fortaleza y una pared
de bronce frente a ellos; y si te declaran la guerra, no te vencerán, pues yo
estoy contigo para librarte y salvarte. 21 Te protegeré contra los
malvados y te arrancaré de las manos de los violentos.» 17,
5 Así habla Yavé: ¡Maldito el hombre que confía en otro hombre, que
busca su apoyo en un mortal, y que aparta su corazón de Yavé! 7
¡Bendito el que confía en Yavé, y que en él pone su esperanza! 13 …
Los que te traicionan serán confundidos. Los que se rebelan serán borrados del
país, porque abandonaron el manantial del agua viva. Comprendí que el Señor me decía que no debía ir, pero
seguía dudoso. Le pedí al Señor
que me lo corroborara más claro, ¿por qué me cuesta creerle tanto? Tengo que aprender a depositar
totalmente mi voluntad en la de El.
Por la tarde ¡nos
fuimos a Usulután! A la reunión de organización de la Adoración Perpetua. La primera reunión, y yo la iba a llevar
por completo, para aprender. Me sorprendió cómo el Señor me fue orientando para
tener todo lo que necesitaba. Al
llegar, Patrick me dijo: “Roberto, you look well organized”, lo sentí como que
fue Jesús, que me dijo: “Me siento orgulloso de ti, mi hijo amado”. Fuimos Patrick, Denís, Sylvia Regina,
Miguel Angel y yo. Me sentía súper
contento de ir en esa misión del Señor, pero a la vez preocupado por lo de
Houston. Cuando íbamos llegando y
de lejos pude ver las dos torres de la iglesia, me emocionó y me acordé de San
Francisco, que siempre que veía las cúpulas de alguna iglesia, en el horizonte
decía: “Te adoramos a Cristo y te
bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.”
La reunión fue
un éxito, me sentí bendecido. Regresamos
a casa y me sentí contento de servirle al Señor. En la reunión no me sentí nervioso en ningún momento, todo
fluía naturalmente… iluminado por el Espíritu Santo.
Jueves
7 de diciembre de 2006
Jeremías
31, 10-14
Marcos
15, 21
Me levanté más
tranquilo, más seguro que no debía ir a Houston. Contento de poder servirle al
Señor, sintiéndome lejos del mundo y cerca de Dios. Me dijo: 10 Que todas las naciones escuchen La Palabra de Yavé;
proclámenla en las islas lejanas: «El que dispersó a Israel, lo reunirá y lo
cuidará como un pastor a su rebaño.» 11 Porque Yavé ha rescatado a
Jacob y lo ha librado de las manos del poderoso. 12 Vendrán,
cantando de alegría, al cerro de Sión, y acudirán para gozar de los regalos de
Yavé, del trigo, vino y aceite, de las ovejas y bueyes. Su alma será como un
huerto bien regado, y no volverán más a estar desganados. 13
Entonces la muchacha bailará de alegría, jóvenes y viejos vivirán felices;
cambiaré su tristeza en alegría, los consolaré, los haré reír después de sus
penas. 14 Daré a los sacerdotes harta manteca y mi pueblo quedará
satisfecho con mis regalos, dice Yavé. 15 Esto dice Yavé: En Ramá se
han oído unos quejidos y un amargo lamento: es Raquel que llora a sus hijos y
no quiere que la consuelen, pues ya no están. 16 Así dice Yavé: Deja
de lamentarte y seca el llanto de tus ojos, ya que tu prueba tendrá su
recompensa… 17 Ten esperanza para el futuro, pues tu descendencia
regresará a su tierra. 15, 21 En ese momento, un
tal Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo, volvía del campo, y los
soldados le obligaron a que llevara la cruz de Jesús.
Nos reunimos
con Alex y la reunión fue positiva. Yo le conté lo que me ha dicho el Señor estos últimos días y
sobre mi apostolado de la Adoración Perpetua. El me contó que venía de dar un testimonio en su comunidad;
ambos sirviendo a Cristo. Pensé:
¿Cómo nos puede ir mal así? Discutimos sobre si debía ir a Houston o no, yo era de
la opinión que no y él que sí. Al
final decidimos dejarlo en manos de Dios, pues El nos confirmará su voluntad,
dependiendo si me sale el permiso, para salir fuera del país. ¡JESÚS, YO CONFÍO EN TI!
Viernes
8 de diciembre de 2006
Marcos
15, 34
Liturgia
de las horas I, pág. 53
Hechos
28, 4-6
El Espíritu
Santo me hizo leer lo que había escrito el 31 de mayo de este año. 34 Dios mío, Dios mío,
¿por qué me has abandonado? Y
me vuelve a decir: Hijo mío, Hijo mío, siempre estoy
contigo, nunca te abandono, la cruz te acerca a mí. Y así es, hoy estoy más cerca del Señor que el pasado
31 de mayo. ¡Jesús, yo te quiero ver! Dice mi canción. Me contestó: Enséñame a buscarte, muéstrame tu
rostro, porque si tú no me lo enseñas no puedo buscarte. No puedo buscarte si
tú no te haces presente. Te buscaré deseándote, te desearé buscándote; amándote
te encontraré, encontrándote de amaré. Luego me dijo: 4 Al ver los nativos a la víbora colgando de la mano de Pablo,
se dijeron unos a otros: «Sin duda éste es un asesino. Aunque se haya salvado
del mar, la justicia divina no lo deja vivir.» 5 Pero Pablo sacudió
la víbora echándola al fuego y no sufrió daño alguno. 6 Pensaban que
se iba a hinchar o caer muerto de repente, pero después de esperar largo rato,
vieron que no le pasaba nada. Entonces cambiaron de parecer y decían que era un
dios. Pude sentir el amor de Dios que me decía que no me
preocupara, que mi camino es seguir sirviéndole y buscándolo. Que aunque parezca que la víbora ya nos
va a picar, en el caso de el jucio contra El Paso, todo es para glorificación
suya y no de nadie más y que todo el mundo lo reconozca como Rey de Reyes!
El permiso para
salir del país me salió a mediodía y el Juez me hizo ir a recogerlo, para que
registrara que me estoy reportando. Me confirmó que el Señor sí quiere que vaya a Houston. Por la noche fuimos al cine con Sylvia
Regina y Rober, a ver “La Natividad de Jesús”. Pasamos bien contentos. Me sentía cansado y abatido.
Por la tarde
llevé a mi mamá a un concierto de piano de los alumnos del profesor de piano.
Estando ahí le preguntaba al Señor: ¿Señor, qué quieres que haga? La homilía de Monseñor Delgado fue
también esa, cuando Pablo le pregunta: ¿Señor, qué quieres que haga?
Sábado 9 de
diciembre de 2006
Me levanté a
preparar el programa, sirviéndole a Dios con toda humildad. Pero tengo que confesar que, a la vez,
sintiéndome triste y abandonado, pues lo siento lejos y no veo su intervención
en mi angustia, en el caso contra El Paso. Me contestó: 2 Te alabaré Señor porque
me has levantado y muy poco se han reído mis contrarios. 3 Señor,
Dios mío, clamé a ti y tú me sanaste. 4 Señor, me has sacado de la
tumba, me iba a la fosa y me has devuelto la vida. 5 Que sus fieles
canten al Señor y den gracias a su Nombre santo. 6 Porque su enojo
dura unos momentos y su bondad toda la vida. Terminando de orar, el
Señor me contestó la pregunta de ayer: ¿Señor, qué quieres que haga? Apacienta mis ovejas.
Domingo 10 de
diciembre de 2006
No pude orar,
pues hoy nos fuimos a Houston para la mediación. Iba con deseos encontrados,
pues no tenía la más mínima gana de ir y además sabía que no íbamos a nada
bueno, sino más bien entendiendo que es una trampa. Gracias a Dios, llegamos a tiempo para ir a misa, me sentí
mejor.
"Sé recio, sé viril, sé hombre y después... sé ángel."
San José María Escriva de Balaguer
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