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Canonización de Monseñor Romero

sábado, 19 de enero de 2013

Cronología de un Milagro - Diciembre 2006-IV


Lunes 25 de diciembre de 2006

Salmo 4
2 Crónicas 15, 7-8; 12

Nos levantamos a abrir los regalos y yo seguía triste, más triste, pues me doy cuenta que ya los ingresos que estábamos recibiendo no nos iban a llegar y ya no teníamos ingresos con qué contar en el futuro.  Ya no tenemos ni para los gastos del mes de enero.  Sólo nos queda Dios, nuestra esperanza en El. Después de abrir los regalos, me vine a orar a pedirle fortaleza y que incremente mi Esperanza.  Me contestó:  2 ¡Cuando llamo, respóndeme, Dios mi defensor! En la angustia tú me has dado sosiego: ten compasión de mí y escucha mi oración. 3 ¿Hasta cuándo, señores, no querrán entender? ¿Por qué aman la falsedad y buscan la mentira?  4 Sepan que por mí maravillas hace el Señor, tan pronto como lo llamo, él me escucha. 5 Si tienen rabia, no se arriesguen, guárdenlo para ustedes, en la cama, y quédense luego callados. 6 Según la ley ofrezcan sacrificios y pongan su confianza en el Señor. 7 Muchos dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha? ¡Muéstranos, Señor, tu rostro alegre!» 8 Que rebosen de trigo y vino, más alegría das tú a mi corazón. 9 En paz me acuesto y en seguida me duermo, pues tú sólo, Señor, me das seguridad. 
Sylvia Regina vino después y me dijo: “Aquí le manda a decir el Señor”:  7 Entre tanto, ustedes tengan ánimo y no desmayen, esfuércense y que no se debiliten los brazos; puesto que recibirán la recompensa de sus obras. 8 Al oír Asá estas palabras y esta profecía cobró ánimo e hizo desaparecer los ídolos abominables de todo el país de Judá y Benjamín y de las ciudades que había conquistado en los cerros de Efraím, y restauró el altar de Yavé que estaba delante de la Casa. 12 Acordaron buscar a Yavé, el Dios de sus padres, con todo su corazón y toda su alma: en esto consiste la Alianza. 

Martes 26 de diciembre de 2006

1 Pedro 5, 10-11

Me dijo: 10 Tras un breve padecer, el Dios de toda la gracia, que os ha llamado a su eterna gloria en Cristo Jesús, él mismo os restablecerá, os afianzará, os robustecerá. 11 A él la gloria y el poder, por los siglos de los siglos, Amén 12 He recurrido a Silvano, nuestro hermano, para escribirles estas breves líneas, pues lo considero digno de toda confianza. Quise animarlos y recalcar que esto es gracia de Dios: estén firmes.
Nos reunimos con Alex y el abogado, pero no hubo mayor novedad.  Sin embargo, me llamó la atención y le doy Gloria a Dios, cómo ya podemos hablar con Alex y discutir o intercambiar ideas, pero en forma positiva, como en equipo; aunque la situación es crítica, bajo todo sentido humano.  Quedamos en contestar a Vidal, distanciándonos un poco de él, para poder diseñar una estrategia local.  
Por la tarde fui a misa y al Santísimo, a pedirle al Señor su misericordia. No comprendo nada, pero sé que El me ama y nos va a sacar adelante; él sabe cómo… yo no.

Miércoles 27 de diciembre de 2006

Apocalipsis 21, 5-7
2 Samuel 7, 9-16

Me levanté a orar, pidiéndole al Señor su misericordia.  Me dijo:  5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: «Ahora todo lo hago nuevo». Luego me dijo: «Escribe, que estas palabras son ciertas y verdaderas.»  6 Y añadió: «Ya está hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tenga sed yo le daré de beber gratuitamente del manantial del agua de la vida. 7 Esa será la herencia del vencedor: Yo seré Dios para él y él será hijo para mí.  7, 9 He estado contigo en todas partes y he destruido ante ti a todos tus enemigos. Pero ahora voy a hacer que tu nombre sea famoso entre los grandes de la tierra. 10 Yo fijaré un lugar para mi pueblo, Israel; allí lo plantaré y allí quedará. Ya no lo molestarán ni lo seguirán oprimiendo sus enemigos como antes. 11 Desde el día en que constituí jueces sobre mi pueblo, a ti te he concedido la paz con todos tus enemigos y ahora te prometo construirte una casa.» 12 Así dice Yavé: «Cuando se hayan acabado tus días y vayas a descansar con tus padres, yo pondré en el trono a tu hijo, fruto de tus entrañas, y afirmaré su poder. 13 El me construirá una casa y yo afirmaré su poder para siempre. 14 Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Si hace el mal, yo lo corregiré y le pegaré como se hace con los niños, pero lo seguiré queriendo. 15 No lo trataré como a Saúl, a quien eliminé delante de ti. 16 Tu descendencia y tu reino estarán presentes ante mí. Tu trono estará firme hasta la eternidad.

Jueves 28 de diciembre de 2006

Hoy no pude orar, pues me levanté tarde, quería no pensar en nada, pues nada se compone. Le conté a Sylvia Regina que ya no íbamos a tener ingresos y la pobre se preocupó bastante.  A mí me dolió mucho verla desesperada y con razón, para mí es más fácil, pues mi Esperanza es en el Señor.  No sé cómo, ni qué es lo que me da seguridad, pero sé que El  nos va a responder.  
Pasé toda la tarde respondiendo el e-mail de Ron.  No alcanzo a comprender, en términos humanos, su comportamiento y desprecio hacia nosotros.  Veo evidente la mano de Dios, para que todo se vuelva caos y Su milagro sea sacarnos adelante, para que Su Gloria y Poder sea evidente.  ¡JESUS, YO CONFÍO EN TI!  
Terminé y aunque no terminé en realidad, como a las 12:00 p.m. revisé a ver si habíamos recibido contestación de Vidal y no había nada. 
¡SEÑOR, SÁLVANOS! Lo que más me duele es ver triste y preocupada a Sylvia Regina y yo no poderla consolar.

Viernes 29 de diciembre de 2006

Pensamientos de San agustín
Baruc 3, 1-8

Me levanté a orar, pidiéndole al Señor que nos haga el milagro ya, que me quite este dolor tan inmenso.  Me contestó:  987 Por eso la oración de los santos es como desechada con dar plazos a tan gran beneficio y con tribulaciones y adversidades, para que, como el fuego, con repetidos soplos se inflame con más ardor.  989 ¿Deseas ser escuchado? Sé pobre, clame en ti el dolor, no el fastidio. 3, 1 Señor todopoderoso, Dios de Israel, un alma angustiada, un espíritu turbado es quien te clama. 2 Señor, escucha y apiádate, porque hemos pecado contra ti. 3 Tú reinas eternamente y nosotros perecemos para siempre, Señor todopoderoso. 4 Dios de Israel, escucha, pues, la súplica de los muertos de Israel. Somos los hijos de los que pecaron en contra de ti y no escucharon la voz del Señor, su Dios; de ahí las calamidades que se nos han apegado. 5 No te acuerdes de las injusticias de nuestros padres, sino acuérdate en esta hora de tu poder y de tu Nombre. 6 Sí, tú eres el Señor, nuestro Dios, y nosotros queremos alabarte, Señor. 7 Por eso, pusiste en nuestros corazones tu temor para que invoquemos tu Nombre. Queremos alabarte en nuestro destierro, ya que hemos alejado de nuestro corazón toda la malicia de nuestros padres que pecaron delante de ti. 8 Aquí estamos, todavía hoy, en este destierro en que nos dispersaste para ser despreciados, maldecidos y condenados, después de todas las faltas de nuestros padres que se alejaron del Señor Dios nuestro.  Hoy nos fuimos al Flor, iba contento, pidiéndole al Señor su misericordia y que nos dé paz, seguro que El nos va a sacar adelante y agradeciéndole que tenemos ese lugar adonde ir a pasar el Año Nuevo en familia.

Sábado 30 y domingo 31 de diciembre de 2006

Apocalipsis 18, 2

Me levanté a leer el libro de María Valtorta, sobre la Virgen.  El Señor me va encaminando en la belleza de comprender el misterio de su Madre, la Virgen Santísima.  Me encanta, para conocerlo más a El, su amor hacia los hombres.  Se me acercó Antonietta y después vino Sylvia Regina, oramos juntos.  Le leí a Antonietta la Palabra de ayer y ella nos dijo que leyéramos el Salmo 70:  Dígnate, oh Dios, librarme; apresúrate, Señor, en socorrerme. 3 Queden avergonzados y humillados los que buscan mi muerte. Que retrocedan, confundidos, los que se alegran con mi desgracia. 4 Que se escondan de vergüenza los que dicen: «¡Esta vez lo pillamos!» 5 Pero que en ti se alegren y regocijen todos los que te buscan; y los que esperan tu salvación repetirán: «¡El Señor ha sido grande!» 6 Tú ves cuán pobre soy y desdichado, oh Dios, ven a salvarme. ¡Tú eres mi socorro, mi liberador, Señor, no tardes más! 
Me levanté el domingo a orar y el Señor me dijo:  2 ¡Cayó, cayó la Gran Babilonia! Se ha convertido en guarida de demonios, en refugio de espíritus inmundos, en nido de aves impuras y asquerosas; 3 porque con el vino de su prostitución se han emborrachado todas las naciones. 
Al mediodía nos fuimos a misa y yo le suplicaba al Señor que me dé paz y fortaleza.  Al momento de comulgar, en la meditación después, sentí su Palabra y me dijo:  Todo lo que me sucede es porque Dios así lo quiere, y si Dios así lo quiere, por muy mal que me parezca, siempre será lo mejor.  Me sentí mejor, pues comprendí que todo esto que está pasando con los abogados, es para mejor.


"El Señor es paciente y rico en misericordia. En su providencia, también puede sacar provecho de nuestras faltas, si las ponemos delante del altar."

Santa Teresa de la Cruz

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