Lunes
30 de octubre de 2006
Lucas
19, 9-10
Me dijo: 9 Jesús, pues, dijo con respecto a él: «Hoy ha llegado la
salvación a esta casa, pues también este hombre es un hijo de Abrahán. 10
El Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.»
Terminé de
escribir el otro papel para los abogados y se lo mandé a Alex. Me dijo a mediodía que no lo había
terminado, pero que le había hablado uno de los presidentes con quién está
peleando el reclamo!! Para que fueran a almorzar!! y discutir el caso – ¡GLORIA
A DIOS! Me fui donde Alex y le leí
La Palabra de hoy, para hacerle comprender que esto venía de Dios y que por
tanto, todo se iba a comenzar a arreglar ya.
Por la tarde
fui a recoger a mi mamá para ir al entierro de Ramsey, mi gran amigo de
infancia. Le conté lo del almuerzo
de Alex y como todo venía de Dios y eran bendiciones para la familia;
desgraciadamente su Fe no está muy alta. Le pedí al Señor: ¡Señor, aumenta su fe! ¡Haz que crea!
En la misa de
Ramsey habló el Padre Mucci y dio un sermón lindísimo. Me impactó lo que dijo sobre las bodas
de Caná y que la reacción normal de Jesús fue tratar de retrasar su “Cruz”,
pues sabía que al hacer el milagro del vino, todo el mundo iba a pensar que El
era el Mesías y entonces iba a comenzar su sufrimiento y muerte y que El, como
Hombre, no estaba listo para comenzar ese proceso. Que sin embargo, El reconoció el llamado del Espíritu Santo
en la Virgen y fue obediente. En el
entierro me sentí muy triste. Triste
por el alma de Ramsey. ¡Señor, ten
misericordia de él!
Martes
31 de octubre de 2006
Cantar
de los cantares 8, 1-3
Salmo
128
Me costó
levantarme, pues me sentía bien cansado. Ya van varios días que no he parado, ni he tenido un momento
de descanso. No he podido tocar
piano, desde hace como quince días, pero aún así, me levanté sintiendo un gran
amor de Dios. Que El me ama y lo
siento cerca. Casi sintiendo su
calor. Me dijo: 1 ¡Ah, si tú fueras hermano mío, alimentado con el pecho de mi
madre! Te podría besar al encontrarte afuera sin que me despreciaran. 2
Te llevaría a la casa de mi madre, a la habitación de la que me concibió. Te
daría a beber vino fragante y un licor hecho de granada. 3 Su
izquierda se desliza bajo mi cabeza y su derecha me abraza.
Ahorita deben
de estar reunidos los bancos con el mediador en Houston. ¡SEÑOR JESÚS, YO
CONFIO EN TI! Al finalizar el día no pasó nada y Vidal no me llamó para decirme cómo había terminado o sea que lo más
seguro es que no llegaron a nada y no me ha hablado, pues tiene que hablar con
el resto de abogados para ver qué es el próximo paso y cuándo vamos a juicio. Me sentí triste, pero a la vez confiado
en el Señor, que estamos haciendo su voluntad y por lo tanto nos irá bien. En la oración con los empleados, el
Espíritu Santo me impulsó a que leyera el Salmo y lo hice. Me dijo: Dichoso el que teme al Señor.
Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerá del fruto de su
trabajo, será dichoso, le irá bien. Dichoso el que teme al Señor: Su mujer,
como vid fecunda, en medio de su casa; sus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de su mesa. Me
sentí bendecido por el Señor. Nos irá bien … aunque todo parece ir en contra,
pero El nos lo confirma.
Miércoles
1 de noviembre de 2006
Salmo
55
Ayer me habló Lorena y me dijo que no me oía tan positivo y que ya era Noviembre y todavía no
sabíamos cuándo iba a ser el juicio. Tenía razón, ¿Dónde estás Dios mío? Me contestó: 2 Oh Dios, pon atención a mi plegaria, no desatiendas mis súplicas.
3 Atiéndeme y respóndeme: me agito lamentándome y gimiendo, 4
al oír la voz del enemigo y las amenazas del impío. 5 Con sus
aullidos me ensordecen y me persiguen con alevosía. 6 Mi corazón se
estremece en mi pecho, una angustia mortal me sobrecoge; me invaden el miedo y
el terror y el pavor me atenaza. Y yo dije: 7 Si tuviera alas de
paloma volaría a donde pudiera posarme. 8 Huiría muy lejos y pasaría
la noche en el desierto. 9 Buscaría un silo a toda prisa contra la
tempestad y contra el viento. 17 Pero yo clamo a Dios y el Señor me
salvará. 18 De tarde, de mañana, al mediodía, me lamento y me aflijo
y escuchará mi voz. 19 Me dará la paz, me sacará del combate, aunque
muchos están en contra mía. 20 Dios atenderá y los humillará, el que
reina desde siempre, ¿podrán convertirse si no temen a Dios? 24 …
pero yo, confío en Ti.
Me reuní con
Alex y tuvimos una reunión bien positiva.
Pudimos discutir y ponernos de acuerdo, entendiéndonos lo que cada uno
decía, cómo lo decía; sin la confusión satanás. Me siento contento, quedamos en llamar a los Bancos para
explicarles que la idea que el mediador los había involucrado no era de
nosotros, sino de él. Por la tarde
pude hablar con el ejecutivo del Banco y le expliqué la situación por
teléfono. Me sentí bien en paz. Fuimos a misa con mi mamá y después a
ver a Paolo y a mi papá y todo estuvo muy positivo.
Jueves
2 de noviembre de 2006
No pude orar,
pues me levanté tarde. Me sentía
agotado. Fuimos a misa con Rober. A pesar que ya es 2 de noviembre y no sabemos
qué va a pasar con el caso, me sentía en paz, confiado en el Señor; que El sabrá
qué hacer y nos protegerá; no sé cómo, pero: YO CONFIO EN EL.
Viernes
3 de noviembre de 2006
Hechos
5, 18-41
Me levanté a
orar, pidiéndole al Señor que aumente mi confianza y esperanza. Me dijo: 18 Apresaron a los apóstoles y los metieron en la cárcel
pública. 19 Pero un ángel del Señor les abrió las puertas de la
cárcel durante la noche y los sacó fuera, diciéndoles: 20 «Vayan,
hablen en el Templo y anuncien al pueblo el mensaje de vida.» 41 Los
apóstoles salieron del Consejo muy contentos por haber sido considerados dignos
de sufrir por el Nombre de Jesús. El
Espíritu Santo me hizo recordar lo que había escrito el 9 de mayo de este año, 18 El Señor me corrigió
mucho, pero no me entregó a la muerte., como para decirme que eso está
concedido, aunque a mí, en estos momentos, no me parezca así. Además, me hizo leer la carta que me
había enviado Jorge Nieto h., como para que entendiera porqué o para qué el
Señor me había hecho recorrer todo este camino. Al igual que los apóstoles, respondo: “SALGO MUY CONTENTO,
POR HABER SIDO CONSIDERADO DIGNO DE SUFRIR POR EL NOMBRE DE JESUS.”
En
el libro de agenda, el Espíritu Santo quizo comunicarme una cita de Henry Ford
que dice: «Tanto si piensas que puedes, como que no
puedes, estarás en lo cierto»
Sábado
4 y domingo 5 de noviembre de 2006
Me levanté a
preparar el programa, pasé toda la mañana en eso.
Por la tarde
vinieron los del grupo de Encuentros a preparar todo para el mercado de pulgas
y terminamos ya tarde. Fuimos a
ver a Doña Sylvia, se sentía mejor y el Señor nos hizo ir a verla, pues nos
invitó a comer a donde Leo, estuvo muy rico y lleno del Espíritu Santo. El domingo nos levantamos a las 4:30
a.m. para irnos al mercado de pulgas.
Por suerte ya habíamos cargado todo. Llegaron los Munés, Melara, Martínez, Salazar y Hall. Las ventas no estuvieron muy bien, pero
como que fuimos el 1er lugar en ventas – ¡GLORIA A DIOS!, pues no sé
de donde salió tanto dinero. Por la
tarde fuimos a misa y después a ver a Paolo. Cenamos juntos con Rober. Le daba gracias a Dios por todas sus
bendiciones y de poder haberle servido.
Por la noche,
el enemigo nos atacó antes de orar, pues nos disgustamos con Sylvia Regina, por
una tontera y ya no oramos juntos. Yo sí resé el Rosario y me pude dar cuenta, al día siguiente,
que ella también se levantó a orar después - ¡AYÚDANOS SEÑOR! Celina habló por
teléfono y contó que había hablado con Edith y que le había dicho que estaba
orando por nosotros.
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