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Canonización de Monseñor Romero

miércoles, 23 de enero de 2013

Cronología de un Milagro - Enero 2007-II


Lunes 8 de enero de 2007

Lucas 5, 12-14

Me lavanté a orar, algo sin ganas, pero lleno de confianza en que en esta semana, el Señor nos va a solucionar lo de la OPI con los Bancos y a partir de ahí, todo va a ser alegría para toda la familia y el personal.  Me dijo: 12 Estando Jesús en uno de esos pueblos, se presentó un hombre cubierto de lepra. Apenas vió a Jesús se postró con la cara en tierra y le suplicó: “Señor, si tu quieres puedes limpiarme”. 13 Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: “Lo quiero, queda limpio” 14 y al instante le desapareció la lepra.  Comprendí que el Señor ya “quiere” sacarnos adelante y no debo temer. 
Al llegar a la oficina, recibí un email de Vidal, más desconcertante que ninguno.  Nos dice que no solo se retira del caso, sino que espera que le paguemos sus honorarios, cuando ganemos el caso.  Me sentí desconcertado, pero confiado en lo que el Señor me acababa de decir y su promesa.
Nos reunimos con Jorge e inmediatamente la paz vino a mí; la paz del Señor.  Quedamos en contestarle a Vidal que no íbamos contratar otro abogado hasta que ellos renunciaran ante el juez y me vino esa calma que solo viene de Dios, pues: “Todo lo que me pasa es porque Dios así lo quiere y si Dios así lo quiere, por muy mal que me parezca, siempre será lo mejor.”. 
Le contestamos a Vidal ya como a las 6:00 pm.  Me fui a misa y le pedí perdón al Señor, por no haber esperado hasta después de misa para mandarlo y así esperar la iluminación del Espíritu Santo ante el Santísimo.  Me contestó: “No importa que hayas venido hasta después a mí, a preguntarme.  Para mí el tiempo no existe, lo que existe es la intención del hombre.  Yo ya sabía que ibas a venir a buscarme y para mí eso es igual a que hubieras venido antes; la iluminación ya te la había dado antes de mandar la carta.”
Tuvimos la reunión del grupo de Encuentros, la primera del año y el Espíritu Santo se derramó tremendamente.

Martes 9 de enero de 2007


Sirácides 24, 1

Hoy fui a ver a Monseñor Fernando

Me levanté pidiéndole al Señor su ayuda y misericordia.  Me contestó: 1 Mira como la sabiduría se alaba y se elogia a si misma, en medio de su pueblo. 2 Como toma la palabra en la asamblea del Altísimo y se glorifica delante del Altísimo. 3 Salí dice de la boca del Altísimo y como niebla cubrí la tierra. 4 Mi morada está en lo mas alto del cielo, mi trono en la comuna de la nube. 7 Busqué entre todos ellos un lugar donde detenerme: ¿a que cosa, en que propiedad instalaré refugio? 8 Entonces el creador del universo me dio una orden, el que me creó me indicó donde levantar mi tienda. Me dijo: “¡instálala en Jacob, que Israel sea tu propiedad!” 19 Vengan a mí los que me desean y sáciense con mis frutos. 20 El recuerdo que tendrán de mi es mas dulce que la miel, poseerme es más agradable que un panal.
Revibimos un email de Vidal bastante desconcertante y descortéz.  A las diez y media me reunín con Monseñor Fernando y le conté todo lo que nos estaba pasando, pero no me dijo nada, excepto que les iba a echar a nuestros abogados a San Judas o sea que le iba a pedir a San Judas por nosotros.  Le conté que ya le paso resando todos los días, al salir de la iglesia Corazón de María.  Aproveché y le hice mi “primera venta” para la doración perpetua y le gustó la idea, aprobándola inmediatamente.  Todos mis dones, ya no aplicados a hacer negocios, sino a “vender” la adoración al Santísimo Sacramento.  Me sentí super contento de estar trabajando para el Señor.  El Señor me dijo: “para esto te he estado preparando”.  Le hice el comentario a Monseñor que el Señor me tenía trabajando para el, pero por otro lado no tenemos ingresos ni para comer.  Sin embargo, que me encontraba contento, en Paz y confiado en el Señor, que El nos va a sacar adelante.
Por la tarde fuimos a misa y llegó mi mamá, Guayo y Olguita.  Todo resultó positivo.  Me sentía cansado y me dormí temprano.  Le contestamos el email a Vidal y terminaba con: “Que Dios te bendiga”; esperando que las bendiciones regresaran a nosotros, pues esa es la promesa del Señor: ¡Bendigan a quienes los maldigan!

Miércoles 10 de enero de 2007


Hechos 28, 1-6
Salmo 91, 10-16

Me levanté preocupado, como sin Esperanza, pues el tiempo avanza y no se resuelve nada.  Le pedí al señor que me hablara, que quería escuchar su voz y sentirlo.  Me contestó: 1 Una vez a salvo, supimos que esta se llamaba Malta. 2 Los nativos los trataron con una cordialidad poco común, encendiendo una gran hoguera y nos cuidaron a todos, ya que llovía y hacía frío. 3 Pablo había juntado una brazada de ramas secas y al echarlas al fuego, una víbora que escapaba del calor se le enroscó en las manos. 4 Al ver los nativos a la víbora colgando de la mano de Pablo, se dijeron unos a otros: “sin duda este es un asesino. Aunque se haya salvado del mar, la justicica divina no lo deja vivir “. 5 Pero Pablo sacudió la víbora echándola al fuego y no sufrió daño alguno. 6 Pensaba que se iba a hinchar o caer muerto de repente, pero después de esperar un largo rato, vieron que no le pasaba nada. Entonces cambiaron de parecer y decían que era un dios. 91,10 La desgracia no te alcanzará, ni la plaga se acercará a tu tienda; 11 pues a los ángeles les ha ordenado que te escolten en todos los caminos. 12 En sus manos te habrán de sostener para que no tropiece en alguna piedra; 13 andarás sobre víboras y leones y pisarás cachorros y dragones. 14 “Pues a mi se acogió, lo libraré, lo protegeré, pues mi Nombre conoció. 15 Si me invoca Yo le responderé, pues mi nombre conoció. 15 Si me invoca yo le responderé y en la angustia estaré junto a el, lo salvaré, le rendiré honores. 16 Alargaré sus días como desea y haré que pueda ver su salvación.
A medio día, el Espíritu Santo me iluminó para comprender porqué es que la OPI ya no está vigente en los Estados Unidos.  Me sentí super contento y fui al Santísimo a dar gracias a Dios, pues me acordé del único leproso que regresó a dar gracias a Jesús, cuando el los sanó.

Jueves 11 de enero de 2007


Apocalipsis 4, 8-11; 5, 12-14
Marcos 3, 29

Desde ayer ando con un dolor de espalda como nunca.  Se lo ofrecí al Señor.  Hoy el dolor es mayor que otros días, además me levanté sintiéndome bien deprimido, pues si Nejapa Power no ha contestado nada, es que no están dispuestos a colaborar y viene otra batalla… y nosotros sin nada de fondos y sin poder siquiera poder pagar al personal.  ¿Señor, hasta cuando? ¿Debo despedir a todo el personal, para no continuar en esta agonía? ¿Qué hago Señor?  Me contestó: 8 … Santo, Santo, Santo es el Señor Dios, el Todopoderoso, el que era, es y ha de venir. 11 Vuevan a ti Señor y Dios nuestro, la gloria, el honor y el poder, pues tú lo mereces. Tu creaste todas las cosas y por tu voluntad existen y fueron creadas. 12 Digno es el cordero degollado de recibir poder y riqueza, sabiduría y fuerza, honor, gloria y alabanza.. 13 Al que está sentado en el trono y al cordero, la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos. 14 Y los cuatro seres vivientes decían: Amén, mientras los ancianos de postraban y adoraban.  Comprendí que El es el creador de todas las cosas, visibles e invisibles, quién gobierna todo el universo y que no tengo porque estar dudando de su promesa.  Pero tengo dudas… y no puedo evitarlo.  Me contestó: 29 … el que calumnie al Espíritu Santo no tendrá jamás perdón, pues se queda con un pecado que nunca lo dejará.
En la oficina no pasó nada, excepto que no nos hemos podido poner de acuerdo con Damián, sobre sus honorarios.  ¡Señor, ayúdanos!  Tampoco hemos sabido nada de Nejapa Power.
Por la noche hablamos con Sylvia Regina sobre nuestra situación económica y la pobre no aguanta la presión de sentir que ya no tenemos con que vivir y que no hay ninguna solución humana que esperar, más que Globeleq resuelva positivamente y me parte el corazón verla; pues no se lo merece para nada.  Sé que yo sí, pero ella no.  Ya no tuve más palabras que decirle más que: “hay que confiar en Dios, El proveerá”, confiado en Su promesa… pero a mi también me aflige esta situación y no sé como vamos a hacer.

Viernes 12 de enero de 2007


Salmo 35
Sirácides 6, 18-28

Me contestó:  1 Ataca señor a los que me atacan, combate a los que me combaten. 2 Ponte la armadura, toma el escudo y te levantas para venir a socorrerme. 3 Blandes la lanza y el hacha contra mis perseguidores y a mi me dices: “¡Yo soy la salvación!” 4 Que sean humillados y fracasen los que quieren mi vida, que retrocedan y sean confundidos los que rumian mi desgracia. 9 y mi alma se alegrará en el Señor muy contenta con su intervención. Todo mi ser exclamará:  “Señor, ¿quién como tú, que libras al débil de la mano del fuerte y al pobre y al pequeño del que los despoja? 27 Riánse y alégrense los que creen en mis derechos y que puedan decir siempre: “¡Grande es el Señor, pues supo defender a su servidor!” 28 Yo les diré que tu eres justo, todo el día te alabaré. 6,18 Hijo mío, conságrate al estudio desde tu juventud y hasta cuando tengas blancos tus cabellos progresarás en la sabiduría. 19 Que sea como un verdadero trabajo, igual como el del labrador  o sembrador, cultívala y guarda sus frutos excelentes. El cultivarla te acarreará preocupaciones, pero pronto gozarás de de sus frutos. 27 Lánzate tras sus huellas, búscala y se dará a conocer, cuando la tengas, no dejes que se vaya. 28 Porque al fin encontrarás en ella tu descanso y será tu alegría.
Al llegar a la oficina, después de venir del juzgado Séptimo de Paz, donde me ratificaron la prohibición para poder salir del país, me encontré una carta de Nejapa Power donde no se hacián cargo de nada y mas bien nos declaraban la guerra o sea evadiendo toda responsabilidad con nosotros como accionistas.  Me sentí bien deprimido, pues era la primera comunicación que recibíamos de la administración de Nejapa Power, con el nuevo socio; pero por sobretodo porque no veía la acción del Señor, que había escuchado la oración de todo el personal.  ¿Hasta cuando, Señor?
Por la tarde, en la oración con el personal me sentí deprimido y no me salió el comunicarles que ya no podemos seguir adelante y que vieran que hacían.  Sigo confiando en el Señor y la Virgen Santísima, que ella le va a sacar el milagro, pues… ¡ya no tenemos vino!

Sábado 13 y domingo 14 de enero de 2007


Job 24, 25

Me lavanté temprano para preparar el programa.  El evangelio de hoy es… ¡el de las Bodas de Caná! o sea el de la misma frase que apunté el día de ayer.  ¡Madre mia, arráncale nuestro milagro a Jesús, como en las Bodas de Caná, pues: ¡ya no tenemos vino!  "A Jesús por María".
El Espíritu Santo me ayudó a comprender que lo que falta en la oración que hacemos con el personal es que María no está presente en el corazón de todos y eso nos divide.  Me pide que haga algo es este sentido, para llevar a los hijos que faltan a Su Madre.
Por la tarde fuimos a la misa de La Transfiguración, a comensar las charlas para iniciar la adoración perpetua.   Al regresar a la casa tuvimos una discusión con Sylvia Regina, pues la presión del dinero ya es bastante y no tenemos nada en el horizonte, que implique un ingreso.  Me sentí bien mal y la comprendí, pues he sido bastante irresponsable para haber dejado que todo haya llegado a este nivel y no haber tomado las precauciones del caso; como ella dice.  Solo Dios sabe porqué mi Fe me llevó hasta aquí.  Lloré en el momento de hacer una oración.  Una oración o mas bien un llanto como el de Elías, en el desierto; cuando le pide a Dios que mejor le quite la vida, pues se siente incapaz e impotente.  ¿Señor, Señor, porqué me has abandonado?
El domingo nos levantamos temprano para ir a dejar a Rober donde Eduardo, pues nosotros teníamos que estar en La Transfiguración, de nuevo, para dar las charlas de la adoración perpetua en las misas del domingo.  Ahí estábamos, sirviendo al Señor y estábamos contentos de hacerlo, pero mi corazón y mi mente seguían en mi irresponsabilidad de no haber previsto esta amenaza de ya no tener ingresos, con que seguir viviendo. 
Pasé un día de dolor inmenso, suplicándole al Señor su misericordia, escuchando el mensaje de Sor Alicia, que era la encargada de dar las charlas: “Vengan a mí los que están cansados y agobiados, que Yo los aliviaré.”
Por la noche, en mis oraciones, me puse “rostro en tierra” ante el Señor (en espíritu) y le pedí que me hablara, que me consolara, que quería escucharlo.  Me dijo: 25 Bien se yo que mi defensor vive y que el hablará el último, de pie sobre la tierra. 26 Yo me pondré de pie dentro de mi piel y en mi propia carne veré a Dios. 27 Yo lo contemplaré, yo mismo. El es a quién veré y no a otro; mi corazón desfallece esperándolo; 28 ustedes que tratan de condenarme y buscan pleitos contra mi, 29 teman que la espada los hiera a ustedes mismos, cuando la cólera de Dios castigue las culpas y sabrán entonces que hay al fin justicia.


"Tienen a Cristo sentado en el cielo; en la tierra, por la boca de los pobres"

San Agustín 

 

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