Lunes 8 de enero de
2007
Lucas 5, 12-14
Me lavanté a orar,
algo sin ganas, pero lleno de confianza en que en esta semana, el Señor nos va
a solucionar lo de la OPI con los Bancos y a partir de ahí, todo va a ser
alegría para toda la familia y el personal. Me dijo: 12 Estando Jesús en uno de esos
pueblos, se presentó un hombre cubierto de lepra. Apenas vió a Jesús se postró
con la cara en tierra y le suplicó: “Señor, si tu quieres puedes limpiarme”. 13 Jesús
extendió la mano y lo tocó, diciendo: “Lo quiero, queda limpio” 14 y al
instante le desapareció la lepra. Comprendí que el
Señor ya “quiere” sacarnos adelante y no debo temer.
Al llegar a la
oficina, recibí un email de Vidal, más desconcertante que ninguno. Nos dice que no solo se retira del
caso, sino que espera que le paguemos sus honorarios, cuando ganemos el
caso. Me sentí desconcertado, pero
confiado en lo que el Señor me acababa de decir y su promesa.
Nos reunimos con
Jorge e inmediatamente la paz vino a mí; la paz del Señor. Quedamos en contestarle a Vidal que no
íbamos contratar otro abogado hasta que ellos renunciaran ante el juez y me
vino esa calma que solo viene de Dios, pues: “Todo lo que me pasa es porque Dios así lo quiere y si Dios así lo
quiere, por muy mal que me parezca, siempre será lo mejor.”.
Le contestamos a
Vidal ya como a las 6:00 pm. Me
fui a misa y le pedí perdón al Señor, por no haber esperado hasta después de
misa para mandarlo y así esperar la iluminación del Espíritu Santo ante el
Santísimo. Me contestó: “No importa que hayas venido hasta después a mí, a
preguntarme. Para mí el tiempo no
existe, lo que existe es la intención del hombre. Yo ya sabía que ibas a venir a buscarme y para mí eso es
igual a que hubieras venido antes; la iluminación ya te la había dado antes de
mandar la carta.”
Tuvimos la reunión
del grupo de Encuentros, la primera del año y el Espíritu Santo se derramó
tremendamente.
Martes 9 de enero de 2007
Sirácides 24, 1
Hoy fui a
ver a Monseñor Fernando
Me levanté
pidiéndole al Señor su ayuda y misericordia. Me contestó: 1 Mira como la sabiduría se alaba y
se elogia a si misma, en medio de su pueblo. 2 Como toma
la palabra en la asamblea del Altísimo y se glorifica delante del Altísimo. 3 Salí dice
de la boca del Altísimo y como niebla cubrí la tierra. 4 Mi morada
está en lo mas alto del cielo, mi trono en la comuna de la nube. 7 Busqué
entre todos ellos un lugar donde detenerme: ¿a que cosa, en que propiedad
instalaré refugio? 8 Entonces el creador del universo me dio una orden, el que me
creó me indicó donde levantar mi tienda. Me dijo: “¡instálala en Jacob, que
Israel sea tu propiedad!” 19 Vengan a mí los que me desean y
sáciense con mis frutos. 20 El recuerdo que tendrán de mi es
mas dulce que la miel, poseerme es más agradable que un panal.
Revibimos un email
de Vidal bastante desconcertante y descortéz. A las diez y media me reunín con Monseñor Fernando y le
conté todo lo que nos estaba pasando, pero no me dijo nada, excepto que les iba
a echar a nuestros abogados a San Judas o sea que le iba a pedir a San Judas
por nosotros. Le conté que ya le
paso resando todos los días, al salir de la iglesia Corazón de María. Aproveché y le hice mi “primera venta”
para la doración perpetua y le gustó la idea, aprobándola inmediatamente. Todos mis dones, ya no aplicados a
hacer negocios, sino a “vender” la adoración al Santísimo Sacramento. Me sentí super contento de estar
trabajando para el Señor. El Señor
me dijo: “para esto te he estado preparando”. Le hice el comentario a Monseñor que el
Señor me tenía trabajando para el, pero por otro lado no tenemos ingresos ni
para comer. Sin embargo, que me
encontraba contento, en Paz y confiado en el Señor, que El nos va a sacar
adelante.
Por la tarde fuimos
a misa y llegó mi mamá, Guayo y Olguita.
Todo resultó positivo. Me
sentía cansado y me dormí temprano.
Le contestamos el email a Vidal y terminaba con: “Que Dios te bendiga”;
esperando que las bendiciones regresaran a nosotros, pues esa es la promesa del
Señor: ¡Bendigan a quienes los maldigan!
Miércoles 10 de enero de 2007
Hechos 28, 1-6
Salmo 91, 10-16
Me levanté preocupado,
como sin Esperanza, pues el tiempo avanza y no se resuelve nada. Le pedí al señor que me hablara, que
quería escuchar su voz y sentirlo.
Me contestó: 1 Una vez a salvo, supimos que esta se llamaba Malta. 2 Los
nativos los trataron con una cordialidad poco común, encendiendo una gran
hoguera y nos cuidaron a todos, ya que llovía y hacía frío. 3 Pablo
había juntado una brazada de ramas secas y al echarlas al fuego, una víbora que
escapaba del calor se le enroscó en las manos. 4 Al ver los
nativos a la víbora colgando de la mano de Pablo, se dijeron unos a otros: “sin
duda este es un asesino. Aunque se haya salvado del mar, la justicica divina no
lo deja vivir “. 5 Pero Pablo sacudió la víbora echándola al fuego y no sufrió
daño alguno. 6 Pensaba que se iba a hinchar o caer muerto de repente, pero
después de esperar un largo rato, vieron que no le pasaba nada. Entonces
cambiaron de parecer y decían que era un dios. 91,10 La
desgracia no te alcanzará, ni la plaga se acercará a tu tienda; 11 pues a
los ángeles les ha ordenado que te escolten en todos los caminos. 12 En sus
manos te habrán de sostener para que no tropiece en alguna piedra; 13 andarás
sobre víboras y leones y pisarás cachorros y dragones. 14 “Pues a mi
se acogió, lo libraré, lo protegeré, pues mi Nombre conoció. 15 Si me
invoca Yo le responderé, pues mi nombre conoció. 15 Si me
invoca yo le responderé y en la angustia estaré junto a el, lo salvaré, le
rendiré honores. 16 Alargaré sus días como desea y haré que pueda ver su
salvación.
A medio día, el
Espíritu Santo me iluminó para comprender porqué es que la OPI ya no está vigente
en los Estados Unidos. Me sentí
super contento y fui al Santísimo a dar gracias a Dios, pues me acordé del
único leproso que regresó a dar gracias a Jesús, cuando el los sanó.
Jueves 11 de enero de 2007
Apocalipsis 4, 8-11;
5, 12-14
Marcos 3, 29
Desde ayer ando con
un dolor de espalda como nunca. Se
lo ofrecí al Señor. Hoy el dolor
es mayor que otros días, además me levanté sintiéndome bien deprimido, pues si
Nejapa Power no ha contestado nada, es que no están dispuestos a colaborar y
viene otra batalla… y nosotros sin nada de fondos y sin poder siquiera poder
pagar al personal. ¿Señor, hasta
cuando? ¿Debo despedir a todo el personal, para no continuar en esta agonía?
¿Qué hago Señor? Me contestó: 8 … Santo,
Santo, Santo es el Señor Dios, el Todopoderoso, el que era, es y ha de venir. 11 Vuevan a
ti Señor y Dios nuestro, la gloria, el honor y el poder, pues tú lo mereces. Tu
creaste todas las cosas y por tu voluntad existen y fueron creadas. 12 Digno es
el cordero degollado de recibir poder y riqueza, sabiduría y fuerza, honor,
gloria y alabanza.. 13 Al que está sentado en el trono y al cordero, la alabanza,
el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos. 14 Y los
cuatro seres vivientes decían: Amén, mientras los ancianos de postraban y
adoraban. Comprendí que El es el
creador de todas las cosas, visibles e invisibles, quién gobierna todo el
universo y que no tengo porque estar dudando de su promesa. Pero tengo dudas… y no puedo evitarlo. Me contestó: 29 … el que
calumnie al Espíritu Santo no tendrá jamás perdón, pues se queda con un pecado
que nunca lo dejará.
En la oficina no
pasó nada, excepto que no nos hemos podido poner de acuerdo con Damián, sobre
sus honorarios. ¡Señor,
ayúdanos! Tampoco hemos sabido
nada de Nejapa Power.
Por la noche
hablamos con Sylvia Regina sobre nuestra situación económica y la pobre no
aguanta la presión de sentir que ya no tenemos con que vivir y que no hay
ninguna solución humana que esperar, más que Globeleq resuelva positivamente y
me parte el corazón verla; pues no se lo merece para nada. Sé que yo sí, pero ella no. Ya no tuve más palabras que decirle más
que: “hay que confiar en Dios, El proveerá”, confiado en Su promesa… pero a mi
también me aflige esta situación y no sé como vamos a hacer.
Viernes 12 de enero de 2007
Salmo 35
Sirácides 6, 18-28
Me contestó: 1 Ataca señor a los
que me atacan, combate a los que me combaten. 2 Ponte la
armadura, toma el escudo y te levantas para venir a socorrerme. 3 Blandes la
lanza y el hacha contra mis perseguidores y a mi me dices: “¡Yo soy la
salvación!” 4 Que sean humillados y fracasen los que quieren mi vida, que
retrocedan y sean confundidos los que rumian mi desgracia. 9 y mi alma
se alegrará en el Señor muy contenta con su intervención. Todo mi ser
exclamará: “Señor, ¿quién como tú,
que libras al débil de la mano del fuerte y al pobre y al pequeño del que los
despoja? 27 Riánse y alégrense los que creen en mis derechos y que puedan
decir siempre: “¡Grande es el Señor, pues supo defender a su servidor!” 28 Yo les
diré que tu eres justo, todo el día te alabaré. 6,18 Hijo mío,
conságrate al estudio desde tu juventud y hasta cuando tengas blancos tus
cabellos progresarás en la sabiduría. 19 Que sea como un
verdadero trabajo, igual como el del labrador o sembrador, cultívala y guarda sus frutos excelentes. El
cultivarla te acarreará preocupaciones, pero pronto gozarás de de sus frutos. 27 Lánzate
tras sus huellas, búscala y se dará a conocer, cuando la tengas, no dejes que
se vaya. 28 Porque al fin encontrarás en ella tu descanso y será tu
alegría.
Al llegar a la oficina, después de venir del juzgado Séptimo de Paz, donde me ratificaron la prohibición para poder salir del país, me encontré una carta de Nejapa Power donde no se hacián cargo de nada y mas bien nos declaraban la guerra o sea evadiendo toda responsabilidad con nosotros como accionistas. Me sentí bien deprimido, pues era la primera comunicación que recibíamos de la administración de Nejapa Power, con el nuevo socio; pero por sobretodo porque no veía la acción del Señor, que había escuchado la oración de todo el personal. ¿Hasta cuando, Señor?
Al llegar a la oficina, después de venir del juzgado Séptimo de Paz, donde me ratificaron la prohibición para poder salir del país, me encontré una carta de Nejapa Power donde no se hacián cargo de nada y mas bien nos declaraban la guerra o sea evadiendo toda responsabilidad con nosotros como accionistas. Me sentí bien deprimido, pues era la primera comunicación que recibíamos de la administración de Nejapa Power, con el nuevo socio; pero por sobretodo porque no veía la acción del Señor, que había escuchado la oración de todo el personal. ¿Hasta cuando, Señor?
Por la tarde, en la
oración con el personal me sentí deprimido y no me salió el comunicarles que ya
no podemos seguir adelante y que vieran que hacían. Sigo confiando en el Señor y la Virgen Santísima, que ella
le va a sacar el milagro, pues… ¡ya no tenemos vino!
Sábado 13 y domingo 14 de enero de 2007
Job 24, 25
Me lavanté temprano
para preparar el programa. El evangelio
de hoy es… ¡el de las Bodas de Caná! o sea el de la misma frase que apunté el día
de ayer. ¡Madre mia, arráncale nuestro milagro a
Jesús, como en las Bodas de Caná, pues: ¡ya no tenemos vino! "A Jesús por María".
El Espíritu Santo me
ayudó a comprender que lo que falta en la oración que hacemos con el personal
es que María no está presente en el corazón de todos y eso nos divide. Me pide que haga algo es este sentido,
para llevar a los hijos que faltan a Su Madre.
Por la tarde fuimos
a la misa de La Transfiguración, a comensar las charlas para iniciar la
adoración perpetua. Al
regresar a la casa tuvimos una discusión con Sylvia Regina, pues la presión del
dinero ya es bastante y no tenemos nada en el horizonte, que implique un ingreso. Me sentí bien mal y la comprendí, pues
he sido bastante irresponsable para haber dejado que todo haya llegado a este
nivel y no haber tomado las precauciones del caso; como ella dice. Solo Dios sabe porqué mi Fe me llevó
hasta aquí. Lloré en el momento de
hacer una oración. Una oración o
mas bien un llanto como el de Elías, en el desierto; cuando le pide a Dios que
mejor le quite la vida, pues se siente incapaz e impotente. ¿Señor, Señor, porqué me has
abandonado?
El domingo nos
levantamos temprano para ir a dejar a Rober donde Eduardo, pues nosotros
teníamos que estar en La Transfiguración, de nuevo, para dar las charlas de la
adoración perpetua en las misas del domingo. Ahí estábamos, sirviendo al Señor y estábamos contentos de
hacerlo, pero mi corazón y mi mente seguían en mi irresponsabilidad de no haber
previsto esta amenaza de ya no tener ingresos, con que seguir viviendo.
Pasé un día de dolor
inmenso, suplicándole al Señor su misericordia, escuchando el mensaje de Sor
Alicia, que era la encargada de dar las charlas: “Vengan a mí los que están
cansados y agobiados, que Yo los aliviaré.”
Por la noche, en mis
oraciones, me puse “rostro en tierra” ante el Señor (en espíritu) y le pedí que
me hablara, que me consolara, que quería escucharlo. Me dijo: 25 Bien se yo que mi defensor vive y
que el hablará el último, de pie sobre la tierra. 26 Yo me
pondré de pie dentro de mi piel y en mi propia carne veré a Dios. 27 Yo lo
contemplaré, yo mismo. El es a quién veré y no a otro; mi corazón desfallece
esperándolo; 28 ustedes que tratan de condenarme y buscan pleitos contra mi,
29 teman que la espada los hiera a ustedes mismos, cuando la
cólera de Dios castigue las culpas y sabrán entonces que hay al fin justicia.
"Tienen a Cristo sentado en el cielo; en la tierra, por la boca de los pobres"
San Agustín
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