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Canonización de Monseñor Romero

miércoles, 18 de julio de 2012

Cronología de un Milagro - Agosto 2005-I


Lunes 1 de agosto de 2005

Hechos 7, 30-34
Gálatas 1, 11-16

Me levanté a orar, pidiéndole al Señor que me dé sabiduría, inteligencia y fortaleza para comprender porqué es que no se nos resuelven las cosas; pues a veces me siento desmayar del dolor y lo único que me sostiene es Su Palabra.  Me dijo:  30 Pasados cuarenta años se le apareció un ángel en el desierto del monte Sinaí en la llama de una zarza que ardía. 31 Moisés quedó perplejo ante esta visión y al acercarse para mirar, oyó la voz del Señor: 32 «Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob.»  Moisés sintió tanto miedo que no se atrevió a mirar. 33 Pero el Señor le dijo: «Quítate las sandalias, porque el lugar que estás pisando es tierra santa. 34 He visto cómo maltratan a mi pueblo en Egipto, he oído su llanto y he bajado para liberarlo.  Y ahora ven, que te voy a enviar a Egipto.»  1, 11 Les recordaré, hermanos, que el Evangelio con que los he evangelizado no es doctrina de hombres. 12 No lo he recibido de un hombre, ni me fue enseñado, sino que lo recibí por una revelación de Cristo Jesús. 13 Ustedes han oído de mi actuación anterior, cuando pertenecía a la Comunidad Judía, saben con que furor perseguía a la Iglesia de Dios y trataba de arrasarla. 15 Pero un día, a Aquel que me había escogido desde el seno de mi madre, por pura bondad le agradó llamarme 16 y revelar en mí a su Hijo para que lo proclamara entre los pueblos paganos. En ese momento no pedí consejos humanos. 
Nos fuimos al Flor ya tarde.  Iba bien contento, pues voy a tener tiempo de estar con el Señor.  Llegamos y nos pusimos a jugar Monopoly con Sylvia Regina y Rober.  Satanás se metió a separarnos y la reunión fue negativa.  Terminamos disgustados los tres, por tontadas del juego.

Martes 2 de agosto de 2005

Gálatas 1, 11-12

Me levanté por la mañana y me puse a meditar sobre lo que había ocurrido anoche y el Espíritu Santo me hizo comprender que había un espíritu maligno en la casa.  Me puse a orar, comenzando con “La Llama del Amor”, luego me fui a la punta a orar y de pronto, Rober apareció a sentarse conmigo; le di gracias a Dios por esa bendición.  Platicamos juntos como dos amigos que gozan de estar el uno con el otro.  Yo le daba gracias al Señor por esa bendición y porque me ha concedido ese don de poder hablar con Rober, como un amigo. Sé que eso sólo puede venir de Dios.  Al rato apareció Sylvia Regina… y más bendición! Pues estuvimos platicando los tres juntos por largo rato y el momento fue como mágico; El Señor y la Virgen Santísima, también estaban presentes. Le di gracias al Señor por habernos concedido ese momento. El Señor me recordó, después, la Palabra de ayer:  1, 11 Les recordaré, hermanos, que el Evangelio con el que los he evangelizado no es doctrina de hombres. 12 No lo he recibido de un hombre, ni me fue enseñado, sino que lo recibí por una revelación de Cristo Jesús. 
El Señor me hizo sentir muy especial durante todo el día y yo le daba gracias a Dios. En la noche, satanás se volvió a meter entre Sylvia Regina y yo y entonces comprendí que estábamos siendo atacados para dividirnos y lo que hice fue irme a orar la “Oración de Liberación”, en voz alta.  Pude sentir como el espíritu malo se retiraba ante el mandato y el poder del Señor, que estaba oyendo mis oraciones y el Espíritu Santo que pedía por mí… por nosotros. 
Noté que mi oración cambió de actitud, pues antes le pedía al Señor que nos resolviera todos los problemas ya porque esa era su promesa y “ya lo merecíamos” y ahora solo le pedía que se haga su voluntad y me de el don de consejo para comprenderla.  Pero comprendí tambiéb que esto ha sucedido después de tanto caminar con nuestra cruz y comprender que ahora la llevamos con amor hacia El y nada ni nadie nos podrá apartar de El.  ¿Señor, es así?

Miércoles 3 de agosto de 2005

Repetí mis oraciones de la mañana y también Rober se volvió a llegar a sentar conmigo y luego Sylvia Regina – ¡Gloria a Dios! me sentía muy bendecido. Todo esto me hacía olvidar todos los problemas económicos, confiado en su Palabra y que El nos los va a resolver. Ahora comprendía que lo que El nos ha concedido es la unión de la familia, la cual vale más que cualquier tesoro. 
A mediodía vinieron Ariana y Luigi y pasamos un día lindísimo, todos juntos. Me hacía falta Sofía, Poncho y Camila. 
Por la noche platicamos con Sylvia Regina lo del espíritu malo y ella me contó que también lo había sentido y había estado orando también.  Como protección adicional, rociamos con agua bendita toda la casa y el terreno, rezando el Rosario a la vez.  Yo podía sentir los lugares negativos y como el espíritu del mal se retiró, con la presencia del agua bendita ¡Bendito sea el Señor!  Acabando esto, vino un viento tremendo y una lluvia torrencial, que era como que satanás se había enojado porque habíamos tomado su territorio con la presencia del Señor ¡Gloria a Dios!

Jueves 4 de agosto de 2005

Hechos 8, 14-17; 7, 55-56

14 Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén tuvieron noticia que los samaritanos habían aceptado la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. 15 Bajaron y oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo, 16 ya que todavía no había descendido sobre ninguno de ellos y sólo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. 17 Pero entonces les impusieron las manos y recibieron el Espíritu Santo. 7, 55 Pero él, lleno del Espíritu Santo, fijó sus ojos en el Cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús a su derecha. 56 y exclamó: “Velo los cielos abiertos y el Hijo del Hombre a la derecha de Dios”. Sentí una unción especial del Espíritu Santo, como que el Señor me decía que ya todo iba a empezar a cambiar a partir de este día. 
Por la noche vino otro viento huracanado y torrencial y se cayeron dos árboles enormes.  La bendición fue que no hicieron ningún estrago en los ranchos, pues pudieron haber caído sobre el rancho de atrás; donde además, en ese momento estaba Luisa, la amiga de Ariana y le hubiera podido caer encima. ¡Gloria a Dios!                                                                        

Viernes 5 de agosto de 2005

Isaías 43, 1-5

Me levanté a orar, pidiéndole al Señor su misericordia y agradeciéndole todas sus bendiciones por habernos dado ese lugar tan especial.  Me dijo:  1 Y ahora, así te habla Yavé, que te ha creado, Jacob, o que te ha formado, Israel. No temas, porque yo te he rescatado; te he llamado por tu nombre, tú eres mío. 2 Si atraviesas el río, yo estaré contigo y no te arrastrará la corriente. Si pasas por medio de las llamas, no te quemarás, ni siquiera te chamuscarás. 4 Porque tú vales mucho a mis ojos, yo doy a cambio tuyo vidas humanas; por ti entregaría pueblos, porque te amo y eres importante para mí. 5 No temas, pues, ya que yo estoy contigo.  Todo el día le daba gracias a Dios por sus bendiciones. 
Tanto ayer como hoy, por las tardes, fuimos a manejar con Rober y ya aprendió a manejar ¡Gloria a Dios!

Sábado 6 y domingo 7 de agosto de 2005
Números 7, 89; 8, 5-10

Me levanté temprano para irme al programa. Tenía una gran ilusión de ir y así poder servirle al Señor. Cada vez siento con mayor fuerza la presencia del Espíritu Santo, mientras estamos en el programa. 
El domingo ya me levanté preocupado, pues empiezo a realizar todo lo que hay que enfrentar en las próximas semanas.  Pero además me levanté como decepcionado, pues los abogados de Houston no me han mandado ningún mensaje en toda la semana, a pesar que no saben que estamos de vacaciones.  Eso me puso triste, pues ayer que revisé mi e-mail, cuando fui a la casa, no encontré nada y eso me contrastó con lo que había sentido el jueves 4, con lo que me dijo el Señor ese día; que todo iba a comensar a componerse a partir de ese dia. 
Me levanté el domingo pidiéndole al Señor que me dé fortaleza, sabiduría e inteligencia para comprender su voluntad y aceptarla, pues yo no entiendo.  Me dijo:  89 Cuando Moisés entraba en la Tienda de las Citas para hablar con El, oía la voz que le hablaba de lo alto del Lugar del Perdón que está sobre el Arca del Testimonio, de entre los dos querubines. Entonces Moisés hablaba con El. 5 Yavé dijo a Moisés: 6 Aparta a los levitas de entre los demás hijos de Israel y purifícalos. 7 Lo harás de la siguiente manera: los rociarás con agua bendita; se rasurarán todo el cuerpo, se pondrán ropa limpia y así quedarán purificados. 10 Harás que los levitas se acerquen a Yavé y los hijos de Israel les impondrán las manos. 11 Entonces Aarón ofrecerá a los levitas, como se presenta una ofrenda mecida, pues son ellos los que estarán a cargo del servicio de Yavé.  Comprendí que el Señor estaba con nosotros y que todo esto era para purificarnos y que nos dediquemos por entero al Señor, como familia.  ¡Señor, que se haga Tu voluntad y no la nuestra!  De repente, la Virgen Santísima hizo que se corriera en La Biblia, para que yo la viera, una oración que me había dado mi mamá hace tiempo, escrita en un papel rosado y que no le había puesto atención y no la había rezado.  La oración dice:  “Yo deseo que todos nuestros problemas financieros y en especial el de Nejapa sean resueltos ya, en armonía para toda la familia, de acuerdo con la voluntad de Dios, bajo su gracia y de manera perfecta. Gracias Señor porque me oíste”.

1 comentario:

  1. "El mismo testimonio de la vida cristiana y las obras buenas, realizadas con espíritu sobrenatural, tienen eficacia para atraer a los hombres hacia la Fe y hacia Dios."

    Concilio Vaticano II

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