Lunes 11 de julio de 2005
Gálatas 5, 13-22
Nos levantamos temprano para cantarle a Sylvia
Regina, en su cumpleaños (es una tradición que hemos mantenido en la familia desde que nos casamos o sea "cantarle a todos los cumpleañeros las mañanitas con la guitarra"). El Señor
me dijo: 13 Nuestra vocación,
hermanos, es la libertad. No hablo
de esa libertad que encubre los deseos de la carne, sino del amor por el que
nos hacemos esclavos unos de otros. 14 Pues la Ley entera se resume
en una frase: Amarás al prójimo como a ti mismo. 15 Pero si se muerden
y se devoran unos a otros, ¡cuidado!, que llegarán a perderse todos. 16
Por eso les digo: caminen según el espíritu y así no realizarán los deseos de
la carne. 17 Pues los deseos de la carne se oponen al espíritu
y los deseos del espíritu se
oponen a la carne. 22 En cambio, el fruto del espíritu es caridad,
alegría, paz, comprensión de los demás, generosidad, bondad, fidelidad, 23
mansedumbre y dominio de sí mismo.
Estas son cosas que no condena ninguna Ley. 13 El Señor oyó su voz y comprendió su
angustia. El pueblo ayunó muchos
días en Judá y Jerusalén ante el Templo del Señor Omnipotente. 14 Joaquim,
Jefe de los sacerdotes, los sacerdotes y ministros del Señor, vestidos de saco,
ofrecían el sacrificio perpetuo, 15 y con sus gorros cubiertos de
ceniza, clamaban al Señor con todas sus fuerzas para que velara por todo
Israel.
Me reuní con mi amigo y dejé que el Espíritu
Santo me guiara durante toda la reunión, la cual fue positiva, aunque no se me
resolvió nada. Sentí que el Señor
había hecho su obra. No pude
hablar con Vidal todo el día, pero me dejó un recado que ya presentaron todos
los papeles ante el Juez y que esto les había tomado cuatro horas y media.
Por la tarde recibí un e-mail de Gene, que nos
hizo sentir deprimidos, tanto a Sylvia Regina como a mi. Hasta se me fueron las ganas de rezar,
pues le dije al Señor: “Tanto
rezar para nada, me siento que no logramos nada”. Ella, como mi buen “angel guardián”, me dijo que no había
que desistir; que si no estuviéramos orando, quien sabe como estaríamos, pues
se ve que el maleficio había sido fuerte y la batalla severa – que había que
seguir orando. Oramos juntos y
poniéndonos en las manos protectoras del Señor, nos dimos cuenta de todas las
bendiciones, pues a Sylvia Regina le habían hablado un montón de amigas y
amigos y la celebración estuvo bien alegre; vinieron un montón de amigos y
parientes.
Martes 12 de julio de 2005
1 reyes 19, 4-7
Jeremías 17, 5
Me levanté cansado y desanimado, sin ganas de
saber nada del juicio, pues todo se mira negativo. El Señor me dijo:
4
Caminó por el desierto todo un día y se sentó bajo un árbol. Allí deseó la muerte y se dijo: «Ya basta, Yavé. Toma mi vida, pues yo voy a morir como
mis padres.» 5 Después se acostó y se quedó dormido debajo del
árbol. Un ángel vino a tocar a
Elías y lo despertó diciendo:
«Levántate y come.» 6 Elías miró y vio a su cabecera un pan
cocido sobre piedras calientes y un jarro de agua. Después que comió y bebió, se volvió a acostar. 7
Pero por segunda vez el Angel de Yavé lo despertó diciendo: «Levántate y come; si no, el camino
será demasiado largo para ti.» Después
de escuchar esta palabra, Sylvia Regina se me acercó y me dijo lo que a ella le
había dicho; después de pedirle perdón por lo de ayer y haber flaqueado en la Fe:
5 Maldito
aquel que aparta de mí su corazón, que pone su confianza en los hombres. Comentamos que no debíamos
desmayar en nuestra oración. El
Señor nos llama a redoblar nuestra Fe, diciéndonos No
temáis, pues yo estoy con ustedes.
Durante el día hablé con Vidal y me dijo que
toda la tarde había pasado con todos los abogados y que hoy si ya creía que
habían entendido el caso – ¡Gloria a Dios! Eso me hizo sentir mejor, lo que me recordó lo de las
oraciones de la mañana y lo que el Señor nos había dicho.
Miércoles 13 de julio de 2005
2 Corintios 1, 3-5
Sabiduría 10, 9-12
Hoy vino Mons. Fernando a bendecir
la casa
Me levanté más optimista y confiado en el Señor
que, aunque yo no entienda, El nos va a sacar adelante, no nosotros por
nuestras propias fuerzas o sabiduría.
Me dijo: 3 Bendito sea Dios,
Padre de Cristo Jesús, nuestro Señor, Padre lleno de ternura, Dios del que
viene todo consuelo. 4 El nos conforta en toda prueba, para que también
nosotros seamos capaces de confortar a los que están en cualquier dificultad,
mediante el mismo consuelo que recibimos de Dios. 5 Pues en la misma
medida en que los sufrimientos de Cristo recaen abundantemente sobre nosotros,
el consuelo de Cristo también nos llega con mayor abundancia. 9 En cambio la Sabiduría
libró de sus problemas a los que la servían. 10 Condujo por caminos
seguros al justo que huía de la cólera de su hermano. Le mostró el reino de Dios y le permitió que conociera a los
santos ángeles. Hizo que tuviera
éxito en sus trabajos y que fructificaran sus esfuerzos. 11 Lo
defendió contra la avaricia de sus amos y lo hizo muy rico. 12 Lo
guardó de sus enemigos y lo protegió de los que le tendían trampas. Le dio la
victoria en un rudo combate para hacerle entender que la piedad es más poderosa
que cualquier otra cosa.
Hoy tuvimos la misa de 61 años de casados de
mis papás en su casa. La dio Monseñor
Urioste y con Sylvia Regina cantamos nuestra primer misa solos. El Espíritu Santo nos iluminó y todo
salió muy bonito. Me alegré que el
Señor hubiera llegado a la casa de mis papás; pues es una gran bendición para
toda la familia.
Por la noche vino Monseñor Fernando a bendecir
nuestra casa. Estuvo Ariana y
Luigi, Camila y nosotros; también nos acompañó la Ana (nuestra empleada de
años) y a Miguel Angel (nuestro jardinero) lo roció con agua bendita.
Por la noche, en nuestras oraciones, ambos comentamos
con Sylvia Regina que nos sentíamos muy bien. Era como un sentimiento de… “Ciclo Cerrado” (como nos había
dicho una persona en nuestro segundo retiro de Evangelización Fundamental)… ¡Bendito
seas Señor!
Jueves 14 de julio de 2005
Mateo 24, 29-47
29 Después de esos días de angustia, el
sol se oscurecerá, la luna perderá su brillo, caerán las estrellas del cielo y
se bambolearán los mecanismos del universo. 30 Entonces aparecerá en
el cielo la señal del Hijo del Hombre.
Mientras todas las razas de la tierra se golpearán el pecho, verán al
Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo con el poder divino y la
plenitud de la gloria. 46 Afortunado será este servidor si, al venir
su Señor, lo encuentra cumpliendo su deber. 47 En verdad les
digo: Su Señor lo pondrá al
cuidado de todo lo que tiene.
En el juicio no pasó nada. Nos reunimos con Alex y la reunión fue
positiva. Me contó que todos sus
casos habían caminado positivamente… yo sólo le dije a Dios… Gracias Señor por
todas tus bendiciones, por protegernos y habernos liberado y por limpiar a toda
nuestra familia con tu sangre. Después
de la reunión, el Espíritu Santo me hizo hablar al Banco y ¡milagro! Ya me habían liberado los fondos – ¡Gloria
a Dios!, pues comprendí que eso era otro milagro del Señor. Con esos fondos le dije al Señor que iba
a cumplirle la promesa de comprarnos un “Divino Niño” más grande para la
empresa; para que El sea nuestro protector y bienhechor en el futuro.
Me fui a buscarlo a la Iglesia de San Pablo y
cabal vi uno que como que me dijera:
Llévame contigo, su cara era linda y
angelical, hecho para todo el personal de la empresa y “las empresas” del
futuro. No me lo pudieron vender,
pues estaba cerrada la tienda, así es que quedé de irlo a recoger mañana. ¡Ven, Señor Jesús! Me sentí bien contento, pues El me
había llevado ahí.
Viernes 15 de julio de 2005
Filipenses 2, 1-3; 19-20; 27-30
Hoy llegó la imagen “grande” del
"Divino Niño Jesús" a la empresa
1 ¿Puedo pedirles algo en nombre de
Cristo, hablarles del amor? ¿Han recibido el Espíritu Santo y son capaces de
compasión y ternura? 2 Entonces denme esta alegría: pónganse de acuerdo, estén unidos en el
amor, con una misma alma y un mismo proyecto. 3 No hagan nada por
rivalidad o vanagloria. Que cada
uno tenga la humildad de creer que los otros son mejores que él mismo. 19
El Señor Jesús me da la esperanza de que pronto les podré enviar a Timoteo, y
será para mí un consuelo que pueda tener por su intermedio noticias de ustedes.
20 De hecho, no tengo a ningún otro que se preocupe tanto como él
por sus problemas. 27 Es cierto que estuvo enfermo y a las puertas
de la muerte, pero Dios tuvo piedad de él y también de mí, ahorrándome penas
sobre penas. 28 Por eso me apresuro en mandárselo, para que tengan
la alegría de verlo y yo mismo quede más tranquilo. 29 Celebren,
pues, alegremente su llegada, como conviene en el Señor, y estimen mucho a
personas como él, 30 que casi murió por la obra de Cristo. Pues no
escatimó sacrificios para servirme personalmente en nombre de todos ustedes,
que no los tenía a mi lado.
Por la tarde me fui a comprar la imagen del
Divino Niño y me sentía feliz de poder comprarlo y de llevarlo a la empresa,
para que fuera nuestro “Patrón”.
Lo puse en el lugar donde estaba la imagen pequeña y al momento de orar,
Doña Licha (una antigua empleada nuestra) me dijo bien emocionada que no lo
había movido para que lo “entronizáramos” y lo lleváramos en procesión al lugar
donde oramos. Así lo hicimos y a
mi se me concedió el honor de llevarlo en mis brazos. Doña Licha se emocionó y se le salían las lágrimas, dándole
la bienvenida. Podíamos sentir, todos,
sus bendiciones. El está con
nosotros y “¿si El está con nosotros, quién contra nosotros?”
Sábado 16 y domingo 17 de julio de 2005
Pasé toda la mañana preparando el programa y
podía sentir al Espíritu Santo orientándome en qué decir. Sentía como una nueva etapa de efusión
y de bendición. Como que ya
pronto, el Señor me va a revelar qué o cuál es el ministerio para el que me ha
estado preparando. Por la tarde me
fui a misa, aunque Sylvia Regina estaba en cama, pues me surgió un gran deseo de
sólo estar con El.
El domingo tuve que ir solo al convivio del
Movimiento de Encuentros, pues Sylvia Regina seguía en cama y por la tarde
fuimos a recoger a Rober al aeropuerto. Venía feliz y contento y cuando nos vió
se sintió bien feliz, igual nosotros.
Yo sólo le daba gracias a Dios por todas sus bendiciones y por habernos
permitido mandarlo, pues se ve que había pasado bien contento. Ahí mismo abrió su valijín o mochila y nos
dio el regalo que nos traía… ¡Era una Virgen de Guadalupe montada en un marco
de madera! ¡Gloria a Dios! me sentí bien contento y
bendecido.
Nos venimos en el carro con Ana María y Walter
y no paraban de contar anécdotas y todo lo que habían gozado. Ya cuando estábamos solos, Sylvia
Regina le preguntó y qué es lo que más te gustó de todo? y Rober contestó: “La Caminata Eucarística”, que fue una
caminata nocturna de unos 8 kms. o sea 3 o cuatro horas – ¡Bendito sea Dios!
dije yo.
A la hora de la cena vino Ariana y Luigi y le
dimos gracias a Dios por todas sus bendiciones y mantenernos juntos. Ya Rober comienza a cambiar de voz, ya
no es un niño, sino un joven. ¡Cuídalo
y protégelo Señor!
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