Lunes 29 de Marzo de 2004
Hoy no pude orar, pues tenía una reunión con Alex temprano, para preparar la carta al Banco de él. Cuando estaba ahí me habló Guadalupe, mi secretaria, para contarme que Juan Ernesto, nuestro Vicepresidente Financiero, había tenido un ataque del corazón ayer en la noche. Le pedí al Señor por él, me fui a verlo y gracias a Dios lo vi bastante bien cuando llegué y ya estaba fuera de peligro. Otra prueba más, que nos manda el Señor.
En el día no pasó nada, el Juez no decide nada y me reuní con la ejecutiva del Banco de Alex y no llegamos a nada. Solo sentí que le entregaba todo al Señor en sus manos y le dije: “Señor, que se haga tu voluntad”.
Por la noche fuimos a la “Hora Santa” del Retiro del Padre Manuel y me postré ante el Santísimo diciéndole: “Señor que se haga tu voluntad, yo ya no pudo hacer más”.
Martes 30 de Marzo de 2004
Números 2; 11-13
2 Corintios 12; 11-14
11 Yavé dijo a Moisés 12 “He elegido a los levitas de entre los demás hijos de Israel, en lugar de todos los primogénitos de Israel, de los que abren el seno materno; los levitas serán pues para mí 13 porque todo primogénito me pertenece desde el día que hice morir a todos los primogénitos de Egipto, entonces consagré para mi a todos los primogénitos de Israel, tanto de hombre como de ganado son para mí ¡Yo soy Yavé! 11 Finalmente hermanos, estén alegres, sigan progresando, anímense, tengan un mismo sentir y vivan en paz, y el Dios del amor y de la paz estará con ustedes. 12 Salúdense los unos a otros con el beso santo 13 les saludan todos los santos. 14 La gracia de Jesús, el Señor, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes. Sigamos progresando… me dice el Señor.
Señor, dame fuerzas, pues a veces siento que no estás conmigo y siento desfallecer. Hoy me fui al Banco a firmar el préstamo y antes de entrar le dije: “Señor, si no nos conviene firmar este préstamo, ponme algún problema para que no podamos firmar”. Todo iba bien, hasta que llegó el momento que uno de los Bancos tenía que aclarar el monto de sus préstamos, no lo pudieron hacer y sugirieron que nos fuéramos mejor a la sese de ese Banco. Nos fuimos para allá y cuando íbamos llegando me acordé de lo que le había pedido al Señor y realicé que la confusión era obra del Espíritu Santo, que no quería que firmáramos el día de hoy, pues la confusión que había era increíble y el Banco estaba bien enchibolado, como en el pasaje de la torre de Babel. Yo me volví dócil al Espíritu Santo y dejé que el Espíritu Santo controlara la situación y al final no firmamos.
Miércoles 31 de Marzo de 2004
1 Corintios 1, 10-31
Jeremías 9; 10, 11
10 Les ruego, hermanos, en nombre de Cristo Jesús, nuestro Señor, que se pongan todos de acuerdo y terminen con las divisiones, que encuentren un mismo modo de pensar y los mismos criterios. 18 Porque el lenguaje de la cruz resulta una locura para los que se pierden; pero para los que se salvan, para nosotros, es poder de Dios. 19 Ya lo dijo la Escritura: Destruiré la sabiduría de los sabios y haré fracasar la pericia de los instruidos. 27 Dios ha elegido lo que el mundo considera necio para avergonzar a los sabios y ha tomado lo que es débil en este mundo para confundir lo que es fuerte. 31 Está escrito: El que se gloríe, que se gloríe en el Señor. 9, 22 Así dice Yavé “Que no se alabe el sabio por su sabiduría, ni el valiente por su valentía, ni el rico por su riqueza. 23 Quien quiera alabarse, que busque su alabanza en esto: En tener inteligencia y conocerme, Yo soy Yavé y mi obrar en la tierra no es más que bondad, rectitud y justicia. Estas son las cosas que me gustan”, Palabra de Yavé. 10, 17 Prepara tus maletas y sal del país, tu que estás rodeada de sitiadores. 18 Pues así habla Yavé: “Voy a lanzar muy lejos a los habitantes del país y los haré perseguir de manera que los alcancen”. Hoy firmamos con los Bancos y tenía sentimientos encontrados de felicidad y tristeza. Felicidad porque íbamos a poder pagar todos los salarios y tristeza, porque tenía dudas de si esa era la voluntad de Dios. Cuando llegué a la casa, me postré al Señor pidiéndole su iluminación y el Espíritu Santo me iluminó para comprender que El había hecho conmigo lo mismo que Abraham, que ayer El había confundido al Banco, para ver si yo iba a responder con mansedumbre a su voluntad y gracias a Dios, así lo había hecho y que esto era una prueba para incrementar mi Fe, la confusión del BAC no tenía otro propósito, más que acercarme más a El. Me sentí feliz y contento que ésta era su voluntad y que El está con nosotros.
Jueves 1 de Abril de 2004
Sirácides 14, 20-27; 15, 1-6
Hoy le pedí al Señor que me iluminara, pues de nuevo, amanecí con dudas de si estábamos haciendo su voluntad, el Señor es tan bueno que me contestó: 20 Feliz el que se dedica a la sabiduría y puede responder al que lo interroga 21 Que hace suyos los caminos de la sabiduría y profundiza sus secretos 22 Que sale a cazarla y acecha su paso 23 Que mira a través de sus ventanas y escucha a su puerta 26 Deja a sus hijos bajo su protección y se tiende al abrigo de sus ramas. 1 Esta es la suerte del que teme al Señor; el que ceda a la ley obtendrá la sabiduría . 2 Le saldrá al encuentro como una madre y la acogerá como una joven esposa 4 puede contar con ella, no vacilará, se apoyará en ella y no caerá 6 será coronada de felicidad y de alegría y su nombre será famoso para siempre. Esto me confirmó lo de ayer, que el hecho de que el Señor me puso tantas pruebas para firmar el crédito fue para probarme igual que Abraham y así incrementar mi Fe, pues El sabía cuanto me dolía el que no le pudiéramos pagar a los empleados. Me siento feliz y confiado en El, que todo va a salir adelante.
Nos reunimos con Alex a mediodía y el pobre está igual o más devastado que yo, gracias a Dios ambos estamos confiados en el Señor que todo se va a arreglar, para gloria de El; es lo único que nos sostiene a ambos. Yo le conté lo que me había salido en La Palabra de hoy y eso nos reconfortó a ambos.
No pasó nada en la “Asamblea de Encuentros”. El Señor nos dio otra bendición, pues nos llamaron a ser monitores. Fue un regalo de Dios para servirlo, Gracias Señor.
Viernes 2 de Abril de 2004
Hoy no pude orar, pues nos fuimos temprano donde Roberto Adriano, que le entregaban el reconocimiento por haberse sacado el Honor Roll y por haber quedado primero de su clase en pin-pon. Me sentía muy orgulloso de él y le daba gracias a Dios por todas sus bendiciones. Mas bien si oré un rato y ¡no puedo creer que ya se me estaba olvidando! Me postré ante el Señor, con la silla de reclinatorio viendo para atrás, hacia mí y sentí que el Señor estaba sentado en la silla, acompañándome, mimándome, podía sentir su calor, su amor, su misericordia; me quería quedar ahí solo contemplándolo y sintiendo su presencia. En eso entró Sylvia Regina y me recordó que nos teníamos que ir a la Escuela.
Durante el día solo fueron carreras para pagar a los empleados e indemnizarlos. Todos estaban felices y contentos, todos me daban las gracias y sus bendiciones, todos le daban gracias a Dios y yo terminaba diciéndoles con toda autoridad y verdad ¡Gloria a Dios!; pues El es quién ha hecho este milagro posible. Gracias Señor, pues puedo sentir tu presencia y tu ayuda en todo momento. Por último, los reuní a todos para agradecerles y glorificar a Dios. Les dimos toda la Semana Santa para descansar, como un regalo. Todos estaban felices.
Yo podía sentir la presencia del Espíritu Santo. ¡Gracias Señor por este día!
Sábado 3 y domingo 4 de abril de 2004
Efesios 6: 10-18
Hoy sábado no pude orar, pues vino el profesor de guitarra, Don Juan Martínez y me tuve que levantar temprano. Comenzó Roberto Adriano con su clase y gracias a Dios le gusta; le pedía a Dios que le guste la guitarra y sobre todo, cantarle a Dios en alabanzas. Después recibí la clase yo y me encantó. De pronto me di cuenta que podía usar ese don que el Señor me ha dado, para alabarlo a El. Sentí el llamado a alabarle y que para eso El me había dado este don, desde que era pequeño.
Nos fuimos a almorzar con todos, como lo hemos hecho todos los sábados, desde que los niños están pequeños. Me sentía triste… no sé porqué. Por la tarde fuimos al cine con Sylvia Regina y fuimos a ver “Cold Mountain” y toda la película me recordaba la soberbia del mundo y el no querer la misericordia de Dios y cómo el hombre, sin Dios, se pierde en el pecado, pues tendemos al mal.
El domingo fuimos a misa a las 11:00 a.m. y duró una hora y media y ni la sentí, sólo quería estar ahí, con el Señor. Después fuimos a almorzar donde mis papás y la reunión fue muy positiva; triste, pero positiva, pues me siento bastante distante de mis papás y siento que no puedo hacer nada, pues ellos sólo ven el aspecto del mundo y lo mal que estamos en ese aspecto y no ven todas las bendiciones que estamos recibiendo como familia; pues ya estamos liberados y tengo la Fe que muy pronto vamos a estar unidos de nuevo; sin embargo, como dijo Monseñor, eso desgraciadamente será hasta que “aparezca” el dinero. Por la tarde me puse a leer el libro de “Buenos Días Espíritu Santo”. El quiso que lo volviera a leer, pues comprendí en mejor forma como el Espíritu Santo busca o espera o necesita que nosotros queramos estar “en comunión con El” o sea que no “le pidamos”, sino que queramos hacerlo juntos (en comunión o comunidad, como amigos íntimos y hermanos).
Ya en la noche, a la hora de rezar el Rosario, le pedí al Espíritu Santo que me ayudara a comprender la voluntad del Padre y porqué me siento triste, aún sintiendo tantas bendiciones y me contestó así: 6, 10 Por lo demás, fortalézcanse en el Señor con su energía y su fuerza 11 Lleven con ustedes todas las armas de Dios, para que puedan resistir las maniobras del diablo 12 pues no estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen el mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo y de arriba. 18 Vivan orando y suplicando. Oren en todo tiempo según los inspire el Espíritu. Velen en común y perseveren en sus oraciones sin desanimarse nunca, intercediendo a favor de todos los santos, sus hermanos.
"Oh Señor mío, ven en mi socorro"
ResponderEliminarEster 14,4