Lunes
9 de octubre de 2006
Lucas
24, 32-36
El Señor me
dijo: 32 … «¿No sentíamos arder nuestro
corazón cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?» 33
De inmediato se levantaron y se volvieron a Jerusalén, donde encontraron
reunidos a los Once y a los de su grupo. 34 Estos les dijeron: «Es
verdad: el Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón.» 36 Mientras
estaban hablando de todo esto, Jesús se presentó en medio de ellos y les dijo:
«Paz a ustedes.» En este
momento me acordé que tenía una cita en la Fiscalía de Sensuntepeque. Iba
preocupado para saber qué decir, pero cuando llegué, el Espíritu Santo se
encargó de facilitarme todo. Me
sentí bien y tranquilo después, aunque comprendí que adquirimos otro compromiso
más; pero esa era la voluntad de Dios y me sentí bien.
Al regreso
pasamos a Ilobasco, tenía ilusión de visitar el pueblo e ir a la iglesia. Entré
y estaba preciosa, no estaba abierta, pero el Señor quiso que coincidiéramos
con el sacristán, que estaba en la puerta y nos dejó entrar. En el Altar Mayor, estaba la imagen de “¡San
Miguel Arcángel!” y en el ala izquierda una preciosa imagen del Divino Niño
Jesús. Oré frente al Santísimo,
una docena del Rosario, por todas las necesidades de la familia y los
empleados. A la par estaba una
señora orando en voz alta, leyendo un librito de La Liturgia de Las Horas, pero
casi no podía leer. El Señor me
quiso dar a entender qué bendición es poder leer y todo lo que yo puedo ayudar
en ese sentido. Dejé una limosna para
la construcción del templo. No me quería ir.
A mediodía
preparamos la reunión del grupo y era la de la historia de los soldados aliados
que encuentran una estatua de Jesús con un rótulo que dice: “NO TENGO MAS
MANOS… QUE LAS DE USTEDES”.
Recibí una
llamada de Vidal alentadora, pues parece que el Juez ya ha comprendido el caso
y está del lado nuestro – ¡GLORIA A DIOS!
Martes
10 de octubre de 2006
Isaías
41, 8-13
Me levanté a
orar, pidiéndole al Señor su misericordia, pues hoy decide el Juez qué va a
pasar con el juicio. Ahorita debe
estar en eso con los abogados y además por la reunión de mañana con los hermanos,
a la cual Alex no quería ir, pero ayer me reuní con él y lo logré convencer que
fuera. El Señor me dijo: 8 Pero tú, Israel, eres mi siervo. Tú eres mi elegido, pueblo
de Jacob, raza de Abraham, mi amigo, 9 yo te traje de los confines
de la tierra. Te llamé de una región lejana diciéndote: «Tú eres mi servidor,
yo me fijé en ti y te elegí.» 10 No temas, pues yo estoy contigo; no
mires con desconfianza, pues yo soy tu Dios; yo te he dado fuerzas, he sido tu
auxilio, y con mi diestra victoriosa te he sostenido. 11 Todos los
que se lanzan contra ti serán avergonzados y humillados; tus adversarios serán
reducidos a la nada y perecerán. 12 Buscarás a tus contrarios, pero
no los hallarás; serán totalmente derrotados, reducidos a la nada los que te
hacían la guerra. 13 Yo, Yavé, soy tu Dios; te tomo de la mano y te
digo: No temas, que yo vengo a ayudarte.
¡GLORIA A DIOS! Cabal
al terminar de escribir esto, se terminó el CD de los cantos gregorianos y me
quedé en un profundo silencio, en compañía del Señor; sólo se oían los
pajaritos, celebrando su presencia, ¡ALABADO Y BENDECIDO SEAS SEÑOR! ¡SANTO,
SANTO, SANTO!
Comprendí que
esta Palabra era también para Alex. En la oficina no pasó nada, pues se pasó todo el día y El
Paso no contestó nada al Juez; pero mi esperanza está en el Señor y nada me
falta. Ya no pude ir a leerle La
Palabra a Alex, pues me quedé esperando la oportunidad. Se ve que el Señor no quiso.
Miércoles
11 de octubre de 2006
Salmo
80
Me levanté a
orar, pidiéndole al Señor por la reunión de hoy con mis hermanos. Me dijo: 2 Escucha, pastor de Israel, que guías a José como un rebaño,
tú que te sientas en los querubines 3 resplandece delante de Efraín,
Benjamín y Manasés. ¡Despierta tu valentía, ven y sálvanos! 4 ¡Oh
Dios, retómanos en tus manos, haz brillar tu faz y sálvanos! 5
¿Hasta cuándo, Señor, Dios de los ejércitos, vas a desconsiderar las oraciones
de tu pueblo? 6 Le diste por comida un pan de lágrimas, han bebido
sus lágrimas hasta saciarse. 7 Somos la presa que se arrebatan
nuestros vecinos, y nuestros enemigos se burlan de nosotros. 8 ¡Oh
Dios de los ejércitos, restablécenos, haz brillar tu faz y sálvanos! 9
Tenías una viña que arrancaste de Egipto, para plantarla expulsaste naciones. 10
Delante de ella despejaste el terreno, echó raíces y repletó el país. 11
De su sombra se cubrieron las montañas y de sus pámpanos, los cedros divinos. 12
Extendía sus sarmientos hasta el mar y sus brotes llegaban hasta el río. 13
¿Por qué has destrozado sus cercos? Cualquier transeúnte saca racimos, 14
el jabalí de los bosques la devasta y los animales salvajes la devoran. 15
¡Oh Dios Sabaot, es hora de que regreses; mira de lo alto del cielo y
contempla, visita esa viña 16 y protégela, ya que tu derecha la
plantó! 17 Los que le prendieron fuego como basura, que perezcan al
reproche de tu mirada. 18 Que tu mano apoye al hombre que hace tus
obras, al hijo de hombre que has hecho fuerte para ti. 19 Ya no nos
apartaremos más de ti, nos harás revivir y tu nombre invocaremos. 20
¡Señor, Dios Sabaot, restablécenos, haz brillar tu faz y sálvanos! Tuvimos la reunión con mis
hermanos a las 9:00 a.m., con Monseñor Urioste. Yo comencé leyendo el Salmo de hoy, pero nadie le hizo ningún
comentario. Sin embargo, la
reunión fue muy positiva y el Espíritu Santo estuvo con nosotros sanando. Al final, Monseñor nos impuso las manos
a cada uno y cuando fue mi turno, lloré.
Por la noche
cenamos donde Guayo y la reunión estuvo positiva.
Jueves
12 de octubre de 2006
Juan
5, 14
Me levanté
pidiéndole al Señor por la reunión con los hermanos y dándole gracias por todas
sus bendiciones, pues ayer nos reunimos con Alex para decidir qué hacer para lo
de la mediación y nos pudimos poner de acuerdo, sin ninguna cosa negativa. Todo positivo y ameno, ¡GRACIAS SEÑOR!
Me dijo: 14 Más tarde Jesús se
encontró con él en el Templo y le dijo: «Ahora estás sano, pero no vuelvas a
pecar, no sea que te suceda algo peor.»
Viernes
13 de octubre de 2006
Efesios
6, 10-18
Me levanté
pidiéndole al Señor que me diera Palabra para mis hermanos, que nos ayude a restablecer
nuestra armonía. Me dijo: 10 Por lo demás, fortalézcanse en el Señor con su energía y su
fuerza. 11 Lleven con ustedes todas las armas de Dios para que
puedan resistir las maniobras del diablo. 12 Pues no nos estamos
enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen
este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de
arriba. 13 Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día
malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas. 14
Tomen la verdad como cinturón y la justicia como coraza; 15 tengan
buen calzado, estando listos para propagar el Evangelio de la paz. 16
Tengan siempre en la mano el escudo de la fe y así podrán atajar las flechas
incendiarias del demonio. 17 Por último, usen el casco de la
salvación y la espada del Espíritu, o sea, la Palabra de Dios. 18
Vivan orando y suplicando. Oren en todo tiempo según les inspire el Espíritu.
Velen en común y perseveren en sus oraciones sin desanimarse nunca, intercediendo
en favor de todos los santos, sus hermanos.
Sábado 14 de
octubre de 2006
Nos levantamos
temprano para ir al hospital y recibir a Paolo. Cuando llegamos ya Ariana estaba ahí, la vi bien linda, eran
las 9:00 a.m.. Ahí pasamos todo el
día. Rezamos varios Rosarios por
Paolo, nació a las 7:45 p.m., más o menos. Luigi nos lo salió a enseñar y se veía muy orgulloso, estuvo
con Ariana todo el día y asistió al parto. Te damos gracias Señor, por esta bendición de nuestro primer
nieto. El Espíritu Santo estuvo
con nosotros todo el día.
Domingo
15 de octubre de 2006
Me levanté
temprano, pues a mediodía salía para Houston a la mediación. Fuimos a ver a Paolo
y estuve con él bastante rato, lo chinié y me sentí bien contento. Me levanté a misa de 7:00 a.m., para
darle gracias al Señor, por todas sus bendiciones, ¿Qué más podemos pedir?
¡GRACIAS SEÑOR!
"Tanto es el atractivo de Cristo, que muchos que no creen en El lo alaban y dicen que no creen en El, porque no pueden cumplir lo que manda."
San Agustín
No hay comentarios:
Publicar un comentario