Lunes
18 de septiembre de 2006
Jueces
2, 1
1 El Angel de Yavé subió de Guilgal a Boquim, donde estaban reunidos
los israelitas y les dijo: «Yo los saqué de Egipto y los traje a la tierra que
les había prometido a sus padres. Les había dicho: «No romperé jamás mi alianza
con ustedes, 2 pero ustedes no harán alianza con los cananeos, sino
que destruirán sus altares.» Pues bien, ustedes no han obedecido. 3
¿Por qué se portaron así? Ahora yo no expulsaré a estos pueblos ante ustedes.
Ellos serán sus opresores y los dioses serán una trampa para ustedes.»
Martes 19 de
septiembre de 2006
Me levanté prendido en calentura y con unos escalofríos tremendos. Pasé todo el día en cama y por la tarde recibí un e-mail de Vidal diciéndome que el hearing con el Juez para el MSJ lo habían pospuesto para el 10 de octubre y que el Juez insistía en una mediación y además, que todavía no había fecha para el juicio, pero que en teoría, continuaba para la primera quincena de noviembre. En la mañana había recibido uno anunciándome que, tal vez, el Juez iba a posponer la fecha y yo sólo le contesté: “Lord Jesús, have mercy on me”, pues no se me ocurrió otra cosa, ya que me sentía desconsolado ¿hasta cuándo Señor? ¿hasta cuándo?
Miércoles
20 de septiembre de 2006
Lucas
23, 26
Me levanté
cansado y preocupado por el e-mail de ayer de Vidal, donde el Juez sigue
insistiendo en otra mediación. Atrasó
el día para el MSJ y todavía no da la fecha del Juicio. Todo pareciera ser en
nuestra contra y le pedí al Señor que me ayudara a comprender su voluntad y el
porqué de esto y porqué no más bien nos daban noticias positivas, ¿por qué
negativas? Me contestó: 26 Cuando lo llevaban, encontraron a un tal Simón de Cirene,
que volvía del campo, y le cargaron con la cruz para que la llevara detrás de
Jesús. 28 Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: «Hijas de
Jerusalén, no lloren por mí. Lloren más bien por ustedes mismas y por sus
hijos. Entonces comprendí que era para que con mis
sufrimientos y angustias le ayudara en la redención de otras personas. Pasé todo el día sintiéndome bastante
mal.
Jueves
21 de septiembre de 2006
Lucas
5, 10
Me levanté
preocupado, pensando que a lo mejor no íbamos a salir bien en el juicio.
Primera vez que me entraba esa duda y pasé una mala noche. Tuve un sueño, donde el Señor me
decía: Sólo
obedéceme. Por la mañana,
en mi oración, me dijo: 10 … No temas, en
adelante serás pescador de hombres.
Viernes
22 de septiembre de 2006
Salmo
91
Pasé todo el
día preocupado, deprimido, abandonado por el Señor. Tenía días de no sentirme así y me puse a pensar que era
porque ya tenía cuatro días de no recibir la comunión y por ende mis fuerzas han
bajado.
Me fui a hacer
un examen de sangre y resultó que no era dengue lo que tenía, lo cual me dio
esperanza de que mañana podría ir al Retiro. Por la noche me puse a orar, para escuchar la Palabra del
Señor. Me dijo: 1 Tú que habitas al ampara del Altísimo y resides a la sombre
del Omnipotente, 2 dile al Señor: «Mi amparo, mi refugio, mi Dios,
en quien yo pongo mi confianza.» 3 El te librará del lazo del
cazador y del azote de la desgracia; 4 te cubrirá con sus plumas y
hallarás bajo sus alas un refugio. 7 Aunque caigan mil hombres a tu
lado y diez mil a tu derecha, tú estarás fuera del peligro: su lealtad será tu
escudo y armadura. 14 «Pues a mí se acogió, lo libraré, lo
protegeré, pues mi Nombre conoció. 15 Si me invoca, yo le
responderé, y en la angustia estaré junto a él, lo salvaré, le rendiré honores.
16 Alargaré sus días como lo desea y haré que pueda ver mi
salvación».
Por la tarde me
sentí mejor y comprendí que el Señor me iba a conceder que fuera al Retiro. Por
la noche nos hablaron los Munés, que no iban a poder ir al Retiro, pues se
había muerto una tía de Fernando.
Sábado
23 y domingo 24 de septiembre de 2006
Nos levantamos
temprano para ir al Retiro de Evangelización. Iba bien entusiasmado, aunque me sentía bien cansado. Llegaron seis de los del grupo, los
únicos que no pudieron llegar fueron los Ruiz y los Munés.
Me seguía
perturbando el sentimiento negativo de que algo no fuera a salir bien en el
juicio y el retraso que había habido.
Más bien, el no ver la Mano de Dios evidentemente ayudándonos. ¡Señor,
muéstrame tu rostro!
Por la tarde,
el Espíritu Santo me llevó a un sanador, cara de ángel, que estaba solo y me
senté a platicar con él. Me dijo
que no me preocupara, que si el Señor me había dicho que todo se iba a
arreglar, que así iba a ser y que yo no tenía que estarlo dudando. Me recomendó que hiciera ayuno los días
martes, viernes y martes próximos, pidiéndole al Señor su misericordia.
Por la noche
pasamos bien contentos con Rober, viendo una película que fuimos a alquilar, la
película era RV. Me sentía bien
mal nuevamente y empecé a dudar si iba a poder ir al día siguiente al Retiro. Nos levantamos temprano para felicitar a
Camila en sus 21 años, estaba feliz y contenta. Nos fuimos al Retiro y yo me sentía bien mal, pero el
Espíritu Santo me daba las fuerzas para seguir adelante. Pasé todo el día sintiéndome mal, aunque
sin calentura. Al final me sentí contento pues hubo sanación en para varios del
grupo; el Espíritu Santo había hecho su obra.
Yo no sentí
mayor cosa al momento de la imposición de manos, pero El sabrá qué me habrá
regalado – ¡GLORIA A DIOS!
"Nada hay que haga valer tanto al alma cristiana como la misericordia, que hace a los hombres perfectos; porque imita al Padre perfecto."
San Ambrosio
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