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Canonización de Monseñor Romero

viernes, 1 de junio de 2012

Cronología de un Milagro - Abril 2005-I


Lunes 4 de abril de 2005

Job 18, 33

Me levanté preocupado, pero escuché al Espíritu Santo que me decía que me levantara a orar y me levanté a orar temprano.  Mi pregunta al Señor era ¿qué debo hacer?  El Señor me dijo:  1 Bilbad de Suaj tomó la palabra y les dijo: 2 ¿Cuándo terminarán sus palabras? Sé razonable y déjanos hablar. 3 ¿Crees que somos bestias, o nos consideras unos brutos? 4 Por qué te destrozas en tu enojo? ¿Se desolará la tierra otro tanto o las rocas cambiarán de lugar? 5 Sí, la luz del malvado se apaga y no brilla la llama de su fuego. 7 Sus pasos vigorosos se acortan, y sus propios designios lo hacen tropezar. 16 Sus raíces abajo se secan y sus ramas arriba se marchitan. 19 Para él, ni descendencia ni posterioridad en su pueblo, ni sobrevivientes por donde pasó. 19, 1 Job respondió: 2 ¿Hasta cuándo me cansarán y me acorralarán con sus discursos? 3 Ya me han insultado diez veces, ¿y no se avergüenzan de maltratarme así? 5 Si quieren triunfar de mí y reprocharme por mi humillación, 6 sepan que es Dios quien me perjudicó y me envolvió con su red. 11 Descarga sobre mí su enojo y me trata como su enemigo. 13 Ha apartado de mí mis hermanos, y todos mis conocidos tratan de alejarse. 14 Ya no me ven parientes ni familiares, me olvidaron los allegados a mi casa. 17 Mi aliento le cae mal a mi mujer, mis propios hijos me encuentran hediondo. 19 Todos mis íntimos tienen asco de mí, los que yo amaba se han vuelto contra mí. 21 Apiádense de mí, ustedes mis amigos, que es la mano de Dios la que me hirió.  20, 1 Sofar de Naamat tomó la palabra y dijo: 4 ¿No sabes tú que desde siempre, desde que fue puesto el hombre sobre la tierra, 5 el triunfo del malvado es breve y el gozo del perverso no dura más que un instante? 18 Devuelve su ganancia sin tragarla, y no puede gozar el fruto de su negocio. 19 Porque despojó por la fuerza a los pobres y robó su casa en vez de construirla.  21, 1 Job tomó la palabra y dijo: 4 ¿Acaso pleiteo contra un hombre? Entonces, ¿cómo no me pondría nervioso? 5 Préstenme atención y quedarán espantados y se pondrán la mano en la boca, 6 que yo mismo, al recordar estos hechos me horrorizo y me dan escalofríos. 7 ¿Por qué siguen viviendo los malvados, prolongan sus días y se van haciendo fuertes? 8 Su familia a su lado va aumentando y sus vástagos crecen ante su vista. 9 Nada perturba la paz de sus hogares, la vara de Dios no cae sobre ellos. 17 ¿Será verdad que se apaga la lámpara de los malvados y cae sobre ellos la desgracia y que Dios, en su ira, los destruye? 31 ¿Quién le echa en cara su conducta y le da su merecido?  23, 3 ¡Ah si supiera dónde vive, iría hasta su casa! 4 Expondría ante él mi caso y le diría todos mis argumentos. 5 Por lo menos conocería su respuesta y trataría de comprender lo que él dijera.  30, 20 Clamo a ti, y tú no me respondes; me presentó, y no me haces caso. 26 Yo esperaba dicha, y llegó la desgracia.  Esperaba la luz, y vino la oscuridad.  31, 17 ¿Acaso comí solo mi pedazo de pan, sin compartirlo con el huérfano? 18 Al contrario, desde la infancia lo traté como un padre, y desde joven he protegido a la viuda.  32, 2 Entonces Elihú … se enojó contra Job, porque creía tener razón frente a Dios. 6 Elihú tomó la palabra y dijo …  33, 13 ¿Por qué le haces este reproche de que no contesta tus palabras? 14 Pero mira que Dios habla una vez y no lo repite dos veces. 15 En sueños, en visión nocturna, cuando desciende el sueño sobre los hombres, mientras los humanos duermen en su cama. 16 El les abre el entendimiento y los espanta con apariciones, 17 para retraerlos del mal y apartarlos del orgullo. 18 Así le ahorra la tumba a su alma y salva su vida de la muerte. 21 Cuando su carne desaparece a la vista y los huesos se transparentan, 22 cuando su alma se acerca al sepulcro y su vida a la morada de los muertos. 23 Si hay junto a él en ese momento un ángel de Dios, un intercesor que le indique su deber, 24 que tenga piedad de él y diga:  “Líbralo, ¡oh Dios! de bajar al sepulcro, aquí tengo lo que él debía pagar.” 25 Entonces, su carne rejuvenece … 26 Se vuelve a Dios que le hace caso, lo va a visitar y estalla de alegría. 27 Luego publica lo sucedido y dice entre los hombres: “Había yo pecado y torcido el derecho, pero Dios no me ha tratado según mi culpa, 28 libró mi alma del sepulcro y vivo ahora gozando la luz.” 29 Esto es lo que hace Dios, dos y tres veces con el hombre, 30 para sacar su alma del sepulcro e iluminarla con la luz de los vivos.  Creí, después de leer esta palabra, que el Licenciado representante del inversionista nos iba a comunicar que ya nos había aprobado el financiamiento, pero no fue así y además no pude hablar con el ejecutivo del Banco.  No se resolvió nada y no sé qué hacer – ¿Señor, qué hago?

Martes 5 de abril de 2005

Hechos 12, 6-11

Me levanté de nuevo preocupado y pidiéndole al Señor su misericordia por nuestros empleados y que me iluminara para saber qué hacer.  Me dijo:  6 Llegaba el día en que Herodes iba a hacerlo comparecer; aquella misma noche Pedro estaba durmiendo entre dos soldados, atado con dos cadenas, y otros guardias custodiaban la puerta de la cárcel. 7 De repente la celda se llenó de luz ¡estaba el ángel del Señor! El ángel tocó a Pedro en el costado y lo despertó diciéndole:  «¡Levántate en seguida!» Y se le cayeron las cadenas de las manos. 8 El ángel le dijo en seguida:  «Ponte el cinturón y las sandalias.»  Así lo hizo, y el ángel agregó:  «Ponte el manto y sígueme» 9 Pedro salió tras él; no se daba cuenta de que lo que estaba ocurriendo con el ángel era realidad, y todo le parecían visiones. 10 Pasaron la primera y la segunda guardia y llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió sola.  Salieron y se metieron por un callejón, y de repente lo dejó el ángel. 11 Entonces Pedro volvió en sí y dijo: «Ahora no cabe duda: el Señor ha enviado a su ángel para rescatarme de las manos de Herodes y de todo lo que proyectaban los judíos contra mí.» 
Me fui a la oficina confiado en que ahora el Licenciado representante del inversionista nos iba a dar una nueva noticia.  A mediodía llegó Juan Ernesto y me dijo que le había hablado y que ya iba a llegar.  Al final, las condiciones que nos daba eran unas que no podíamos aceptar y tuvimos que rechazar – ¿Qué hacer Señor?  Vine a mediodía y me postré ante el Señor, para pedirle su misericordia y leí nuevamente la Palabra de hoy.  De nuevo, sentí que me dice que El nos va a sacar adelante, enviándonos un “ángel del Señor” y yo… creo.  Por la tarde todo siguió igual y no pasó nada.  Hablé con Juan Ernesto y me dijo que debíamos esperar antes de despedir al personal, que ya cada uno había más o menos resuelto su situación y que debíamos confiar en el Señor que algo nos iba a salir ¿Qué podía hacer yo?  Decidí esperar en el Señor. 
Cuando regresábamos de misa, la Discovery se arruinó, justo cuando íbamos entrando a la casa.  Le di gracias al Señor que no se nos había quedado en el camino, pero me sentí derrotado, cansado y abandonado; sin poder soportar ya el dolor que siento, como que la cruz me pesa demasiado.  ¿Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado?  Fuimos a la reunión de Encuentros y al regresar, satanás se metió entre nosotros y nos hizo disgustar con Sylvia Regina.

Miércoles 6 de abril de 2005

Nehemías 5, 6-9; 16-19

Me levanté a orar pidiéndole al Señor su misericordia y su iluminación.  Permanecí un gran rato en oración de contemplación, esperando “oír su voz”; pero no pude.  En este tipo de oración, mi cuerpo puede más que mi mente y no logro concentrarme en la contemplación.  Le pedía al Señor que me ayudara en este sentido, pues quisiera poder “sólo contemplarlo, verlo, sentirlo cerca”.  Al leer La Palabra me dijo:  6 Estas quejas y acusaciones me llenaron de indignación. 7 Después de reflexionar, llamé la atención a los notables y a los consejeros, diciéndoles:  «¿Por qué ustedes no tienen lástima de sus hermanos?»  Debido a eso reuní una gran asamblea 8 y les dije:  «Nosotros hemos rescatado en la medida de nuestras fuerzas a nuestros hermanos judíos que eran esclavos.  ¿Y ahora son ustedes los que compran a sus hermanos?» 9 Y seguí:  «No está bien lo que ustedes hacen. ¿No quieren vivir obedeciendo a nuestro Dios? ¿Quieren imitar las prácticas vergonzosas de nuestros enemigos paganos? 16 … me dediqué a trabajar en la reconstrucción de la muralla y no a comprar campos; y toda mi gente estuvo ahí ayudando. 17 En mi mesa se sentaban ciento cincuenta personas entre jefes y consejeros, sin contar los que venían de las naciones vecinas. 18 Diariamente se mataba un ternero, seis carneros escogidos  y aves  y cada diez días se traía gran cantidad de vino.  Todo esto corría por mi cuenta y, sin embargo, jamás pedí el pan del gobernador, porque los trabajos pesaban ya bastante sobre el pueblo. 19 ¡Acuérdate, Dios mío, para mi bien, de todo lo que hice por este pueblo!  8, 6 Esdras bendijo a Yavé, el Dios grande; y todo el pueblo, alzando las manos, respondió:  «¡Amén! ¡Amén!»  Y se postraron rostro en tierra. 9 Entonces Esdras, maestro de la Ley, dijo al pueblo:  «Este día está dedicado a Yavé, el Dios de ustedes, no estén tristes ni lloren.» 10 … La alegría de Yavé es nuestro amparo. 
No pasó nada durante el día, excepto que comprendí que a lo mejor lo que quiere el Señor no es que nos den el crédito, sino que “soportemos la prueba”, hasta la resolución del juicio y que el milagro va a ser que el personal aguante esperar hasta ese momento –  ¡Danos fortaleza Señor! 
Por la noche, Sylvia Regina me contó que habían estado orando por mí en la Asamblea y que el Espíritu Santo se había derramado en bendiciones.  Yo le leí La Palabra de hoy y sentí el amor del Señor… me hizo llorar.

Jueves 7 de abril de 2005
Salmo 75

Me levanté apesadumbrado, pues no sé que hacer con los empleados y ya se acerca mi cumpleaños.  Quisiera estar contento, pero no lo estoy.  Me pesa demasiado la responsabilidad que siento hacia ellos; de no estar seguro cual es la voluntad del Señor.  Le pedí que me iluminara con Su Palabra, que no deje de “oír su voz” y “ver su rostro”.  Me dijo:  2 Te damos gracias, oh Dios, te damos gracias, cuenten tus prodigios los que invocan tu nombre. 3 «Déjenme fijar la fecha y yo haré el juicio, yo impondré la justicia.» 4 Se derrumba la tierra con sus habitantes, mas yo soy quien afianzó sus columnas. 5 Dijo a los arrogantes: «¡Ya basta de violencias!» y a los incrédulos:  «No alcen los cuernos, 6 no levanten tanto su cornamenta ni lancen desafíos contra la Roca». 7 Pues, he aquí que viene, no del oriente ni del occidente; ni del desierto ni de las montañas, 8 pero si viene Dios, que es el juez, para humillar a unos y ensalzar a otros. 11 aserruchará los cuernos de los malvados, y se alzarán los cuernos de los justos. 
Después de escuchar esta Palabra, comprendí que me debo abandonar completamente en El y dejar que El resuelva el problema.  Nos reunimos con Alex y fue una reunión positiva, en la que analizamos todo lo del juicio, que ya se avecina.  Comprendí que debo dejar todo en las manos del Señor y que el problema de los empleados, El lo irá resolviendo, conforme a Su voluntad, pero que no debo ser yo quien decida por ellos, sino que debo dejar que cada uno resuelva por sí mismo.  Por la noche tuvimos reunión de hermanos y fue muy positiva, como las de antes.  A mí me tocó hacer la oración de la comida, sentí que el Espíritu Santo estaba con nosotros.

Viernes 8 de abril de 2005

Romanos 10, 9-10; 11, 33- 36

Hoy a las 2:00 a.m. enterraron al Papa

Me quedé viendo toda la ceremonia del entierro del Papa, de 2:00 a.m. a 5:00 a.m., que estuvo bellísima y me parece que va a causar un gran efecto positivo en todo el mundo, pues el Espíritu Santo estaba ahí presente y a través de la televisión lo habían podido percibir millones y millones de personas.  Estaban también todos los presidentes de los países más importantes del mundo y varios reyes y príncipes.  Asistió también toda la alta representación de las iglesias católicas de Oriente e hicieron una ceremonia, ya al final, con su ritual propio. 
Me despertaron Sylvia Regina y Rober a las 6:00 a.m., para celebrarme mi cumpleaños y me hicieron andar buscando el regalo por medio de pistas.  Al fin lo encontré y era una “guitarra acústica eléctrica”, algo que siempre había querido para poder cantarle al Señor en público.  Eso es lo que El quiere que haga, pues yo no le había mencionado nada a Sylvia Regina.  Le di gracias a Dios por todas sus bendiciones, por todos nuestros hijos y yernos y por tenernos juntos, en su presencia.  En mis oraciones me dijo:  9 Porque te salvarás si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos. 10 La fe del corazón te procura la verdadera rectitud, y tu boca, que lo proclama, te consigue la salvación. 11 La Escritura ya lo dijo:  El que cree en él no quedará defraudado.  11, 33 ¡Qué profunda es la riqueza, la sabiduría y la ciencia de Dios! ¿Cómo indagar sus decisiones o reconocer sus caminos? 36 Todo viene de El, por El acontece y volverá a El.  A El sea la gloria por siempre. ¡Amén! 
Gracias Señor por todas tus bendiciones y porque el entierro del Papa fue en el día de mi cumpleaños número 55.  Asistieron 4 reyes, 5 reinas y 70 jefes de Estado y a Roma llegaron 5 millones de personas o sea la población se duplicó. 
Por la noche fuimos a cenar con Ariana y Luigi y Rober, a mediodía almorzamos con mis papás, Guayo y Carmen Elena.  ¡Gracias Señor, por estos 55 años!

Sábado 9 y domingo 10 de abril de 2005

Marcos 9, 43-45
Isaías 66, 22-24

No pude orar, pues me puse a preparar el programa.  Además nos fuimos a recibir el “Día Eucarístico”, que estuvo precioso.  Monseñor Fernando y Urioste, nos explicaron y hablaron sobre la Eucaristía y la presencia real de Jesús en la Hostia Consagrada y el Vino Consagrado.  Hicimos una adoración en el Santísimo y Monseñor Romero me miró directamente a los ojos, tanto en la adoración, como en la misa.  Sentí que el Señor me decía que esa es la obra a quien tenemos que ayudar, pues esa es la obra que más ayudaba el papá de Sylvia Regina.  Ahí está el altar donde Monseñor Romero fue asesinado y a quien le rezamos todas las noches su oración para que nos haga el milagro con los empleados, ahí está la Madre Lucita, que conoce a Sylvia Regina y tienen a su cargo a los cancerosos y a los niños en el Hogar.  Los niños siempre han sido mi inclinación para ayudarles, para que formen sus valores morales y religiosos. 
El domingo me levanté pidiéndole al Señor su misericordia, pues me levanté con dudas, de si al final vamos a salir adelante con todos nuestros problemas y dudando de su promesa, me dijo: 43 Si tu mano te está haciendo caer, córtatela; pues es mejor para ti entrar con una sola mano en la vida, que ir con las dos a la gehenna, al fuego que no se apaga. 44 Y si tu pié te está haciendo caer, córtatelo; 45 pues es mejor para ti entrar cojo en la vida que ser arrojado con los dos pies a la gehenna.  66, 22 Así como los nuevos cielos y la nueva tierra que voy a crear durarán para siempre, así también tu nombre y tu raza permanecerán siempre. 23 Cada luna nueva y cada sábado, todo hombre vendrá a postrarse ante mí, dice Yavé, 24 y, al salir, verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí …
Todo el día pasé bastante preocupado y perturbado.  Me acosté pidiéndole al Señor que me de fortaleza y me ilumine para saber cual es su voluntad.  Sylvia Regina me dijo que ahora estábamos en la recta final y que los ataques se iban a arreciar; que nos acordáramos que el Padre Fernando nos había dicho de rezar Los Cercos de Jericó, en los días antes del juicio.

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