Lunes 4 de abril de 2005
Job 18, 33
Me levanté preocupado, pero escuché
al Espíritu Santo que me decía que me levantara a orar y me levanté a orar
temprano. Mi pregunta al Señor era
¿qué debo hacer? El Señor me
dijo: 1 Bilbad de Suaj tomó la palabra y
les dijo: 2 ¿Cuándo terminarán sus palabras? Sé razonable y déjanos
hablar. 3 ¿Crees que somos bestias, o nos consideras unos brutos? 4
Por qué te destrozas en tu enojo? ¿Se desolará la tierra otro tanto o las rocas
cambiarán de lugar? 5 Sí, la luz del malvado se apaga y no brilla la
llama de su fuego. 7 Sus pasos vigorosos se acortan, y sus propios
designios lo hacen tropezar. 16 Sus raíces abajo se secan y sus
ramas arriba se marchitan. 19 Para él, ni descendencia ni
posterioridad en su pueblo, ni sobrevivientes por donde pasó. 19, 1
Job respondió: 2 ¿Hasta cuándo me cansarán y me acorralarán con sus
discursos? 3 Ya me han insultado diez veces, ¿y no se avergüenzan de
maltratarme así? 5 Si quieren triunfar de mí y reprocharme por mi
humillación, 6 sepan que es Dios quien me perjudicó y me envolvió
con su red. 11 Descarga sobre mí su enojo y me trata como su
enemigo. 13 Ha apartado de mí mis hermanos, y todos mis conocidos
tratan de alejarse. 14 Ya no me ven parientes ni familiares, me
olvidaron los allegados a mi casa. 17 Mi aliento le cae mal a mi
mujer, mis propios hijos me encuentran hediondo. 19 Todos mis
íntimos tienen asco de mí, los que yo amaba se han vuelto contra mí. 21
Apiádense de mí, ustedes mis amigos, que es la mano de Dios la que me
hirió. 20, 1 Sofar de
Naamat tomó la palabra y dijo: 4 ¿No sabes tú que desde siempre,
desde que fue puesto el hombre sobre la tierra, 5 el triunfo del
malvado es breve y el gozo del perverso no dura más que un instante? 18
Devuelve su ganancia sin tragarla, y no puede gozar el fruto de su negocio. 19
Porque despojó por la fuerza a los pobres y robó su casa en vez de
construirla. 21, 1 Job
tomó la palabra y dijo: 4 ¿Acaso pleiteo contra un hombre? Entonces,
¿cómo no me pondría nervioso? 5 Préstenme atención y quedarán
espantados y se pondrán la mano en la boca, 6 que yo mismo, al
recordar estos hechos me horrorizo y me dan escalofríos. 7 ¿Por qué
siguen viviendo los malvados, prolongan sus días y se van haciendo fuertes? 8
Su familia a su lado va aumentando y sus vástagos crecen ante su vista. 9
Nada perturba la paz de sus hogares, la vara de Dios no cae sobre ellos. 17
¿Será verdad que se apaga la lámpara de los malvados y cae sobre ellos la
desgracia y que Dios, en su ira, los destruye? 31 ¿Quién le echa en
cara su conducta y le da su merecido?
23, 3 ¡Ah si supiera dónde vive, iría hasta su casa! 4
Expondría ante él mi caso y le diría todos mis argumentos. 5 Por lo
menos conocería su respuesta y trataría de comprender lo que él dijera. 30, 20 Clamo a ti, y tú no
me respondes; me presentó, y no me haces caso. 26 Yo esperaba dicha,
y llegó la desgracia. Esperaba la
luz, y vino la oscuridad. 31, 17
¿Acaso comí solo mi pedazo de pan, sin compartirlo con el huérfano? 18
Al contrario, desde la infancia lo traté como un padre, y desde joven he
protegido a la viuda. 32, 2
Entonces Elihú … se enojó contra Job, porque creía tener razón frente a Dios. 6
Elihú tomó la palabra y dijo … 33,
13 ¿Por qué le haces este reproche de que no contesta tus palabras? 14
Pero mira que Dios habla una vez y no lo repite dos veces. 15 En
sueños, en visión nocturna, cuando desciende el sueño sobre los hombres, mientras
los humanos duermen en su cama. 16 El les abre el entendimiento y
los espanta con apariciones, 17 para retraerlos del mal y apartarlos
del orgullo. 18 Así le ahorra la tumba a su alma y salva su vida de
la muerte. 21 Cuando su carne desaparece a la vista y los huesos se
transparentan, 22 cuando su alma se acerca al sepulcro y su vida a
la morada de los muertos. 23 Si hay junto a él en ese momento un
ángel de Dios, un intercesor que le indique su deber, 24 que tenga
piedad de él y diga: “Líbralo, ¡oh
Dios! de bajar al sepulcro, aquí tengo lo que él debía pagar.” 25
Entonces, su carne rejuvenece … 26 Se vuelve a Dios que le hace
caso, lo va a visitar y estalla de alegría. 27 Luego publica lo
sucedido y dice entre los hombres: “Había yo pecado y torcido el derecho, pero
Dios no me ha tratado según mi culpa, 28 libró mi alma del sepulcro
y vivo ahora gozando la luz.” 29 Esto es lo que hace Dios, dos y
tres veces con el hombre, 30 para sacar su alma del sepulcro e
iluminarla con la luz de los vivos.
Creí, después de leer esta palabra, que el Licenciado
representante del inversionista nos iba a comunicar que ya nos había aprobado
el financiamiento, pero no fue así y además no pude hablar con el ejecutivo del
Banco. No se resolvió nada y no sé
qué hacer – ¿Señor, qué hago?
Martes 5 de abril de 2005
Hechos 12, 6-11
Me levanté de nuevo preocupado y
pidiéndole al Señor su misericordia por nuestros empleados y que me iluminara
para saber qué hacer. Me
dijo: 6 Llegaba el día en que Herodes iba a
hacerlo comparecer; aquella misma noche Pedro estaba durmiendo entre dos
soldados, atado con dos cadenas, y otros guardias custodiaban la puerta de la
cárcel. 7 De repente la celda se llenó de luz ¡estaba el ángel del
Señor! El ángel tocó a Pedro en el costado y lo despertó diciéndole: «¡Levántate en seguida!» Y se le
cayeron las cadenas de las manos. 8 El ángel le dijo en
seguida: «Ponte el cinturón y las
sandalias.» Así lo hizo, y el
ángel agregó: «Ponte el manto y sígueme»
9 Pedro salió tras él; no se daba cuenta de que lo que estaba
ocurriendo con el ángel era realidad, y todo le parecían visiones. 10
Pasaron la primera y la segunda guardia y llegaron a la puerta de hierro que
daba a la ciudad, la cual se les abrió sola. Salieron y se metieron por un callejón, y de repente lo dejó
el ángel. 11 Entonces Pedro volvió en sí y dijo: «Ahora no cabe
duda: el Señor ha enviado a su ángel para rescatarme de las manos de Herodes y
de todo lo que proyectaban los judíos contra mí.»
Me fui a la oficina confiado en que
ahora el Licenciado representante del inversionista nos iba a dar una nueva
noticia. A mediodía llegó Juan
Ernesto y me dijo que le había hablado y que ya iba a llegar. Al final, las condiciones que nos daba
eran unas que no podíamos aceptar y tuvimos que rechazar – ¿Qué hacer
Señor? Vine a mediodía y me postré
ante el Señor, para pedirle su misericordia y leí nuevamente la Palabra de hoy. De nuevo, sentí que me dice que El nos
va a sacar adelante, enviándonos un “ángel del Señor” y yo… creo. Por la tarde todo siguió igual y no
pasó nada. Hablé con Juan Ernesto
y me dijo que debíamos esperar antes de despedir al personal, que ya cada uno
había más o menos resuelto su situación y que debíamos confiar en el Señor que
algo nos iba a salir ¿Qué podía hacer yo?
Decidí esperar en el Señor.
Cuando regresábamos de misa, la
Discovery se arruinó, justo cuando íbamos entrando a la casa. Le di gracias al Señor que no se nos
había quedado en el camino, pero me sentí derrotado, cansado y abandonado; sin
poder soportar ya el dolor que siento, como que la cruz me pesa demasiado. ¿Dios mío, Dios mío, por qué me has
abandonado? Fuimos a la reunión de
Encuentros y al regresar, satanás se metió entre nosotros y nos hizo disgustar
con Sylvia Regina.
Miércoles 6 de abril de 2005
Nehemías 5, 6-9; 16-19
Me levanté a orar pidiéndole al
Señor su misericordia y su iluminación.
Permanecí un gran rato en oración de contemplación, esperando “oír su
voz”; pero no pude. En este tipo
de oración, mi cuerpo puede más que mi mente y no logro concentrarme en la
contemplación. Le pedía al Señor
que me ayudara en este sentido, pues quisiera poder “sólo contemplarlo, verlo,
sentirlo cerca”. Al leer La
Palabra me dijo: 6 Estas quejas y
acusaciones me llenaron de indignación. 7 Después de reflexionar,
llamé la atención a los notables y a los consejeros, diciéndoles: «¿Por qué ustedes no tienen lástima de
sus hermanos?» Debido a eso reuní
una gran asamblea 8 y les dije: «Nosotros hemos rescatado en la medida de nuestras fuerzas a
nuestros hermanos judíos que eran esclavos. ¿Y ahora son ustedes los que compran a sus hermanos?» 9
Y seguí: «No está bien lo que
ustedes hacen. ¿No quieren vivir obedeciendo a nuestro Dios? ¿Quieren imitar
las prácticas vergonzosas de nuestros enemigos paganos? 16 … me
dediqué a trabajar en la reconstrucción de la muralla y no a comprar campos; y
toda mi gente estuvo ahí ayudando. 17 En mi mesa se sentaban ciento
cincuenta personas entre jefes y consejeros, sin contar los que venían de las
naciones vecinas. 18 Diariamente se mataba un ternero, seis carneros
escogidos y aves y cada diez días se traía gran cantidad
de vino. Todo esto corría por mi
cuenta y, sin embargo, jamás pedí el pan del gobernador, porque los trabajos
pesaban ya bastante sobre el pueblo. 19 ¡Acuérdate, Dios mío, para
mi bien, de todo lo que hice por este pueblo! 8, 6 Esdras bendijo a Yavé, el Dios grande; y
todo el pueblo, alzando las manos, respondió: «¡Amén! ¡Amén!»
Y se postraron rostro en tierra. 9 Entonces Esdras, maestro
de la Ley, dijo al pueblo: «Este
día está dedicado a Yavé, el Dios de ustedes, no estén tristes ni lloren.» 10
… La alegría de Yavé es nuestro amparo.
No pasó nada durante el día, excepto
que comprendí que a lo mejor lo que quiere el Señor no es que nos den el crédito,
sino que “soportemos la prueba”, hasta la resolución del juicio y que el
milagro va a ser que el personal aguante esperar hasta ese momento – ¡Danos fortaleza Señor!
Por la noche, Sylvia Regina me contó
que habían estado orando por mí en la Asamblea y que el Espíritu Santo se había
derramado en bendiciones. Yo le
leí La Palabra de hoy y sentí el amor del Señor… me hizo llorar.
Jueves 7 de abril de 2005
Salmo 75
Me levanté apesadumbrado, pues no sé
que hacer con los empleados y ya se acerca mi cumpleaños. Quisiera estar contento, pero no lo
estoy. Me pesa demasiado la
responsabilidad que siento hacia ellos; de no estar seguro cual es la voluntad
del Señor. Le pedí que me
iluminara con Su Palabra, que no deje de “oír su voz” y “ver su rostro”. Me dijo: 2 Te damos gracias, oh Dios, te damos gracias, cuenten tus
prodigios los que invocan tu nombre. 3 «Déjenme fijar la fecha y yo
haré el juicio, yo impondré la justicia.» 4 Se derrumba la tierra
con sus habitantes, mas yo soy quien afianzó sus columnas. 5 Dijo a
los arrogantes: «¡Ya basta de violencias!» y a los incrédulos: «No alcen los cuernos, 6 no
levanten tanto su cornamenta ni lancen desafíos contra la Roca». 7
Pues, he aquí que viene, no del oriente ni del occidente; ni del desierto ni de
las montañas, 8 pero si viene Dios, que es el juez, para humillar a
unos y ensalzar a otros. 11 aserruchará los cuernos de los malvados,
y se alzarán los cuernos de los justos.
Después de escuchar esta Palabra,
comprendí que me debo abandonar completamente en El y dejar que El resuelva el
problema. Nos reunimos con Alex y
fue una reunión positiva, en la que analizamos todo lo del juicio, que ya se
avecina. Comprendí que debo dejar
todo en las manos del Señor y que el problema de los empleados, El lo irá resolviendo,
conforme a Su voluntad, pero que no debo ser yo quien decida por ellos, sino
que debo dejar que cada uno resuelva por sí mismo. Por la noche tuvimos reunión de hermanos y fue muy positiva,
como las de antes. A mí me tocó
hacer la oración de la comida, sentí que el Espíritu Santo estaba con nosotros.
Viernes 8 de abril de 2005
Romanos 10, 9-10; 11, 33- 36
Hoy a las 2:00 a.m.
enterraron al Papa
Me quedé viendo toda la ceremonia
del entierro del Papa, de 2:00 a.m. a 5:00 a.m., que estuvo bellísima y me
parece que va a causar un gran efecto positivo en todo el mundo, pues el
Espíritu Santo estaba ahí presente y a través de la televisión lo habían podido
percibir millones y millones de personas.
Estaban también todos los presidentes de los países más importantes del
mundo y varios reyes y príncipes.
Asistió también toda la alta representación de las iglesias católicas de
Oriente e hicieron una ceremonia, ya al final, con su ritual propio.
Me despertaron Sylvia Regina y Rober
a las 6:00 a.m., para celebrarme mi cumpleaños y me hicieron andar buscando el
regalo por medio de pistas. Al fin
lo encontré y era una “guitarra acústica eléctrica”, algo que siempre había
querido para poder cantarle al Señor en público. Eso es lo que El quiere que haga, pues yo no le había
mencionado nada a Sylvia Regina.
Le di gracias a Dios por todas sus bendiciones, por todos nuestros hijos
y yernos y por tenernos juntos, en su presencia. En mis oraciones me dijo: 9 Porque te salvarás si confiesas con tu boca que Jesús es
Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos. 10
La fe del corazón te procura la verdadera rectitud, y tu boca, que lo proclama,
te consigue la salvación. 11 La Escritura ya lo dijo: El que cree en él no quedará
defraudado. 11, 33 ¡Qué
profunda es la riqueza, la sabiduría y la ciencia de Dios! ¿Cómo indagar sus
decisiones o reconocer sus caminos? 36 Todo viene de El, por El
acontece y volverá a El. A El sea
la gloria por siempre. ¡Amén!
Gracias Señor por todas tus
bendiciones y porque el entierro del Papa fue en el día de mi cumpleaños número
55. Asistieron 4 reyes, 5 reinas y
70 jefes de Estado y a Roma llegaron 5 millones de personas o sea la población
se duplicó.
Por la noche fuimos a cenar con
Ariana y Luigi y Rober, a mediodía almorzamos con mis papás, Guayo y Carmen
Elena. ¡Gracias Señor, por estos
55 años!
Sábado 9 y domingo 10 de abril de
2005
Marcos 9, 43-45
Isaías 66, 22-24
No pude orar, pues me puse a
preparar el programa. Además nos fuimos
a recibir el “Día Eucarístico”, que estuvo precioso. Monseñor Fernando y Urioste, nos explicaron y hablaron sobre
la Eucaristía y la presencia real de Jesús en la Hostia Consagrada y el Vino Consagrado. Hicimos una adoración en el Santísimo y
Monseñor Romero me miró directamente a los ojos, tanto en la adoración, como en
la misa. Sentí que el Señor me
decía que esa es la obra a quien tenemos que ayudar, pues esa es la obra que
más ayudaba el papá de Sylvia Regina. Ahí está el altar donde Monseñor Romero fue asesinado y a
quien le rezamos todas las noches su oración para que nos haga el milagro con
los empleados, ahí está la Madre Lucita, que conoce a Sylvia Regina y tienen a
su cargo a los cancerosos y a los niños en el Hogar. Los niños siempre han sido mi inclinación para ayudarles,
para que formen sus valores morales y religiosos.
El domingo me levanté pidiéndole al
Señor su misericordia, pues me levanté con dudas, de si al final vamos a salir
adelante con todos nuestros problemas y dudando de su promesa, me dijo: 43 Si tu mano te está
haciendo caer, córtatela; pues es mejor para ti entrar con una sola mano en la
vida, que ir con las dos a la gehenna, al fuego que no se apaga. 44 Y
si tu pié te está haciendo caer, córtatelo; 45 pues es mejor para ti
entrar cojo en la vida que ser arrojado con los dos pies a la gehenna. 66, 22 Así como los nuevos
cielos y la nueva tierra que voy a crear durarán para siempre, así también tu
nombre y tu raza permanecerán siempre. 23 Cada luna nueva y cada
sábado, todo hombre vendrá a postrarse ante mí, dice Yavé, 24 y, al
salir, verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí …
Todo el día pasé bastante preocupado
y perturbado. Me acosté pidiéndole
al Señor que me de fortaleza y me ilumine para saber cual es su voluntad. Sylvia Regina me dijo que ahora
estábamos en la recta final y que los ataques se iban a arreciar; que nos
acordáramos que el Padre Fernando nos había dicho de rezar Los Cercos de
Jericó, en los días antes del juicio.
"Toda lengua debe confesar que Jesucristo es el Señor."
ResponderEliminarSan Cirilo,