Lunes 30 de mayo de 2005
Jeremías 19, 1-7; 13, 12-14
1 Esta fue la Palabra de
Yavé: “Anda a comprarle un jarro
de greda. Que te acompañen algunos
ancianos del pueblo y algunos sacerdotes.
2 Parte después en dirección del valle de Ben-Hinón, a la
entrada de la Puerta de los Alfareros, y pronuncia allí este discurso, que yo
te dictaré. 3 Comenzarás así:
Escuchen la palabra de Yavé, reyes de Judá y habitantes de
Jerusalén. Así dice Yavé de los
Ejércitos, el Dios de Israel. Voy
a mandar una calamidad tal sobre este lugar, que le zumbarán los oídos a quien
la oiga, 4 por haberme abandonado, profanado este lugar y ofrecido
incienso a dioses extranjeros que ni ellos, ni sus padres, ni los reyes de Judá
conocían. Han llenado este lugar
de sangre inocente 5 y han construido santuarios altos a Baal para
quemar a sus hijos; siendo que yo jamás lo había prescrito u ordenado, ni se me
había pasado por la mente. 6 Por esto, se está acercando el día en
que este lugar ya no se llamará Tofet ni Valle de Ben-Hinón, sino Valle de la
Muerte. 7 Reduciré a nada las esperanzas de Judá y Jerusalén en este
lugar; los haré caer bajo la espada de sus enemigos, a manos de los que buscan
su muerte… 12 Tu les dirás también estas palabras: “Todo cántaro se
llenará de vino”. Y si te responden:
“ ¿Es ésta una novedad? “… 13 Tu les dirás: Ustedes son los cántaros y a todos los
llenará Yavé hasta que queden borrachos.
Y se estrellarán los habitantes de este país, el uno contra el otro y
los padres contra sus hijos, tanto los reyes, sucesores de David, como los
sacerdotes y profetas… 14 Así dice Yavé: “No tendré piedad ni misericordia y sin perdón los
destruiré. No comprendí la palabra de hoy, excepto
que recordé que ya me la había dado el pasado miércoles 25, pero yo no la quise
apuntar, porque me pareció muy dura.
¿Quién soy yo para comprender al Señor? El sabrá de qué se trata y
concuerda con lo que me dijo el jueves 26. Me hizo recordar también el porqué la Virgen había
recomendado rezar 7 Rosarios diarios, que es lo que nos dijo Raquelina y
Rosario.
No pasó nada en la oficina. Confío en el Señor.
Fui a ver a mis papás y la reunión
no fue positiva, toda la familia está ya como incrédula sobre los resultados
del juicio y con razón, pues nada parece caminar y El Paso cada vez se inventa
cosas nuevas con la sola idea de retrazar todo.
Martes 31 de mayo de 2005
Hebreos 13, 1-6
Deuteronomio 31, 7
Me levanté pidiéndole al Señor su
misericordia, pues el dolor que siento es intenso y siento como llagas el
desprecio de toda la gente, pues no he podido cumplir con nadie y eso me hace
sentir muy mal. Además la Palabra
de ayer me tiene perturbado. El
Señor, me dijo: 1 Manténgase el amor
fraterno. 2 No dejen de practicar la hospitalidad, pues saben que
algunos dieron alojamiento a ángeles sin saberlo. 3 Acuérdense de
los presos como si estuvieran con ellos en la cárcel y de los que sufren, pues
ustedes también tienen cuerpo. 4 Que todos respeten el matrimonio y
ninguno manche la unión conyugal.
Dios castigará a los silenciosos y a los que cometen adulterio. 5
No corran tras el dinero, sino más bien confórmense con lo que tienen, pues
Dios ha dicho: Nunca te dejaré ni
te abandonaré. 6 Y nosotros debemos de responder confiados: El Señor es mi socorro, no temeré ¿Qué
pueden hacerme los hombres? , 7 Después de esto, Moisés llamó a
Josué y le dijo en presencia de todo Israel: “Sé valiente y firme, tú entrarás con este pueblo en la
tierra que Yavé, hablando a sus padres, juró darles; y sortearás la parte que
le corresponderá a cada uno”.
Fui a ver a Lorena, para explicarle como iba el juicio y la reunión, gracias
a Dios, fue positiva. Sentí que esto
era el mandato del Señor, para el día de hoy, cuando me dice: “manténgase el amor fraterno”. Por lo demás, me reuní con un señor que
tal vez nos compra las máquinas de perforar, lo cual sería una solución para
poder pagarle al personal – Bendito sea Dios. Hoy fue el último día de trabajo de Juan Ernesto. Todos estábamos tristes con su partida,
pero yo en el fondo, aceptaba la voluntad de Dios, seguro que aunque todavía no
lo comprenda, “siempre es para mejor”.
Eso me reconfortaba pues me sentía muy triste, como cerrando una etapa
de mi vida ¡¿Para que nazca otra?!
Así se lo dije al personal durante la hora de la oración, que debíamos
aceptar esta voluntad de Dios, pues “para que el grano dé fruto, tiene que
morir”.
El Señor nos había querido dar una
gran sabiduría y comprendí que eso es lo que significa la ida de Juan Ernesto,
al que siempre he sentido como mi ángel protector, que el Señor me ha
concedido. Ahora me lo quita, pero
“El sabe y El me ama”…
Miércoles 1 de junio de 2005
Génesis 1, 1-5
Me levanté a orar y me sentía como
comenzando otra vida, pues ya Juan Ernesto no iba a estar en la oficina y
pidiéndole al Señor su misericordia y su iluminación, para saber que
hacer. Me dijo: 1 En el principio, cuando Dios creó los cielos y la tierra, 2
todo era confusión y no había nada en la tierra. Las tinieblas cubrían los abismos mientras el Espíritu de
Dios aleteaba sobre la superficie de las aguas. 3 Dijo Dios: «Haya luz», y hubo luz. 4
Dios vio que la luz era buena y separó la luz de las tinieblas. 5
Dios llamó a la luz «Día» y a las tinieblas «Noche». Atardeció y amaneció:
fue el día Primero. Comprendí
que era la voluntad del Señor que Juan Ernesto partiera, no sé porqué y que
ahora comenzaban a mejorar las cosas para todo el personal. La empresa entraba en el Reino de Dios
para que El reine en ella, que hagamos su voluntad y que todo se iba a
arreglar.
Me reuní con el señor y cerramos el
trato de venderle las máquinas, esto nos soluciona el problema de las planillas
de los empleados – ¡Gloria a Dios!
pues mañana nos va a dar un adelanto y vamos a firmar una Promesa de
Venta. Cuando le conté esto a
Sylvia Regina, me dijo que si era “siete días, después de haber empezado a
rezar los siete Rosarios diarios” y mañana se cumplían los siete días, mañana
vamos a firmar – ¡Gloria a Dios!
Nos fuimos a misa para dar gracias a Dios y ahí estaba el Padre Martín
Avalos. Nos quedamos a la hora de
la oración con él y comprendí que era un regalo de Dios. En cuanto comenzó la alabanza levanté
mis manos y el Señor me puso sus manos sobre las mías con una gran fuerza y
amor. Durante la oración, el
Espíritu Santo me iluminó para comprender algo que tenía ya meses de estarle
pidiendo y que es que me ayudara para saber como visualizar al Señor en el
Sagrario y en el Santísimo. Me
dijo que la Hostia era su corazón y que El estaba rodeándola como lo visualizamos
en el Cuadro del Señor de la Misericordia. La Hostia es su corazón, de donde salen los rayos rojo y
blanco que simbolizan su sangre y el agua que nos purifican y lavan de todo
pecado.
Jueves 2 de junio de 2005
Marcos 2, 4-5; Isaías 43, 25-28; 44,
1-5
Reflexionamos, por
primera vez, en la Asamblea de Encuentros
Me levanté temprano para estar con
el Señor, pues además tenía que preparar la reflexión de la Palabra para la
Asamblea de Encuentros de hoy, que es primera vez que nos toca. Me dijo: 4 Como no podían acercarlo a Jesús, a causa de la multitud,
levantaron el techo donde El estaba y por el boquete bajaron al enfermo en su
camilla. 5 Al ver la fe de aquella gente, Jesús dijo al
paralítico: “Hijo se te personan
tus pecados”. 25 Soy yo quien tenía que borrar tus faltas y no
acordarme de tus pecados. 26 Hazme recordar, entremos en juicio
juntamente, habla tú para justificarte. 27 Ya pecó tu primer padre y
después se han revelado tus portavoces; 28 por eso, dejé botados a
los jefes de mi Santuario, exterminé a los hijos de Jacob y quise que mi pueblo
fuera despreciado. 1
Pero ahora escucha Jacob, siervo mío, hijos de Israel a quienes yo elegí: 2
Así habla Yavé, el que te hizo, tu socorro, el que te formó desde el seno
materno: No teman hijos de Jacob,
mi servidor, Israel a quien yo elegí. 3 Derramaré agua sobre el
suelo sediento y los riachuelos correrán en la tierra seca. Derramaré mi espíritu sobre tu raza y
mi bendición cubrirá tus descendientes. 4 Crecerán como hierba
regada, como sauces a orillas de los ríos. 5 Uno dirá: Yo soy de Yavé,
otro llevará el nombre de Jacob, un tercero escribirá en su mano: «De Yavé», y
tendrá como apellido el nombre de Israel.
Hoy hablé con Vidal y lo encontré
entusiasmado con el caso, como yo lo esperaba desde el inicio. Me hizo comprender que la gracia del
Señor ha llegado y que todo se iba a empezar a componer desde ahora, pues la
Palabra de hoy y de los días anteriores las voy entendiendo como conclusivas,
como cuando El se dirige a Job, antes de darle todas sus gracias, cuando Job le
dice: “Te conocía de oídos, pero hoy te
he visto cara a cara” – ¡Alabado sea el Señor!
Por la tarde nos hizo el milagro
para los empleados, en respuesta a sus oraciones, pues hoy vendimos las
máquinas a Javier, una persona que también está cerca de Dios y que estoy seguro
que El nos envió para que él también se beneficiara. Estoy seguro que por ambos lados estábamos suplicando su
misericordia, para que el negocio se diera y nos hizo el milagro. Gracias Señor, Gracias Virgen Santísima
por tú intercesión.
Viernes 3 de junio de 2005
Me levanté, con sed de la Palabra, a
orar. Me sentía con un gozo en el
corazón, sentía al Señor y la Virgen Santísima a la par mía, como un nuevo
amanecer ¡del resto de mi vida! Me
dijo: 16
Acérquense a mí y oigamos desde el principio nunca hablé en secreto y desde que
sucedieron estas cosas me tenían aquí:
Sepan entonces que el Señor Yavé me ha enviado, junto con su Espíritu. 17
Así dice Yavé, el que te rescata, el Santo de Israel, Yo soy tu Dios y te
enseño lo que es provechoso, indicándote el camino que debes seguir. 18
Si hubieras estado atento a mis leyes, la dicha te habría inundado como un río.
Habrías sido fuerte como las olas del mar 19 y tus hijos, numerosos
como los granos de arena, y tu nombre no sería nunca arrancado o borrado de mi
vista. 20 ¡Salgan de Babilonia! ¡Huyan del país de los Caldeos!
Griten esto alegremente; anúncienlo y transmítanlo hasta el último rincón del
mundo. Digan: “Yavé ha salvado a su servidor Jacob. 21
No pasaron sed en los desiertos por los que los guió; para ellos sacó agua de
la roca”. 22 Pero ni hay paz para los malvados, dice Yavé. 49, 1
Escúchenme islas lejanas, pongan atención, pueblos, Yavé me llamó desde
el vientre de mi madre, conoció mi nombre desde antes que naciera. 2 Hizo de mi boca una espada
cortante y me guardó debajo de su mano.
Hizo de mí flecha puntiaguda que tenía escondida entre las otras. 3
El me dijo: “Tú eres mi servidor
Israel y por ti me daré a conocer” 4 Mientras que yo pensaba: “He trabajado en balde, en vano he
gastado mis fuerzas, para nada”: Yavé, sin embargo, protegía mis derechos, mi
Dios guardaba mi salario, pues soy importante para Yavé y mi Dios se hizo mi
fuerza. 5 Y ahora ha hablado Yavé, que me formó desde el seno
materno para que fuera su servidor, para que te traiga a Jacob y le junte a
Israel. 6 No vale la pena que seas mi servidor únicamente para
restablecer a las tribus de Jacob o traer sus sobrevivientes a su patria. Tú serás, además, una luz para las
naciones, para que mi salvación llegue hasta el último extremo de la tierra”. Hoy el Divino Niño nos hizo el milagro
y me dieron un anticipo de la venta de
las máquinas, para poder pagarle algo al personal. Con esto espero en el Señor que vamos a
poder pagar los salarios a tiempo, hasta que se resuelva lo del juicio. A la hora de la oración se lo notifiqué
al personal y le dimos un aplauso al Niño Jesús – ¡Gloria a Dios!
Sábado 4 y domingo 5 de junio de
2005
Zacarías 11, 4-7
Me levanté temprano, pero no pude
orar pues tenía que preparar el programa.
Me sentí dichoso, pues el Espíritu Santo fluía sobre mí y me iluminaba
sobre el Evangelio de cuando el Señor llamó a Mateo. Mateo 9, 9-13. En el programa también sentí la efusión
del Espíritu Santo y sus bendiciones y sanación. Todo el día no he querido parar de orar. Resé como diez Rosarios y no quería
parar, pues siento un gozo tremendo al invocar a la Virgen Santísima; como que
Jesús se encarna en mi corazón mientras más le rezo, que es lo que nos dijo
Raquelina que le había dicho la Virgen cuando visitó el lugar de la
Anunciación, en Tierra Santa y sentía un gran deseo de estar con el Señor. Por la noche me dijo: 4 Así me habló Yavé, mi Dios: “Encárgate de esas ovejas, que van al matadero. 5
Sus compradores las matan sin ser castigados y los que las venden dicen: “Gracias a Yavé, ahora soy rico” y sus
pastores no se preocupan por ellas. 7 Entonces me hice pastor de las
ovejas a las que mataban los comerciantes de ganado. Me conseguí un par de bastones de ganado; a uno le puse el
nombre de Bondad y al otro de Unión. Y desde entonces me hice cargo de las
ovejas.
Nos levantamos temprano para irnos a
Houston: Alex, Sylvia Regina y
yo. Yo iba bien preocupado por el
deposition que iba a dar, pero confiado en el Señor. Llegamos y Sylvia Regina se fue a un mercado de pulgas y
nosotros fuimos a ver un desarrollos de casas. El Señor nos llevó ahí. Después nos fuimos a misa de 6:00 p.m. a St. Michael´s y el
sacerdote fue un chinito que no le entendí mucho.
"El que ama al prójimo como a sí mismo debe desearle todo el bien que apetece para sí; y como nadie se desea el mal, debemos desear para el prójimo lo que para nosotros mismos."
ResponderEliminarSan Justino,