Lunes 25 de abril de 2005
Hechos 28, 1-31
Hoy me levanté “molido” y
suplicándole al Señor su misericordia, pues ya no aguanto el dolor que siento y
pidiéndole el milagro, que se haga realidad lo que ayer sentí en el Santísimo y
que era que ya todo se iba a comenzar a facilitar, como por milagro; pues todo
se mira bien complicado. Me dijo: 1 Una vez a salvo,
supimos que la isla se llamaba Malta. 2 Los nativos nos trataron con
una cordialidad poco común, encendieron una gran hoguera y nos cuidaron a
todos, ya que llovía y hacía frío. 3 Pablo había juntado una brazada
de ramas secas y, al echarlas al fuego, una víbora que escapaba del calor se le
enroscó en la mano. 4 Al ver los nativos a la víbora colgando de la
mano de Pablo, se dijeron unos a otros: «Sin duda éste es un asesino. Aunque se haya salvado del mar, la justicia
divina no lo deja vivir.» 5 Pero Pablo sacudió la víbora echándola
al fuego y no sufrió daño alguno. 6 Pensaban que se iba a hinchar o
caer muerto de repente, pero después de esperar largo rato, vieron que no
pasaba nada. Entonces cambiaron de
parecer y decían que era un dios. 8 Precisamente el padre de Publio
estaba en cama con fiebre y disentería,
Pablo entró a verlo, oró, le impuso las manos y lo sanó. 9 A
consecuencia de esto todos los enfermos de la isla acudieron a él y fueron
sanados; 10 … al marchar, nos proveyeron de todo lo necesario. 14
… y así es como llegamos a Roma. 30 Pablo, pues, arrendaba esta
vivienda privada y permaneció allí dos años enteros. Recibía a todos los que lo venían a ver, 31
proclamaba el Reino de Dios y les enseñaba con mucha seguridad lo referente a
Cristo Jesús, el Señor, y nadie le ponía trabas.
Martes 26 de abril de 2005
2 Crónicas 30, 7-9
Siracides 2, 1-17
Me levanté contento y confiado en el
Señor. Bendecido y agradecido
porque me da este “don” de sentirlo tan cerca. Me dijo: 7 no sean como nuestros
padres y hermanos, que fueron infieles a Yavé, el Dios de sus padres, por lo
cual él dejó que fueran arruinados, como están viendo. 8 No
endurezcan sus corazones como nuestros padres, sino que den la mano a Yavé,
vengan a su Santuario que él ha santificado para siempre, sirvan a Yavé,
nuestro Dios, y el furor de su ira se apartará de ustedes. 9 Porque
si ustedes vuelven a Yavé, nuestros hermanos y nuestros hijos encontrarán
misericordia ante aquellos que los llevaron cautivos, y volverán a esta tierra,
pues Yavé, nuestro Dios, es clemente y misericordioso, y no apartará de
nosotros su rostro si nos arrepentimos ante él.
Pasé un día perturbado y escribiendo
otro memo para los abogados. Pasé
invocando al Espíritu Santo que me iluminara, pero al final del día me sentí
como embotado y cansado y dando círculos.
Al final del día le dije al Señor ¡Señor yo ya no puedo, eres tú quien
me tiene que iluminar! y me fui a
misa y al Santísimo a pedir su misericordia y su ayuda, poniéndome en sus manos
y no en las mías. Al llegar a la
casa, me puse a trabajar de nuevo y el milagro sucedió, pues inmediatamente el
Señor me llevó a encontrar la respuesta – ¡Gracias Señor! Nos fuimos a la reunión de Encuentros y
la lectura fue: 1 Si te has decidido a
servir al Señor, prepárate para la prueba. 2 Conserva recto tu
corazón y sé decidido, no te pongas nervioso cuando vengan las dificultades. 3
Apégate al Señor, no te apartes de él; si actúas así, arribarás a buen puerto
al final de tus días. 4 Acepta todo lo que te pase y sé paciente
cuando te halles botado en el suelo.
Hay que seguir … Dame fortaleza, Señor!
Miércoles 27 de abril de 2005
1 Corintios 15, 54-58; 16, 13-14; 22
Me levanté a orar y le dije: “Háblame
Señor, muéstrame tu rostro… quiero escucharte”. Me dijo: 54… ¡Qué victoria tan
grande! La muerte ha sido devorada. 55 ¿Dónde está, oh muerte, tu
victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? 58 Así, pues, hermanos
míos muy amados, manténganse firmes y no se dejen conmover. Dedíquense a la obra del Señor en todo
momento, conscientes de que con él no será estéril su trabajo. 16, 13 Estén alerta,
manténganse firmes en la fe, sean hombres, sean fuertes. 14 Háganlo
todo con amor. 22 Maldito sea el que no ama al Señor. ¡Maran atha!
¡Ven, Señor!
Me fui a la oficina pues quería
terminar otro Memo para los abogados.
Me da una gran ansiedad por terminarlos y oír su opinión al respecto,
pero ésta nunca llega.
No sé porqué ahora el Señor nos está
haciendo pasar por este “desierto” de incertidumbre. ¿Señor, qué quieres que
haga? Tampoco se resuelve lo de
los empleados, a pesar de que oro por ellos diariamente. Todo parece un caos… El Señor distante,
como que no me escuchara. Digo que
“como que” pues tengo la seguridad que sí lo hace; pero por alguna razón,
todavía no me quiere responder. Es
como cuando un niño está en problemas y su padre sólo lo observa para que
aprenda, pero velando para que no sufra ningún daño irreparable. Hasta cuándo Señor? Hasta cuándo. Por la tarde me habló José Manuel, para
recordarme de la reunión de hoy para iniciar las reuniones del Retiro. No supe que contestar. Le hablé a Sylvia Regina para contarle
y me dijo que estaba adonde el Padre Fernando, que había querido ir sola.
Después me contó que le había
recomendado que no aceptáramos lo de ser animadores por ahora, pues primero era
la familia y no había que dejar a Roberto Adriano tan solo. Yo me sentí triste, más bien, de nuevo,
sin comprender al Señor ¿Por qué es que no quiere que le sirvamos ahora y más
bien nos recomienda que no le sirvamos?
Aunque eso nos hace falta?
Jueves 28 de abril de 2005
Juan 20, 28-29; 21, 17
Me levanté confundido y sediento de
estar con el Señor, para que me guíe.
Me dijo: 28 Tomás exclamó: «Tu eres mi Señor y mi Dios.» 29
Jesús replicó: ¿Crees porque me
has visto, ¡Felices los que no han visto, pero creen! 17 Insistió Jesús por tercera vez: «Simón Pedro, hijo de Juan, ¿me
amas?» Pedro se puso triste al ver
que Jesús le preguntaba por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú
lo sabes todo, tu sabes que te quiero.»
Entonces Jesús le dijo:
«Apacienta mis ovejas.» Comprendí
que el Señor nos volvía a llamar para que no hiciéramos nuestra voluntad, sino
la de El. Que El no quería que
sirviéramos en este Retiro, sino en algún próximo, por algo será… y yo me dejo llevar por su yugo, que es
“suave y de carga ligera”. Aunque
ahora no comprenda, sé que por algo será que El no quiere que le sirvamos
ahora, sino después. “El sabe y El
me ama”.
Pasé todo el día haciendo o
terminando el Memo de porqué el “Trust” ya no puede existir. Nos reunimos con Alex y también él está
devastado, pero las reuniones son positivas y sólo nos sostiene nuestra Fe en
Dios, que todo va a salir bien; aunque todo parece como que no va a ser
así.
Por la tarde recibí otro mail de los
abogados, pero me armé con el escudo de la Fe y el Espíritu Santo me hizo
contestarles serena y objetivamente.
Por la noche fuimos a la asamblea de Encuentros y a la primera reunión
de preparación para animadores.
Viernes 29 de abril de 2005
Jeremías 51, 15-24; 36-37; 45
Me levanté pidiéndole al Señor para
que le podamos dar algo hoy a los empleados, que es mi mayor dolor. Me dijo: 15 El hizo la tierra con su poder, afirmó el mundo con su sabiduría
y con su inteligencia extendió los cielos. 17 Todo hombre entonces
se siente estúpido, imbécil, y el platero se avergüenza de su ídolo, pues sus
estatuas no son más que mentiras, que nunca respiran. 19 No es así,
en cambio, el Dios de Jacob, pues él ha formado el universo e Israel es su
tribu heredera. Su nombre es Yavé
de los Ejércitos. 20 Yo te usé como un martillo, como una maza para
el combate. 21 Contigo aplasté naciones, contigo destruí reinos,
contigo derribé al caballo y al jinete, al carro de guerra y al que lo monta. 22
Contigo golpeé a hombres y mujeres, al viejo y al muchacho, al joven y a
la doncella. 24 Pero le devolveré a Babel y a todos los caldeos en
presencia de ustedes, dice Yavé, todo el mal que hicieron a Sión. Ya vengo a ti, cerro destructor, que
arruinabas la faz de la tierra. 36 Por lo tanto, así habla
Yavé: Aquí estoy para tomar la
defensa de tu casa y para asegurarte tu venganza. Voy a secar su río y a agotar
sus vertientes. 37 Babilonia se convertirá en un montón de piedras,
en una guarida de chacales que cause horror y desprecio, sin un solo habitante.
45 Salgan de allí, pueblo mío! ¡ Que
cada uno de ustedes salve su vida ante el fuego de la cólera de Yavé! No le pudimos pagar nada a los
empleados y muchos pidieron permiso para irse a ver como lograban algún
ingreso. Me sentí bien mal,
preocupado y sólo confiando en el Señor.
Señor Jesús, ten misericordia de mi!
Sábado 30 de abril y domingo 1 de
mayo de 2005
2 Reyes 22, 13, 18-20
Apocalipsis 3, 11
Amanecí preparando el programa y
sentí como el Espíritu Santo fluía sobre mí, pero me sentía triste y
preocupado. Por la tarde me puse a
orar y el Señor me dijo: 13 Vayan a consultar a
Yavé sobre lo que dice este libro que encontraron. Consulten por mí, por el pueblo y todo Judá; porque nuestros
padres no escucharon lo que dice este libro, ni escucharon sus ordenanzas, y
por eso es grande el enojo de Yavé contra nosotros. 18 Ustedes
transmitirán esta respuesta al rey de Judá, que los ha enviado a consultar a
Yavé. Esto dice Yavé, Dios de
Israel: No te alcanzarán las
amenazas de este libro, 19 porque tu corazón se ha conmovido y has
hecho penitencia en la presencia de Yavé al oír lo que he dicho contra este
lugar y contra sus habitantes, pues este lugar será desolado y maldito. Pero tú has rasgado tus vestiduras y
has llorado ante mí, y yo te he escuchado, dice Yavé. 20 Por eso voy
a reunirte con tus padres; morirás y serás sepultado en paz, sin haber visto
ninguno de los males que voy a mandar contra este lugar.
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