Lunes 16 de mayo de 2005
Zacarías 1, 2-17
2 Yavé estuvo muy enojado
con los padres de ustedes; pero este es el recado de Yavé de los Ejércitos: 3 Vuelvan a mí y yo me volveré a
ustedes. 4 No se porten como sus antepasados, a quienes los antiguos
profetas les gritaban: “Déjense de
andar por malos caminos y no sigan haciendo maldades.” Pero ellos no quisieron escucharlos, ni
les hicieron caso. 5 ¿Dónde están ahora sus padres?, ¿Qué se hizo de
los profetas? 6 Pero mis palabras y mis órdenes que yo había dado a
mis servidores, los profetas, se cumplieron en sus padres de tal manera que
volvieron a mí y reconocieron:
Yavé de los Ejércitos nos ha tratado como lo había resuelto, conforme a
nuestra conducta y manera de proceder. 12 El ángel de Yavé hizo, por
su parte, esta pregunta: «Yavé de
los Ejércitos, ¿hasta cuándo estarás sin compadecerte de Jerusalén y de las
ciudades de Judá, a las que has castigado durante setenta años?» 13
Yavé dio, entonces, al ángel que conversaba conmigo una respuesta muy
esperanzadora. 14 Al oírla el ángel me ordenó: «Anúncialo a viva
voz: Esto es lo que dice Yavé de
los Ejércitos: Mi amor por
Jerusalén y por Sión es tan grande que llega a ser celoso; 15 por
eso, estoy muy enojado con las naciones orgullosas; pues si bien yo estaba
disgustado con Jerusalén, no era para que ellas llegaran a tanto. 16
Por esto, continúa Yavé, estoy volviendo a Jerusalén muy bien dispuesto; mi
Templo será reconstruido, y de nuevo se usará la lienza para medir en
Jerusalén, palabra de Yavé.
Todavía te queda algo que anunciar: 17 En mis ciudades habrá
abundancia de todo. Yavé tendrá
una vez más piedad de Sión y volverá a hacer de Jerusalén su predilecta.» Esta Palabra me la dió el Señor cuando regresábamos
en el avión de Houston a Atlanta, pues me sentía bien triste y me puse a leer
la nota que nos había escrito Rosario cuando nos vino a ver y nos recomendó
hacer el “Tribunal de Apelación” y leí la parte final que decía: “Después de ir al Tribunal de
Apelación, el Señor siempre confirma su veredicto” y que es algo que hasta ese
momento no sentía que el Señor nos había contestado y más bien a juzgar por los
hechos de la mediación, que su veredicto había sido negativo. Sin embargo, con esta Palabra, hoy la
Palabra de los días viernes y
sábado tomaban otra dimensión y comprendía que el Señor nos había absuelto y
que su amor era enorme e infinito
¡Gloria a Dios!
Martes 17 de mayo de 2005
2 Corintios 7, 10-16
Salmo 75, 1
Abrí los ojos y le dije: “Buenos
días Espíritu Santo, Señor Jesús, ten misericordia de nosotros”; pues me sentía
devastado y sin fuerzas para enfrentar todos los problemas que tenía que
enfrentar durante el día. Me
sentía cansado. El Señor, me
dijo: 10 La tristeza que viene de Dios lleva
al arrepentimiento y realiza una obra de salvación que no se perderá. Por el
contrario, la tristeza que inspira el mundo provoca muerte. 11
Aquella tristeza era según Dios, y miren lo que ha producido en ustedes: ¡qué preocupación tan grande por mí y cuántas
disculpas!, ¡qué indignación, temor, exigencias, y qué deseo de desagraviarme y
hacerme justicia! En todo han
demostrado que eran inocentes en este asunto. 12 Yo mismo, al
escribirles, no pensaba en el ofensor ni tampoco en el ofendido; más bien quería
que ustedes tomaran conciencia ante Dios de la preocupación que tienen por mí. 13
Por eso me sentí confortado. 14 … Siempre digo las cosas como son y
también en esta oportunidad se confirmó el elogio que de ustedes hice… 15
El ahora, al recordar la obediencia de todos y el respeto lleno de humildad con
que lo recibieron, siente mucho más cariño por ustedes. 16 Me
alegro, pues, de poder confiar totalmente en ustedes. Comprendí que el Señor me estaba dando su veredicto
del “Tribunal de Apelación”, con la Palabra del sábado a hoy. Te doy gracias Señor por todas tus
bendiciones ¿Quién soy yo para merecerlas? Le leí a Sylvia Regina la Palabra de ayer y hoy y al final
lloré de felicidad de sentir el amor tan especial que nos tiene el Señor. Después Sylvia Regina me contó que
había amanecido rezando por mí y que el Señor le había contestado: “En cuanto comenzaste a orar, Dios te respondió. Yo he venido para darte su respuesta,
porque Dios te quiere mucho”. Al
llegar a la oficina, me habló Vidal, que para el cálculo del monto a reclamar
iban a meter los pagos que hemos hecho en los casos de Delasa y ESI – ¡Gloria a
Dios! pues eso sube el monto considerablemente.
Al final del día oramos con todo el
personal, todos llegaron cantando
alabanzas al Señor y deseosos de seguir orando. Les expliqué al final lo de la resolución de la mediación y
que por algo el Señor, a pesar de nuestras oraciones, no había querido que las
cosas se compusieran. Todos lo
aceptaron con resignación y no sé que van a hacer.
Al final del día me llamó Alex y me
dijo que tenía una Palabra del Señor para mí, con relación al libro de “Rebecca
Brown”, pero ésta fue negativa y me fui a dormir preocupado; pues teníamos
tiempos de no tener reuniones negativas.
Miércoles 18 de mayo de 2005
Génesis 28, 12-17
Juan 1, 43
Me levanté preocupado por Alex y
pedí por él en mis oraciones, pidiéndole al Señor que nos dé discernimiento
sobre lo que platicamos ayer. Me
dijo: 12 Mientras dormía, tuvo un
sueño. Vio una escalera que estaba
apoyada en la tierra, y que tocaba el cielo con la otro punta, y por ella
subían y bajaban ángeles de Dios. 13 Yavé estaba allí a su lado, de
pié, y le dijo: «Yo soy Yavé, el
Dios de tu padre Abrahán y de Isaac.
Te daré a ti y a tus descendientes la tierra en que descansas. 14
Tus descendientes serán tan numerosos como el polvo de la tierra y te
extenderás por oriente y occidente, por el norte y por el sur. A través de ti y de tus descendientes
serán bendecidas todas las naciones de la tierra. 15 Yo estoy
contigo; te protegeré a dondequiera que vayas y te haré volver a esta tierra,
pues no te abandonaré hasta que no haya cumplido todo lo que te he dicho.» 16
Se despertó Jacob de su sueño y dijo:
«Verdaderamente Yavé estaba en este lugar y yo no me di cuenta.» 17
Sintió miedo y dijo: «¡Cuán digno
de todo respeto es este lugar! ¡Es nada menos que una Casa de Dios! ¡Esta es la
Puerta del Cielo! , 43 Al día siguiente, Jesús resolvió partir hacia Galilea. Se encontró con Felipe y le dijo: «Sígueme».
Por la tarde me habló Alex contento,
que había sellado con la sangre de Jesús todas las paredes de su casa y que hoy
le habían resuelto favorablemente un pago del FIS. Comprendí que todo era obra del Señor y que él, por sus
caminos, nos había corregido y acercado a El. Después supimos del huracán “Adriano”, que estaba amenazando
a todo El Salvador por su tamaño y que iba a entrar por El Flor (nuestra casa
en el mar) o sea que lo más probable era que íbamos a perder el rancho de El
Flor. Coloqué todo en las manos
del Señor aceptando su voluntad y les dimos vacaciones a todo el personal hasta
el lunes.
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