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Canonización de Monseñor Romero

viernes, 29 de junio de 2012

Cronología de un Milagro - Junio 2005-III


Lunes 20 de junio de 2005

Jeremías 26, 2-6
Malaquías 3, 12

Me levanté por la mañana temprano, deseoso de escuchar la Palabra del Señor.  De pronto me di cuenta porqué es que me sentía así y es porque tenía varios días de no “escuchar” su Palabra y tener el tiempo de estar con El, recogido en adoración, pues con tanto viaje no he podido.  Me dijo:  2 Yavé me dijo:  “Párate en el patio de la Casa de Yavé para decir mis advertencias a todas las ciudades del país de Judá que vienen aquí a postrarse ante mí.  Tú les dirás cuanto yo te mande, sin suprimir nada. 3 Puede ser que al escucharte se conviertan del mal que están haciendo.  En tal caso, yo también renunciaré al castigo que pensaba darles por sus malas obras. 4 Les dirás:  Escuchen estas palabras de Yavé:  Ustedes no me hacen caso, ni andan según mi Ley, tal como se las enseñé. 5 Hasta ahora no han escuchado las palabras de los profetas que yo les mandé con insistencia.  Si ustedes persisten en no escucharlas, 6 trataré a este templo como traté al Santuario de Silo y pondré a Jerusalén como ejemplo; todas las naciones de la tierra reconocerán que yo la maldije.  3, 12 Pero precisamente por sus maldades Sión va a quedar como un potrero arado, Jerusalén será reducido a escombros y el Cerro del Templo será cubierto por el bosque.  Comprendí la reiteración de su llamado a promover su Palabra, pero en mi interior le dije, “pero Señor, me siento cansado y sin fuerzas, pero aquí estoy.  Hágase en mí según tu Palabra”.  En la oficina no pasó nada y mas bien los comentarios que me vinieron de los abogados fueron como que habíamos retrocedido.

Martes 21 de junio de 2005

2 Corintios 7, 10-16; 9, 10
Salmo 112, 9

Me levanté triste y cansado, agotado.  Me acordé de Elías cuando el Señor le dice:  “Come y toma” e inmediatamente se me vino a la mente la “Eucaristía”, que eso es lo que me da la fuerza, pues de otra manera ya me hubiera desesperado.  Le pedí al Señor que me hablara, para escuchar su voz y reconfortarme. Me dijo: 10 La tristeza que viene de Dios lleva al arrepentimiento y realiza una obra de salvación que no se perderá.  Por el contrario, la tristeza que inspira el mundo provoca muerte. 11 Aquella tristeza era según Dios, y miren lo que ha producido en ustedes:  ¡Qué preocupación tan grande por mí y cuántas disculpas! ¡qué indignación, temor, exigencias, y qué deseo de desagraviarme y hacerme justicia!  En todo han demostrado que eran inocentes en este asunto. 15 El ahora, al recordar la obediencia de todos y el respeto lleno de humildad con que lo recibieron, siente mucho más cariño por ustedes. 16 Me alegro, pues, de poder confiar totalmente en ustedes. 10 Si Dios proporciona la semilla al que siembra y el pan que van a comer, les dará también a ustedes la semilla y la multiplicará y hará crecer los brotes de sus virtudes. 9 Repartió, dio a los que tenían hambre; sus méritos permanecen para siempre. 
Fuimos a traer a Sofía, que venía hoy de Navojoa.  Al verla le di gracias a Dios por todas sus bendiciones; se me olvidaron todos los problemas.  Toda la tarde y en la reunión que le hicimos pasé dándole gracias al Señor por la familia que me ha dado y por mantenernos unidos – ¡Bendito sea Dios!  Me sentí triste por no haber podido ir a misa… ¡Te amo, Señor!  Me hace falta estar contigo. 
Hoy en el almuerzo, Sylvia Regina comentó algo sobre la única nuera que íbamos a tener y que tenía que ser inteligente para tratarla bien.

Miércoles 22 de junio de 2005

Juan 9, 37-38
Salmo 95, 6-7

Me levanté pidiéndole al Señor su misericordia, pues me siento desmayar de la carga que siento.  Me dijo:  37 Jesús le dijo:  «Tú lo has visto, y es el que está hablando contigo.» 38 El entonces dijo: «Creo, Señor.»  Y se arrodilló ante él.  6 ¡Entremos, agachémonos, postrémonos; de rodillas ante el Señor que nos creó! 7 Pues él es nuestro Dios y nosotros el pueblo que él pastorea, el rebaño bajo su mano. Ojalá pudieran hoy oír su voz.  Probablemente, al mismo tiempo que estaba escuchando esta Palabra del Señor, mi mamá se volvía a caer en su casa y se golpeó la cabeza.  No lo supe sino hasta el día siguiente que la fui a ver – ¿Hasta cuándo Señor; hasta cuándo? 
Hoy terminamos de firmar la venta de las máquinas, pero no me sentí contento, no sé porqué.  Sin embargo, al final del día me fui al Santísimo a darle gracias a Dios por todas sus bendiciones.  Realmente así me sentía, que llevaba una gran cruz, pero con Fe que el Señor nos va a sacar adelante y dándole gracias por todo su amor y por todo lo que me ha hecho pasar para encontrarlo.

Jueves 23 de junio de 2005

Salmo 89
Lucas 19, 28-34

Me levanté temprano para ir al juzgado por la demanda de cheques sin fondos que me ha puesto uno de mis mejores amigos.  El Señor, me dijo: 2 El amor del Señor por siempre cantaré, tu fidelidad proclamaré de siglo en siglo; 3 yo digo:  tu favor es eterno, al hacer el cielo, pusiste en él tu fidelidad. 21 Encontré a David mi servidor y lo ungí con óleo santo, 22 lo sostendrá mi mano y mi brazo lo fortalecerá. 23 El enemigo no podrá sorprenderlo ni podrá el malvado oprimirlo. 24 Aplastaré delante de él a sus agresores, les pegaré a los que lo odian. 25 Mi fidelidad y mi amor lo acompañarán, mi Nombre le asegurará la victoria.  Sentí que el Señor me ha estado confirmando su unción, pues ya ha sido probada mi lealtad. Que no importa cuan grande pudiera ser la tribulación, tengo la completa seguridad que El me va a dar la fortaleza para resistirla y siempre va a ser para bien, pues todo viene de El.  Sin embargo, fui al Juzgado y no resolvimos nada a nuestro favor.  Se fijó la vista pública para el 6 de agosto. Le preguntaba al Señor ¿Por qué no me resolviste esto favorablemente?  No encontraba la solución, más que profundizar en mi oración y mientras que esperábamos los escritos, yo rezaba el Rosario pidiéndole al Señor su misericordia. 
Nos reunimos con Alex y la reunión fue deprimente, no negativa, pero no tenemos nada positivo ni esperanzador.  Fui a ver a mi mamá por la tarde y al llegar a la casa la Discovery no volvió a arrancar, aunque hoy la había sacado del taller.  Vi a mi mamá y me di cuenta que se había caído ayer y tenía una gran herida en la cabeza y toda la cara moreteada ¡se me rasgó el corazón! y dije:  ¡Piedad, Señor, Piedad!  Pero después comencé a darle gracias porque el golpe no había pasado a más y no se había vuelto a quebrar.  Salimos de la casa y de pronto el parabrisas (crico) de la Discovery se zafó y comenzó a volar por el cielo, agarrado siempre a la palanca que lo mueve.  Eso ya nos causó risa con Sylvia Regina, pues comprendimos que era “el enemigo” que nos estaba tratando de desesperar. Entonces comprendí que lo que quería el Señor con mi amigo, era que yo le fuera a hablar de “la misericordia”.  Al llegar a la casa me puse a orar, pidiéndole al Señor que me hablara.  Me dijo:  28 Dicho esto, Jesús pasó adelante y emprendió su subida a Jerusalén. 30 Vayan al pueblo de enfrente y al entrar en él encontrarán atado un burrito que no ha sido montado por nadie hasta ahora. Desátenlo y tráiganmelo. 31 Si alguien les pregunta por qué lo desatan, contéstenle que el Señor lo necesita. 33 Mientras soltaban el burrito llegaron los dueños y les preguntaron:  ¿Por qué desatan ese burrito? 34 Contestaron: «El Señor lo necesita».  Comprendí que lo que quería el Señor y el porqué no me había resuelto nada en el Juzgado, era para que fuera a hablar con mi amigo, para que él pudiera iniciar su proceso de acercamiento a Dios, pues: “El Señor lo necesita”.

Viernes 24 de junio de 2005

Salmo 54

Me levanté apesadumbrado, sin esperanza.  Al nomás despertar tuve la bendición que estaban conmigo San Miguel, San Gabriel y San Rafael, cuidándome y pendientes de mí y que cada uno de ellos representa a una persona de la Trinidad Santa:  Padre, Hijo y Espíritu Santo; por eso son tres Arcángeles pues tenemos un Dios Trino. 
Ayer en la oración de la oficina, el Espíritu Santo me iluminó y pensé también en La Trinidad y cómo o por qué son tres personas y es que cada uno es una cosa distinta, pero tan poderosa, que és una “persona” distinta. 
El Padre es la voluntad, el Hijo es el que hace que esa voluntad se cumpla y el Espíritu Santo es el amor de ambos, a todo lo creado por ellos mismos.  Todos tan poderosos y tan magnificentes, que constituyen otra persona en sí mismos.  Me levanté a orar y el Señor me dijo:  3 Oh Dios, por tu Nombre sálvame; por tu poder hazme justicia. 4 Oh Dios, escucha mi plegaria, escucha las palabras de mi boca, 5 pues se alzan contra mí los arrogantes y buscan mi muerte los violentos, hombres para los cuales Dios no cuenta. 6 Pero a mí Dios me ayuda, entre los que me apoyan está el Señor. 7 Que el mal recaiga sobre los que me espían; destrúyelos, Señor, pues tu eres fiel. 8 Te ofreceré de buena gana un sacrificio y alabaré tu Nombre, porque es bueno, 9 pues me han sacado de cualquier angustia y he visto humillados a mis enemigos.  El Espíritu Santo me hizo leer además mi agenda del día 22 de febrero, de este mismo año.  Por la noche fuimos a ver a mis papás y cuando salíamos de regreso, la Discovery no me arrancó de nuevo, después de que hoy había pasado en el taller y no le habían encontrado nada.  Entonces comprendí que era satanás y con voz potente le dije:  “Aléjate de mí Satanás, te lo ordeno en el Nombre Poderoso de Jesús”, inmediatamente le di start a la camioneta y arrancó.  Le di gracias al Señor por su ayuda y por darme el discernimiento de donde venía el problema.  Lo tomé bien normal, hasta me sorprendió como el Señor ahora se manifestaba conmigo, de una forma natural y sin mayores formalismos.  Me sentí su preferido y de confianza.

 Sábado 25 y domingo 26 de junio de 2005

Romanos 6, 1-5

Me levanté temprano para preparar el programa, pues teníamos la Primera Comunión de Diego, hijo de Eduardo mi cuñado.  Durante el programa sentía que el Espíritu Santo me guiaba para saber qué decir y conforme a su voluntad sentía su presencia y su bendición.  Pasamos juntos toda la familia, casi todo el día y podía sentir la presencia y bendición de Dios hacia nosotros. 
Por la noche, a la hora de orar con Sylvia Regina, el enemigo se interpuso entre nosotros. Yo no lo logré detectar y nos acostamos enojados y ya no oramos juntos.  El enemigo había triunfado y no me di cuenta sino hasta la mañana siguiente cuando desperté.  Comprendí que el Señor me había dado discernimiento durante la noche y entonces lo comprendí muy claro. 
El domingo íbamos a ir al Flor, pero ya no fuimos, pues nos agarró la tarde.  Dios sabe porque hace las cosas, pero pasamos otro día muy lindo, todos juntos, gozando especialmente a Sofía y Camila, que están con nosotros.  Además, el Espíritu Santo me puso a leer el otro libro de Rebecca Brown “Vasija para honra”, que hoy lo entendí mejor. Luego comprendí que el Espíritu Santo quería que lo leyera y algo me va a servir o más bien me esta preparando. 
Por la noche me puse a orar, después de venir del cine todos juntos, por lo que también le di gracias al Señor.  Me dijo:  1 ¿Qué conclusión sacaremos? ¿Continuaremos pecando para que la gracia venga más abundante? ¡Por supuesto que no! 2 Si hemos muerto al pecado ¿cómo volveremos a vivir en él? 3 Como ustedes saben, todos nosotros, al ser bautizados en Cristo Jesús, hemos sido sumergidos en su muerte. 4 Por este bautismo en su muerte fuimos sepultados con Cristo y así como Cristo fue resucitado de entre los muertos, por la Gloria del Padre, así también nosotros empezamos una vida nueva. 5 Una figura de su muerte nos injertó en El, pero compartiremos también su resurrección.  Soy de El… llevo ahora su sello, Señor.  ¡Hágase en mí, según tu voluntad! ¡Gloria a Dios!

1 comentario:

  1. "No hagas crítica negativa: cuando no puedas alabar, cállate."

    San JoséMaría Escrivá de Balaguer - Camino 443

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