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Canonización de Monseñor Romero

miércoles, 6 de junio de 2012

Cronología de un Milagro - Abril 2005-III


Lunes 18 de abril de 2005

Hoy comenzó el cónclave para elegir al nuevo Papa

Nos levantamos temprano y no pude orar pues nos fuimos a misa, para el envío de los “Cercos de Jericó”, para orar por la selección del Papa y que el Espíritu Santo ilumine a todos los Cardenales que hoy comienzan el cónclave para elegir al nuevo Papa. 
Pasé un día algo preocupado, pues no tuve noticias de Vidal con respecto al documento que le envié ayer y sentía una gran ansiedad, pero más que todo de oír si su reacción era como lo que nos había dicho Edith.  Quería como “ver el rostro del Señor” y sentirlo cerca por medio de comprobar esta profecía, pero no pude hablar con él.  Me sentí triste, pero al mismo tiempo confiado en la voluntad del Señor y que si así lo quería El, pues es lo mejor.  Por la noche fuimos al Santísimo por los “Cercos de Jerícó”.  No sentí el tiempo y no me sentí nervioso al momento de cantar, pues me puse en las manos del Espíritu Santo y que El actuaría en mí.  Fueron con nosotros Roberto Adriano y Andy (nuestro sobrino) y ambos rezaron una decena del Rosario con todas sus peticiones y en voz alta.  Gracias Señor, por esa bendición.

Martes 19 de abril de 2005

2 Samuel 15,  28 – 30; 16,  10 – 12
Salmo 3

Hoy se eligió al Papa: Benedicto XVI

Me levanté cansado y desesperado pero confiado en el Señor.  Mi sentimiento ha pasado a ser uno de confianza en el Señor, que El va a hacer lo necesario para que subsistamos; no sé como, pero que ese va a ser el milagro.  Su paz está conmigo, pues aunque no se está solucionando nada y más bien los problemas se hacen más grandes, yo siento una gran paz y tranquilidad; confiado en que si es la voluntad del Señor que no se resuelva nada, será por algo mejor que yo no alcanzo a comprender y que: “El si sabe y El me ama”.  28 Miren, yo me voy a detener en los pasos del desierto esperando que ustedes me manden noticias. 30 David subía el cerro de los Olivos llorando, con la cabeza cubierta y los pies descalzos. Todos los que lo acompañaban hacían otro tanto. 10 Pero el rey respondió:  «¡Ustedes nunca me comprenderán, hijos de Sarvia! Si Yavé le ordenó que me maldijera, ¿quién podrá preguntarle por qué lo hace? 11 … Déjenlo que me maldiga si Yavé se lo ha mandado. 12 Ojalá que, viendo mi angustia, Yavé se apiade de mí y cambie mi desgracia de hoy en felicidad.     3, 2 ¡Señor, cuántos son mis adversarios, cuántos los que se alzan contra mí!    3 Cuántos los que me dicen: «Ya no tienes en Dios salvación»! 4 Más tú, Señor, eres mi escudo, mi gloria, el que levanta mi cabeza. 6 Yo me acuesto y me duermo, y me levanto: el Señor me sostiene. 7 No le temo al pueblo que me rodea, que por todas partes me amenaza. 8 ¡Levántate, Señor! ¡Sálvame, oh Dios mío! 9 La salvación viene del Señor, que tu bendición venga sobre tu pueblo. 
Pasé todo el día redactando otro memo para Vidal e igualmente podía sentir como el Espíritu Santo me iluminaba y le podía sentir cerca.  Estando en eso, me llamó Sylvia Regina y me dijo:  “Habemus Papas”… estaba llorando de alegría. 
Después supimos que era el Cardenal Joseph Ratzinger de Alemania y que había sido de los asesores más cercanos a Juan Pablo II.  ¡Gracias Espíritu Santo! 
Luego vino Rogelio para pedirme permiso para ir a buscar ingresos por otro lado, en las tardes, pues a pesar de que no hemos podido pagarles, el no se quiere ir y tiene Fe que todo se va a componer.  Sentí como el Espíritu Santo me iluminaba para saber que decirle.  Le mencioné la lectura de hoy, que me había dicho el Señor y comprendí que era para su sanación y  también para mi sanación.  Después me contó Juan Ernesto que así había sido.

Miércoles 20 de abril de 2005

Juan 4, 48–53
Salmo 22, 22–25; 30–32

Me levanté con gozo y con fe en el Señor.  No sé porqué, pero con gozo y con Fe en el Señor.  Me dijo:  48 Jesús le dio esta respuesta:  «Si ustedes no ven señales y prodigios, no creen.» 49 El funcionario le dijo:  «Señor, ten bondad de venir antes de que muera mi hijo» 50 Jesús le contestó:  «Puedes volver, tu hijo está vivo.»  El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino.  51 Al llegar a la bajada de los cerros, se topó con sus sirvientes que venían a decirle que su hijo estaba sano. 53 El padre comprobó que a esa misma hora Jesús le había dicho:  «Tu hijo está vivo.»  Y creyó él y toda su familia. 
Me fui a la oficina seguro que hoy íbamos a tener una noticia positiva.  Al mediodía me habló Juan Ernesto que el representante del inversionista le había hablado y le había dicho que mañana tendría noticias específicas del desembolso del dinero. 
A las 4:00 p.m. hablamos con los abogados de Houston y no nos dieron buena noticias.  Nos dijeron que de todas maneras el juicio se iba atrasar, pero que en cambio íbamos a tener un mediation para el 12 ó 13 de mayo. 
Me sentí bien mal y como pidiéndole al Señor sabiduría, para comprender su voluntad y su misericordia.  Sin embargo, confiado en su palabra que todo va a salir bien y que: “todo lo que nos pasa, es porque Dios lo quiere” es lo único que me consuela. 
Por la noche fuimos a orar al Santísimo por los “Cercos de Jericó”.  No me hizo sentir mejor, sino me hizo sentir más mal en el sentido de “tanta oración y nada se resuelve” – ¿Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado? 
Me puse a orar y el Señor me consoló diciéndome:  22 Sálvame de la boca del león, y de los cuernos del toro lo poco que soy. 23 Yo hablaré de tu Nombre a mis hermanos, te alabaré también en la asamblea. 24 Alaben al Señor sus servidores, todo el linaje de Jacob lo aclame, toda la raza de Israel lo tema; 25 porque no ha despreciado ni ha desdeñado al pobre en su miseria, no le ha vuelto la cara y a sus invocaciones le hizo caso. 30 Se agacharán al verlo los que al sepulcro van.  Para Dios será sólo mi existencia. 31 Lo servirán mis hijos, hablarán del Señor a los que vengan. 32 al pueblo futuro:  Que es justo, les dirán.  Tal es su obra.

Jueves 21 de abril de 2005

Sofonías 3, 11-20

Me levanté preocupado, pero sobre todo como decepcionado con el Señor, pues el dolor que siento es inmenso y lo siento alejado de mí ¡Muéstrame tu rostro Señor!  Esto me basta.  Lo que me duele tremendamente es sentirlo lejos.  Me dijo:  11 Ese día ya no tendrás que avergonzarte de todas esas faltas que cometes contra mí, pues de en medio de ti yo arrancaré a aquellos que se jactan de su orgullo y tú no seguirás vanagloriándote de mi montaña santa. 12 Dejaré dentro de ti a un pueblo humilde y pobre, que buscará refugio sólo en el Nombre de Yavé. 13 Aquellos que queden de Israel no cometerán injusticias; no hablarán para engañar, ni se hallará falsedad en su boca. Entonces serán como el rebaño que pasta y que descansa, y no habrá quién los perturbe. 14 ¡Grita de gozo, oh hija de Sión, y que se oigan tus aclamaciones, oh gente de Israel! ¡Regocíjate y que tu corazón esté de fiesta, hija de Jerusalén! 15 Pues Yavé ha cambiado su suerte, ha alejado de ti a tus enemigos.  No tendrás que temer desgracia alguna, pues en medio de ti está Yavé, rey de Israel. 20 Ese día los traeré a este lugar y los reuniré para hacerlos famosos y respetados entre todos los pueblos de la tierra, cuando traiga de vuelta  a los cautivos a la vista de ustedes, dice Yavé. 
Tuve un día bien triste y cargado, pues pasé todo el día tratando de terminar otro memo para los abogados y sentía que mi cabeza iba a explotar.  Nos reunimos con Alex y también está decepcionado por lo que nos dijeron los abogados ayer.  Sólo le repetía: Señor Jesús, ten misericordia de nosotros.  De todos, pues ya nos sentimos cansados de no sentir que Tú nos oyes y nos haces el milagro.  Pero al final comprendiendo que si El quiere que sigamos con esta cruz, esa es su voluntad y seguimos purificándonos… pero duele Señor. 
Por la noche fuimos a la asamblea de “Encuentros” y después satanás nos atacó con furia, pues sembró en Sylvia Regina una semilla de desaliento y eso a mí me afecta bastante.  Oramos juntos y después me quedé orando yo solo, pidiéndole al Señor que aumente su misericordia.

Viernes 22 de abril de 2005

Lucas 14, 26; 33-34

Me levanté y ya Sylvia Regina estaba orando.  Hoy ya ora en las mañanas igual que yo, leyendo la Palabra del Señor y gracias a Dios juntos.  Los dos nos sentimos tristes pues nada se resuelve y todo sólo se complica.  Le pedí al Señor una Palabra para Sylvia Regina, para que nos consuele; sobre todo a ella, pues yo viéndola contenta, estoy contento.  Me dijo:  26 Si alguno quiere venir a mí y no se desprende de su padre y madre, de su mujer e hijos, de sus hermanos y hermanas, e incluso de su propia persona, no puede ser discípulo mío. 27 El que no carga con su propia cruz para seguirme luego, no puede ser discípulo mío. 34 La sal es una cosa buena, pero si la sal deja de ser sal, ¿con qué se la salará de nuevo?  La explicación en la Biblia dice, de este versículo:  «Así como la sal da sabor y preserva los alimentos debemos preservar lo bueno en el mundo, ayudar a que no se eche a perder y que más bien traiga un nuevo sabor a la vida.  Esto requiere planificación, disposición para el sacrificio y entrega tenaz al Reino de Dios.  No es fácil llegar a ser “sal”, pero si la fe cristiana falla en esta función, falla al representar a Cristo en el mundo. 
Fue un día duro, pues Guillermo me confirmó que el Banco había comenzado el juicio de nuevo y el inversionista nos confirmó que también los otros fondos que le habían prometido eran con condiciones que no podíamos aceptar.  Nos encontramos con Juan Ernesto al final del día, desmayados; ya sin ninguna alternativa más que la Fe en el Señor. 
Por la noche fuimos a los “Cercos de Jericó” con Sylvia Regina y sólo estuvimos ella y yo con el Señor.  Solos y en audiencia privada – Gloria a Dios.

Sábado 23 y domingo 24 de abril de 2005

Nos despertamos temprano para ir a consagrar o sea “presentar” los “Cercos de Jericó”.  Me sentía contento de ir a visitar al Señor y servirle.

1 comentario:

  1. "Hace falta consagrar todos los esfuerzos para comprender la Palabra de Dios."

    San Hilario de Poitiers

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