Lunes 28 de noviembre de 2005
Lucas 19, 40; 45, 46
Me levanté a orar pidiéndole al Señor su
misericordia. Tengo ya varios
meses de estarle pidiendo que se manifieste y glorifique con todos los
empleados, exaccionistas y familia y nos haga el milagro durante este mes de
noviembre y ya sólo quedan tres días.
Ayer les envié un correo a los de Piramid
Energy, ofreciéndoles vender nuestras acciones y esta alternativa sería mejor
que la de la compañian inversionista local. El Señor me dijo:
40 …
El contestó: “Yo les aseguro que si ellos callan, gritarán las piedras.” 45
Jesús entró después en el recinto del Templo y comenzó a explicar a los
comerciantes que estaban allí actuando. 46 Les declaró: “Dios dice
en la Escritura: Mi Casa será Casa de oración. Pero ustedes la han convertido
en un refugio de ladrones.”
El Señor me confirmó que El nos va a hacer el
milagro y que después, mi misión es “promover su Evangelio” y ¡Ay de mí si no
lo hago! Como dijo San Pablo.
Al llegar a la oficina comencé a leer todos los
memos que le había enviado a David Arledge y el Señor me fue llevando e
iluminando por todos los documentos que prueban todo nuestro caso. No lo podía creer, todo venía del
Espíritu Santo. Además hablé con
Vidal y me dijo que el memo que le habíamos enviado a Mark el miércoles pasado
estaba “increíblemente bueno”. Sabía
que el memo era inspiración del Espíritu Santo o sea que esto me lo
confirmaba. Daba saltos de alegría
e igualmente sentí que debía mandar un memo a Mark, el cual también sentí que
era el Espíritu Santo quien ponía las palabras en mi mano, para escribirlas ¡Gloria
a Dios! ¡Gracias Señor!
En la oración de la tarde con el personal
leímos el evangelio del “general romano”, que pide la cura para su criado. Sentí la inspiración del Espíritu Santo
para comprender que Jesús admira su gran Fe, porque éste la ocupa no para pedir
por él mismo o para un familiar, sino para uno de sus empleados y que eso fue
lo que admiró Jesús y con esto desbordó su misericordia.
Martes 29 de noviembre de 2005
Salmo 33, 22
Deuteronomio 5, 1-10
Me levanté a orar diciéndole o más bien pidiéndole
al Señor su misericordia para nosotros y el mundo entero y diciéndole: “Habla Señor, tu siervo escucha.” Me
dijo: 22 Venga, Señor, tu amor sobre
nosotros, como en Ti pusimos nuestra confianza. Luego me dijo:
1
Moisés convocó a todo Israel y le dijo: “Escucha Israel las normas y los
mandamientos que te enseño en este día; ustedes los aprenderán y cuidarán de
ponerlos en práctica. 2 Nuestra es la alianza que nos dio Yavé,
nuestro Dios, en el Horeb. 3 Pues su alianza, no la tiene pactada
con nuestros padres, sino más bien con nosotros que hoy estamos aquí todos
vivos. 4 Yavé nos habló cara a cara en el monte, desde en medio del
fuego. 5 … estas fueron sus palabras: 6 “Yo soy Yavé, tu
Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de la esclavitud. 7
No tendrás otro dios delante de mí. 8 No te harás ídolos, no te
harás figura alguna de las cosas que hay arriba en el cielo o aquí debajo de la
tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. 9 Ante
ellas no te hincarás ni les rendirás culto; porque Yo, Yavé, tu Dios, soy un
Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos hasta la tercera
y cuarta generación de los que me odian. 10 Pero mantengo mi favor
por mil generaciones a los que me aman y guardan mis mandamientos. El Señor me confirmó que todo se
iba a empezar a arreglar a partir de ahora, pues he depositado su confianza en
El y que todo va a ser de beneficio para nuestras próximas generaciones, pues
así El lo ha querido.
Mandé el fax a Mark y de la contestación que
recibí de Vidal me da la impresión que estos eran los documentos de la
predicción de Edith y que estos iban a hacer que el caso cambie de rumbo y se
acelere. Sentía un enorme gozo y
confianza en el Señor.
Miércoles 30 de noviembre de 2005
Romanos 9, 10-13
Lucas 3, 2-14
Ultimo día del mes… el tiempo corre y nada se
resuelve, pero mi confianza está puesta en el Señor. Me dijo: 10 Fíjense también en el
caso de Rebeca, esposa de nuestro padre Isaac, que estaba esperando mellizos. 11
Como todavía no habían hecho ni bien ni mal, la elección de Dios era totalmente
libre y todo dependía, 12 no de los méritos de alguno, sino de su
propio llamado. Y fue entonces cuando se le dijo: El mayor servirá al más
joven. 13 La Escritura dice al respecto: Elegí a Jacob y rechacé a
Esaú. Como confirmándome
que todo se iba ya a arreglar y que El me había escogido para una gran tarea,
porque así lo ha querido El y no por mis propios méritos. Le pregunté o más
bien le dije al Señor que se “haga en mí según su Palabra” y me contestó: 2 … En este tiempo, la Palabra de Dios le fue dirigida a Juan,
hijo de Zacarías, que estaba en el desierto. 3 Juan empezó a recorrer
toda la región del río Jordán, predicando bautismo y conversión para obtener el
perdón de los pecados. 10 La gente le preguntaba: “¿Qué debemos
hacer?” 11 El les contestaba: “El que tenga dos capas, que dé una al
que no tiene y el que tenga de comer, haga lo mismo.” 13 … “No
cobren más de lo establecido.” 14 … “No abusen de la gente, no hagan
denuncias falsas y conténtense con su sueldo.”
Recibí un correo de Mark donde nos dice que
quiere renunciar del caso. Al
recibirlo me acordé de La Palabra de hoy y no me desesperé, pues puse toda mi
confianza en el Señor, que esto tenía que ser para bien. Pasé todo el día redactando la
respuesta, se la mandé a Vidal para que la revisara, confiado en el Señor que
El la estaba redactando. Al final
le puse… “Please act prudently. Do
as Jesus would”. Me sentía agotado… pero
confiado en la promesa del Señor.
Jueves 1 de diciembre de 2005
1 timoteo 6, 8
Mateo 5, 3
No pude orar, pues me tuve que ir temprano a la
oficina para reunirme con un abogado y otro abogado que es uno de los mejores
amigos de Alex y pariente nuestro; también estaba Alex. La reunión fue positiva, aunque con
algunos indicios de contradicción y malos entendidos. Como que satanás estaba tratando de
confundirnos. Al final triunfó el
Señor y la justicia y pudimos adelantar bastante y decidir qué tipo de demanda
podríamos meter.
En el día no pasó nada y el desamparo se fue
apoderando de mí. Le decía al
Señor: “¿Señor, por qué me abandonas?”
Me fui a las 3:00 p.m. a
visitar el Santísimo, a la hora de su misericordia y el Señor me habló larga y
tendidamente, pues ahí me dieron una hojita con las reflexiones del libro “Práctica del Amor a Jesucristo” de San
Alfonso María de Ligorio y el Señor me dijo y me consoló con estas
palabras: “Quien
no tiene a Dios, no tiene nada, pero quien tiene a Dios, lo tiene todo. (San
Agustín) 8 “Teniendo con qué comer y con qué
vestir, contentémonos con eso. 3 Dichosos los pobres de espíritu,
porque de ellos es el Reino de los Cielos. “Mi Dios y mi todo” (San
Francisco).
Te amo Señor, pero dame fortaleza pues siento
desfallecer. Por la noche fuimos
con Rober a la Asamblea de Encuentros. Pasamos bien contentos los dos, en compañía de Jesús y la
Virgen Santísima.
Viernes 2 de diciembre de 2005
Job 16, 17, 18, 19
Hoy comencé a leer la “Suma Teología”
Me levanté a orar deseoso de escuchar al Señor,
pues me sentía devastado y le pedí que levantara mi esperanza, para poder
seguir adelante, me dijo: ¿Dónde está mi esperanza? 1
Job respondió diciendo: “¡He oído muchas cosas como éstas!” ¡Pesados
consoladores son todos ustedes! 13 ¿No se acabarán tus palabras
vanas? ¿Qué necesidad tienes de discutir? 4 Yo también podría hablar
como ustedes si estuvieran en mi lugar y yo en el suyo. Podría llenarlos de
discursos y movería la cabeza por ustedes… hablando con toda libertad. 6
Pero cuando hablo, no se suaviza mi dolor y si callo, tampoco se aparta de mí. 11
Dios me ha entregado a los injustos y me ha arrojado en manos de los
malvados. 12 Yo vivía tranquilo cuando comenzó a sacudirme, me tomó
del cuello y me hizo pedazos. 13 Me convirtió en su blanco, por
doquier me apuntan las flechas; traspasa mis entrañas sin piedad y derrama por
el suelo mi hiel. 17 Y eso que en mis manos no hay violencia y mi
oración ha sido pura. 21 ¡Ojalá pudiera el hombre discutir con Dios,
lo mismo que lo hace con su prójimo! 17,
1 Mi respiración va disminuyendo y mis días se van apagando y ya no
me queda más que el sepulcro. 15 ¿Dónde está mi esperanza? ¿Quién divisará para mí la
felicidad? 19, 21 Apiádense de mí, ustedes mis amigos, que es la
mano de Dios la que me hirió. 23 ¿Por qué me persiguen tan
cruelmente como Dios y no quedan satisfechos con mi carne? 25 Bien
sé yo que mi Defensor vive y que El hablará de último, de pié sobre la tierra. 26
Yo me pondré de pié dentro de mi piel y en mi propia carne veré a Dios. 27
Yo lo contemplaré, yo mismo. El es a quien veré y no a otro: Mi corazón
desfallece esperándolo. 28 Ustedes que tratan de condenarme y buscan
pretextos contra mí, 29 teman que la espada los hiera a ustedes
mismos cuando la cólera de Dios castigue las culpas y sabrán entonces que hay
al fin justicia.
En la oficina no pasó nada, excepto que hablé
con Vidal y me confirmó que los últimos papeles que había enviado a él le
parecían que eran contundentes y probaban toda nuestra teoría del caso y que
entonces Mark tenía un gran problema; pues el caso se aclaraba, que había que
esperar.
Me reuní con mi mamá y tuvimos una reunión bien
sincera y positiva, donde ella me expuso que ya siente la necesidad de
intervenir para que la familia se una ¡Gloria a Dios!
Sábado
3 y domingo 4 de diciembre de 2005
Jeremías 23, 1-8
Santiago 5, 16-18
Catecismo Católico 1937
Me levanté a preparar el programa. El Espíritu Santo me acompañaba y el
programa salió bien bonito. Podía
sentir al Espíritu Santo iluminándonos. También en la oración inicial y final.
Por la tarde me fui a dejar a Roberto Adriano y
a Luis al turno y me puse a orar.
Sentía la necesidad de estar con el Señor, de escucharlo, de sentirlo,
de… ver su rostro. ¡Muéstrame tu
rostro Señor! De pronto, el
Espíritu Santo me dijo: “te quiero hablar, abre La
Biblia” y me dijo: 1 “Ay de esos pastores que pierden y dispersan las ovejas de
mis praderas!” 5 Así dice Yavé: Llega el día en que yo haré surgir
un hijo de David que se portará como rey y justo y prudente. 6 El
gobernará este país según la justicia y el derecho. En aquel tiempo, Judá
gozará de paz, e Israel permanecerá seguro. Y este es el Nombre que le darán:
Yavé-nuestra-justicia. 7 Llegará también el tiempo, dice Yavé, en
que ya no se dirá más: «Viva Yavé, que ha sacado a los hijos de Israel de la
tierra de Egipto», 8 sino: «Viva Yavé, que sacó y trajo a la raza de
Israel del país del norte y de todos los países donde los había desparramado,
para que habiten de nuevo en su propia tierra.»
Pasamos un domingo en familia, con Camila y
Rober. Por la noche vinieron a
cenar Ariana y Luigi. Después me
puse a orar, pidiéndole al Señor que el milagro ocurra esta semana. Me
dijo: 16 … La súplica del justo tiene mucho
poder, con tal de que sea perseverante. 17 Elías era hombre y mortal
como nosotros, pero cuando rogó insistentemente para que no lloviese en el
país, no llovió durante tres años y medio; 18 después oró de nuevo y
el cielo dio lluvia y la tierra produjo frutos. Y luego me dijo: Yo no doy todas las virtudes por igual
a cada uno… hay muchos a los que distribuyo de tal manera, esto a uno, aquello
a otro… a uno la caridad, a otro la justicia, a este la humildad, a aquel una
fe viva… En cuanto a los bienes temporales, las cosas necesarias para la vida
humana las he distribuido con la mayor desigualdad… para que los hombres tengan
así la ocasión, por necesidad de practicar la caridad unos a otros… He querido
que unos necesitasen de otros y que fuesen mis servidores para la distribución
de las gracias y de las liberalidades que han recibido de mí.