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Canonización de Monseñor Romero

lunes, 13 de agosto de 2012

Cronología de un Milagro - Octubre 2005-II


Lunes 10 de octubre de 2005

Juan 9, 35-38
1 crónicas 28, 9-10

Me levanté a orar, pidiéndole al Señor que incremente mi Fe y que no esté pretendiendo comprender cuál es el camino porque me lleva; sino más bien, aceptar con gusto y amor su voluntad.  “Señor, te pido que te ame más ardientemente”.  Me dijo:  35 … ¿Tú crees en el Hijo del Hombre? 36 Le contestó: “Y quién es Señor, para que crea en El? 37 Jesús le dijo: “Tú lo has visto y es el que está hablando contigo.” 38 El entonces dijo: “Creo, Señor” y se arrodilló ante El. 
En el día no pasó nada, más que esperar… y desesperar! porque me desesperé y me vinieron grandes dudas de Fe en el Señor; no comprendiendo porqué es que todo como que se ha estancado.  Me fui a misa a implorarle al Señor su misericordia.  Después me vine a la casa a seguir leyendo el libro de David, donde el Señor me dijo:  9 Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre y sírvele con corazón entero y con ánimo cariñoso, porque Yavé sondea a todos los corazones y penetra los pensamientos en todas sus formas. Si lo buscas, se dejará encontrar, pero si lo dejas, él te arrojará para siempre. 10 Mira ahora que Yavé te ha elegido para edificar una Casa que sea su Santuario. Sé fuerte y manos a la obra.  Por la noche fuimos a la primera reunión de preparación para el Encuentro No. 47, donde el Señor nos ha encomendado que recibamos un grupo para ser sus animadores. Me sentí contento y privilegiado de estar ahí con el Señor, sirviéndole y haciendo su voluntad. Al regresar me sentía triste y confundido y Sylvia Regina me preguntó que qué me pasaba y yo le contesté que me sentía confundido, pues nada parece componerse y entro en duda sobre la voluntad y la promesa del Señor; pues a estas alturas no entiendo porqué, por ejemplo, no aparece la carta que nos dijo Edith y que iba a hacer que todos los abogados cayeran en la cuenta y dijeran “así fue como sucedió” y que entonces el caso iba a cambiar.  Le dije que ya no veía de dónde iba a venir eso.  
Le leí la Palabra del domingo y de hoy y me dijo: “Y qué más quiere”, refiriéndose a la forma en que me habla el Señor.  Luego me dijo que en la reunión del grupo, la Palabra habla que: “En el Señor vivimos, nos movemos y existimos.”

Martes 11 de octubre de 2005

Hechos 17, 28
Isaías 29, 23
Romanos 12, 1-2

Me levanté a orar, pidiéndole al Señor que ocurriera algo hoy, que me diera más Esperanza de su promesa, pues tengo varios días sintiendo como que todo está parado y me duele ver al personal sin recibir ningún sueldo.  Yo me refería a algo en el juicio, pero El me contestó:  28 En realidad no está lejos de cada uno de nosotros, pues en El vivimos, nos movemos y existimos, como dijeron algunos poetas suyos: “Somos también del linaje de Dios.”  ¡Lo mismo que me había dicho, por medio de Sylvia Regina anoche! Caí de rodillas, pidiéndole su misericordia y que aumente mi Fe.  23 Pues, al ver a sus hijos de vuelta a su casa –gracias a mí– se pondrá a alabar mi Nombre.» Festejarán al Santo de Jacob y temerán al Dios de Israel. 24 Los descarriados entrarán en razón y los rebeldes se dejarán instruir.  1 Les ruego, pues, hermanos, por la gran ternura de Dios, que le ofrezcan su propia persona como un sacrificio vivo y santo capaz de agradarle; este culto conviene a criaturas que tienen juicio. 2 No sigan la corriente del mundo en que vivimos, sino  más bien transfórmense a partir de una renovación interior. Así sabrán distinguir cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le agrada, lo que es perfecto. 
No pasó nada en la oficina y pasé todo el día sólo esperando hablar con Vidal o que algo pasara, pero no pasó nada.  Me puse a escribir un e-mail para Vidal, acordándome de lo que me había dicho Edith que iba a aparecer una carta, que estaba perdida y que eso iba a hacer cambiar el caso.  Lo hice, con Fe en el Señor, que a lo mejor este e-mail era. ¡Sálvanos, Señor! ¡Date prisa en socorrernos!
No pudimos ir a misa, pues habían convocado la reunión de Encuentros temprano. Mi espíritu estaba triste y en la reunión no sentí ningún llamado del Señor.

Miércoles 12 de octubre de 2005

Isaías 30, 18-26

Me postré ante el Señor solicitando su ayuda, pues me siento desesperado.  ¡Señor Jesús, ten misericordia de nosotros y del mundo entero! Me dijo: 18 Yavé está esperando el momento para perdonarlos; se levantará y tendrá piedad de ustedes, pues Yavé es un Dios justo y ¡felices los que en El esperan! 19 Sí, pueblo de Sión, que vives en Jerusalén, ya no llorarás más. El se compadecerá de ti al sentir tus lamentos, lo llamarás y te atenderá. 20 Después que el Señor les haya dado el pan del sufrimiento y el agua de la aflicción, él que es su educador, ya no se ocultará más y ustedes verán al que les educa. 21 Cuando tengan que tomar el camino ya sea a la derecha o a la izquierda, tus oídos oirán sus palabras resonar detrás de ti: «Este es el camino que deben seguir.» 26 Entonces la luna alumbrará como el sol y la luz del sol será siete veces más fuerte el día en que Yavé vende la herida de su pueblo y le haga una curación a las magulladuras de sus golpes.  Me postré ante el Señor, por su Palabra.
En la oficina no pasó nada, pues me mandó un e-mail Vidal que su hija había tenido un percance emocional, porque habían vendido la casa donde habían vivido con su ex-esposa y la estaba acompañando.  Además, hoy supimos que en el fallo de los árbitros en el TCA hay un error. No sé si esto nos beneficia o nos perjudica, sólo le dije al Señor: “Señor, estamos en tus manos y todo resulta para bien, para los hombres que aman a Dios.”

Jueves 13 de octubre de 2005

Números 13, 1-30; 14, 2-11

Hoy vino a cenar Monseñor Fernando a nuestra casa

Me levanté a orar, preocupado por todos los eventos y que nada se resuelve.  Todo está parado y le pregunté al Señor qué es lo que debía hacer con el personal, si lo debía despedir o no; pues ya no veo perspectivas de nada a corto plazo y humanamente, lo lógico sería despedirlos, pero no comprendo cómo tantas oraciones, de parte de ellos, pueden quedar sin ser escuchadas.  Me sentía frustrado en este sentido. Me contestó:  1 Yavé dijo a Moisés: 2 «Envía hombres adelante para que exploren esa tierra de Canaán que voy a darles a los israelitas. Cada tribu elija como representante a uno de sus jefes.» 27 Esto fue lo que contaron: «Entramos al país a donde nos enviaron. ¡Realmente es una tierra que mana leche y miel: ¡aquí están sus productos! 28 Pero el pueblo que vive en ese país es muy poderoso, las ciudades son muy grandes y fortificadas, hemos visto incluso a los descendientes de Enac. 30 Caleb calmó al pueblo que murmuraba contra Moisés. «Subamos, les dijo, y conquistemos ese país, que somos capaces de más.» 1 Toda la comunidad se puso a lanzar gritos lastimeros y el pueblo pasó toda la noche llorando. 2 Los israelitas se enojaron con Moisés y Aaron y toda la comunidad les dijo: ¿Por qué no morimos mejor en Egipto? ¿Por qué no morimos mejor en el desierto? 5 Moisés y Aaron se echaron de bruces al suelo en presencia de toda la comunidad de los israelitas. 7 Luego les dijeron a toda la comunidad de los israelitas: «¡El país por donde hemos pasado y que exploramos es bueno! ¡Es una tierra excelente! 8 Si Yavé nos favorece, nos llevará a ese país y nos dará esa tierra que mana leche y miel. 9 Pero no se rebelen contra Yavé! No teman a la población de esa tierra, porque nos la serviremos en bandeja. No tienen esperanza porque Yavé está con nosotros. No les tengan miedo. 11 Yavé dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me va a seguir menospreciando este pueblo? ¿Hasta cuándo va a tener poca confianza en mí después de todos los prodigios que he hecho en  medio de él?  Monseñor Fernando nos dijo que sólo veía cosas buenas y esperanzadoras y que debemos seguir perseverando o sea que nos confirmó lo que el Señor nos había dicho en su Palabra y que debemos confiar en El y no en el raciocinio humano.

Viernes 14 de octubre de 2005

1 corintios 15, 58
Juan 16, 33

58 Así pues hermanos míos muy amados, manténganse firmes y no se dejen conmover. Dedíquense a la obra del Señor en todo momento, conscientes de que con El no será estéril su trabajo. 33 Les he hablado de estas cosas para que tengan paz en mí. Ustedes encontrarán la persecución en el mundo. Pero, ánimo, yo he vencido al mundo.  No entendí la Palabra de hoy, pues esperaba que me dijera algo del litigio y si se va a resolver o no.
Hoy mandamos la oferta de compra a Nejapa Power, con una gran Fe que el Señor va a hacer el milagro, aunque ya no no sé ni cómo.   Antes de firmarla me detuve un momento y le pedí al Señor su bendición.
Almorzamos con mis papás y desde un inicio sentí la reunión con mis papás bien negativa. Terminó de forma explosivamente negativa.  Me quedé atónito, pues es lo menos que hubiera deseado hoy.  
Juan José vino a pedirme permiso para ir a cortar una milpa por una semana, lo que me atormentó de una gran forma, pues quisiera y sólo el Señor sabe, cómo quisiera poder pagarle los salarios a todo el personal a tiempo.  Me hizo pensar que lo sensato (humano) es ya recortar todo el personal y me puse hacer un análisis, pues me imagino que a nadie le parece ya lógico, que siga empecinado en sostenerlos.  Pero después, hablando con Juan José, el Señor me hizo comprender que más bien le iba a hacer un daño si le daba el permiso y comprendí que lo que me decía el Espíritu Santo es que debía “tener Fe en el Señor”.  Por la noche, en mis oraciones, el Espíritu Santo me iluminó para comprender la Palabra de hoy. Era para decirme que debo seguir teniendo confianza en El, que debo esperar que voy a ser criticado y atacado, sobre todo por las personas que no tienen Fe; pero que El nos va a hacer el milagro, cuando sea el momento adecuado.

Sábado y domingo 16 de octubre de 2005

Génesis 18, 2-4

Nos levantamos temprano para ir a Guatemala, a la graduación de Enrique.  Fuimos con Sylvia Regina y Rober.  Llegamos allá y nos fuimos a caminar al bosque de la casa de Carlos con Rober.  Le di gracias a Dios por ese momento tan especial que nos había dado. Me sentí bendecido que podía disfrutar de nuestro hijo como lo estaba haciendo.  Le enseñe a Rober como se hacía para dar el grito de los campistos en el campo, le conté lo que  hacíamos en la hacienda cuando éramos pequeños.  Pasamos bien contentos.
Por la tarde me puse a leer el libro de “Redemptoris Mater” y de pronto sentí el llamado del Espíritu Santo y me dijo:  2 Al levantar sus ojos, Abraham vio a tres hombres que estaban parados a poca distancia. En cuanto los vio, corrió hacia ellos y se postró en tierra 3 diciendo: “Señor mío si me haces el favor, te ruego que no pases al lado de tu servidor sin detenerte. 5 Les haré traer un poco de pan para que recuperen sus fuerzas, antes de proseguir su viaje, pues creo que para esto pasaron ustedes por mi casa. Ellos respondieron: “Haz como has dicho.”  Entonces comprendí que Dios se estaba refiriendo al “Pan de la Hostia Consagrada”, que nos da fuerzas “espirituales” para continuar en nuestro caminar hacia Dios y en nuestro peregrinaje en esta vida.
Fuimos a la fiesta, pero yo pasé bien impresionado por esta revelación y aunque yo estaba en la fiesta, en realidad mi mente estaba en oración y alabanza al Señor.  Nos levantamos el domingo y fuimos a desayunar los tres juntos, lo cual yo le seguía agradeciendo al Señor; aunque ya se me comenzaba a venir a la mente lo que debía enfrentar la próxima semana que está por venir, pero confiado en el Señor que El nos va hacer el milagro.
Por la noche, el Señor me dijo:  10 … “Dentro de un año volveré por aquí y para entonces Sara, tu mujer, tendrá un hijo.”  Yo comprendí que lo que me quiso decir es que no me preocupe, que El nos va a hacer el milagro cuando llegue el tiempo.  
En el desayuno, el Espíritu Santo me iluminó con la frase que andaba buscando desde hace varios meses, pues me parece de poca Fe el dicho: “A Dios rogando y con el mazo dando”, pues hace pensar que lo que nos sucede es mas bien por las cosas que nosotros hacemos y no porque esa es la voluntad de Dios, independientemente de si nosotros podemos creer que es bueno o malo (al final todo es bueno, pues Dios, a veces, permite el mal para hacer un bien).  La frase que me iluminó y que refleja mejor el dicho, para los hombres de Fe es:  A Dios rogando y… Su voluntad buscando.

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