Lunes 24 de octubre de 2005
1 tesalonicenses 1, 2-8
Me levanté a orar, pidiéndole al Señor su
fortaleza para resistir y seguir adelante. Me dijo: 2 En todo momento los
tenemos presentes en nuestras oraciones y damos gracias sin cesar a Dios por
ustedes, pues constantemente 2 recordamos ante Dios, nuestro Padre,
su fe que produce frutos, su amor que sabe actuar, su espera de Cristo Jesús,
nuestro Señor, que no se desanima. 8 De hecho, a partir de ustedes
la Palabra del Señor se difundió en Macedonia y Acaya y más allá aún. Su fe en
Dios se comenta en tantos lugares que no necesitamos decir más al
respecto. El Señor me dio
ánimo para seguir adelante… adónde? no lo sé, pero sólo sé que El está conmigo
y por tanto, voy en el camino correcto.
En la oficina no pasó nada, excepto más
problemas, pues llegaron los del ISSS y querían poner un interventor y la
Universidad nos contestó negativamente. Me sorprendió o más bien, vi la mano del Señor cuando hablaba
con los del ISSS, pues estaban muy receptivos a mis planteamientos y al final
los aceptaron; eso sólo puede venir de Dios. Me hizo pensar que las cosas se van a resolver pronto. Lo mismo pensé con la carta de la
Universidad, aunque no tengo motivos para pensar eso, excepto que el Espíritu
Santo me da el ánimo que necesito. Fui a la celebración de la misa de San
Antonio María Claret, la cual la celebró el nuevo Nuncio Apostólico. Sentí el consuelo del Espíritu Santo,
como diciéndome “esta noche oscura”, en que no sientes la acción de Dios, es
necesaria para que aumente tu Fe – Ten Fe.
Martes 25 de octubre de 2005
Jeremías 1, 11-13
Isaías 28, 22
La oración de hoy en la Liturgia de Las Horas
es: “Señor Todopoderoso y Eterno, aumenta
en nosotros la fe, la esperanza y la caridad y para que alcancemos lo que nos
prometes, haz que amemos lo que nos mandas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo.” Repetía y repetía;
“aumenta mi Fe, Esperanza y Caridad.”
“Señor, yo creo, pero ayúdame a
creer con más firmeza… espero en Ti, pero ayúdame a esperar con más confianza,
te amo Señor, pero ayúdame a amarte más ardientemente; estoy arrepentido, pero
ayúdame a tener mayor dolor…” Luego, me dijo: 11 Me llegó una palabra de Yavé: “¿Reconoces esta visión?” 12
Yo dije: “La rama es del árbol que llaman alerta.” Yavé respondió: “No te
equivocas, pues yo estoy así alerta a mi palabra, para cumplirla.” 13
Luego me llegó una palabra de Yavé: ¿Qué estás viendo? Y contesté: “Veo una
olla echando espumas y la cosa viene del norte.” 14 Yavé me dijo:
“Del norte se viene derramando el desastre y alcanzará a todos los habitantes
de este país.” Luego, el
Espíritu Santo me hizo leer la Palabra del 15 de febrero de este mismo
año. 22 Así, pues, dejen de burlarse, no sea que se les aprieten las
ataduras; pues sépanlo: “Destrucción total y para todo el país,” esto es lo que
he oído de Yavé de los Ejércitos.
En la oficina no pasó nada, pero sentí la mano
de Dios obrando y protegiéndome todo el día, pues tuve una reunión con los de
la compañia inversora y todo fue positivo, como antes.
Fui a visitar a mis papás y pude hablar a solas
con mi mamá y la reunión fue positiva.
Dios quiso que la tuviéramos para que su Fe se incrementara. Después fuimos a misa juntos, con Sylvia
Regina y también en la Homilía, el Señor le habló para incrementar su Fe. El Señor quiso que la Homilía la diera
Monseñor Morado, que es el obispo auxiliar de Sta. Ana, la ciudad de mi mamá. Me sentí bendecido, aunque el pesar que
siento es grande y no veo que la solución esté a corto plazo por ningún lado. Sólo espero en el Señor.
Miércoles 26 de octubre de 2005
Salmo 55, 23-24
1 pedro 5, 7
Gálatas 5, 22
Me levanté a orar un poco afligido, pues ya es
26 de octubre y ninguna solución se mira por ningún lado. El Señor me dijo: 23 Descarga en el Señor todo tu peso, porque El te sostendrá no
dejará que el justo se hunda para siempre. 24 Tú, oh Dios, los
echarás al pozo de la muerte; los hombres sanguinarios y embusteros no llegarán
a la mitad de su vida; pero yo, confío en Ti. 7 Depositen en El todas sus preocupaciones, pues El
cuida de ustedes. Recibimos
una carta de los abogados de Nejapa Power, diciendo que ya no mandáramos cartas
al presidente y sin ofrecer nada. Totalmente desconcertante, pues todo sigue
sin dar una señal de que vamos caminando hacia algo. Sólo me sostiene mi Fe en el Señor.
Me apresuré a regresar a la casa, pues íbamos a
tener la reunión de preparación del Retiro en nuestra casa. Por la tarde me fui a comprar una
candela nueva, que es con la que vamos a comenzar las reuniones del grupo que
vamos a animar. Se veía bien
bonita junto a la Virgen, San José y el Niño Jesús. En la reunión, el Señor me dijo:
22 El fruto del Espíritu es: amor,
alegría, paz, comprensión, servicialidad, bondad, lealtad, amabilidad, dominio
de sí. Si vivimos por el Espíritu,
marchemos tras el Espíritu. Sentí que era un mandato que nos daba el Señor o más bien un envío, para
que fuéramos a evangelizar a todas esas parejas que van a llegar al Retiro y
que nos va a tocar animar y pastorear. Al final de la reunión, al ver los datos
generales de las parejas que iban, me di cuenta que la tarea que el Señor nos
tenía preparada era importante, pues los problemas que tenían eran grandes y
complicados. Yo le dije al Señor: ¡Señor,
envíame a mí!… como dijo Isaías.
Jueves 27 de octubre de 2005
Lucas 10, 16-24
16 Quien los escucha a ustedes, me
escucha a mí; quien les rechaza a ustedes, me rechaza a mí y el que me rechaza
a mí, rechaza al que me ha enviado. 19 Miren que les he dado
autoridad para pisotear serpientes y escorpiones y poder sobre toda la fuerza
enemiga: No habrá arma que les haga daño a ustedes. 20 Sin embargo,
alégrense no porque los demonios se someten a ustedes, sino más bien porque sus
nombres están escritos en los cielos. 21 En ese momento, Jesús se
llenó del gozo del Espíritu Santo y dijo: “Yo te bendigo Padre, Señor del cielo
y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos y se
las has dado a conocer a los pequeñitos. Sí, Padre, pues tal ha sido tu
voluntad. 23 Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les
dijo a ellos solos: ¡”Felices los ojos que ven lo que ustedes ven”! 24
“Porque yo les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes
ven y no lo vieron y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron.” ¡He aquí el esclavo del Señor! ¡Gloria a Dios! Te damos gracias por todas tus
bendiciones, toda la familia y empleados.
Comprendí que éste era ¡El envío del Señor! Nos enviaba a evangelizar,
comenzando por estas parejas que vamos a “Animar” después del Retiro del fin de
semana y que por ende, el Señor iba a hacer que todo se compusiera ya. No sé cómo, pero me hizo comprender que
ya pronto, todo el personal iba a “brillar”. Sin embargo, tuve hoy una reunión en la Universidad con el
proyecto que tenemos pendiente y la reunión fue negativa y frustrante, pues
sentí que no tuve la capacidad de manejarla bien. Invocaba la ayuda del Señor, pero sentí que lejos de iluminar
mi mente, más me aturdía. Lo dejé
todo en manos del Señor y el resultado me perturbó mucho. “Señor, yo creo, pero aumenta mi fe.”
Viernes 28 de octubre de 2005
Salmo 80
Me levanté perturbado, como ya tenía varios
meses de no sentirme y como que era otro “yo”, dentro de mí. Me preguntaba porqué me había aturdido
y no había podido manejar la reunión de ayer. Al venir ayer a la casa le conté a Sylvia Regina lo que me
había pasado y me contestó: “Hay que preguntarse qué es lo que el Señor quería
que aprendiera”.
Me postré a orar por la mañana, clamando al
Señor por su misericordia, postrado de rodillas; diciendo: “Señor, ya no
soporto, el dolor de no sentirte cerca me consume.” Me contestó:
5 ¿Hasta cuándo, Señor, Dios de los
Ejércitos, vas a desconsiderar las oraciones de tu pueblo? 8 ¡Oh,
Dios de los Ejércitos, restablécenos, haz brillar tu faz y sálvanos! 15
¡Oh Dios Sabaot, es hora de que regreses; mira de lo alto del cielo y
contempla, visita esa viña 16 y protégela, ya que tu derecha la
plantó. 17 Los que le prendieron fuego como basura, que perezcan al
reproche de tu mirada. 18 Que tu mano apoye al hombre que hace tus
obras, al hijo de hombre que has hecho fuerte para ti. 19 Ya no nos
apartaremos más de ti, nos harás revivir y tu nombre invocaremos. 20
¡Señor, Dios Sabaot, restablécenos, haz brillar tu faz y sálvanos! El Señor me reconfirmaba que El estaba con
nosotros.
Me fui a la oficina confiado que si el Señor
había permitido que la reunión de ayer hubiera terminado así, era porque era lo
que más nos convenía. Me esforcé
para encontrar su voluntad. “A Dios
rogando y su voluntad buscando”.
Al llegar a la oficina, todo se me iluminó y
comprendí porqué había pasado todo. Inmediatamente redacté una carta, con la
ayuda de Elmer y la envié a la Universidad con nuestra propuesta; que era lo
que nos convenía. Inmediatamente
sentí el gozo del Espíritu Santo en mí y sabía que todo se iba a arreglar. Salí temprano de la oficina para ir a la
misa de “envío” para el Retiro de mañana. El envío lo hizo el Padre Félix y sentí la presencia del
Espíritu Santo bendiciendo nuestro camino. Nos acostamos a las 3:00 de la mañana, preparando todo para
el Carlos y Ana luisa, que iban a ser nuestros ahijados en el Encuentro.
Sábado 29 y domingo 30 de octubre de 2005
Jeremías 1, 11-12
Hoy fuimos de servidores al
Encuentro No. 47
Nos levantamos a las 5:30 a.m.. Yo iba feliz y
contento, a estar con el Señor… dos días! Y en Ayagualo, que es mi Casa de Retiro favorita, pues me
encanta la iglesia, con María Auxiliadora y San Juan Bosco. Me tocó “el semáforo del sábado”. Me mandaron a orar a la Capilla de 5:00
a 5:30. Me postré de rodillas ante
El Santísimo, en el suelo, con los brazos extendidos y elevados, duré en esa
posición como quince minutos. El
Señor me dio su paz, luego abrí La Biblia y me dijo: 11 … ¿Reconoces esta visión? 12 Yo dije: «La rama es
del árbol que llaman “alerta”» Yavé respondió: “No te equivocas, pues yo estoy
ahí alerta a mi palabra, por cumplirla.”
Comprendí que no tenía que dudar de su Palabra y que todo se iba
a arreglar, cuando El lo considerara conveniente, pues El es el Señor, Dios del
Universo; que ninguna hoja se mueve, si no es su voluntad.
Nuestras charlas estuvieron llenas del Espíritu
Santo, el “Diálogo Positivo” estuvo lleno del Espíritu Santo; los Palacios
salieron llenos del Espíritu Santo. Salimos cansados, pero con la alegría y el gozo del Espíritu
Santo, la alegría y el gozo que sólo El puede dar. Además, el Espíritu Santo me iluminó y me tocó tocar la
guitarra con Mauricio, en todo el Retiro. Todo venía del Espíritu Santo, pues
no sentí ninguna pena ni temor en tocar y cantar para el Señor. Además comprendí mejor el concepto de
“la espiritualidad conyugal”. Comprendí
que eso es “el objetivo” del matrimonio y la razón del porqué es un sacramento,
pues al poner al Espíritu Santo como centro del matrimonio, nos asemejamos más a
Dios; pues somos más “imagen y semejanza” de Dios y su realidad Trinitaria: “Tres personas, un solo Dios.”
Cenamos con Roberto Adriano y el Señor quiso
que nos quedáramos solos él y yo, por un buen rato. No paramos de hablar, hablamos
sólo cosas que le interesaban a él. ¡Gracias Dios, por todas tus bendiciones!
"Fácilmente se pega el corazón humano a las cosas que frecuenta."
ResponderEliminarSan Bernardo de Claraval.