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Canonización de Monseñor Romero

viernes, 10 de agosto de 2012

Cronología de un Milagro - Octubre 2005-I


Lunes 3 de octubre de 2005

Lucas 9, 20; 24-25
Juan 6, 20-21

Me levanté a orar y me di cuenta que mi Fe me está fallando, con todos los problemas que siento y sentí con mayor vivencia la oración que rezo todos los días de “Creo en ti Señor, pero ayúdame a creer con más firmeza; espero en Ti, pero ayúdame a esperar con más confianza; te amo Señor, pero ayúdame a amarte más ardientemente …”  Como diciéndole: “¡Señor, que se nos componga todo ya…! El me contestó:  20 … «Y ustedes, ¿Quién dicen que soy yo?» Pedro respondió: «Tu eres el Cristo de Dios.» 21 Jesús les hizo esta advertencia: «No se lo digan a nadie» 24 Les digo: el que quiera salvarse a sí mismo, se perderá; y el que pierda su vida por causa mía, se salvará. 25 ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si se pierde o se disminuye a sí mismo?  6, 20 … El les dijo: «Soy Yo, no tengan miedo.» 21 Quisieron subirlo a la barca, pero la barca se encontró en seguida en la orilla, adonde se dirigían.
El día pasó y no supe nada de los abogados, el tiempo pasa y lo único que me sostiene es la Palabra del Señor y su promesa. Por la tarde recibí un e-mail de Vidal diciéndome que el viernes se iban a reunir con John. ¡Señor, ten misericordia de nosotros!

Martes 4 de octubre de 2005

Marcos 16, 34

Hoy no pude orar, pues nos levantamos temprano para celebrarle y cantarle a Roberto Adriano por su cumpleaños – ¡14 años!  Ya es todo un hombrecito.  Después desayunamos y jugamos pin-pon ¡ya no le puedo ganar!.  Después fuimos a misa.  El Señor nos concedió que pudiéramos comulgar en este día tan especial, día de San Francisco.  Casi no alcanzamos ir a misa, ya que a mediodía vinieron los amigos de Rober a almorzar y por la tarde vinieron todos los tíos.  Por la tarde me reuní con los señores de la compañia inversionista y continuaron con su planteamiento, el cual nos reduce nuestras probabilidades de éxito en nuestra gestión; pero ya el Señor me había preparado para eso y sé que El va a sacar de este planteamiento algo que nos beneficie.
Por la noche le leí a Sylvia Regina la Palabra del viernes y lunes… y lloré de amor por el Señor.  Pude sentir su amor y su consuelo, el Señor me hizo abrir el libro de “Las Siete Palabras desde La Cruz”, en la página 127 y leer lo que había escrito el 6 de septiembre de 2003: Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado? Dios mío, Dios mío, me haces una gran falta infinita! Hijo mío, Hijo mío, siempre estoy contigo, nunca te abandono, … la cruz te acerca a mí.

Miércoles 5 de octubre de 2005

Jeremías 42, 11-16

Me levanté a orar, con esperanza en el Señor que ahora que hablemos con Vidal, El nos va a abrir los caminos.  Me dijo:  11 No teman al rey de Babilonia, que tanto susto les causa; no lo teman, dice Yavé, pues estoy con ustedes para salvarlos y para librarlos de sus manos. 12 Yo pondré en su corazón sentimientos de piedad hacia ustedes, y él se compadecerá de ustedes, permitiéndoles que vuelvan a su patria. 13 Pero si ustedes dicen: “No queremos quedarnos más en este país”, desobedeciendo así la voz de Yavé, su Dios, 14 y sostienen, por el contrario: “No, que es a Egipto adonde queremos ir, pues allí no veremos más la guerra, ni oiremos el toque del clarín, ni sufriremos de falta de paz; es allí donde queremos morar”, 15 pues bien, entonces, pequeño grupo de Judá, escucha la palabra de Yavé: Esto dice Yavé de los Ejércitos, el Dios de Israel: Si ustedes resuelven irse a Egipto y entran en esa tierra para habitar allí, 16 la espada, que les da miedo, los alcanzará también por allá y el hambre, que les preocupa, les irá pisando los talones; y allí en Egipto, ustedes morirán.
Hoy regresó Vidal de viaje, pero no pude hablar con él.  No pasa nada y me duele ver a todos los empleados, que no podemos pagarles nada.  ¡Señor Jesús, ten misericordia de nosotros!

Jueves 6 de octubre de 2005

Salmo 40

Me levanté a orar, pidiéndole al Señor su misericordia. Me dijo:  2 Esperaba, esperaba al Señor, El se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor, 3 me sacó de la fosa fatal del barro del pantano; puso mis pies sobre roca y aseguró mis pasos. 4 Puso en mi boca un cántico nuevo, de alabanza a nuestro Dios. Muchos al verlo temerán y pondrán su confianza en el Señor. 5 Feliz el hombre que cuenta con el Señor, que no escucha a los cínicos ni se pierde en sus mentiras. 8 Entonces dije: “Aquí estoy, de mí está escrito en el rollo del Libro. 9 He elegido, mi Dios, hacer tu voluntad, y tu Ley está en el fondo de mi ser. 17 Pero que en ti se alegren y regocijen todos los que te buscan y que repitan siempre: «Dios es grande!» los que desean su salvación. 18 ¡Piensa en mí, oh Dios, en mí que soy un pobre y desdichado! ¡No te demores, mi Dios, pues tú eres mi socorro y salvación! 
En la oficina no pasó nada, excepto que hoy iban a tener una reunión los abogados en Houston, para decidir qué hacer.  También nos reunimos con un abogado y uno de los mejores amigos de Alex, que también es abogado, para estudiar que podríamos hacer con el caso.
Por la noche tuvimos la despedida de Alexandra, que le dábamos los Vilanova. Toda la reunión salió positiva. ¡Gloria a Dios!

Viernes 7 de octubre de 2005

No pude orar, pues me levanté tarde o sea que más bien oré muy poco.  Me reuní con el abogado para entregarle todos los papeles y a las 2:00 hablé con Vidal y los abogados de Houston no habían resuelto nada.  Vidal iba a volver a estudiar el caso durante el fin de semana, para ver qué podíamos hacer para parar la venta de la planta y meter un poco de presión a Nejapa Power.  En pocas palabras, no tenemos nada concreto y el tiempo avanza. No sé que vamos a hacer con los exaccionistas, cuyo pago vence el 30 de octubre.
Por la tarde no me dieron ganas de hacer nada y me quedé en la casa, sólo quería estar con el Señor.  Le daba gracias, porque dentro de todos los problemas, habíamos podido traer a Camila para la boda. Por la noche fuimos a la boda de Alexandra y todo salió muy positivo. ¡Bendito sea Dios!

Sábado 8 y domingo 9 de octubre de 2005

Isaías 60, 1-22
Isaías 55, 1-6
Jeremías 1, 4-5

Me levanté a orar y preparar el programa.  Sentí que el Espíritu Santo se derramaba sobre mí.  Desgraciadamente, por alguna razón, no nos abrieron cuando llegamos a la radio y ya no hubo programa.  Primera vez que ocurre algo y no hay programa.  El Señor me dijo: 1 Levántate y brilla, que ha llegado tu luz y la Gloria de Yavé amaneció sobre ti. 2 Mientras las tinieblas cubrían la tierra y los pueblos estaban en la noche, sobre ti se levantó Yavé, y sobre ti apareció su Gloria. 3 Los pueblos se dirigen hacia tu luz y los reyes al resplandor de tu aurora. 4 Levanta los ojos a tu alrededor y contempla: todos se reúnen y vienen a ti; tus hijos llegan de lejos y tus hijas son traídas en brazos. 5 Tú entonces, al verlo, te pondrás radiante, palpitará tu corazón muy emocionado; traerán a ti tesoros del otro lado del mar y llegarán a ti las riquezas de las naciones. 6 Te inundará una multitud de camellos: llegarán los de Madián y Efá. Los de Sabá vendrán todos trayendo oro e incienso y proclamando las alabanzas de Yavé. 10 Los extranjeros reedificarán tus muros y sus reyes te pagarán los gastos. Pues si bien cuando estuve enojado te pegué, llevado por mi buen corazón, me compadecí de ti. 11 Tus puertas estarán siempre abiertas, no se cerrarán ni de día ni de noche, para recibir las riquezas de las naciones que te traerán sus mismos reyes. 14 Vendrán a verte y se inclinarán ante ti los hijos de los que te humillaban y se echarán a tus pies los que te despreciaban. Te llamarán: “Ciudad de Yavé”, “Sión del Santo de Israel”. 22 El más chico de tus habitantes se multiplicará en mil y el más insignificante se convertirá en una gran nación. Yo, Yavé, lo haré en un momento, cuando sea la hora.
El domingo me levanté a orar, pidiéndole al Señor que me dé sabiduría, inteligencia y fortaleza para comprender y cumplir su voluntad y hacerlo contento, dando testimonio de alegría, aún en la adversidad; pues me siento desamparado y por desfallecer.  Me dijo:  1 A ver ustedes que andan con sed, ¡vengan a las aguas! No importa que estén sin plata, vengan; pidan trigo sin dinero y coman, pidan vino y leche sin pagar. 2 ¿Para qué van a gastar en lo que no es pan y dar su salario por cosas que no alimentan? Si ustedes me hacen caso, comerán cosas ricas y su paladar se deleitará con comidas exquisitas. 3 Atiéndanme y acérquense a mí, escúchenme y su alma vivirá. Voy hacer con ustedes una alianza para siempre, para darles los bienes que tengo prometidos a David. 6 Busquen a Yavé ahora que lo puedan encontrar, llámenlo ahora que está cerca.  4 Me llegó una palabra de Yavé: 5 «Antes de formarte en el seno de tu madre, ya te conocía; antes de que tú nacieras, yo te consagré, y te destiné a ser profeta de las naciones.»  Comprendí que me falta Fe, para depositarme en su santa voluntad; pues “El sabe y El me ama.”

1 comentario:

  1. "Cuando Jesús entró en aquel huerto que le trajo a la memoria el jardín de donde había sido arrojado el primer hombre, se entregó a la tristeza, pues era justo que emplease su aflicción allí donde nuestra miseria había tenido su principio."

    San Cirilo de Alejandría,

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