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Canonización de Monseñor Romero

viernes, 24 de agosto de 2012

Cronología de un Milagro - Noviembre 2005-II


Lunes 14 de noviembre de 2005

Juan 3, 14-15
Zacarías 10, 12
Salmo 76

Me levanté a orar, pidiéndole al Señor que nos de una esperanza y que el caso de un giro importante, pues estamos en un punto muerto y sólo esperando… pero nada puede pasar. Señor, que se haga ya el milagro y te glorifiques con todos los de la familia, empleados y ex-accionistas; que están orando para que el juicio llegue a su fin y se resuelva favorablemente.  Me dijo:  14 Recuerden la serpiente que Moisés hizo levantar en el desierto: así también tiene que ser levantado el Hijo del Hombre, 15 y entonces todo el que crea en El tendrá por El, vida eterna.  
Llegué a la oficina y no pasó nada, como que faltaran otros dos años para que todo termine. Me sentí solo y abandonado por el Señor y así se lo comenté a Sylvia Regina durante el almuerzo, pero me sostenía la Palabra de hoy.  
Por la tarde me reuní con Guayo y cuando iba en el camino le pedí a la Virgen Santísima que me iluminara, para saber que decir y que la reunión fuera positiva y productiva.  Así resultó.  Pasamos toda la tarde reunidos y todo salió bien.  Durante la reunión le daba gracias a Dios y le pedía a la Virgen Santísima que se quedara con nosotros, mientras estábamos reunidos y podía sentir su presencia en la silla de a la par.  En agradecimiento me fui al Santísimo y después a misa.  Al regresar de misa, Sylvia Regina me dijo que en el grupo de oración, el Señor le dijo:  12 Yavé los hará poderosos y avanzarán confiados en su Nombre. Y en mis oraciones de la noche, el Señor me dijo:  2 En Judá, Dios se ha dado a conocer, grande es su nombre en Israel, 3 pues en Salem está su tienda y su morada en Sión. 4 Allí rompió las flechas del arco, el escudo, la espada, las armas de la guerra. 5 Allí está radiante, majestuoso, triunfante sobre montañas de trofeos. 11 El furor del hombre redundará en tu gloria, los que escapen de tu cólera te alabarán. 13 El apaga el coraje de los príncipes y es terrible para los reyes de la tierra.  El comentario de San Roberto Belarmino para este Salmo es: “Victoria de los justos, contra sus enemigos visibles e invisibles ¡Gloria a Dios!

Martes 15 de noviembre de 2005

2 Macabeos 8, 1-6

Nos levantamos temprano para ir a la misa de envío de los Cercos de Jericó en San Benito. Después me fui a la oficina y recibí un mensaje de Mark, con el mismo tono desplicente o sea que no ha habido ningún milagro.  Estoy esperando esa seña o signo que el Señor ya se decidió a sacarnos adelante y que esto va a hacer que reciba un mensaje de entusiasmo y de giro importante en el juicio ¿cuándo será? Sólo el Señor lo sabe.  Mientras tanto, mi Esperanza, Fe y Amor están puestas en el Señor y sólo le pido que me dé fortaleza, para poder continuar; pues siento que lo único que recibo son latigazos, espinas y escarmientos. Siento un gran dolor y lo único que lo que lo hace soportable es recibirlo por el Señor.  
Por la tarde fuimos de 2:00 a 5:00 p.m. a nuestra hora de Los Cercos de Jericó… pasaron volando.  El Espíritu Santo me iluminó para que los dedicara, no para que nos solucione el problema del juicio, sino para que el Señor se glorifique ante toda la familia, los empleados, que le estaban pidiendo esto todos juntos en oración y los ex-accionistas.  Comprendí que a eso se refería San Pablo cuando nos dice que no sabemos cómo pedir; pues no debemos hacer pedidos egoístas o sea para uno mismo, sino para el prójimo.  Esta es la forma como el Señor escucha las oraciones de petición.  
Al salir, el Padre Saldaña tenía una oración de sanación y me fui a arrodillar ante el Señor, pidiéndole su misericordia; no me quería ir.  Le pedí al Señor que me ungiera con su amor y que el Padre Saldaña viniera hacia mí, a imponerme las manos.  A los tres minutos vino una señora y me preguntó: ¿lo puedo ungir con aceite? y me impuso las manos, sobre mi cabeza y en mi corazón.  Sentí un gran calor en mi corazón.  Luego el Padre dijo que pusiéramos nuestra mano sobre aquella parte del cuerpo que quisiéramos sanar y yo me acordé de lo que el Espíritu Santo me acababa de iluminar y en vez de poner mi mano sobre mi dolor en el intestino, puse mis manos sobre toda la familia, el personal y todos los ex–accionistas, para que el Señor los sanara. ¡Gloria a Dios!
Vine a la casa y después de cena me puse a orar nuevamente, pidiéndole al Señor que les dé a todas estas personas una Navidad feliz y contenta.  Me dijo:  1 Entretanto Judas, por sobrenombre Macabeo y los que estaban con él… llamaban a sus parientes y reuniendo a los que habían permanecido fieles al Judaísmo… 2 Rogaban al Señor que mirara por aquel pueblo que todos pisoteaban… 5 El Señor cambió su aversión en misericordia; en cuanto el Macabeo organizó su tropa, se hizo irresistible a los paganos. 6 Así pues, Judas, … incendiaba ciudades y pueblos, se apoderaba de los lugares estratégicos y ponía en fuga a numerosos enemigos. ¡Gracias, Señor!

Miercoles 16 de noviembre de 2005

Judit 13, 4-16
Pensamientos de San Agustín 595, 600

Me levanté apesadumbrado, pero apesadumbrado porque el Señor me ha confirmado con su Palabra que todo se va a arreglar y todavía no veo indicios que esto vaya a ocurrir y eso me consume y me pesa; pero comprendo que lo que me pasa es que me falta Fe.  El Espíritu Santo me llevó a leer el libro de San Agustín.  Me dijo:  595 ¿Quieres abrazar la grandeza de Dios? Abraza primero la humildad de Dios. Abraza la humildad de Cristo, aprende a ser humilde, no se te suban los humos a la cabeza. 600 … El párvulo no puede con la comida que hay en la mesa y ¿Qué hace la madre? Encarna la comida y la convierte en leche: Hace lo que podemos tomar.  Así, el Verbo se hizo carne, para que nos alimentásemos de leche, los que no podíamos por ser infantes, con la comida.  No comprendí qué me estaba queriendo decir el Señor, sino hasta después de haber leído la Palabra de Judit.  Lo que me quería decir era que todo este proceso era necesario para educarme en la humildad y que comprendiera que “todo” viene de El y por Gracia de El, nada por mérito propio.  Luego me dijo:  4 Todos se habían ido de la carpa de Holofernes, y nadie, grande o pequeño, se había quedado en el dormitorio…6 Avanzó entonces hacia la cabecera de la cama, de donde colgaba la espada de Holofernes, la desenvainó, 7 y después, acercándose al lecho, tomó al hombre por la cabellera y dijo: “Señor, Dios de Israel, dame fuerzas en este momento.” 8 Lo golpeó dos veces en el cuello, con todas sus fuerzas y le cortó la cabeza. 10 … Una vez que atravesaron el campamento, rodearon la quebrada, subieron la pendiente de Betulia y llegaron a sus puertas. 11 De lejos, Judit gritó a los guardias de las puertas: “Abran, abran la puerta. El Señor, nuestro Dios, está con nosotros para hacer maravillas en Israel y desplegar su fuerza contra nuestros enemigos, como lo ha hecho hoy.” 14 Con fuerte voz, Judit les dijo: “¡Alaben a Dios! ¡Alábenlo! ¡Alábenlo, porque no ha apartado su bondad de Israel! ¡Esta noche, por mi mano, ha aplastado a nuestros enemigos!” 16 ¡Viva el Señor, que me protegió en mi empresa!… 17 … “Bendito seas Dios nuestro, tú que en este día aniquilaste a los enemigos de tu pueblo.”

Jueves 17 de noviembre de 2005

1 juan 4, 10
Oseas 2, 8-18

Ayer terminamos el día asistiendo donde el Padre Martín, que estaba en San Benito.  Sentí el amor del Señor, lo podía sentir a mi lado, sus pies abrazados por mis manos y El diciéndome, a través del padre Martín, que no desistiera, que hay que seguir adelante, que El es fiel a sus promesas; que El puede componernos la situación en cualquier momento; que si no lo hace, es porque todavía no es el momento.  Me hizo comprender lo de ayer, pues para el Señor: “un día es como mil años y mil años como un día” o sea que si El no quiere todavía, por algo será.
Me levanté a orar, sólo pidiéndole al Señor su misericordia y fortaleza para continuar.  Me dijo:  10 En esto está el amor: no es que nosotros hayamos amado a Dios, sino que El nos amó primero y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados. Luego me dijo: 8 Por eso, voy a impedir su paso con espinos, y a cercarla con una cerca para que no encuentre ya caminos. 9 Perseguirá a sus amantes y no los alcanzará, tratará de encontrarlos, pero en vano. Entonces se dirá: “Voy a levantarme y volveré donde mi primer marido, pues con él me iba mejor que ahora.” 16 Por eso ahora lo voy a conquistar, lo llevaré al desierto y allá le hablaré al corazón. 17 Le devolveré sus viñas, convertiré el Valle de la Mala Suerte en un lugar de esperanzas. Y allí ella me responderá como cuando era joven, como en los días en que subió de Egipto. 18 Aquel día, dice Yavé, ya no me llamarás más «Señor mío», sino que me dirás «Marido mío».  Gracias Señor, alabado seas Señor, ¡que ese día sea hoy!
No pasó nada y sólo recibí un e-mail de Mark, que hasta mañana iban a revisar el Amendment o sea que nada está pasando.  
Por la tarde fuimos a los Cercos de Jericó y por la noche nos tocó ser los secretarios del Comité Electoral para elegir a los Secretarios Generales de Encuentros Conyugales.  Salieron electos William y Sylvia Pleitez y todo salió bien.  Al momento en que se les invitó en la Asamblea, para que pronunciaran su discurso de toma de posesión, vino un gran temblor.  Era El Señor, recordándonos de su presencia (Cuantas veces hay recordatorios de este tipo y como no sabemos a que se deben, no nos damos cuenta que es porque El Señor quiere decirnos algo).  El discurso estuvo lleno del Espíritu Santo.

Viernes 18 de noviembre de 2005

Santiago 5, 17-18

Me levanté pidiéndole al Señor su misericordia, pues hoy se va Sylvia Regina a Los Angeles a cuidar a Doña Sylvia, que la van a operar.  Desde ayer la encomendé en mis oraciones, pues durante quince días que va a estar afuera, es otro vacío que voy a sentir en mi corazón.  Me dijo: 17 Elías era hombre y mortal como nosotros, pero cuando rogó insistentemente para que no lloviese en el país, no llovió durante tres años y medio; 18 después oró de nuevo y el cielo dio lluvia y la tierra produjo frutos.  Señor, Jesús, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Fui a dejar a Sylvia Regina al aeropuerto y sentía como que un pedazo de mí se iba a otro lado; pues tenemos tanto tiempo de no estar separados, que me siento raro que no vamos a estar juntos.  En el juicio no pasó nada y no recibí nada ¿Hasta cuándo Señor, hasta cuándo?

Sábado 19 y domingo 20 de noviembre de 2005

Me levanté temprano para ir al bautizo del hijo de Memo y Violeta y no pude orar.  Después vine a preparar el programa y a mediodía vino Camila.  Por la tarde comencé a releer el libro de “La Cena del Cordero”.  Luego me habló Rober que creía que se había quebrado un dedo y así fue.  Nos fuimos al hospital y de casualidad (¡Dioscidencia!) ahí estaba Chicho y lo enyesó.  
El domingo por la mañana desayunamos juntos con Rober y después fuimos al car-show los dos juntos, pues Camila no quiso ir.  Por la noche vino a cenar Luigi y Ariana.  En todo el día sentí una gran presencia del Señor, como consolándome, pues El sabe cuánto estoy sufriendo y por alguna razón todavía no quiere que el juicio se resuelva.
Después de misa, en el Santísimo, le pedía que me diera sabiduría, inteligencia, consejo; fortaleza; ciencia; piedad y temor de Dios para comprender y aceptar su voluntad; pues el peso que siento es enorme.  
¡Todo esto te lo ofrezco Señor, para la salvación de otras almas y completar tu plan de salvación del mundo!

1 comentario:

  1. "¿Quieres abrazar la grandeza de Dios? Abraza primero la humildad de Dios. Abraza la humildad de Cristo, aprende a ser humilde, no se te suban los humos a la cabeza."

    San Agustín.

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