Lunes 19 de septiembre de 2005
Juan 3, 3-6; 4, 25-34
Me levanté a orar temprano, pidiéndole al Señor
que me dé fuerzas y sabiduría para saber qué hacer con el personal. Me contestó: 3 Jesús le contestó: «En verdad te digo que nadie puede ver el
Reino de Dios, si no nace de nuevo desde arriba» 4 Nicodemo le dijo:
¿Cómo renacerá el hombre viejo? ¿Quién volverá al seno de su madre? 5
Jesús le contestó: «En verdad te digo: El que no renace del agua y del Espíritu
no puede entrar en el Reino de Dios. 6 Lo que nace de la carne es
carne y lo que nace del Espíritu es espíritu. No comprendía lo que me quería decir y me sentí un
poco desilusionado, pues no sabía qué hacer con los empleados o más bien sí sé,
pero me resisto a creer al Señor que deben seguir con nosotros y no los debo
despedir, por temor a aceptar su voluntad, pues no es lo lógico de hacer???? y me van a venir un montón de críticas;
inclusive de ellos mismos, que no entienden mi proceder. Seguí leyendo y me dijo: 25 La mujer le dijo: “Yo sé que el Mesías (que es el Cristo)
está por venir; cuando venga nos enseñará todo.” 26 Jesús le dijo:
«Ese Soy Yo, el que habla contigo.» 31 Mientras tanto los discípulos
le insistían: “Maestro come.” 32 Pero El les contestó: “El alimento
que debo comer, ustedes no lo conocen.” 34 Jesús les dijo: “Mi
alimento es hacer la voluntad de aquel que me ha enviado y llevar a cabo su
obra.”
Después, el Señor me confirmó su voluntad, pues
me hizo leer lo que había escrito en mi Agenda el 20 de enero de este año
(2005): 58
Así, pues, hermanos míos muy amados, manténganse firmes y no se dejen
conmover. Dedíquense a la obra del
Señor en todo momento, conscientes de que con El no será estéril su trabajo. 13 Estén alerta, manténganse
firmes en la fe, sean hombres, sean fuertes. 14 Háganlo todo con
amor. 6 Pero ahora hemos muerto a lo que nos tenía aprisionados y la
ley ya no vale para nosotros. Ya
no estamos sirviendo a una ley escrita, cosa propia del pasado, sino al
Espíritu: esto es lo nuevo.. ¡Bendito y alabado seas Señor! ¡Jesús, yo
confío en ti!
Martes 20 de septiembre de 2005
Jeremías 2, 1-5; 1, 17-19
Proverbios 3, 13-16
Se me comunicó una Palabra de Yavé:
“Anda y grita a los oídos de Jerusalén:” 2 Así dice Yavé: “Aún me
acuerdo de la pasión de tu juventud, de tu cariño como de novia, cuando me
seguías por el desierto, por la tierra sin cultivar.” 3 Israel era
la casa segunda de Yavé, la parte mejor de su cosecha. Quien comiera de sus
frutos tenía que pagar y pronto le venía la desgracia, palabra de Yavé. 4
Gente de Israel, con todas sus familias, escuchen lo que dice Yavé: 5
¿Acaso sus padres me hallaron desleal, para que se alejaran de mí? Pues se
fueron a cosas despreciables y, con esto, se hicieron despreciables. 17 Tu ahora muévete y anda a
decirles todo lo que yo te mando. No temas enfréntalos, porque yo también
podría asustarte delante de ellos. 18 Este día haga de ti una
fortaleza, un pilar de hierro y una muralla de bronce frente a la nación entera:
frente a los reyes de Judá y a sus ministros, frente a los sacerdotes y a los
propietarios, 18 Ellos te declararán la guerra, pero no podrán
vencerte, pues yo estoy contigo para ampararte, palabra de Yavé. 13 ¡Feliz el mortal
que encontró la sabiduría, el hombre que obtuvo la inteligencia! 14
El estar provisto de sabiduría vale más que tener dinero en el banco; te da más
utilidades que el oro. Caí como anonadado ¡por tanto amor
del Señor! Puedo sentir su amor, pero al mismo tiempo mis fuerzas me faltan. Pero
sé que El me las va a dar y lo que tengo que hacer es seguir adelante, teniendo
Fe en su Palabra. Me reuní con
Alex y con otro abogado amigo y la reunión fue muy positiva. Una luz en el
horizonte que nos da el Señor para que no decaigamos y sigamos adelante; aunque
ya sólo es por pura fe en su Palabra, pues todos los indicios nos indican que
ya no hay nada que hacer. Sobre todo, lo que me abruma es nuestra
responsabilidad con el personal. ¿Qué hacemos Señor?
Miércoles 21 de septiembre de 2005
1 samuel 30, 6-8
El Señor me dijo: 6 David estaba en grandes apuros, pues su gente estaba muy
amargada, cada uno por sus hijos e hijas y hablaba de apedrearlo. Pero David se
reanimó con Yavé, su Dios. 7 Dijo al sacerdote Abiatar (hijo de
Ajimelec): «Trae, por favor el efod.» Este se lo trajo, 18 y David
consultó a Yavé, diciendo: «¿Perseguiré a esa banda? ¿La alcanzaré?» Yavé
respondió: «Persíguela, porque de hecho la alcanzarás y librarás a los
cautivos.» Me sentí
contento y seguro en el Señor, que me acompaña. Pasé todo el día esperando oír de Vidal, para ver que me
contaba de la reunión con John Gilbert, para ver como aligeramos el caso con el
Juez Hardin. Al mediodía me llamó
para decirme, más bien yo lo tuve que llamar, que no se habían podido reunir con
John, pues el huracán Rita va para el área de Houston y en esos momentos John
estaba evacuando a toda su familia, pues todo el condado lo estaban evacuando o
sea que también la Corte iba a detenerse por toda la semana y quizás más
todavía. Primero se inundó Nueva
Orleans, lo que ha detenido los juicios allá y ahora se inunda Angleton y
probablemente Houston; lo que va a detener el juicio varias semanas. ¿Hasta
cuándo Señor? ¿Hasta cuándo?
Seguía orando, esperando en el Señor que la
respuesta de Nejapa Power a la negociación fuera positiva. Fui al Santísimo a
las 3:00 p.m. para el Rosario de la Misericordia y después de rezar con los
empleados recibí un e-mail de Vidal que se habían reunido con los abogados de
Nejapa Power y no habían aceptado nuestra oferta de compra de la planta. Me cayó como una bomba y no sabía qué
hacer, queriendo reaccionar, hasta se me pasó el tiempo y ya no pude ir a misa;
me sentía desconsolado. ¿Señor, qué quieres que haga?
Jueves 22 de septiembre de 2005
Juan 1, 1-18
Me levanté triste y apesadumbrado. Me puse a orar de rodillas ante el
Señor, pidiéndole su misericordia y exigiéndole que nos haga ya el milagro pues
mis fuerzas ya no me dan y las consecuencias para la familia son desastrosas,
pues ya no comprendemos cómo después de tantas oraciones, pareciera que no nos
ayuda. Lloré repitiendo ¿Por qué
me abandonas? ¿Por qué me abandonas? Y El me consoló en mi llanto. No pude rezar, pues no me podía
concentrar. Lo único que quería
era escuchar la Palabra del Señor para que me orientara y le repetía y le
repetía: ¿Habla Señor, tu siervo escucha? ¿Qué quieres que haga? 1 En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba ante
Dios, y la Palabra era Dios. 2 Ella estaba ante Dios en el
principio. 3 Por Ella se hizo todo, y nada llegó a ser sin Ella. Lo que fue hecho 4
tenía vida en ella, y para los hombres la vida era luz. 5 La luz
brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la recibieron. 6 Vino un
hombre, enviado por Dios, que se llamaba Juan, 7 Vino para dar
testimonio, como testigo de la luz, para que todos creyeran por él. 8
Aunque no fuera él la luz, le tocaba dar testimonio de la luz. 9
Ella era la luz verdadera, la luz que ilumina a todo hombre, y llegaba al
mundo. 11 Vino a su propia casa, y los suyos no lo recibieron; 12
pero a todos los que lo recibieron les dio capacidad para ser hijos de Dios. 14
Y la Palabra se hizo carne, puso su tienda entre nosotros, y hemos visto su
Gloria: La Gloria que recibe del Padre el Hijo único; en él todo era don
amoroso y verdad. 18 Nadie ha visto a Dios jamás, pero Dios-Hijo
único nos lo dio a conocer; él está en el seno del Padre y nos lo dio a
conocer. El Señor me
reforzaba que debo de tener Fe. Fe
en El, que todo lo puede ¿Por qué dudo, si El está con nosotros? Pasé todo el día preparando la
contra-oferta para Nejapa Power; confiado en que era el Señor, quien me estaba
dirigiendo. Recibí un e-mail de
Vidal diciéndome que debido al huracán Rita, él había tenido que adelantar su
viaje e iba a estar en Praga hasta el 4 de octubre! o sea que todo se
atraza ¡Señor, ayúdanos! Pero
seguí trabajando con Fe en el Señor. El sabe y El me ama.
Viernes 23 de septiembre de 2005
Marcos 16, 1-16
Le pedí al Señor que me iluminara para saber
qué es lo que tengo que contestar a Nejapa Power, pues el tiempo se acorta y ya
no sé que hacer. Me contestó: 1 Pasado el sábado,
María Magdalena, María, la madre de Santiago y Salomé, compraron aromas para
embalsamar el cuerpo. 2 Y muy temprano, el primer día de la semana,
llegaron al sepulcro, apenas salido el sol. Se decían unas a otras; 3
¿Quién nos quitará la piedra de la entrada del sepulcro? 4 Pero
cuando miraron, vieron que la piedra había sido retirada a un lado, a pesar de
ser una piedra muy grande. 5 Al entrar en el sepulcro, vieron a un
joven sentado al lado derecho, vestido enteramente de blanco, y se asustaron. 6
Pero él les dijo: «No se asusten. Si ustedes buscan a Jesús Nazareno, el
crucificado, no está aquí, ha resucitado; pero éste es el lugar donde lo
pusieron. 7 Ahora vayan a decir a los discípulos y en especial a
Pedro, que El se les adelanta camino de Galilea. Allí lo verán, tal como él les
dijo.» 15 Y les dijo: «Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena
Nueva a toda la creación. 16 El que crea y se bautice, se salvará;
el que se niegue a creer, se condenará.
¡Palabra de Dios!
Por la tarde me habló la ejecutiva de uno de los Bancos y el Señor quiso
que hablara con ella, pues mientras Guadalupe me estaba diciendo para qué me
hablaba, sonó el teléfono celular y entonces contesté; de otra forma, no iba a
contestar. Me hablaba para decirme
que unas personas de una importante empresa inversora del país se querían
reunir con nosotros para hacernos una proposición de forma que pudiéramos
resolver el litigio con Nejapa Power. ¡Aleluya!
Sábado 24 y domingo 25 de septiembre de 2005
No pude orar, pues me reuní temprano con los representantes de la compañia inversionista. Me hicieron una
propuesta que me dejó un poco confundido sobre su verdadero propósito y me
confundí sobre si esto venía o no venía del Señor. Tanto que después, durante el día, le preguntaba a Sylvia
Regina de si esto venía de Dios? y ella aunque sin comprenderlo exactamente me
dió a entender o más bien a comprender que sí; pero yo seguía con dudas en mi
corazón. Me fui al programa sin
haber tenido tiempo para prepararlo y el programa se llamaba: (Arturo siempre
le pone nombre, para que nos sirva de guía en la meditación) “Jesucristo, verdadero
guía para el empresario”, luego comprendí después que era el Señor quien nos
estaba guiando para dónde debíamos ir.
Por la tarde nos reunimos con Alex y la reunión
no fue positiva, lo cual me llamó la atención y me hizo meditar qué estaba
pasando. Me regresé a orar,
pidiéndole al Señor su guía. El
domingo me levanté a estudiar las distintas alternativas y no comprendía cómo,
si esto venía de Dios, los números no me daban a nuestra ventaja y la reunión
con Alex no había sido positiva. Por
la tarde, el Espíritu Santo me iluminó y me hizo comprender que la propuesta,
para que fuera de Dios, incluía que nosotros siguiéramos siendo accionistas
¡Aleluya! Esto sí venía del
Espíritu Santo y comprendí todo y como debía ser nuestra propuesta. ¡Le di
gracias al Señor! El nos resolvía el problema y su mano era evidente. Me fui a misa y durante la Comunión pude
sentir su amor, consolándome y guiándome, como que me decía: “No temas, Yo estoy contigo”.
Nos reunimos con Alex después de misa y de
nuevo, la reunión fue negativa. Esta
vez más fuerte. Le pedía al Señor
que nos guiara y que intercediera para que nos abriera la mente y el corazón a ambos
y nos lográramos entender; pues comprendí que la confusión venía de satanás. El
Señor nos bendijo y nos ayudó para que la reunión terminara en positivo.
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