Lunes 29 de Noviembre de 2004
Gálatas 5, 22-26; 6, 9
22 En
cambio, el fruto del Espíritu es caridad, alegría, paz, comprensión de los
demás, generosidad, bondad, fidelidad, 23 mansedumbre y dominio de
sí mismo. Estas son cosas que no
condena ninguna ley. 24 Los que pertenecen a Cristo Jesús han
crucificado la carne con sus impulsos y deseos. 25 Si ahora vivimos
según el espíritu, dejémonos guiar por el espíritu. 26 Depongamos
toda vanagloria, dejemos de querer ser más que los demás y de ser celosos. 9
Así, pues, hagamos el bien sin desanimarnos, que a su debido tiempo
cosecharemos si somos constantes. El Señor me reafirma que hay que ser
constantes y confiar en El. Me fui
a la oficina y Juan Ernesto me comunicó que todos los que nos están ofreciendo
el financiamiento, habían pospuesto sus decisiones hasta más tarde en la semana
¿Hasta cuándo Señor, hasta cuándo?
Después, German, que tiene más de veinte años de trabajar con nosotros,
me llegó a comunicar que le había salido una oportunidad y que si le daba un
permiso de tres meses. En la carta
que me llevó había el siguiente párrafo: “Sé
que Dios le ha bendecido con la paciencia de Job, al soportar con humildad este
calvario, con la Fe de Abraham al no perder de vista el punto al que quiere
llegar, pero también le ha dado la sabiduría de Salomón para saber tomar
decisiones correctas y aunque a veces un poco duras, han sido las que le han
permitido guiar el timón de esta nave por el rumbo correcto; llevando sobre
ella una gran cantidad de personas que le agradecen su generosidad, su cariño,
su aprecio y sobre todo el inmenso deseo de ayudarnos a todos.” ¡Gloria a Dios! Le di gracias al Señor por este “remanso
de paz” que me enviaba y que estoy seguro que es un mensaje que me enviaba El,
atravez de German, como para decirme: “Sigue adelante,
confía en mí”. Después de
orar, el Señor me hizo leer lo que apunté el 17 de agosto de este año y donde
el Señor nos había ya aclarado que siempre y cuando vayamos o estemos sirviendo
al Señor, no nos preocupemos de nuestros hijos; pues El está con ellos,
cuidándolos.
Martes 30 de Noviembre de 2004
2
Macabeos 8, 2-5; 18
Salmo
12
2 Rogaban
al Señor que mirara por aquel pueblo que todos pisoteaban, que tuviera piedad
del santuario profanado por hombres impíos, 3 que se compadeciera de
la ciudad destruida y a punto de ser arrasada y que escuchara las voces de la
sangre que clamaba hacia El. 5 El Señor cambió su aversión en
misericordia, en cuanto el macabeo organizó su tropa, se hizo irresistible a
los paganos. 18 “Ellos, les dijo, vienen confiados en sus armas y en
su audacia, pero nosotros tenemos puesta nuestra confianza en Dios
Todopoderoso, que puede exterminar con un solo gesto a todos los que nos
invaden y aún al mundo entero. 12,
1 ¿Hasta cuándo, Señor, seguirás olvidándome? ¿Hasta cuándo me
esconderás tu rostro? ¿Hasta cuándo he de estar preocupado, con el corazón
apenado todo el día? ¿Hasta cuándo va a triunfar mi enemigo? Atiéndeme y respóndeme, Señor Dios mío,
da luz a mis ojos para que no me duerma en la muerte… porque yo confío en tu
misericordia, alegra mi corazón con tu auxilio y cantaré al Señor por el bien
que me ha hecho.
Me siento devastado y desesperado, pero confiado en el Señor, que El nos
va a sacar adelante.
Hoy tampoco pasó nada y se venció otra planilla. Sólo le rogaba a Dios que apresure su
paso para salvarnos. Me fui a misa
y al Santísimo y el Espíritu Santo me iluminó para comprender que si El
quisiera, ya hubiera hecho que todo se solucionara, pero por alguna razón
todavía El no quiere. Comprendí lo
de las palabras: “Dios mío, Dios mío, por qué me has
abandonado” del mismo Jesús, pues así me siento, abandonado por Dios. Pero a la vez me viene a la mente la
seguridad que El está conmigo, igual que en la cruz que tengo en mi mesa de
oraciones; abrazándome y sufriendo por mí y conmigo para darme fortaleza, hasta
que sea el momento de arreglar todo.
Comprendí como se sintió Jesús cuando dijo esas palabras, pero también
comprendiendo que el Padre estaba ahí con El, en la cruz, como en el crucifijo
de mi mesa de oración.
Fuimos a la reunión del grupo de “Encuentros” y le pedí
fortaleza. Tengo Fe que El nos va
a sacar adelante.
Miércoles 1 de Diciembre de 2004
Job 33, 13-30
Romanos 6, 3-5
Antes de acostarme, el Espíritu Santo (ya era la una de la mañana) me
hizo leer Job: 13 ¿Por qué le haces
este reproche de que no contesta tus palabras? 14 Pero mira que Dios
habla una vez y no lo repite dos veces. 15 En sueños, en visión
nocturna, cuando desciende el sueño sobre los hombres, mientras los humanos
duermen en su cama, El les abre el entendimiento y los espanta con apariciones,
17 para retenerlos del mal y apartarlos del orgullo. 18
Así le ahorra la tumba de su alma y salva su vida de la muerte. 19
Ve como Dios instruye al hombre en su cama por medio del dolor y de la fiebre, 20
cuando está hastiado del pan y rechaza los manjares apetitosos. 23
Si hay junto a él en ese momento un ángel de Dios, un intercesor que le indique
su deber, que tenga piedad de él y diga: “Líbralo ¡Oh Dios! de bajar al
sepulcro, aquí tengo lo que él debía pagar.” 25 Entonces su carne
rejuvenece como en los días de su adolescencia, 26 se vuelve a Dios
que le hace caso, lo va a visitar y estalla de alegría. 27 Luego
publica lo sucedido y dice entre los hombres: “Había yo pecado y torcido el
derecho, pero Dios me ha tratado según mi culpa. 28 Liberó mi alma
del sepulcro y vivo ahora gozando la luz” 29 Esto es lo que hace
Dios dos y tres veces con el hombre, 30 para sacar su alma del
sepulcro e iluminarla con la luz de los vivos. No pude dormir muy bien, sentía muy cercana
la presencia del Señor y no tenía sueño.
Me dormía y volvía a despertar, me dormía y volvía a despertar. ¡El Espíritu Santo me estaba
limpiando! Me levanté temprano a
orar y con ilusión, tratando de precisar lo leído anoche y lo experimentado en
toda la noche. Me dijo: 3 Como ustedes saben, todos nosotros, al ser bautizados en
Cristo Jesús, hemos sido sumergidos en su muerte. 4 Por este
bautismo en su muerte fuimos sepultados con Cristo y así como Cristo fue
resucitado de entre los muertos por la Gloria del Padre, así también nosotros
empezamos una vida nueva, 5 una figura de su muerte nos injertó en
él, pero compartiremos también su resurrección.
Jueves 2 de Noviembre de 2004
Isaías
22, 9-23
Romanos
5, 5
Apocalipsis
7, 9-15
9 Ustedes
se fijaron en que las murallas de la ciudad de David estaban mal, muy mal. 13
Pero prefirieron reír y divertirse, mataron bueyes y degollaron ovejas,
comieron carne y bebieron vino:
“Comamos y bebamos, que mañana moriremos.” 15 Así habla el
Señor Yavé de los Ejércitos: Anda
a ver a ese funcionario, llamado Sobna, que es administrador del palacio 16
y que se está haciendo un sepulcro en el cerro, una bóveda tallada en roca
viva: ¿Qué tienes tu aquí o quién eres tu aquí para que te mandes a hacer un
sepulcro así? 17 Pues bien, Yavé te va a arrojar, hombre, te
agarrará y te apresará. 19 “Te destruiré de tu puesto y te quitaré
tu cargo: Aquel día llamaré a mi servidor, 20
a Eliaquim, hijo de Helcías, le pasaré tu traje, 21
le colocaré tu cinturón y le confiaré tu cargo y será un padre para los
habitantes de Jerusalén y para la familia de Judá. 23 Lo meteré como
un clavo en un muro resistente y su puesto le dará fama a la familia de su
padre.” 5, 5 La
esperanza no defrauda. El mensaje no lo comprendí bien, pero entendí que era una
profecía.
En la oficina no pasó nada, excepto que con Alex hablamos de todo lo
que está ocurriendo en el país y su creciente pobreza y crecimiento de
maras. Me sentí muy preocupado
durante todo el día.
Me fui a ver a mi mamá.
El Espíritu Santo nos hizo leer el Salmo 90, para reconfortarnos y
comprender todas las tribulaciones que hemos tenido, pero que pronto habrá
paz. Con esto comprendí que si el
Señor nos retrasa su voluntad, es por algo que yo no logro comprender y por
tanto no me debo sentir apesadumbrado, sino alegre y confiado en El.
Por la noche fuimos a la asamblea de “Encuentros” y vimos un video de
la Madre Angélica Nojcova, que nos dijo que la vida del cristiano es incertidumbre,
para que confiemos en Dios. Por la
noche, antes de rezar, sentí el llamado del Espíritu Santo y me hizo leer: 4 Después de esto vi un gentío inmenso, imposible de contar,
de toda nación y raza… 10 y gritaban con voz poderosa ¿Quién salva
fuera de nuestro Dios, que se sienta en el trono y del Cordero? 11 y adoraban a Dios, 12
diciendo: ¡Amén! Alabanza, gloria, sabiduría, acción de gracias, honor, poder y
fuerza a nuestro Dios por los siglos. Amén. 14… el anciano me
replicó: estos son los que vienen de la gran persecución: han lavado y
blanqueado sus vestiduras con la sangre del Cordero. 15 Por eso
están ante el trono de Dios y le sirven, día y noche en su templo. Después el Señor me hizo leer el 20 de
mayo de este año y 8 de enero.
El
20 de Mayo dice: 2 Pedro 3: 8-15 8 No olviden, hermanos, que ante el Señor un día es como mil
años y mil años son como un día. 9 El Señor no se demora en cumplir
su promesa, como algunos dicen, sino que es generoso con ustedes y no quiere
que se pierda nadie, sino que todos lleguen a la conversión. 15
Consideren que las demoras de nuestro Señor son para nuestra salvación, como lo
escribió nuestro querido hermano Pablo con la sabiduría que le fue dada. Hoy me levanté pidiéndole al Señor que
me dé fuerzas, pues siento un peso enorme y que mis oraciones, aunque sé que
las escucha, por alguna razón El todavía no me las resuelve. Me contestó con esta Palabra y se la
leí a Sylvia Regina y ella lo que me dijo es que lo que nos manda a decir el
Señor es que nada se va a arreglar hasta que las cosas de la familia no se
compongan. Yo comprendí esto, pero
a la misma vez le dije al Señor: “Señor, lo entiendo, pero yo ya no sé que
hacer, ayúdame pues yo solo no puedo, necesitamos tu participación para abrir
los corazones de todos”.
El
8 de Enero dice: Lucas 14, 27,
15, 11-32; 16, 1-18; Jeremías 1, 5; Isaías 54, 1-9 Hoy amanecí bien
preocupado pensando que, si no nos aprueban el crédito, no vamos a tener como
pagarle a los empleados, pues ya no tenemos de donde.
Me levanté a orar, pidiéndole al Señor que me diera Fe en su Palabra y
en sus promesas. Me dijo: 14, 27 El que no carga con su propia cruz, para
seguirme luego, no puede ser discípulo mío. y
luego me hizo leer la parábola del Hijo Pródigo y me sentí como el hijo mayor. 15, 28
El hijo mayor se enojó y no quiso entrar, su padre salió a suplicarle y
luego lo del “administrador astuto”. 16, 9 Por eso les dijo: Utilicen el sucio dinero para hacerse
amigos, para que cuando les llegue a faltar, los reciban a ustedes en las
viviendas eternas.
1, 5 Antes de formarte en el seno de tu madre ya te conocía,
antes de que tu nacieras, yo te consentí y te destiné a ser profeta de las
naciones. 54.1 Grita de
júbilo, oh tu que estabas estéril y que no dabas a luz; grita de júbilo y
alegría tu que no esperabas! Pues
mira en los hijos de la abandonada, más numerosos que los de la casada, dice
Yavé. 3 Porque te
extenderás de derecha y a izquierda tu descendencia conquistará las naciones y
repoblará las ciudades desiertas. 7 Te había abandonado un momento,
pero con inmensa piedad yo te vengo a reunir. 8 En unos momentos de ira te oculté mi rostro,
pero con amor que no tiene fin me apiado de ti, dice Yavé, que te viene a
rescatar. 9 Voy a hacer
como en el diluvio de Noé, cuando juré que las aguas no pasarían más sobre la
tierra. Así juré yo no enojarme
más contigo, ni amenazarte nunca más.
Viernes 3 de Diciembre de 2004
Isaías 11, 1-2; 12, 1-2
Me levanté a orar, para pedirle al Señor su misericordia. Tuve un sueño, lo cual es muy raro en
mí y fue primera vez que, aún en sueños, el Señor me protegió y me libró de una
tentación. Leyendo la “Liturgia de
Las Horas” en la biografía de San Francisco Javier, me llamó la atención de la
pregunta: “Señor, aquí me tienes, ¿Qué
quieres que haga? Envíame donde tu quieras, aunque sea hasta la India” ¡Soy
todo tuyo Señor, dime qué hacer!
Me contestó: 1 Una rama saldrá del trono de Jesé, un brote surgirá de sus
raíces. 2 Sobre él reposará el Espíritu de Yavé, espíritu de
sabiduría e inteligencia, espíritu de prudencia y valentía, espíritu para
conocer a Yavé y respetarlo, y para gobernar según sus preceptos. 12, 1
Y dirás aquel día: “Te doy gracias Yavé, porque estabas enojado conmigo, pero
se te pasó el enojo y me levantaste. 3 ¡Vean como es El, el Dios que
me salva! En el confío y no tengo más miedo, pues Yavé es mi fuerza y mi
canción, El ha sido mi salvación.
Tuve la impresión, después de leer esta Palabra, que hoy íbamos a
recibir la noticia que todo se iba a solucionar. No sé de donde, ni por donde… pero no pasó nada.
Me fui a misa y después al Santísimo en San José. El Espíritu Santo me iluminó para
comprender que lo que pasa es que el Señor no quiere que se solucione todo
todavía, para que mi Fe, mi Esperanza y mi amor hacia El crezcan más
todavía. Me hizo ver que El lo
puede todo y todo se va a solucionar cuando El quiera. Fui a ver a mis papás y la reunión fue
muy positiva. El Señor está con
nosotros, pero el dolor que siento es enorme. ¡Señor Jesús, ten
misericordia de mí!
Sábado 4 y domingo 5 de Diciembre de 2004
Me levanté a preparar el programa, pues hoy no iba a llegar Arturo y
me iba a tocar a mí dirigirlo e invité a Arturo Castillo para que me
acompañara. Por la tarde, después
del programa me fui al "turno" de La Escuela Americana con Sofía y Camila. Me sentía bien rico y bendecido de andar con ellas y que
ellas quisieran andar conmigo sin protestar, sino porque querían. Pasé bien contento y alegre, a pesar
del dolor de que no sé cómo vamos a salir adelante.
Después de almuerzo fuimos a conocer Multiplaza e igualmente me sentía
bien orgulloso de andar con ellas dos y gozando juntos. Le daba gracias a Dios por esa
bendición. Por la tarde fui a ver
a mis papás y ahí estaba Carmen Elena y Gerardo y la reunión fue muy
positiva. Miramos los fuegos
artificiales del Pollo Campero y leímos La Biblia con mi mamá. También le di gracias al Señor por esa
bendición.
Por la mañana del domingo terminé de leer el libro de “El Silencio de
María”. Otra bendición, que me da
el Señor, de conocer la verdadera razón del porqué nos la dejó como madre; que
es para que tengamos un Padre y una Madre y con estos “símbolos” podamos
comprender el amor que Dios nos tiene; que es similar no solo al de un Padre,
sino también al de una Madre.
También fuimos con todos a Multiplaza e igualmente le di gracias a
Dios por esos momentos de familia, pues pasamos todos felices y contentos.
Por la noche vinieron Ariana y Luigi a cenar e hicimos la oración para
encender la segunda vela de “La Corona de Adviento”. Podía sentir la presencia del Señor con nosotros,
colmándonos de bendiciones.
Al momento de rezar, en la noche, ambos Sylvia Regina y yo le dimos
gracias al Señor por este momento de familia y que El estuvo con nosotros. Se me había olvidado mencionar que, en
la mañana, Sylvia Regina me dijo que había soñado que alguien nos había dado el
préstamo y que todo se había solucionado y que fuimos a dar gracias al
Señor.
Yo no quería dormirme, pues quería seguir estando con el Señor y darle
gracias por todos estos momentos y todas sus bendiciones. Tampoco me daba sueño, pues quería… y
quería estar con El. Le pedía su
misericordia y que si es su voluntad, que nos componga ya la situación
económica y podamos pagar las planillas y los aguinaldos. Me contestó: 1 Corintios 15, 58 Así pues,
hermanos míos muy amados, manténganse firmes y no se dejen conmover. Dedíquense a la obra del Señor en todo
momento, conscientes de que con El no será estéril su trabajo. 14
Háganlo todo con amor.
"Estoy loco, chiflado, no sé lo que me pasa. En algunos momentos sólo en la oración, a los pies de la cruz de Jesús y al lado de María, tengo sosiego."
ResponderEliminarSan Rafael Arnaiz (Hermano Rafael)