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Canonización de Monseñor Romero

viernes, 13 de abril de 2012

Cronología de un Milagro - Octubre 2004-III


Lunes 18 de Octubre de 2006

Números 11, 11-17
11 Le dije a Yavé: “Por qué tratas tan mal a tu servidor?  No me has hecho ningún favor al imponerme la carga de todo este pueblo! 13 Todo el pueblo viene a mí para decirme: ¡Danos carne, queremos comerla!  Pero de donde voy a sacar carne para dársela? 16 Yavé le respondió a Moisés:  “Júntame setenta ancianos de Israel, hombres de los que saben que son ancianos y escribas de su pueblo y llévalos a la Tienda de las Citas.  Que se paren a tu lado. 17 Bajaré y hablaré contigo: Luego formaré mi espíritu que está en ti y se lo pondré a ellos.  Llevarán la carga del pueblo y ya no tendrás que llevarla solo.  El Señor me manda a hablar con los empleados, para que ellos nos ayuden y sobre todo que la conversión comience en todos ellos. 
Yo estaba esperando que todo se compusiera para comenzar a dar mi testimonio, pero el Señor me manda a empezar a hablar de el antes de que el milagro sea evidente, para que éste tenga mayor credibilidad.  ¡En mi debilidad, es cuando El es más fuerte! 
Fui a recoger a Sylvia Regina y Sofía.  Le di gracias a Dios porque habíamos podido hacer ese viaje y a la vez el mío a Houston.  Después hablé con Alex sobre los resultados del viaje y mi cita con el Banco para más tarde.  Ambas reuniones fueron muy positivas.  Me sorprende como ahora las reuniones con Alex son extremadamente positivas.  Se nota la mano del Señor en ambos.  Nos hace lograr consensos, a pesar de los momentos tan difíciles. 
Por la noche fui a visitar a mi mamá y oramos juntos.  Me sorprendí como el Espíritu Santo tomó posesión de mí y hacía que pudiera pronunciar palabras con tanto consuelo para mi mamá y de conversión.  Podía notar como el Espíritu Santo la cubría y la llenaba con su Santo Espíritu.  Fue una experiencia maravillosa, pues el Señor me está confirmando mis dones y mi ministerio; así lo sentí. 
Después oramos todos juntos, con Ariana y Luigi en la casa y la reunión fue muy alegre y llena de la presencia del Señor.

Martes 19 de Octubre de 2004

1 Corintios 6, 19-20

19 No saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que han recibido de Dios y que está en ustedes?  Ya no se pertenecen a sí mismos. 20 Ustedes han sido comprados a un precio muy alto; procuren, pues, que sus cuerpos sirvan a la gloria de Dios. 1, 18 No olviden que han sido rescatados de la vida vacía que aprendieron de sus padres; pero no con un rescate material de oro o plata; 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin mancha, ni defectos. 21 Gracias a El han creído en Dios que lo resucitó de entre los muertos y lo glorificó, precisamente con el fin de que pusieran su fe y su esperanza en Dios.  Pasé la mayor parte de la mañana con mi mamá y fuimos con Carmen Elena nuestra prima y mi hermana a ver colchones para mi mamá, cuando se pase a la casa y no le salgan llagas.  Después se vino Carmen Elena nuestra prima a almorzar a la casa y la pasamos bien.  Sentía la presencia del Señor. 
Después de almuerzo hablé con Vidal y me dio la noticia que el 5th Circuit había dado su dictamen a nuestro favor.  ¡Bendito sea Dios!  Sentí una gran bendición del Señor viendo para atrás y comprendiendo como nos ha bendecido, pues la razón que el juicio se ha tardado tanto no es porque El no nos ha oído, sino porque no nos ha convenido que se componga; para que nos acerquemos más a El. 
Llegué a la oficina y nos reunimos con Alex para contarle.  También él le dio gracias al Señor. 
Por la tarde fuimos con Sylvia Regina a misa, para darle gracias por esta gran bendición y después fuimos al grupo de “Encuentros”.  La palabra fue sobre que nos tenemos que hacer como niños, para entrar en el Reino de los Cielos. 
En el Santísimo sentí en mis manos un ardor penetrante, pero a la vez agradable.  En el mismo lugar de las llagas de las manos del Señor.  ¡Me hizo sentir sus llagas! llagas dolorosas, pero que reconfortan y alivian; sanan.

Miércoles 20 de Octubre de 2004

2 Reyes 4, 32-36
1 Reyes 17, 20-23

32 Cuando Eliseo llegó a la casa, el niño muerto estaba acostado en la cama. 33 Eliseo entró y cerró la puerta tras de sí y oró a Yavé. 34 Luego se acostó sobre el niño puso su boca sobre la boca del niño, sus ojos sobre sus ojos, sus manos sobre las manos y el calor volvió al cuerpo del niño. 35 Eliseo se puso a caminar por la casa, de un lado a otro,  Luego volvió a acostarse sobre el niño hasta siete veces y el niño estornudó y abrió sus ojos. 36 Eliseo entonces llamó a Guejazi y le dijo:  “Llama a la dama” y cuando llegó Eliseo le dijo: “Toma tu hijo”.  17, 20 En seguida oró a Yavé: Dios mío, ¿Así qué quieres castigar también a esta viuda que me cobijó en su casa? ¿Por qué has hecho morir a su hijo? 21 Se tendió tres veces sobre el niño e imploró a Yavé: “Dios mío, por favor, que vuelva el alma de este niño” 22 Yavé escuchó la voz de Elías y el alma del niño volvió a él y revivió. 23 … y lo entregó a su madre diciendo: “Mira tu hijo vive”.
“Cristo delante de mí, Cristo detrás de mí, Cristo el todo de mí, Cristo encima de mí y debajo de mí”. 
Pasé un día sólo esperando en el Señor, confiado en que El nos va a arreglar todo, pues yo ya no puedo hacer nada más.  La palabra de hoy es como la presentación mía de Jesús a mi mamá, que ha tenido tantos sufrimientos y como que después de tantas pruebas, el Señor le dice a ella:  “Mira, tu hijo vive” o sea que ya todo se va a comenzar a componer, tanto en lo económico, como en sus enfermedades.  Ella está sufriendo la Pasión de Cristo, como propiciación de los pecados de toda la familia.  Hoy el Señor nos resucita a una nueva vida. 
Revisando mis e-mails encontré uno que me había enviado la ejectiva del Banco de Alex o sea que ya me había contestado y yo no me había dado cuenta;  otra maniobra de satanás, pues hizo que se fuera al “junk mail”, para que yo no lo viera y me desesperara. 
Por la tarde fuimos a misa con Sylvia Regina.

Jueves 21 de Octubre de 2004

Salmo 20

2 Que el Señor te responda en el día aciago y te proteja el Nombre del Dios de Jacob. 3 Que del Santuario te envíe socorro y desde Sión te venga tu auxilio. 5 Que te conceda según tus deseos y lleve a buen fin todos tus proyectos. 7 Ahora sé que el Señor salva a su ungido: le respondió desde su Santo Cielo y le dio la victoria: Su diestra hace proezas. 10 ¡Oh Señor! Salva al rey, atiéndenos pues hoy a ti clamamos! 30 Ustedes comerán y beberán a mi mesa en mi Reino y se sentarán en tronos para gobernar a las doce tribus de Israel.
No pasó nada y comienzo a sentir el gran peso de no poder pagar las planillas.  Siento que es como una cruz que me cae sobre una llaga que ya tengo en mi cuerpo.  Además no pude ir a ver a mi mamá, pues pasamos con Sylvia Regina escogiendo qué mercadería podíamos llevar al mercado de pulgas del movimiento de “Encuentros”y después fuimos a misa.  Me siento desconsolado y lo único que me sostiene es la esperanza en el Señor.

Viernes 22 de Octubre de 2004

No hubo comunicación escrita con el Señor.

Sábado 23 y domingo 24 de Octubre de 2004

Hoy nos levantamos temprano, pero en vez de orar me puse a preparar el programa de Radio Paz, pues teníamos que empezar a preparar las cosas para el mercado de pulgas de mañana. 
Pasamos en eso todo el día y no fue sino como hasta las 7:00 p.m. que pude ir a ver a mi mamá al hospital.  Sin embargo, me estoy acordando que también fuimos en la mañana y la encontré sumamente molesta, pues había pasado una mala noche con el nuevo aparato que le habían puesto.  Me partió el alma verla, pues había pasado con constante dolor durante la noche.  Llegó el médico y efectivamente, el aparato ya le había hecho dos llagas y él se las curó y se sintió mejor. 
Cuando llegamos en la noche se empezó a quejar nuevamente y llamamos al médico y afortunadamente pudo llegar y le pudo poner el aparato en mejor forma, pues se ve que estaba mal puesto y por eso le molestaba bastante.  Me dio una gran tristeza no poderme quedar acompañándola durante la noche, pero al día siguiente teníamos que amanecer a las 5:00 a.m., para irnos al “mercado de pulgas”.  Rezamos un Rosario y ya se quedó más tranquila, pero yo me sentí con un gran sentimiento de dejarla.  La dejé en manos del Señor.  Amanecimos el domingo bien temprano y tanto Sofía como Rober se fueron con nosotros y contentos de ir a servir al Señor, en familia.  Todo nos salió perfectamente y se podía ver su mano en todo, pues el puesto de nosotros era el más bonito y organizado.  Oramos juntos antes de empezar la jornada, pidiéndole al Señor sus bendiciones.  Fue un día muy lindo; dedicado al Señor. 
Ya en la tarde fuimos a ver a mis papás a la casa, pues hoy había salido mi mamá del hospital y ambos estaban bien contentos.  Mi papá se me quejó de tantas desgracias que nos habían llegado, pero yo le hice ver que eran más bien pruebas y bendiciones que el Señor nos enviaba para que nos uniéramos más como familia y nos acercáramos más a El.  El se quedó pensativo, pero como aceptando que en realidad así es y que deberíamos dar gracias a Dios que dentro de tanta desgracia, todo nos va saliendo bien o lo mejor posible.

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