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Canonización de Monseñor Romero

domingo, 15 de abril de 2012

Cronología de un Milagro - Octubre 2004-IV


Lunes 25 de Octubre de 2004

Jeremías 16, 10-15
Lucas 13, 10-13

10 Cuando tu anuncies a este pueblo todas estas cosas, te preguntarán:  “¿Por qué nos amenaza Yavé con estas enormes desgracias?  ¿Qué crimen o que pecado hemos cometido contra Yavé, nuestro Dios?  11 Entonces tu les contestarás:  “Porque sus padres me dejaron, dice Yavé y se fueron con otros dioses, sirviéndoles e hincándose ante ellos y a mí me despreciaron y no observaron mis mandamientos. 12 Y ustedes, si, ustedes, han actuado peor que sus padres; pues cada uno de ustedes hace lo que aconseja su corazón duro y perverso en vez de escucharme. 14 Sin embargo, se acerca el tiempo, dice Yavé, en que no dirán: “Viva Yavé porque sacó  a los hijos de Israel del país de Egipto” 15 sino “Viva Yavé que trajo a los hijos de Israel del país del norte y de todos los países adonde los había echado” ¡Yo los devolveré a la tierra que había dado a sus padres!  13, 10 Un sábado Jesús estaba enseñando en una sinagoga. 11 Había ahí una mujer que desde hacía dieciocho años estaba poseída por un espíritu que la tenía enferma y estaba tan encorvada que no podía enderezarse de ninguna manera.  12 Jesús la vio y la llamó.  Luego le dijo:  “Mujer, quedas libre de tu mal” 13 y le impuso las manos.  Al momento se enderezó y se puso a alabar a Dios.  Por la mañana no comprendí que era lo que el Espíritu Santo me quiso decir.  Pasé el día perturbado porque no comprendía al Señor.  Me fui a misa, triste, después al Santísimo, le suplicaba:  “Señor, tu sabes como me siento de desconsolado.  ¿Por qué me abandonas y no comprendo lo que me quieres decir o no me dices nada?  No sentí mayor respuesta, sino más bien lo sentía distante, lejos. 
Nos fuimos a ver a mi mamá y la encontramos bien molesta y a disgusto.  Con mi presencia se fue calmando.  Cuando ya nos veníamos le empezó a reclamar al Señor del porqué todos estos sufrimientos, si ella siempre había sido una hija ejemplar, siempre actuando bien y preguntaba ¿por qué Señor?  Lo único que se me ocurrió decir es que le abriera el corazón al Señor y se depositara en su voluntad.  Pero no sentí que me hizo caso, más bien me dijo: “si eso es lo que he hecho desde hace tiempo”. 
Al salir me dijo Sylvia Regina lo que yo sentí que el Señor me dijo y que es que: “su mamá debe de concentrarse en Jesús y olvidarse de buscarlo en otras religiones”.  Entonces comprendí la palabra de hoy: “Porque sus padres me dejaron, dice Yavé y se fueron con otros dioses, sirviéndoles e hincándose ante ellos y a mí me despreciaron y no observaron mis mandamientos” y le di gracias al Señor, pues comprendí que es algo que tiene que ver con nuestras generaciones pasadas.

Martes 26 de Octubre de 2004

2 Corintios 7, 8-16
Jeremías 14-16

Hoy me levanté temprano a orar, para ir a leerle a mi mamá la palabra de ayer.  El me dijo:  6 Si les causé tristeza con mi carta, no lo siento.  Y si antes lo pude sentir, pues esa carta por un momento les causó pesar; 9 ahora me alegro no por su tristeza, sino porque esa tristeza los llevó al arrepentimiento.  Esa tristeza venía de Dios, de manera que ningún mal les sobrevino por causa nuestra.  10 La tristeza que viene de Dios lleva al arrepentimiento y realiza una obra de salvación que no se perderá.  Por el contrario, la tristeza que inspira el mundo provoca muerte.  11 Aquella tristeza era según Dios y miren lo que ha producido en ustedes: ¡qué preocupación tan grande por mí y cuantas disculpas… En todo han demostrado que eran inocentes en este asunto. 13 Por eso me sentí confortado.  Además de este consuelo, me alegró mucho ver a Tito tan contento de cómo ustedes lo tranquilizaron. 16 Me alegro, pues, de poder contar totalmente en ustedes.  Ya no pude ir adonde mi mami, pues se me hizo tarde en la oración y quería llegar temprano para estar solo con ella y que pudiéramos reflexionar bien la Palabra del Señor de ayer.  Por la noche no pudimos ir al grupo de “Encuentros” y lo cual me hizo bastante falta. 
En lugar de eso fuimos a reunión con los Benítez, con el tema de la Fundación y nos contaron que a los secretarios generales nacionales no les ha gustado la idea y como que hay problemas de percepción y división de opiniones con relación a este tema.  Yo le pedí al Señor que me iluminara y di mi opinión, que debíamos seguir adelante y tratar de aclarar esas percepciones y dejar que sea el Señor quien nos vaya ayudando a decidir.  Así quedamos.

Jueves 28 de Octubre de 2004

Jeremías 18, 1-10

1 Aquí viene una palabra que Yavé dirigió a Jeremías: 2 Levántate y baja a la casa del que trabaja la greda; allí te haré oír mis palabras: 3 Bajé, pues, donde el alfarero que estaba haciendo un trabajo al torno. 4 Pero el cántaro que estaba haciendo le salió mal, mientras amoldaba la greda.  Lo volvió entonces a empezar, transformándola en otro cántaro a su gusto. 5 Yavé, entonces, me dirigió esta palabra. 6 Yo puedo hacer lo mismo contigo, pueblo de Israel; como el barro en la mano del alfarero, así eres tú en mi mano. 7 A veces yo hablo respecto de algún reino o de alguna nación, amenazando con destruir y arrancar, 8 más ellos cambian su proceder, dejando la maldad que yo denunciaba … 9 Otras veces, yo hablo respecto de alguna nación, o de algún reino, prometiendo edificar y plantar. 10 Más ellos hacen lo que me desagrada y dejan de escuchar mi voz.  Entonces yo también me arrepiento y ya no quiero hacerles el bien que prometía.

Viernes 29 de Octubre de 2004

1 Corintios 1, 26-27; 2, 3-4; 4, 5; 7, 20

26 Fíjense, hermanos, en ustedes, los elegidos de Dios: ¿Cuántos de ustedes tienen el saber humano o son de familia nobles e influyentes? 27 Dios ha elegido lo que el mundo considera necio para avergonzar a los sabios y ha tomado lo que es débil en este mundo para confundir lo que es fuerte. 28 Dios ha elegido lo que es común y despreciado en este mundo para confundir lo que es fuerte. 2, 3 Yo mismo me sentí débil ante ustedes, tímido y tembloroso. 4 Mis palabras y mi mensaje no contaron con los recursos de la oratoria, sino con manifestaciones de espíritu y de poder. 5 Para que su fe se apoyara no en sabiduría humana, sino en el poder de Dios. 4, 5 Por lo tanto, no juzguen antes de tiempo, esperen que venga el Señor.  7, 20 Que cada uno, pues, permanezca en la situación en que estaba cuando fue llamado.  Hoy oré bastante, pues me levanté temprano para pedirle al Señor qué debemos hacer con el personal, pues seguimos sin poder pagar las planillas.  Sentí una enorme riqueza y presencia del Señor en todas mis oraciones, especialmente en todas las lecturas de la Liturgia de las Horas y el Salterio; que hoy fue el primer día que lo resé completo y comprendiéndolo y amándolo.  Besé el libro al terminar mi oración. 
Sylvia Regina entró a orar mientras yo estaba comenzando la Liturgia de las Horas y le leí La Segunda Lectura del Viernes 1 del libro III de San Anselmo: “Busco tu rostro, tu rostro busco, Señor”.  El Señor me contestó bien claro… hay que continuar con el personal y confiar en El.  El nos va a resolver todo, tal y como ya me lo había dicho hace unas semanas (Octubre 1).  También me iluminó que debía de hablar hoy con el personal, para explicarles.  Así lo hice.

Sábado 30 y domingo 31 de Octubre de 2004

Hoy salimos de viaje a Navojoa, a la boda civil de Sofía.  Nos levantamos a las 4:30 a.m. Yo estaba bien cansado y apesadumbrado durante el viaje.  El Señor quiso poner a prueba mi humildad y me tocó un asiento de en medio, en el avión (en otro tiempo, esto no lo hubiera soportado).  Nos fuimos jugando ajedrez con Roberto Adriano, que nunca lo había podido hacer.  Me sentí bendecido, que nos dio ese momento para estar juntos. 
Llegamos a la casa de Tía Ivy y también fue una bendición, pues llegaron todas sus amigas y pasamos un momento muy especial, podía sentir la presencia del Espíritu Santo. 
Nos fuimos a dormir a Tucson y después llegamos el domingo a Novojoa.  El Señor nos regaló que pudiéramos ir a misa de 7:00 p.m. y después nos fuimos con Sylvia Regina al Santísimo. Le pedí por Sofía, encomendándosela para que sea feliz en ese lugar y comprendiendo que esa iba a ser su iglesia para el resto de su vida; así es que le dije, Señor: “aquí te la dejo, te pido por favor que nos la cuides y bendigas este matrimonio, estando tu presente todo el tiempo; lo mismo que a toda la familia Fernández, de la cual ahora vamos a pasar a formar parte”.  La Capilla del Santísimo me gustó mucho y después nos fuimos a cenar a casa de los papás de Poncho e igualmente nos sentimos muy complacidos y bendecidos por la familia que el Señor le había escogido a Sofía.  ¡Gracias Señor!

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