Lunes 27 de Septiembre de 2004
Salmo 38
Mateo 28,19-20
Le pedí al Espíritu Santo que me iluminara para saber la voluntad del Señor y comprender que es lo que está pasando y que debo hacer, me dijo: 2 Señor, no me reprendas en tu enojo, ni me castigues si estás indignado. 3 Pues tus flechas en mí se han clavado y tu mano se ha cargado sobre mí. 4 Nada queda sano en mí por causa de tu ira, nada sano en mis huesos, después de mi pecado. 5 Mis culpas llegan más arriba de mi cabeza, pesan sobre mí más que un fardo pesado. 6 Mis llagas supuran y están fétidas, debido a mi locura. 7 Ando agobiado y encorvado, camino afligido todo el día. 10 Señor, ante ti están todos mis deseos, no se te ocultan mis gemidos. 12 Compañeros y amigos se apartan de mis llagas, mis familiares se quedan a distancia. 13 Los que esperan mi muerte hacen planes, me amenazan los que me desean lo peor y rumian sus traiciones todo el día. 14 Pero yo, como si fuera sordo, no oigo, soy como un mudo que no abre la boca. 15 Como un hombre que no entiende nada y que nada tiene que contestar. 16 Pues en ti Señor, espero; tu Señor mi Dios, responderás. 19 Sí, quiero confesar mi pecado, pues ando inquieto a causa de mi falta. 20 Son poderosos mis enemigos sin causa, incontables los que me odian sin razón. 22 Señor, no me abandones, mi Dios, no te alejes de mí! 23 Ven pronto a socorrerme, oh Señor, mi salvador! 19 Vayan pues y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos… 20 Y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado a ustedes. Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia.
Hoy nos pusimos de acuerdo con el Banco de cómo resolver el problema de Co-Urban, la reunión fue muy positiva.
Le leí a Alex la lectura de hoy y fue muy refrescante para los dos. La Discovery se me volvió a arruinar, la Previa igual y va a costar un ojo de la cara repararla. Sylvia Regina vino bien deprimida en la noche. El ataque del maligno era evidente, pues a mí también me hizo deprimir.
Rezamos la Llama del Amor y le pedimos al Señor que nos dé fuerzas.
Martes 28 de Septiembre de 2004
2 Macabeos 7, 6-36
Lucas 11, 1-13
Hoy me levanté deprimido, como apabullado. Inmediatamente que abrí los ojos dije: “Buenos días Espíritu Santo” “Ten misericordia de nosotros” “Implora por nosotros” “Danos fuerzas”, El me dijo: 6 El Señor Dios todo lo ve y en realidad tiene compasión de nosotros, tal como lo anunció Moisés en su canto. En él dice claramente: “el Señor tendrá piedad de sus servidores”. 11 Tuvo además el valor de declarar: “De Dios he recibido estos miembros, pero por amor a sus leyes los desprecio y de Dios espero recobrarlos”. 18 … No te equivoques. En verdad es por causa de nosotros mismos que sufrimos todo esto, porque pecamos contra nuestro propio Dios; por eso nos han pasado cosas asombrosas. 32 Sepas que nosotros padecemos por nuestros pecados; 33 es verdad que nuestro Señor, que vive, está por breve tiempo enojado para castigarnos y corregirnos, pero de nuevo se reconciliarán con sus siervos. 36 Ahora mis hermanos han terminado de sufrir un breve tormento por una vida que no se agotará; están ahora en la amistad de Dios … Después de escuchar la palabra de hoy, me sentí contento y lleno de gozo, pues sentí que el Señor me decía que todo iba a mejorar. Sin embargo, me llegó el reporte mensual de Nejapa Power y habían decidido pagar todos los dividendos a los abogados; sin dejar nada para nostros y los bancos o sea que no nos servía de nada la gestión para que nos dejen una cantidad mensual para poder seguir pagando las planillas. Me sentí decepcionado, desconsolado, abandonado y sobre todo sin comprender la voluntad del Señor, que me viene diciendo en todas estas semanas que ya todo se va a componer y ahora nos viene esto. Me sentí defraudado y violento; decepcionado, cuestionando a Dios; pero el Espíritu Santo me fue ayudando y comencé a ir aceptando su voluntad y que si era su voluntad, debía aceptarla.
Me fui resignando a aceptar su voluntad y comprender que si era su voluntad, era porque eso es lo que nos convenía. Por la noche fuimos a la reunión de “Encuentros” y la lectura fue sobre lo de perseverar en el Señor y que El sabe que es lo que más nos conviene. Después oramos todos juntos y a nosotros nos tocó la parte del perdón. Después nos impusimos las manos unos a otros y Memo dirigió la oración de sanación para todos.
Miércoles 29 de Septiembre de 2004
2 Timoteo 1, 9-11; 2, 3
Génesis 50, 21
Hoy me levanté temprano con deseos de orar, pidiéndole al Señor que me dé fuerzas para continuar y sabiduría para comprender su voluntad. Me dijo: 9 El nos ha salvado y nos ha llamado para una vocación santa, no como premio a nuestros méritos, sino gratuitamente y por iniciativa propia. Esta llamada, que nos concedió en Cristo Jesús desde la eternidad … 11 Este es el mensaje para el que fui hecho predicador, apóstol y maestro. 12 y por el que ahora padezco esta nueva prueba. 2, 3 soporta las dificultades como un buen soldado de Cristo Jesús. Comprendí que “para vivir, hay que morir” y que tengo que aprender a confiar en Dios, pues siempre será lo mejor y que lo único que tengo que pedir es “su fuerza” para poder cumplir con su voluntad. Pero luego me entró la duda de que hacer con el personal, si lo debo desmedir o nó ¿Señor, cuál es su voluntad? Me dijo: 21 Nada teman, pues: Yo los mantendré a ustedes y a sus hijos”. Luego los consoló con palabras cariñosas.
Llegué a la oficina y había un e-mail de Alex que decía: “Esperar por el tiempo de Dios tiene grandes recompensas.” Me hizo sentir contento, pues es lo que tenemos que comprender y aceptar, pues si El quiere que las cosas todavía no se resuelvan, es porque todavía no nos conviene. Le di gracias al Señor porque Alex también está depositado en la voluntad del Señor y le pedí que nos diera fuerzas. Hablé con Vidal y no me dio esperanzas de poder hacer nada, en cuanto a conseguir fondos. Sólo me sostiene la palabra del Señor.
Por la noche, fui a ver a mis papás y la reunión fue positiva, le leí lo que me había dicho el Señor el día de ayer, con relación al martirio de los siete hermanos y le dije que nos diéramos cuenta que nosotros también somos siete hermanos y que por tanto, la Palabra también es para ella. Me escuchó y “lo meditó en su corazón” (como la Virgen).
Jueves 30 de Septiembre de 2004
Hechos 22, 14-15
14 Entonces agregó: “El Dios de nuestros padres te ha elegido para que conozcas su voluntad, veas al justo y oigas su propia voz. 15 Con todo lo que has visto y oído serás en adelante su testigo ante las personas más diversas. Llegué a la oficina y no pasó nada. Hablé con Kevin y lo único que me dio esperanza es que me dijo que nuestro caso era el único caso que él conocía que se hubiera tardado tanto, por tantas complicaciones. Me hizo pensar que entonces era la mano de Dios la que no quería que se resolviera, porque todavía no nos conviene.
Nos reunimos con Alex y la reunión fue positiva, pero me dejó preocupado, pues al final me dijo que ya era tiempo de reducir los gastos o sea que hay que despedir más gente y eso me hizo desesperar, pues él tiene razón, que la lógica humano indica que hay que hacerlo, pero el Señor me dijo el día de ayer, que no lo deberíamos hacer y que El se iba a preocupar de que no nos falte nada. ¡Señor, incrementa mi fe! Fuimos a la reunión de “Encuentros” y no sabíamos si ir al Retiro o no, para no dejar solo a Roberto Adriano, pues Sylvia Regina estuvo de viaje el fin de semana pasado y se va de viaje el próximo con Sofía o sea que estamos con duda. Le pedimos palabra al Señor en las oraciones de la noche, pero no pudimos entender que era lo que nos quería decir.
Viernes 1 de Octubre de 2004
Números 11, 21; 23; 31
Hoy me levanté preocupado por lo del personal y por lo de si ir al Retiro o no. El Señor me dijo: 21 Moisés dijo: “El pueblo al que pertenezco consta de seiscientos mil hombres de a pié y tu dices: ¿Les voy a dar carne y la comerán todo el mes? 23 Yavé le dijo a Moisés: “Así que la mano de Yavé es muy corta! Ahora verás si mi palabra se cumple o no” 31 Empezó a soplar un viento: venía de Yavé. El viento venía del mar y arrastraba codornices, las que dispersó por el campamento y sus alrededores hasta un día de camino. Las había por todo el derredor del campamento formando una capa de dos codos. El Señor me contestó clarísimo que El va a producir el milagro, para gloria y honra suya. No depende de mí, nada puedo hacer, ahora me dice: “conmigo todo es posible” y yo creo.
Por el mediodía, Sylvia Regina me habló y me dijo que a su mamá la habían internado en el hospital, por tener la presión alta. Pasamos toda la tarde en el hospital y después me fui a misa solo y comprendí o más bien el Espíritu Santo me dijo en la misa, que su voluntad era que no fuéramos al Retiro y que estuviéramos al lado de Doña Sylvia. Yo tenía grandes deseos de ir y estar con El, sólo pensando en El, pero ahora El me pedía, aún, ese sacrificio; o sea que queriendo estar con El, sacrificara ese deseo personal, porque El me lo estaba pidiendo.
Me sentí muy bendecido y a la vez con un gran peso encima, pues el Señor se dirigía a mí como lo hace con sus personas más cercanas. Primero hablándoles directamente y segundo, pidiéndoles sacrificios, de las cosas que la mayoría de las personas estarían contentos de no hacer, como en este caso; el querer estar a su lado en un Retiro. Comprendí que El me lo pedía para incrementar mi Fe y mi Amor hacia El. Yo entregaré mi decisión a El.
Sábado 2 y domingo 3 de Octubre de 2004
Lucas 2, 23-40
Lucas 17, 5-10
Isaías 25, 13-15
Me levanté preocupado, desconsolado y triste por no haber podido ir al “retiro”. Además que estoy apesadumbrado porque a lo mejor hay que despedir a todo el personal, pues ayer me volvió a insistir Alex que debíamos proceder. Yo le dije al Señor que me ayudara. 23 Tal como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor. 24 También ofrecieron el sacrificio que ordena la ley del Señor: una pareja de tórtolas o dos pichones. El Señor nos pedía ayuno y abstinencia y completo abandono de toda la familia. Que estemos completamente dedicados a El.
Al mediodía me fui al programa y el evangelio era sobre cuando los Apóstoles le piden al Señor que les “aumente la Fe” y que ésta es capaz de mover árboles y plantarlos en el mar. Le pedí al Señor que aumentara mi Fe para poder hacer eso y que siempre haga su voluntad en todo, como termina el evangelio: Lucas 17, 5-10. Me sentí bastante apesadumbrado todo el día, por lo de las decisiones que están por venir con el personal.
Por la tarde pasé leyendo el libro sobre sanación y sentía el llamado del Señor en ese sentido. Además, hablando con alguien sobre el programa, quise evangelizar poniendo de ejemplo a Schwartz, como modelo de empresa donde se oraba antes de comenzar a trabajar y me sentí triste porque lo que se me argumentó fue ¿y de qué sirvió?... pues tuvimos que cerrar. La pregunta al Señor: ¿Señor, qué quieres que diga? ¿qué quieres que haga?
El domingo en mis oraciones de la mañana, El me dijo: 13 Ahora llega para mi servidor la hora del éxito, será exaltado y puesto en lo más alto. 14 Así como muchos quedaron espantados al verlo, pues estaba tan desfigurado, que ya no parecía un ser humano. 15 Así también todas las naciones se asombrarán y los reyes quedarán sin palabras al ver lo sucedido, pues verán lo que no se les había contado y descubrirán cosas que nunca habían oído.
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