Sábado 1 y Domingo 2 de Enero de 2005
Juan 12, 13 - 28
Hoy amanecimos otro año en El
Flor. Al solo abrir los ojos
dije: “Buenos días, Espíritu Santo” y “Señor
Jesús, ten misericordia de mí”.
Desayunamos y me puse a orar, pero
no pude terminar pues primero vino Carlos mi cuñado y después nos quedamos
Alex, Guayo y yo platicando por vario rato, hasta la hora de almuerzo y como ya
teníamos mucho tiempo de no hacer.
Gracias Señor, por habernos concedido ese momento, que sólo fue posible
por tu “liberación” de toda la familia y por el amor y protección que nos
das.
Yo me sentía algo preocupado, pues
no sé como vamos a hacer para pagarle a los empleados en los próximos
días. Solo confío en el Señor, que
El es fiel a su Palabra y El nos va a resolver todo, conforme a su
voluntad.
Nos venimos por la tarde y fuimos a
misa de 7:30 p.m. Le dimos gracias
a Dios por todas sus bendiciones durante el año pasado y por todas sus
bendiciones durante este año que estamos comenzando y porque no se separe de
nosotros y nos proteja.
Me levanté el domingo y me puse a
orar, me dijo: 23 Entonces Jesús dijo: “Ha llegado la
hora de que sea glorificado el Hijo del Hombre. 24 En verdad les
digo: Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda solo, pero si muere,
da mucho fruto. 25 El que ama a su vida la destruye; y el que
desprecia su vida en este mundo, la conserva para la vida eterna. 27 Ahora mi alma está
turbada ¿Diré acaso: Padre,
líbrame de esta hora? ¡Si
precisamente he llegado a esta hora para enfrentarme con todo esto! 28 Padre, ¡Da gloria a tu
Nombre!” Entonces se oyó una voz
que venía del cielo: “Lo he glorificado y lo volveré a glorificar”. Fuimos a dejar a Camila al aeropuerto
que se regresaba a Savannah. Cuando
regresamos, Sofía se sentía mal del estómago y almorzamos en la casa todos
juntos. Por la tarde fuimos a misa
y después a cenar donde mis papás.
Llegaron mis hermanas y la reunión fue muy positiva. ¡El Señor está con nosotros! ¡Gracias, Señor!
Lunes 3 de enero de 2005
Isaías 43, 1-5
Ezequiel 33, 1-33
Jesús en Teresa, 91
Me levanté a orar para pedirle al
Señor que nos solucione el problema de los empleados cuanto antes, pero que no
se haga mi voluntad, sino la suya.
Esto ya lo he comprendido, pues a veces uno quiere algo ya, pero El sabe
mejor y uno no comprende, “El sabe y el me ama”, como decía Santa Teresa. Me dijo: 1 Y ahora, así te habla Yavé, que te ha creado, Jacob, o que
te ha formado Israel. No temas,
porque yo te he rescatado, te he llamado por tu nombre, tú eres mío. 2
Si atraviesas el río, yo estaré contigo y no te arrastrará la corriente, si
pasas por medio de las llamas, no te quemarás, ni siquiera te chamuscarás. 3
Pues Yo soy Yavé, tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador. Para rescatarte, entregaría a Egipto,
Etiopía y Saba, en lugar tuyo. 4 “Porque tú vales mucho a mis ojos,
Yo doy a cambio tuyo vidas humanas; por ti entregaría pueblos, porque te amo y
eres importante para mí. 5 No temas, pues; ya que Yo estoy contigo …
33, 7 A ti, hijo de hombre, te he puesto como centinela para la casa de Israel, apenas oigas
que una palabra sale de mi boca, tendrás que advertírselo de mi parte. 8
Cuando diga al malo: ¡malo vas a morir! Si no le hablas, si no haces que se
preocupe por su mala conducta, el malo morirá debido a su pecado, pero a ti te
pediré cuenta de su sangre. 9 Al contrario, si le has llamado la
atención al malo por su mala conducta y no se aparta de ella, si no deja su
mala conducta, morirá debido a su pecado y tu nada tienes que temer. 12 Les dirás a los hijos de
tu pueblo: La justicia del justo
no lo salvará si después se pone a pecar y la maldad del malo no lo hará caer
después que se haya apartado de su maldad; por la misma razón que el justo,
vivirá. 33 Pero cuando eso ocurra – y eso va a ocurrir – sabrán que
tenían un profeta en medio de ellos.
En el día no pasó nada. Por la noche me sentía triste y me puse
a orar, que es mi mayor deseo, el Espíritu Santo me hizo leer el librito de
Sta. Teresa, me dijo: 91 Viénenme días que me acuerdo infinitas veces de lo que
dice San Pablo… que ni me parece vivo yo, ni hablo, ni tengo querer, sino que
está en mí quien me gobierna y da fuerza, y ando como casi fuera de mí y así me
es grandísima pena la vida.
Le di gracias al Señor por su consuelo. ¡Señor, no me dejes!
En la oración de la noche, Sylvia Regina me dijo que había que
rezar: “Señor, hazme justicia contra
mi adversario”, como en Lucas 18, 3 y vestirnos con la armadura de Dios
de Efesios 6, 14-17
Martes 4 de Enero de 2005
1 Samuel 1, 8-18
1 Reyes 3, 5-15
Me levanté temprano a orar y le
ofrecí a la Virgen el sacrificio de levantarme temprano, para que interceda por
nosotros, pues hoy a las 9:00 a.m. es el hearing con el Juez y comienza el
juicio. El Señor, me dijo: 8… “Ana, ¿por qué lloras? ¿por qué estas triste y no comes?
¿acaso no valgo para ti más de diez hijos? 9… Ana se levantó y se
puso a orar ante Yavé. 10 Estaba llena de amargura y lloraba sin
consuelo, suplicó a Yavé 11 y le hizo el siguiente voto: ¡Oh Yavé de
los Ejércitos! Si es que te dignas mirar la aflicción de tu esclava, te
acuerdas de mí y no me olvidas, dame un hijo varón. Yo te lo entregaré por todos los días de su vida y la navaja
no pasará por su cabeza”. 17
Heli le respondió: “vete en paz y
que el Dios de Israel te conceda lo que haz pedido” 18
Despidiéndose, ella dijo: “ojalá
merezca yo tu favor”. 3, 5
Y en Gabaón se le apareció Yavé en sueños durante la noche y le dijo: “Pídeme lo que quieras”. 9
Dame pues, a mí, tu servidor, un espíritu atento, para gobernar bien a tu
pueblo y para decidir entre lo bueno y lo malo, porque si no, ¿cómo podría
gobernar este pueblo tan grande? 10 A Yavé le gustó que Salomón le
pidiera una cosa así 11 y le dijo: “no has pedido para ti una larga vida, ni has pedido riquezas,
ni la muerte para tus enemigos, sino que has pedido inteligencia para gobernar
con rectitud. 12 Por eso te concedo lo que pides; te doy sabiduría e
inteligencia como nadie la tuvo antes de ti ni la tendrá después. 13
Además te doy lo que no has pedido, riquezas y glorias tales que mientras vivas
no habrá rey alguno como tú. 14 Si sigues mis caminos, cumpliendo
mis leyes y mandamientos, como lo hizo David, tu padre, te daré larga vida. 15
Al despertar Salomón, se dio cuenta de que era un sueño, volvió entonces a
Jerusalén y se puso delante del Arca de la alianza del Señor. Ofreció víctimas consumidas por el
fuego y también sacrificios de comunión, dando un banquete a todos sus
servidores. Con la palabra
de ayer y hoy, que además han sido particularmente extensas, creí que hoy
íbamos a tener buenas noticias, pero no fue así, todo transcurrió normal. Yo me
sentía como defraudado, aunque no exactamente eso, pues comprendo y confío en
el Señor, más que en mi mismo y El sabrá porqué no se arreglan las cosas. Pero estoy triste, quisiera tener algo
palpable, que me compruebe la Palabra del Señor.
Fuimos a la reunión de “Encuentros”
y puse como propósito de este año el volver a la empresa: “una empresa centrada
en Dios”. Me sentí raro diciéndolo,
pues a la misma vez le decía al Señor: ¿pero y cuál empresa, si ya no tenemos? Si ya no tenemos y a lo mejor ya no
vamos a tener. Pero esto es lo que
el Señor quería que dijera, como testimonio.
Miércoles 5 de Enero de 2005
1 Corintios 5, 6-7
Exodo 17, 3-7
Ester
Ezequiel 33, 12
Ayer en la noche, cuando estábamos
rezando, a Sylvia Regina se le salieron las lágrimas porque no veía a Sofía
contenta y le preocupa que ella se va tan lejos y no la vamos a poder ver
mucho. A mí me quebró el corazón,
pero comprendí que es otra prueba que nos pone el Señor. Pero la pregunta es correcta ¿estará
Sofía tomando la decisión correcta?
Con eso, me quedé orando para pedirle al Señor una palabra por Sofía, me
dijo: 6 No es éste el momento de sentirse
orgullosos; ¿no saben que un poco de levadura hace fermentar toda la masa
nueva, pues si Cristo es para nosotros la víctima pascual, ustedes son los
panes sin levadura. No lo
comprendí y me fui a dormir. El
Espíritu Santo me despertó a las 5:15 a.m., con un sueño donde se me caían los
tres dientes de enfrente, me desperté asustado y el Espíritu Santo me dijo: levántate a orar. Comprendí que lo que quería era darme una Palabra para
Sofía, me dijo: 3 Allí el pueblo
atormentado por la sed murmuró contra Moisés: ¿Por qué nos has hecho salir de
Egipto? ¿Para que muramos de sed con nuestros hijos y nuestros animales? 5
Yavé respondió a Moisés:
“Preséntate al pueblo, lleva contigo algunos jefes de Israel, lleva
también en tu mano el bastón con que golpeaste el río Nilo. 6 Yo
estaré allí delante de ti, sobre la roca.
Golpearás la roca y de ella saldrá agua y el pueblo tendrá para beber. 7
aquel lugar se llamó Masá (o sea tentación) y Meribá (o sea quejas) a causa de
las quejas de los israelitas que allí tentaron a Yavé, diciendo: “Está Yavé en
medio de nosotros o no?
Comprendí que esto no era para Sofía, sino para nosotros y que
comprendamos que el Señor no nos abandona.
Para Sofía, el Señor me hizo leer
todo el libro de Ester y luego Ezequiel 33, 12: Les dirás a los hijos de tu pueblo: La justicia del justo no lo salvará, si
después se pone a pecar y la maldad del malo no lo hará caer después que se
haya apartado de su maldad; por la misma razón que el justo vivirá. Entonces, con la Palabra de hoy
comprendí la palabra de ayer y que es que: “Sofía va a tener un matrimonio feliz,
como el de la Reina Ester”, siempre y cuando esté cerca de Dios.
Jueves 6 de Enero de 2005
Lucas 19, 5-10
5 Cuando llegó Jesús al
lugar, miró hacia arriba y le dijo: “Zaqueo, baja enseguida, pues hoy tengo que
quedarme en tu casa” 6 Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con
alegría. 8 Pero Zaqueo dijo resueltamente a Jesús: “Señor, voy a dar la mitad de mis
bienes a los pobres y a quien le haya exigido algo injustamente le devolveré
cuatro veces más. 9 Jesús, pues, dijo con respecto a él: “Hoy ha llegado la salvación a esta
casa, pues también este hombre es un hijo de Abraham. 10 El Hijo del
Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido. Después de escuchar la palabra de hoy, creí que hoy íbamos a
obtener el financiamiento para pagar las planillas. Sin embargo, cuando llegué a la oficina, encontré una carta
de la arrendadora, comunicándonos que no nos aprobaban el financiamiento. Hoy me dice esto el Señor y hoy
recibimos la notificación negativa, de lo que yo creía que era la probabilidad
más posible. Me sentí confundido,
preguntándole al Señor: ¿Qué quieres que haga? Pero acepté su voluntad, sabiendo que si El no quiere esto,
es porque no nos conviene.
Nos reunimos con Alex y le conté de
la palabra de ayer y hoy. La
reunión fue positiva, aunque ya no tenemos ni de qué hablar de las empresas,
pues todo se resume a obtener el financiamiento. Sin embargo, me llama la atención que su Esperanza tampoco
se termina y eso sólo puede venir del Señor.
El día pasó y por la noche me habló
el asesor financiero, diciéndome que también le habían dicho que no; lo cual me
confundió más, pues ésta había sido la alternativa que según yo nos había
mandado el Señor, pues esta fue una llamada que recibí el primer día que
empezamos la Novena del Niño Jesús y fue una recomendación de mi amigo Juan,
quien está ahora en los caminos del Señor. ¿Señor, que quieres que haga?
Fuimos a la asamblea de “Encuentros”
y llevamos a doña Sylvia y su esposo Roberto a viveros. No salieron muy contentos… todo está en
manos del Señor.
Me siento como que mis oraciones no
son escuchadas. Pero sé que sólo
es eso, un sentimiento y que lo que pasa es que El todavía quiere que le siga
pidiendo y adorando.
Viernes 7 de Enero de 2005
2 Juan, 1
Me levanté pidiéndole que me dé
fortaleza, sabiduría, inteligencia, para conocer y aceptar su voluntad. Me dijo: 1 El Anciano, a la Dama Elegida y a sus hijos, los amo de
verdad y no sólo yo, sino también cuantos han conocido la verdad. 3
Reciban gracia, misericordia y paz de parte de Dios Padre y de su Hijo Cristo
Jesús, en la verdad y el amor. 4 Me alegré mucho al encontrar
algunos hijos tuyos que viven según la verdad, de acuerdo con el mandato del
Padre. 5 Y ahora te ruego, señora – aunque no te escribo un
mandamiento nuevo, sino el que tenemos desde el comienzo – que nos amemos unos
a otros. 6 Y el amor consiste en vivir de acuerdo a sus
mandamientos. Este es el
mandamiento que oyeron desde el comienzo y así es como han de vivir. 12
Tendría muchas cosas que escribirles, pero prefiero no hacerlo por escrito con
papel y tinta. Espero ir a verlos
y hablarles personalmente, para que nuestro gozo sea completo. 13 Te
saludan los hijos de la hermana Elegida.
Hoy no pasó nada. Se fue la semana y no pasó nada, sólo
que hablé con un Director de la arrendadora y parece que la negociación se
volvió a levantar. ¡Dios
dirá! No sale nada, pero mi
confianza en Dios continúa. No sé
como, ni porqué, ni de dónde, pero tengo confianza en Su fidelidad.
Hablé con Alex y me dijo que en su
palabra de hoy le había salido que: el Señor tarda,
pero siempre llega a tiempo – Amén.
Terminé el día con un gran dolor de
estómago y me fui a la casa, no pude ir a misa. Mi preocupación por los empleados es grande.
Sábado 8 y Domingo 9 de Enero de
2005
Génesis 15, 1-6
Génesis 28, 13-14
Números 14, 11 y 17-20
Josué 1, 2; 6-9
Hoy el Espíritu Santo me levantó a
las 3:00 a.m. Me dijo, levántate a
orar y me recordó a Jesús que se levantaba a esa hora a orar. Oré de 3:00 a.m. a 6:30 a.m., viendo el
amanecer. Había un coro de
pájaros, haciendo reverencia al nuevo día: ¡a la creación del Señor! El me dijo: 1 Después de estos sucesos, Yavé dirigió su palabra a Abram en
una visión y le dijo: “No temas,
Abram, Yo soy tu protector. Tu
recompensa será muy grande. 4 Entonces le llegó una palabra de
Yavé: “Tu heredero no será
Eliezer, sino un hijo tuyo, nacido de tu propia carne y sangre”. 6 Y
creyó Abram a Yavé, el que lo tuvo en adelante por un hombre justo. 28, 13 Yavé estaba allí a su
lado, de pie, y le dijo: “Yo soy
Yavé, el Dios de tu padre Abrahán y de Isaac. Te daré a ti y a tus descendientes la tierra en que
descansas. 14 Tus descendientes serán numerosos como el polvo de la
tierra y te extenderás por oriente y occidente, por el norte y por el sur. A través de ti y de tus descendientes
serán bendecidas todas las naciones de la tierra. 14, 11 Yavé dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me va a
seguir menospreciando este pueblo? ¿Hasta cuándo va a tener poca confianza en mi
después de todos los prodigios que he hecho en medio de él? 17
¡Demuestra más bien tu fuerza, mi Señor!
Tú has dicho muy bien: 18 Yavé es paciente y rico en
misericordia, pero no dejas pasar la falta, porque el pecado de los padres lo
castigas en los hijos, en los nietos y en los bisnietos. 19 Perdona
pues el pecado de este pueblo con esa gran misericordia y esa gran paciencia
que has tenido para con él, desde su salida de Egipto hasta el día de hoy. 20
Yavé respondió: “Ya que tú me lo
pides, lo voy a perdonar. 1
Después de la muerte de Moisés, Yavé habló con Josué, hijo de Nun y ayudante de
Moisés y le dijo: 1, 2 “Ha muerto mi servidor Moisés; así que llegó
para ti la hora de atravesar el río Jordán, y todo el pueblo pasará contigo a
la tierra que yo doy a los hijos de Israel. 6 Sé valiente y ten
ánimo, porque tú entregarás a este pueblo la tierra que juré dar a sus
padres. Por eso, ten ánimo y
cumple fielmente toda la Ley que te dio mi servidor Moisés. 7 No te
apartes de ella de ninguna manera y tendrás éxito dondequiera que vayas. 8
Leerás continuamente el libro de esta Ley y lo meditarás para actuar en todo
según lo que dice. Así se
cumplirán tus planes y tendrás éxito en todo. Yo soy quien te manda, esfuérzate, pues, y sé valiente. 9
No temas ni te asustes, porque contigo está Yavé, tu Dios, adondequiera que
vayas.” El domingo,
nuevamente, me levanté a orar pidiéndole al Señor que me dé fortaleza y sabiduría
para comprender su voluntad. Me
dijo: Juan 13, 7 Jesús le contestó:
“Tu no puedes comprender ahora lo que estoy haciendo. Lo comprenderás más tarde.” Génesis 18, 10 El otro le dijo:
“Dentro de un año volveré aquí y para entonces Sara, tu mujer, tendrá un
hijo”. 13 Pero Yavé dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara? ¿Por
qué ha dicho: Cómo voy a tener un
hijo ahora que soy vieja? 14 Hay acaso algo imposible para
Yavé? Pues bien, volveré a
visitarte dentro de un año y para entonces Sara tendrá un hijo. O sea que El algo más quiere y por eso
las cosas no se resuelven todavía,
pero que muy pronto se van
a solucionar, aunque yo no comprenda cómo; pues para El no hay nada
imposible. ¡Gracias, Señor! ¡Bendito y alabado seas! Pasamos el día con todos mis hermanos y
hermanas en El Flor. Todo estuvo
positivo, nos pudimos reunir felices y contentos… ¡como antes! ¡Gracias Señor, Bendito y alabado seas
Señor! Sofía fue con todas sus
amigas, era el último domingo que íbamos a estar juntos, ella de soltera. El Señor está con nosotros. Al venir fuimos a misa, en
agradecimiento al Señor por todas sus bendiciones.
"El gemido es propio de los desgraciados; la oración, de los inteligentes."
ResponderEliminarSan Agustín,