Lunes 31 de enero de 2005
Jeremías 39, 17-18
Deuteronomio 6, 18-19
Romanos, 12, 12
El Espíritu Santo me despertó a las
3:00 a.m., después de un sueño donde “alguien” (que después comprendí que es
Jesús) hacía conmigo un pacto de sangre, poniendo sobre la mía un paño con su
sangre, como “haciéndonos uno” en todo; en el dolor que siento y en las
esperanzas que debo de tener.
Me levanté a orar con más Esperanza
y con Esperanza que el Señor me iba a hablar, con su voz, pero no fue así. Sin embargo, me dijo: 17 Pero yo te salvaré,
dice Yavé y no caerás en manos de los hombres a los que tu tienes miedo. 18
Sí, ten la seguridad de que entonces yo te pondré a salvo y no morirás a
espada; y salvarás por lo menos tu vida, porque confiaste en mí”, dice
Yavé. 6, 18 Haz lo que
es recto y bueno a los ojos de Yavé, para que seas feliz y llegues a tomar
posesión de la espléndida tierra que prometí con juramento a tus padres, 19
pues El destruirá delante de ti, a todos tus enemigos.
Oré de 3:00 a 6:30 a.m. y no quería
parar de estar en la presencia del Señor.
¡Señor, muéstrame tu rostro!
Me fui a la oficina y no pasó nada,
excepto que llamé a la arrendadora y como llamé me pidieron los flujos de efectivo
de La Casa Castro ??? no sé porqué el Señor me lleva todavía a empujones, sin
hacernos el milagro. Sé que El nos lo va a hacer, pero en este momento me
siento desconsolado y con un peso enorme encima, pues la responsabilidad que
más me pesa es no poder pagarle a los empleados ¿Señor, los debo despedir?
Ilumíname y dame el Don de Fortaleza; pero por sobre todo, enséñame el
camino.
Por la tarde, fui a misa y me quedé
un largo rato en el Santísimo… ¡Siento un gran dolor! Pero a la misma vez, siento al Señor que me conforta y me da
Esperanza.
En las oraciones de la noche me
dijo: 12,12
Tengan esperanza y sean alegres, sean pacientes en las pruebas y oren sin
cesar.
Martes 1 de Febrero de 2005
Juan 2, 3-5; 11
Me levanté sintiéndome mal, con
gripe, apesadumbrado y desconsolado.
Me puse a orar y le pedí al Señor que me guiara y me dijera qué debo
hacer. Me dijo: 2,3
… entonces, la madre de Jesús le dijo:
“no tienen vino”. 4 Jesús le respondió: “Mujer ¿por qué te metes en mis
asuntos? Aún no ha llegado mi hora”.
5 Pero su madre dijo a los sirvientes: “Hagan lo que El les diga”. 11 Esta señal
milagrosa fue la primera y Jesús la hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su Gloria y sus
discípulos creyeron en El.
La Virgen María me hizo recordar o
me hizo ver, todo lo que ha estado intercediendo por nosotros, que comprende
más nuestras necesidades. Me hizo
recordar como ella siempre ha estado a la par nuestra, desde el inicio y sobre
todo en los momentos más críticos; como éste, pues ya el tiempo es bastante corto
y yo siento un dolor fuerte.
Creí que hoy se iba a resolver todo
… pero no fue así. A las 3:00 p.m.
fui al Santísimo a rezar el Rosario de la Misericordia y antes de entrar me
habló Guadalupe y me dijo que a Vidal le urgía hablar conmigo y creí que era
que Nejapa Power le había llamado para comenzar alguna negociación. Durante el Rosario se me salían las
lágrimas de gozo y felicidad, pensando que éste era un regalo de la
Virgen. Pero llegué a la oficina y
no era así y sólo era una llamada para un documento que tengo que mandar. De nuevo pensé, ¡El sabe y El me ama! Y
El sabrá cuándo es que más conviene que se arregle todo, yo sólo tengo que
obedecer.
El Espíritu Santo, después de orar
en la mañana me hizo leer lo que había escrito en mi agenda el 12 de enero de
este año: -A mediodía, viendo televisión, pero buscando su orientación y Palabra,
El me llevó mi vista a La Biblia que está en la sala familiar y me dijo: 3, 1
Hijo mío, no te olvides de mis advertencias, que tu corazón sepa guardar mis mandamientos.
2 Ellos prolongarán tus días, te darán la prosperidad, años de vida.
3 ¡Que no te falten ni la bondad ni la fidelidad! Átalas a tu
cuello, inscríbelas en las tablillas de tu corazón; 4 así
conseguirás benevolencia y estima tanto de Dios como de los hombres. 5
Confía en el Señor con todo el corazón y no te fíes de tu propia sabiduría. 6
En cualquier cosa que hagas, tenlo presente: El aplanará tus caminos.-
Miércoles 2 de Febrero de 2005
3 Juan 1-4; 11-14
Hoy me levanté sintiéndome bien mal
de la gripe y pensé no levantarme, pero Sylvia Regina me dijo que en su
Asamblea iban a bendecir las candelas e iba a haber misa, así que comprendí el
llamado del Espíritu Santo y me fui para allá; sin desayunar, pues le ofrecí el
ayuno al Señor. No pude orar.
En la oficina no pasó nada, le decía
al Señor: “Señor, aquí estoy, qué
quieres que haga?” pues no se mira
ninguna solución por ningún lado.
Por la noche, me vine a orar y le pedí al Señor que quería oírlo, que me
guiara, que me consolara, me dijo: 1 El anciano, al queridísimo Gayo, a quien amó de verdad. 4
Nada me causa mayor alegría que el saber que mis hijos viven en la verdad. 5
Hermano, obras muy bien al preocuparte por los hermanos y más aún cuando
lleguen de otro lugar. 11 Hermano muy querido, no imites lo malo,
sino lo bueno, el que hace el bien es de Dios. El que hace el mal no ha visto a Dios. 13 Tendría
muchas más cosas que decirte, pero no quiero hacerlo por escrito, con tinta y
pluma. 14 Espero verte pronto y hablaremos cara a cara. 15
La paz sea contigo. Te saludan tus
amigos. Saluda a los nuestros, a
cada uno en particular.
En la oficina no pasó nada y lejos
de eso, hoy tuve que ir a un juzgado a declarar y el tema se puede complicar a
corto plazo; pero no hay nada que podamos hacer, pues no tenemos dinero… no hay
más que confiar en Dios.
Jueves 3 de Febrero de 2005
Sermones de San Agustín No. 32; Liturgia de las Horas. Pag. 1190
Marcos 11, 22-26
Hoy me sentía bien mal, pero con
ganas de estar con el Señor y consciente que tengo que ir a la oficina, por
todos los empleados que no han recibido su salario y están esperando. Me dijo: Por esto el Apóstol Juan nos exhorta
a imitar su ejemplo, con estas palabras:
“Cristo dio su vida por nosotros; también nosotros debemos dar nuestra
vida por los hermanos. El Señor,
pues, va más allá de lo que había dicho:
Apacienta mis ovejas, ya que añade equivalentemente: “Sufre por mis
ovejas”. 22 Jesús respondió “tengan fe en Dios”. 23 Yo
les aseguro que el que diga a ese cerro: ¡Levántate de ahí y arrójate al mar!,
si no duda en su corazón y cree que sucederá como dice, se lo concederá. 24
Por eso les dijo: Todo lo que
pidan en la oración, crean que ya lo han recibido y lo obtendrán. 25
Y cuando se pongan de pié a orar, si tienen algo contra alguien, perdónenlo, 26
para que su Padre del cielo les perdone también a ustedes sus faltas.
Por la Palabra de hoy, creí que hoy
se iba a componer todo. Lejos de eso, otra de las posibilidades de
financiamento nos dijo que “no” ¿cómo no sentirnos desconsolados? El Señor nos ayudó con Su Palabra, pues
al mismo tiempo platicamos con Juan Ernesto de lo que el Señor nos había dicho
a cada uno en nuestras oraciones de la mañana y al leerle la mía de este día,
el me dijo que a él le había salido: ¡la misma! Sólo que en el Evangelio de
Mateo. Eso nos dio Esperanza que
todo se iba a arreglar y regresó el gozo de nuevo en nosotros y la Fe en el
Señor que El nos va a hacer el milagro.
Nos reunimos con Alex y la reunión
fue positiva, aparentemente ya le va a pagar el FISDL o sea que todo comienza a
cambiar rápidamente y por la acción del Espíritu Santo.
Me regresé a la casa temprano, pues
me sentía bien mal. ¡Me puse a orar.
Solo quería estar con el Señor!
Viernes 4 de Febrero de 2005
Juan 5, 6-9; 14
Lucas 9, 22
Me levanté algo tarde, pero me puse
a orar igual y al final me sentí mejor.
El Señor me dijo: 6 Jesús lo vio tendido y
cuando se enteró del mucho tiempo que estaba allí, le dijo: ¿Quieres sanar? 7
El enfermo le contestó: “Señor, no
tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el agua y mientras yo
trato de ir, ya se ha metido otro”. 8 Jesús le dijo: “Levántate,
toma tu camilla y anda”. 9 al instante el hombre quedó sano, tomó su
camilla y empezó a caminar. 14 Más tarde, Jesús se encontró con él
en el templo y le dijo: “Ahora estas sano, pero no vuelvas a pecar, no sea que
te suceda algo peor”.
Hoy creí que todo se iba a
solucionar, después de escuchar esta Palabra del Señor, pero no fue así. Me sentí confundido todo el día y por
la tarde me fui a misa, aunque no me sentía muy bien. Enfrente del Santísimo, el Espíritu Santo me hizo comprender
que no se arreglaban las cosas porque algo más quiere el Señor, que yo no
comprendo y por tanto, -es lo que más me conviene-, aunque yo no lo comprendo.
Me siento como dijo San Pablo: “No
soy yo quién vive en mí, sino es Cristo quien vive en mí”.
No hay retorno, si es que quisiera
ser el de antes y molestarme porque Dios no me escucha; acepto su voluntad,
aunque no la comprenda y comprendo mejor, cuando el Señor dijo en el huerto de
Getsemaní: “Quita de mí este
cáliz, si puedes, pero que no se haga mi voluntad sino la tuya” y es que si El
no quiere arreglar las cosas todavía, es por alguna razón que yo desconozco y
por tanto, “eso será lo mejor”.
Por la noche, en mis oraciones, le
pregunté que me explicara a qué se debía todo esto. Me contestó: 22 Y les decía: “El Hijo del Hombre tiene que sufrir
mucho y ser rechazado por las autoridades judías, por los jefes de los
sacerdotes y por los maestros de la ley.
Lo condenarán a muerte, pero tres días después resucitará.
Sábado 5 y domingo 6 de Febrero de 2005
Nehemías 5, 18-19; 8, 1-3
Hoy me levanté temprano y no pude
orar, pues llevé a mi papá al Banco para pagar la planilla de la finca. Terminamos temprano y yo ya había
preparado el programa, pues creí que nos íbamos a tardar más. Me fui al Santísimo y estuve ahí de las
10:00 a.m. a las 12:30 p.m. con el Señor.
Oré especialmente por nuestros empleados, para que en la próxima semana
les podamos pagar. El Espíritu
Santo me hizo leer a Nehemías, al cual lo eligieron “Gobernador de Judá” y me
dijo: 18…
jamás pidió el pan del Gobernador” porque los trabajos pesaban ya bastante
sobre el pueblo. 19 ¡Acuérdate Dios mío, para mi bien, de todo lo que
hice por este pueblo! 8, 1
En el séptimo mes todo el pueblo se reunió como un solo hombre en la plaza… 2
Esdras trajo la ley ante la asamblea … era el primer día, del séptimo mes … 3
Esdras leyó el libro, ante todos ellos, desde la mañana, hasta el mediodía … y
todos los oídos estaban pendientes de la ley.
Comprendí que el Señor me decía que
las cosas no se componen, porque a todo el grupo de empleados nos estaba
forjando para nuestra misión evangelizadora de las empresas y que yo no debía
olvidar mi promesa de hacer una empresa “centrada en Dios” y que se lea la
Palabra, todos los días, como requisito para trabajar en ella.
Almorzamos con Luigi y Ariana y por
la tarde me picó un alacrán en la mano. Me dolió algo, pero no pasó a nada ¡Bendición
del Señor!
Por la noche, después de orar con
Sylvia Regina le pedí al Señor que me incrementara mi Fe; como pidiéndole que
me reafirmara que le vamos a poder pagar al personal pronto. Me dijo: 23 Jesús le dijo:
Por qué dices “si puedes”?
Todo es posible para el que cree”. 24 Al instante el padre
gritó: “¡Creo pero ayuda mi poca
fe!”.
"Hace ochenta y seis años que le sirvo a Dios y no me ha defraudado."
ResponderEliminarSan Policarpio de Esmirna,