Lunes 7 de Febrero de 2005
Juan 8, 12
Me levanté pidiéndole al Señor que
me diera una luz para saber por dónde caminar y qué hacer con los
empleados. Pidiéndole que me ayude
para poderles pagar las planillas.
Me contestó: 12 Jesús les habló de
nuevo diciendo: “Yo soy la luz del
mundo, el que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá luz y vida”. Señor, yo creo, pero ¡ayúdame a creer
con más firmeza!
En la oficina no pasó nada …
nada. Sólo esperar y tener
confianza en Dios. Alex me mandó
una carta proyecto para mandar a los del Grupo Carso ¿Será eso posible Señor?
Martes 8 de Febrero de 2005
Génesis 32, 29-31
Génesis 32, 29-31
Hoy no pude orar, pues me fui
temprano con mi papá a ver la finca.
El iba bien contento y se sintió bien todo el camino. Yo iba dándole gracias a Dios porque
nos concedía ese momento; más bien por todo, por estar juntos, porque mi papá todavía puede
ir a la finca, porque tenemos una finca, los árboles, etc., etc.
A mediodía me puse a orar, pues me
hacía falta estar con el Señor y me dijo:
29 Y
el otro le dijo: “En adelante ya
no te llamarás Jacob, sino Israel, o sea Fuerza de Dios, porque has luchado con
Dios y con los hombres y has salido vencedor.” 30 Entonces Jacob le
hizo la pregunta: “Dame a conocer tu nombre”, El le contestó: ¿Mi nombre? ¿Para
qué esta pregunta? y allí mismo lo bendijo. 31 Jacob llamó a aquel
lugar Panuel o sea “Cara de Dios”, pues dijo: “He visto a Dios cara a cara y aún estoy vivo”.
En la oficina no pasó nada. Llamé a la arrendadora y no me
recibieron la llamada. Llamé al
Banco y el ejecutivo no había ni recibido la carta, pues ya no ve “Banca de
empresas”, sino sólo “de personas” y hablé al otro Banco y el ejecutivo había
salido y no regresa sino ¡hasta el próximo lunes! Le dije al Señor: ¡Señor en Ti confío! Yo ya no puedo ¿qué
quieres que haga?
Miércoles 9 de Febrero de 2004
1 Timoteo
1, 2; 15-16
Me levanté sintiéndome preocupado y
apesadumbrado, pues nada se resuelve, pero a la vez con Esperanza y confiado en
Dios. Además, contento, porque hoy
comienza la Cuaresma y sentía ilusión de comenzar el nuevo libro de la “Liturgia
de las Horas”. Le pedí al Señor
que me guiara y me dijo: 2 A Timoteo, verdadero hijo
mío en la fe, Recibe gracia,
misericordia y paz de Dios Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor. 15
Esto es muy cierto y todos lo pueden creer, que Cristo Jesús vino al mundo para
salvar a los pecadores, de los cuales soy yo el primero. 16 Por esa
razón fui perdonado, para que en mí se manifestara, en primer lugar, la
generosidad de Cristo Jesús y fuera así un ejemplo para todos los que han de
creer en El y llegar a la vida eterna.
16, 31 … Ten fe en el señor Jesús y te salvarás tú y tu
familia”.
En la oficina no pasó nada y por la
tarde nos fuimos a Apaneca, con el grupo de oración de Sylvia Regina, al cierre
de los “Cercos de Jericó”. Yo iba
bien entusiasmado, pues es algo que desde hace algún tiempo quería hacer o sea
visitar pueblos y visitar la iglesia y conocer al párroco, para conocer sus
necesidades y ver en qué podemos ayudarle. Esto era bastante parecido. Llegamos y fuimos a misa, después al Santísimo a orar en los
“Cercos de Jericó”, que ya estaba instalado desde hace una semana y mi sorpresa
es que el sacerdote nos llamó para que fuéramos a platicar con él en su
casa. La plática estuvo lindísima
y era exactamente lo que yo tenía en mente hacer o sea que era un regalo del
Señor. El Párroco es el Padre
Lagos y me encantó por su devoción y dedicación a Dios. Después de terminar y clausurar el
“Cerco de Jericó”, nos regaló un pañuelo bendito que mantiene ¡guardados en el
Sagrario! junto con Jesús. Un regalo que el Señor nos daba para que lo
tuviéramos más cerca.
El Espíritu Santo me iluminó, al día
siguiente, para que lo mantuviera siempre en mi Biblia; para que El esté
siempre cerca de mí, cuando esté orando.
¡Gracias Señor, por este día!
¡Gracias porque podemos andar con Sylvia Regina, en tus caminos,
siguiéndote y adorándote!
Jueves 10 de Febrero de 2004
Dormimos en Apaneca, en casa de una
amiga. Nos levantamos temprano y
le dije: ¡Buenos días, Espíritu Santo! ¡Gracias, Señor! ¡Ten misericordia de
mí! Nos fuimos a desayunar y
después nos venimos a San Salvador.
En el camino, veníamos rezando el “Rosario”
y Rosario, en un momento dado, pidió una oración especial para mí, para cuando
esté dando mi testimonio del viaje frente al resto de los esposos de las
miembros del grupo y con el objeto de motivarlos para que vengan en el próximo
viaje. Yo sentí en ese momento una
efusión especial del Espíritu Santo y exploté en llanto de felicidad del
Espíritu Santo y le dije: ¡Señor,
aquí estoy, qué quieres que haga?!
Creí que al llegar a la oficina iba
a tener buenas noticias … pero no fue así. Seguí esperando, confiado únicamente, en el Señor.
Por la tarde me fui a misa y al
Santísimo … me sentía cansado, agotado … con mi armadura desgastada … clamando
al Señor su misericordia para con nuestros empleados, pues ya está terminando
la semana y todavía no les hemos podido pagar.
Viernes 11 de Febrero de 2004
2 Macabeos 8, 2-5, 18, 36
Nos levantamos a felicitar a Ariana
por su cumpleaños, pero ya se había ido a la escuela; así es que sólo le
dejamos el mensaje. Me levanté
esperanzado en el Señor, que El nos va a solucionar todo y pidiéndole su
misericordia y que se apiade de nosotros.
Le pedí que me diera una Palabra de Esperanza. Me contestó: 2 Rogaban al Señor que mirara por aquel pueblo que todos pisoteaban … 3 que se
compadeciera de la ciudad destruida y a punto de ser arrasada y que escuchara
las voces de la sangre que clamaba hacia El. 5 El Señor cambió su
aversión en misericordia; en cuanto el Macabeo, organizó su tropa, se hizo
irresistible a los paganos. 18 “Ellos, les dijo, vienen confiados en
sus armas y en su audacia, pero nosotros tenemos puesta nuestra confianza en
Dios Todopoderoso, que puede exterminar con un solo gesto a todos los que nos
invaden y aún al mundo entero”. 36 El que había propuesto pagar el
tributo debido a los romanos con la venta de los judíos, afirmaba ahora que
éstos eran invencibles e invulnerables, pues tenían a alguien que luchaba por
ellos siempre que obedecían las leyes prescritas por El. El Señor me sigue dando Esperanza,
dentro de mi preocupación y desespere y es esta confianza en el Señor lo que me
mantiene. No pasó nada … pero ya
al final del día, La Casa Castro nos pudo dar un poco de dinero para pagarle
algo a los empleados y eso me dio más esperanza, pues eso me confirmó que el
Señor está con nosotros. Le celebramos
a Ariana su cumpleaños aquí en nuestra casa y la reunión estuvo muy positiva;
pero yo me sentía preocupado y distante, le pedía al Señor su misericordia.
Sábado 12 y domingo 13 de Febrero de
2004
Ezequiel
22, 1-31; Mateo 7, 21; 7-8
Me pasé toda la mañana preparando el
programa y sentí que el Espíritu Santo me llenaba de sabiduría e inteligencia
para acercarme más al Señor y darme más fortaleza. Sin embargo, en el programa
no pude usar mucho de lo que había preparado y este versó más bien sobre la
situación del país. Llegó Ricardo y
estuvo lleno del Espíritu Santo.
Por la tarde me puse a orar y le
pedí al Señor que me hablara, pues me sentía necesitado de Su Palabra para que
me fortaleciera en mi confianza hacia lo que debo de hacer con los
empleados. Me dijo: 1 Se me dirigió esta Palabra de Yavé: 2 “Hijo de
Hombre, ¿No juzgarás a la ciudad sanguinaria? 3 Dale a conocer todos
sus crímenes. Le comunicarás esta
Palabra de Yavé: Ay de esta ciudad, pues adelantó su hora con la sangre
derramada en medio de ella. Se
volvió impura con los ídolos que se hizo. 4 La sangre derramada te
ha convertido en culpable, te hiciste ídolos y con ello te has ensuciado. Adelantaste tu hora y el término de tus
años: te convertiré en la
vergüenza de las naciones, en motivo de risa para todos los pueblos. 6
Los jefes de Israel no han hecho más que derramar sangre, cada uno por su
cuenta. 9 Dentro de ti, la gente calumnia y derrama sangre. Se come la carne sin desangrar, se
cometen mil fechorías. 12 Dentro de ti, se condena a muerte por
dinero, prestan a interés y cobran comisiones. Despojas brutalmente a tu prójimo y me has olvidado, palabra
de Yavé. 30 He buscado entre ellos a un hombre que construya una
muralla y se enfrentara conmigo sobre la almena, para impedirme que destruya al
país, pero no lo he hallado. 31 Entonces he desencadenado mi cólera
contra ellos, los he exterminado, con el fuego de mi furor y he hecho que
recaiga su cabeza su mal comportamiento, palabra de Yavé. Comprendí que esto era para el
mensaje que debo dar el lunes próximo, en el grupo de oración de Sylvia Regina ¡Señor, dame valor!
El domingo, el Señor me dijo: 21 No bastará con
decirme ¡Señor, Señor, Señor! para entrar en el Reino de los cielos; más bien
entrará el que hace la voluntad de mi Padre en el cielo. 7 Pidan y
se les dará, busquen y hallarán; llamen y se les abrirá la puerta. 8
Porque el que pide, recibe; el que busca encuentra y se abrirá la puerta al que
llama.
"Dios no pide nada a cambio de todo lo que El da."
ResponderEliminarSan Basilio Magno