Lunes 10 de Enero de 2005
Sirácides 11, 14-17; 22
Lucas 12, 15; 22-31
14 Prosperidad y mala
suerte, vida y muerte, pobreza y riqueza, todo viene del Señor. 17
Los que son fieles pueden contar con la generosidad del Señor, su benevolencia
los guiará siempre. 12, 15
Después dijo a la gente: “Eviten
con gran cuidado toda clase de codicia, porque aunque uno lo tenga todo, no son
sus posesiones las que le dan la vida.
11, 22 La bendición del Señor recompensará a sus fieles: de
repente, sin hacerse anunciar, trae sus frutos. 12, 22 Jesús dijo a sus discípulos: “No se atormenten por su vida con
cuestiones de alimentos, ni por su cuerpo con cuestiones de ropa. 27
Aprendan de los lirios del campo: no hilan, ni tejen, pero yo les digo que ni
Salomón, con todo su lujo, se pudo vestir como uno de ellos. 29 No
estén pendientes de lo que comerán o beberán: ¡no se atormenten! 31
Busquen más bien el Reino de Dios y se les darán también esas cosas. Hoy creí que este día íbamos a recibir una noticia positiva,
por la Palabra de hoy.
Al llegar a la oficina, Guadalupe me
dijo que había llamado un ex-empleado nuestro, para ofrecernos ponernos en
contacto con alguien que había sabido que necesitábamos un financiamiento y que
nos lo quería dar. ¡Le di gracias
al Señor! Pero al final del día,
no pasó nada, me sentí de nuevo confundido, sin comprender la voluntad del
Señor; pero aceptándola.
Juan Ernesto me envió un e-mail, de
una oración en ese sentido que hasta que no estemos listos para aceptar la
voluntad del Señor, cualquiera que ésta sea y comprendiendo que siempre es lo
mejor para nosotros, las cosas no van a empezar a mejorar. Otro mensaje de mi Angel Guardián (Se
llama Timoteo).
Por la noche, vino Poncho a
saludarnos y Sofía se veía bien contenta; los dos están bien contentos. Sylvia Regina me contó que en la
reunión del Grupo de Oración habían orado mucho por ellos y por nosotros. ¡Cuantas bendiciones del Señor! ¡Gloria a Dios!
Martes 11 de Enero de 2005
Gálatas 3, 6-8; 4, 19; 27
Hoy nos nombraron
Animadores del Grupo de Encuentros
6 Acuérdense de
Abrahán: Creyó a Dios, que se lo
tomó en cuenta y lo consideró un justo. 8 … Por eso Abrahán recibió
esta promesa: La bendición pasará
de ti a todas las naciones. 16 En el caso de Abrahán, las promesas
eran para él y para su descendencia.
4, 19 Hijitos míos, de nuevo sufro por ustedes dolores de
alumbramiento, hasta que Cristo haya tomado forma en ustedes. 27…
Alégrate, mujer estéril y sin hijos, estalla en gritos de alegría, tú que
no has conocido los dolores de parto, pues muchos serán los hijos de la madre
abandonada, más que los de la que tenía marido.
Comprendo que lo que está haciendo el Señor es haciendo que me
santifique más, que comprenda que lo que tengo que hacer es ¡ser igual a Jesús!
en eso consiste la santidad. Yo le
digo: “Señor, aquí estoy, qué
quieres que haga”. Fuimos a la
reunión de “Encuentros” y me sentí incómodo, pues digo las cosas, pero me
siento demasiado “en contra” de la realidad del mundo y siento que mi mensaje o
más bien, lo que el Señor quiere que diga, no se comprende. No comprendo qué es lo que el Señor
quiere de mí, me parezco extraño a mí mismo y todo lo que me rodea. Me siento triste, alejado del Señor,
pues siento que no me responde y estoy solo; pero a la vez me digo: ¿no me responde? ¿y como puedo decir eso si me habla
todos los días? Eso es lo único
que me consuela y alimenta, que El está conmigo: “El sabe y El me ama”. No sé que haría sin El. Señor, escucha mi clamor, hazme sentir
tu amor. Hoy nos nombraron
Animadores del grupo de “Encuentros” y no supe qué hacer, ni decir. Nos viene en un momento en que no me
siento capaz, ni que hemos hecho méritos… ¿Señor, qué hago?
Miércoles 12 de Enero de 2005
Proverbios 3, 1-5
Hoy no pude orar en la mañana, pues
fuimos a recoger a la tía Ivy y Alex al aeropuerto. Me sentí contento de haberlo hecho, pero me hizo falta rezar
el Rosario en el camino, ya no lo pudimos hacer. Toda la mañana pasé pidiéndole al Señor que me iluminara con
Su Palabra. Me sentía solo, sin
orientación, vacío.
En la oficina, lo único que ocurrió
es que me habló la presidenta de la arrendadora y me dió una cita para el
viernes … sí, el día de la boda de Sofía.
Me sentí contento que a lo mejor ese día el Señor nos concedía el regalo
y nos daban alguna noticia positiva – ¡Señor, cuánto lo deseo!
A mediodía, viendo televisión, pero
buscando su orientación y Palabra, El me llevó mi vista a La Biblia que está en
la sala familiar y me dijo: 3, 1 Hijo mío, no te olvides de mis advertencias,
que tu corazón sepa guardar mis mandamientos. 2 Ellos prolongarán
tus días, te darán la prosperidad, años de vida. 3 ¡Que no te falten
ni la bondad ni la fidelidad! Átalas a tu cuello, inscríbelas en las tablillas
de tu corazón; 4 así conseguirás benevolencia y estima tanto de Dios
como de los hombres. 5 Confía en el Señor con todo el corazón y no
te fíes de tu propia sabiduría. 6 En cualquier cosa que hagas, tenlo
presente: El aplanará tus caminos.
Vinieron los papás de Poncho.
Fuimos a la despedida que le daban las amigotas, el Espíritu Santo
estaba con nosotros, los novios se veían contentos – ¡Permanece con ellos
Señor!
Jueves 13 de Enero de 2005
Ezequiel
3, 22; 27; 4, 4; 16; 11, 19
2 Corintios 1, 3-5
22 La mano de Yavé se puso sobre
mí y me dijo: “Levántate, dirígete
al valle, allí te hablaré” 27… que escuche el que quiere escuchar, y
el que no quiere, que no escuche, puesto que es una raza de rebeldes 4, 4 Acuéstate sobre el lado
izquierdo y pon sobre ti el pecado de la casa de Israel; soportarás su pecado
tantos días cuantos estés así acostado. 16 Luego me dijo: “Mira, hijo de hombre, cómo dejo sin
pan a Jerusalén. En su angustia
comerán pan que les será contado, y en su temor beberán agua que les será
racionada. 17 Se debilitarán por falta de pan y de agua y así
parecerán a causa de sus pecados.
11, 19 Les daré un corazón nuevo y pondré en su interior un
espíritu nuevo. Quitaré de su
carne su corazón de piedra y les daré un corazón de carne. 20 Así
caminarán según mis mandamientos, observarán mis leyes y los pondrán en
práctica; entonces serán mi pueblo y yo seré su Dios. 1, 3 Bendito
sea Dios, Padre de Cristo Jesús, nuestro Señor, Padre lleno de ternura, Dios
del que viene todo consuelo. 4 El nos conforta en toda prueba, para
que también nosotros seamos capaces de confortar a los que están en cualquier
dificultad, mediante el mismo consuelo que recibimos de Dios. 5 Pues
en la misma medida en que los sufrimientos de Cristo recaen abundantemente
sobre nosotros, el consuelo de Cristo también nos llega con mayor abundancia. Sentí el llamado del Señor para ser más santo cada día. El
me lo exige, sin condición y para que esto beneficie a toda la familia. Almorzamos con los consuegros y tuvimos
el cocktail para todos ellos, en casa de Carmen Elena y que les daban todos mis
hermanos y hermanas. El Espíritu
Santo estuvo con nosotros durante toda la reunión, bendiciendo y sanando a toda
la familia y se derramó en Alex en el discurso que les dio en nombre de todos;
pues estuvo muy lindo y emotivo y que sentó las bases para la unión de las
familias Fernández y Vilanova – ¡Bendito y alabado seas Señor! Todos estábamos en gozo y alegría… que
sólo puede venir del Señor.
Viernes 14 de Enero de 2005
Efesios
4, 26-32; 5, 1-3; 23-33
Proverbios 18, 22
Abrí los ojos y me apresuré a
decirle: ¡Buenos días, Espíritu Santo! ¡Señor Jesús, ten misericordia de mí!
Pues hoy es el gran día, que hemos estado esperando por más de un año, desde
que Sofía nos dijo que se iba a casar.
Le di gracias a Dios por todas sus bendiciones y por darle a Sofía un
buen esposo y una buena familia, pues creo que ambos van a ser muy felices y
eso me hace sentir contento y mitigar un poco la tristeza de que ya no la vamos
a ver tan seguido. Pero, ¡Bendito
sea Dios! Te doy gracias, porque
nos has escogido un buen esposo para Sofía. Me puse a orar y le pedí una palabra para Sofía y
Poncho. Me dijo: 26 Enójense, pero sin pecar; que el enojo no les dure hasta la
puesta del sol, 27 pues de otra manera se daría lugar al demonio. 29
No salga de sus bocas ni una palabra mala, sino la palabra que hacía falta y
que deja algo a los oyentes. 30 No entristezcan al Espíritu Santo de
Dios; éste es el sello con el que ustedes fueron marcados y por el que serán
reconocidos en el día de la salvación. 31 Arranquen de raíz de entre
ustedes disgustos, arrebatos, enojos, gritos, ofensas y toda clase de maldad. 32
Más bien sean buenos y comprensivos unos con otros, perdonándose mutuamente
como Dios los perdonó en Cristo.
5, 1 Como hijos amadísimos de Dios, esfuércense por imitarlo.
2 Sigan el camino del amor, a ejemplo de Cristo, que nos amó y se
entregó por nosotros… 3 Y ya que son santos, no se hable de
inmoralidad sexual, de codicia o de cualquier cosa fea; ni siquiera se las
nombre entre ustedes. 20 Den gracias a Dios Padre en nombre de
Cristo Jesús, nuestro Señor, siempre y por todas las cosas. 23 El hombre es cabeza de la
mujer, como Cristo es cabeza de la iglesia, cuerpo suyo, del cual es asimismo
salvador. 24 Que la esposa, pues, se someta en todo a su marido,
como la iglesia se somete a Cristo. 25 Maridos, amen a sus esposas
como Cristo amó a su iglesia y se entregó a sí mismo por ella. 26 Y
después de bañarla en el agua y la palabra para purificarla la hizo santa, 27
pues quería darse a sí mismo una iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni nada
parecido, sino santa e inmaculada. 28 Así deben también los maridos
amar a sus esposas como aman a sus propios cuerpos: amar a la esposa es amarse
a sí mismo. 29 Y nadie aborrece su cuerpo; al contrario, lo alimenta
y lo cuida. Y eso es justamente lo
que Cristo hace por la iglesia, 30 pues nosotros somos parte de su
cuerpo. 31 La Escritura dice:
Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre para unirse con su
esposa y los dos formarán un solo ser. 32 Es éste un misterio muy
grande, pues lo refiero a Cristo y a la iglesia. 33 En cuanto a
ustedes, cada uno ame a su esposa como a sí mismo y la mujer, a su vez, respete
a su marido. 22 El que encontró una esposa encontró la felicidad;
Yavé es quien le otorgó ese favor. ¡Gloria a Dios! pues me confirma que
van a ser muy felices.
Toda la boda estuvo lindísima, Sofía
se veía radiante y feliz y Poncho todavía más, admirándola a ella. ¡El Espíritu
Santo revoloteó toda la noche con nosotros y yo le daba gracias a Dios, por
toda nuestra familia y todas sus bendiciones¡
Sábado 15 y domingo 16 de Enero de 2005
Juan 12, 23-26
Siracides 14, 20-27; 15, 1-5
Hoy no pude orar, pues nos
levantamos algo tarde y fuimos a almorzar con todos los que habían venido del
extranjero a la boda, al Campestre.
Todo se veía resplandeciente y lindo. Todo el mundo se sentía contento y nos felicitaban por la
boda tan linda, alegre, la comida rica, etc., etc. Tanto Sylvia Regina como yo les decíamos que era por el
Espíritu Santo y como nos bendecía – ¡Señor, no nos dejes!
Después de almorzar fuimos a misa y
después vinieron Sofía y Poncho a despedirse de nosotros. A mí se me salieron las lágrimas, pues
ya no la íbamos a ver por mucho tiempo.
Le pedí al Espíritu Santo que me diera fortaleza para aceptar su
voluntad; pues no tengo duda (después de la Palabra de ayer) que esa es Su
voluntad e inmediatamente el llanto cesó y me sentí contento, pues sé que va a
ser feliz con Poncho. Ella también
lloró y Sylvia Regina también. Que
Dios nos bendiga a todos, Dios nos bendice.
El domingo el Señor me dijo: 23 Entonces Jesús dijo:
“Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del Hombre. 24
En verdad les digo: Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda solo;
pero si muere, da mucho fruto. 25 El que ama su vida la destruye; y
el que desprecia su vida en este mundo, la conserva para la vida eterna. 26
El que quiera servirme, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi
servidor. Y el que me sirve, el
Padre le dará un puesto de honor.
14, 20 Feliz el que se dedica a la sabiduría y puede
responder al que lo interroga; 21 que hace suyos los caminos de la
sabiduría y profundiza sus secretos; 22 que sale a cazarla y acecha
su paso. 26 Deja a sus hijos bajo la protección y se tiende al
abrigo de sus ramas; 27 lo protege del calor y él se instala en su
gloria. 15, 1 Esta es
la suerte del que teme al Señor; el que se da a la Ley obtendrá la sabiduría. 2
Le saldrá al encuentro como una madre, y lo acogerá como una joven esposa. 3
Lo alimentará con el pan de la inteligencia y le dará a beber el agua de la
sabiduría. 4 Puede contar con ella: no vacilará. Se apoyará en ella y no caerá. 5
La sabiduría lo destacará entre los que lo rodean, y tomará la palabra en la
asamblea. 6 Será coronado de felicidad y de alegría, y su nombre
será famoso para siempre.
"""Una mujer de carácter, ¿Donde hallarla? Es mucho más preciosa que una perla."""
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