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Canonización de Monseñor Romero

lunes, 21 de mayo de 2012

¿DE IZQUIERDA O DE DERECHA?


Si observamos las recientes elecciones presidenciables a nivel mundial, pareciera  como que en el mundo de la política de hoy se ha perdido la importancia de si se es: de “izquierda” o de “derecha”; términos simplistas con que tradicionalmente se ha tratado de “encajonar” a las dos principales  tendencias políticas del mundo.
Recientemente se dice que en Francia perdió las elecciones la “derecha” y las ha ganado la “izquierda”  ¿Tiene esto ya algún sentido para el ciudadano francés común, que es uno de los más cultos del mundo?  ¿Comprende todavía el electorado de muchos países, que es lo que significa ser de “izquierda” o de “derecha”?  o esto ya no es relevante y lo que va prevaleciendo ya no son las ideologías, sino más bien lo que el político de turno me ofrece a mí; independientemente de cual pudiera ser el efecto o la consecuencia en las otras personas, que a lo mejor son nuestros vecinos. ¿Comprendemos, todavía, la mayoría de salvadoreños que es lo que es ser de “derecha” o “izquierda”? ¿Acaso todavía nos interesa?
En El Salvador, hasta hace unos pocos años, ser de “izquierda” significaba, en esencia,  tener grandes ideales de “cambio” en cuanto a permitir que la democracia se fortaleciera, para que los recursos que se generan se pudieran distribuir de mejor forma y no hubiera tanta “concentración del dinero”.  Ser de “derecha” se entendía como el creer que las cosas estaban bien como estaban y que la concentración de la producción no importaba, pues a la larga los beneficios siempre llegaban a todos.  Estas dos distintas visiones es lo que le ha costado a nuestro querido país innumerables vidas, de las cuales ninguna de ellas es despreciable.
Años atrás, la mayoría de líderes políticos ya sea de “izquierda” o “derecha”, tenían en común una base importante de principios éticos y morales y en ese entonces ni se mencionaban.  Desde hace algunos años, tanto en nuestro país como en el mundo entero, pareciera como que este debate viene evolucionando y la política se ha ido definiendo de tal forma que ahora ya no es tan importante si un político es de “izquierda” o de “derecha”; sino más bien si es “honesto o deshonesto”.

En nuestro país, el debate ha cobrado fuerza en este sentido y ya en la mayoría de gobiernos de Latinoamérica esto es más que evidente, pues podemos ver distintos gobiernos en las distintas categorías mencionadas.  En este análisis, debemos comprender que la “honestidad” no solo tiene que ver con el buen uso y manejo de los fondos públicos o el enriquecimiento ilícito; sino también con el campo de los “valores morales”.  Por ejemplo, el de si una persona es: a) ética, b) no mentiroso, c) solidario, d) que trata de no perjudicar a otros y e) que sirve a los demás y no de “servirse” de los demás.

De ahí que, regresando al caso de Francia, lo que ahora al pueblo francés le estará preocupando no es si el ganador de las pasadas elecciones es de “izquierda” o de “derecha”, sino más bien si este es “honesto o deshonesto” y sobretodo “consigo mismo”.  Debido a su madurez democrática, el pueblo francés ya sabe que lo importante al momento de emitir su voto no es si un político es de “izquierda” o de “derecha”, como comúnmente se piensa; sino más bien si este es “honesto consigo mismo”; pues esto es lo que diferencia a un “estadista”, de un político común y corriente.

Al acercarse en nuestro país la fecha en que los distintos partidos políticos van a elegir a sus candidatos para presidente en la próximas elecciones del 2014, Dios quiera que, independientemente de si un partido es de “izquierda” o de “derecha”, los correligionarios de dicho partido tomen en cuenta la experiencia del pueblo francés a través de la historia y al momento de decidirse sepan escoger candidatos que sean “honestos” y sobretodo: “honestos consigo mismo”.  Nuestro querido país se lo merece.

1 comentario:

  1. "Cuando rezamos, que el Padre reconozca las palabras de su Hijo."

    San Cipriano,

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