Lunes 21 de marzo de 2005
1 Reyes 22, 30; 34
2 Reyes 2, 8-10; 15
Me levanté o más bien, el Espíritu
Santo me levantó a orar a las 3:20 a.m., me dijo: 30 El rey de Israel dijo a Josafat: «Me disfrazaré antes de empezar el combate, pero tú llevarás
tus propias vestiduras.» Y el rey
de Israel fue al combate disfrazado. 36 Al anochecer, se corrió la
voz siguiente por el campamento: «Cada uno a su ciudad, cada uno a su
tierra. El rey ha muerto.» 2.8 Tomó entonces Elías su manto, lo
enrolló y golpeó las aguas, que se apartaron por ambos lados, y atravesaron en
seco por medio del río. 10 Elías dijo: «Pides una cosa difícil,
pero, si alcanzas a verme cuando sea llevado lejos de ti, lo tendrás. Si no, no lo tendrás.» 15
Del otro lado lo vieron los hermanos profetas de Jericó y dijeron: «El espíritu
de Elías reposa sobre Eliseo.» …
Juan Ernesto me habló que iba ir a
Santa Ana a ver a un señor de una iglesia, que nos podría prestar el dinero. Yo me alegré y le di gracias al Señor,
pues sé que El nos va a sacar adelante. Esta parecía ser “la alternativa”, pues al ser una Iglesia,
me pareció que venía del Señor.
Pero cuando regresó, nos dimos cuenta que no fue así y tanto Juan
Ernesto como yo nos desilusionamos mucho.
Me sentí desgastado y sin poder tener ninguna esperanza. ¿Qué nos queda
Señor? mas que nuestra Fe. Aunque
ya no tenemos ninguna alternativa a la vista, mi Fe en el Señor continúa y se que
algo va a venir.
Martes 22 de marzo de 2005
Me fui a la oficina, pues había
quedado que íbamos a juntarnos con Juan Ernesto. Me sentía cansado, abatido y sin Esperanza. Al llegar a la oficina me encontré con
Juan Ernesto de la misma forma y ambos ya no teníamos nada que decir. El Espíritu Santo me hizo hablar con el
inversionista y muy naturalmente me dijo que no se había podido ir de
vacaciones, porque le habían ordenado que preparara el caso para presentarlo el
lunes próximo y que la recomendación era positiva – ¡Gloria a Dios! Eso nos hacía mantener la Esperanza
durante todas las vacaciones y me hizo sentir confiado en el Señor, que nos lo iban
a autorizar. Por lo tanto, a la
hora de la misericordia me fui al Santísimo a darle las gracias y resé el
Rosario hincado en el suelo.
Por la tarde fuimos a misa con la
familia de la Chochy, pues el novenario no iba a empezar sino hasta el lunes.
Miércoles 23 de marzo de 2005
Me levanté a orar y al igual que
ayer el Señor no me dijo nada. Me
hace una gran falta, pues no siento que me dice nada y es como un
silencio. Toda la mañana nos
preparamos para ir al Flor y nos fuimos como a mediodía. Al llegar, ya estaban allí Ariana y
Luigi, Alex y Antonietta y los Vilanova Miranda, con unas amigas. Le di gracias al Señor, que teníamos
ese lugar y que podíamos estar en familia. Por la noche, llegaron todos los Escobar a la casa de a la
par, también le daba gracias a Dios porque además nos había concedido que Doña
Sylvia pudiera comprar ese terreno y así estar juntos con ellos, en
familia. Llegaron Doña Sylvia y
los cinco hermanos, excepto Roberto, con todas sus familias.
Jueves 24 de marzo de 2005
Hoy no pude orar, pues me levanté
algo tarde y llegaron los Iannuzzelli a pasar el día con nosotros. Pasamos muy
contentos. Me sentí contento y
agradecido con el Señor, porque también habíamos pasado en familia con
ellos. Hubiera querido ir a los
oficios, en Sonsonate, pero ya no pudimos ir.
Viernes 25 de marzo de 2005
Levítico 3, 1
1 Cuando alguien ofrezca
vacuno como sacrificio de comunión, ya sea macho o hembra, ofrecerá un animal
sin defecto. 2 Pondrá su mano sobre la cabeza de la víctima y la
degollará a la entrada de la Tienda de las Citas; y los hijos de Aarón, los
sacerdotes, derramarán la sangre en el altar y en su derredor. 5 Los
hijos de Aarón quemarán todo esto en el altar encima del holocausto que está
sobre la leña puesta en el fuego. Será un sacrifico por el fuego de calmante
olor para Yavé.
Mi seguridad que el Señor nos iba a
solucionar el problema había subido a un nivel de confianza absoluta y pude
entender que lo que había querido el Señor es que fuera después de Semana
Santa, para que nuestro acercamiento a El fuera mayor y todo fuera para su
honor y gloria; pues desde hace ya varios días nosotros no hemos hecho más que
confiar en El.
Por la tarde fuimos al Santo
Entierro en Sonsonate, con Sylvia Regina y la Ana. Le di gracias a Dios porque habíamos podido asistir a esa
ceremonia, tan linda, de “Adoración de la Cruz” y “Bajada de la Cruz del Señor”
y después al inicio del Santo Entierro. El Señor nos hizo ese regalo.
En el Vía Crucis de El Flor, fue
primer año que llevé mi guitarra y cantamos al Señor después de cada estación:
“Perdón Oh Dios mío … Dios mío perdón …”
Sábado 26 y domingo 27 de marzo de
2005
Sirácides 19
Me levanté contento y confiado en el
Señor. Me dijo: 20 El temor del Señor es lo sumo de la sabiduría; en toda
sabiduría se da la práctica de la Ley.
Era como lo que culminaba mi largo camino en toda esta Cuaresma,
en la cual he acompañado al Señor en su dolor y pasión, más que en años
anteriores. Pero más importante que eso, que no lo he hecho con dificultad,
sino con amor; comprendiendo que para acercarnos al Señor hay que sufrir su
dolor y su pasión y que “para vivir, hay que morir” o sea que para resucitar,
que es lo que ocurrirá mañana, hay que haber muerto en el Señor y así me
sentía, contento de haber "muerto en el Señor”.
Comprendí que las cosas no se podrán
haber arreglado antes de esta Semana Santa, pues era importante que todos, la familia
y los empleados, participáramos en esta Pasión del Señor, con este aguijón
clavado en nuestras espaldas. ¡Gracias
Señor! Por la noche tuvimos el Rosario
Viviente en la casa. En cada Ave
María y Padre Nuestro se encendía una velita y le cantábamos a la Virgen, con
la guitarra, después de cada Misterio.
Amanecimos el día domingo y sólo pude rezar un poco, pues ya era día de
venirnos y preparar todo. Fuimos a
misa de 6:15 p.m. en Cristo Redentor.
¡El Señor ha resucitado!… ¡resucitó en mi corazón! ¡Gloria a Dios!
"El principal de todos los bienes es que el nombre de Dios sea glorificado por medio de mi vida."
ResponderEliminarSan Gregorio de Nisa