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Canonización de Monseñor Romero

lunes, 19 de diciembre de 2011

Cronología de un Milagro - Agosto 2003-I


Lunes 4 de agosto de 2003

Amanecí algo temprano y me puse a orar y leer el libro sobre La Eucaristía y La Biblia y se me fue toda la mañana. Sentía un gozo enorme de estar en ese lugar tan bello y una enorme bendición de Dios, que nos concedía estar ahí y estar con Él; compartiendo con Él.
Me sentía feliz y no quería que pasara el tiempo.  Fui a dar una vuelta en Wave Runner con Roberto Adriano e iba rezando en toda la vuelta.  Dándole gracias al Señor por permitirnos estar juntos y gozar estos momentos.
El pero de la situación de las empresas era fuerte un peso, pero con la ayuda del Señor, la carga la sentía liviana y con la confianza que Él, algo más quiere de mí.  Sólo le pedía que me lo dijera.

Martes 5 de agosto de 2003

Hoy pasamos casi todo el día recogiendo la lancha de la casa de mis papás en Coatepeque.  Le pedí a Dios que me diera humildad para ir a sacarla, pues sentía un gran dolor regresar a la casa donde hemos pasado tantos años y tener que sacar la lancha de ahí.  El Señor me concedió fuerzas y todo salió bien, gracias a Dios.  Tuvimos miles de problemas para sacarla, pues el trailer no servía, estaba forzado, a la lancha se le abrió un hoyo, nos tardamos como tres horas en el trayecto, etc., etc., pero todo se me hacía fácil de aceptar; pues si esa era la voluntad del Señor, el camino se me hacía fácil.  También me ayudó la colaboración de mi cuñado Eduardo, que sentía que el Señor me había bendecido con su compañía para que me ayudara.
Por la tarde nos habló Sofía bien contenta que le había ido súper bien en el trabajo que había entregado.  Le dimos gracias a Dios por todas sus bendiciones y por demostrarnos que Él está con nosotros acompañándonos con todas sus bendiciones y dándonos fuerzas para llevar nuestra cruz.

Miércoles 6 de agosto de 2003

Hoy de nuevo, me levanté contento porque iba a tener tiempo de orar y leer La Biblia.  Terminé el libro de La Eucaristía y me puse a leer “Confesiones” de San Agustín. Realmente me encantó su forma de escribir y todos sus pensamientos; de nuevo, le di gracias al Espíritu Santo por llevarme a estas lecturas, para que comprenda mejor La Palabra de Dios.
A mediodía fuimos a almorzar donde mis hermanas.  Sentí que Él me estaba ayudando y pasamos una tarde muy alegre y positiva.
Le di gracias a Dios por todas sus bendiciones y regresando a casa con Sylvia Regina, en el Wave Runner me sentía gozoso, pues me sentía lleno del Espíritu Santo y sentir todas las bendiciones que nos daba el Señor.  Me sentía muy especial, pidiéndole fuerzas para soportar lo de las empresas, cualquier resultado que fuera y pidiéndole que me ayudara a comprender su voluntad, pues yo estoy dispuesto a aceptarla.

Jueves 7 de Agosto de 2003

Amanecimos temprano para reunirnos en San Salvador.  Debo confesar que tenía temor de llegar a la oficina y conocer las decisiones del Banco y el centro comercial.
Hoy comenzaba mi mamá la tercera quimioterapia, así que decidí ir primero a la oficina y después ir al hospital para verla.
Me recibió la noticia que el gerente de Schwartz me presentó su renuncia.  Ya a solas, me dirigí al Señor pidiéndole su misericordia, pues es algo que no me esperaba y otra crisis más, a las que ya tenemos.  No supe que decirle, excepto que no lo comunicara todavía, pues sentía que estábamos en un punto crítico en la negociación con los Bancos, los proveedores y Peat Marwick; en fin con todos.  Mi reacción fue dejarlo en manos del Señor y decirle: “Señor, yo ya no puedo! Me abandono en Ti, Tú estás con todo el control, Tú estás conduciendo la nave, llévanos a puerto seguro!  Yo acepto Tu voluntad, cualquiera que ésta sea”.
Me fui donde mi mamá y hablamos sobre el aceptar la voluntad del Señor y amar la cruz.  Le leí mi oración y le pedí que repitiera: “Ven Espíritu Santo”.
Por la noche, que la fuimos a ver de nuevo después de misa, me contó que la había ido a visitar un Señor que visitaba enfermos, llevando La Palabra del Señor y que habían hablado más o menos de lo mismo que había hablado conmigo y que después de eso le dijo que él era German Marón (exgerente de La Casa Castro a principios de los años ochenta) y que le pedía que nos dijera a Alex y a mí que lo perdonáramos.  Le dije que reflexionáramos que era un enviado de Jesús y una muestra más de sus bendiciones hacia nosotros.  Señor Jesús, ten misericordia de mí!

Viernes 8 de Agosto de 2003

Hoy oré en la mañana,
por dos horas y media.

Pasé toda la mañana sin nada que hacer en la oficina.  Me levanté temprano y oré por dos horas y media (algo que hasta la fecha nunca lo había hecho) y sentí que el tiempo se me fue volando; no quería terminar.  En la oficina, sólo traté de hablar con el Banco y no pude y después me fui a ver a mi mamá y pasé bien triste, pues nada se soluciona del todo.  Regresé a la oficina por la tarde e igual, sólo a esperar la llamada del Banco. 
Me puse a leer las “Confesiones” de San Agustín y ya tarde cuando llegué a la parte de su conversión de “Toma y lee”, sentí también que el Espíritu Santo me decía que leyera La Biblia, que algo me quería decir nuestro Señor y leí:  Hechos 12,11 “Entonces Pablo volvió en sí y dijo:  Ahora no cabe duda; el Señor ha enviado a su ángel para rescatarme de las manos de Herodes y de todo lo que proyectaban los judíos contra mí”.  Antes de eso,  Guadalupe mi secretaria de muchos años, me acababa de entregar la carta de resolución del Banco; que fue inmediatamente después de tener el sentimiento, leyendo San Agustín.
La carta no es de resolución definitiva, pero nos da una esperanza de seguir.  Nos fuimos a ver al Padre Fernando, nuestro Director Espíritual y después que le conté todo lo que nos ha sucedido últimamente, sólo me preguntó ¿y qué era lo otro que hubiera podido resolver el banco?  Y yo le dije, “pues me lo hubieran podido negar”.  Ahí está la voluntad de Dios entonces, me dijo.  Si Él no quisiera que sigan adelante, el banco hubiera dicho que “no”.  “Sigan adelante”, “luche”, “esa es la voluntad de Dios”.

Sábado 9 y domingo 10 de Agosto de 2003

Hoy me levanté sin muchas ganas de hacer nada y bastante deprimido.  Tengo que confesar que por alguna razón me siento confundido con relación a la voluntad de nuestro Señor y eso me deprime.  ¡Señor dame fuerzas e iluminación para entender y hacer Tú voluntad!  Me siento como en un valle, “escuchando el silencio de Dios”.  Iba ir a los almacenes pero en vez de eso, fui a ver a mis papás, para llevar a mi mamá a que le quiten el aparato de la quimio.  No estaba lista y platicamos bastante sobre el Espíritu Santo y La Biblia y San Agustín, le di gracias a Dios por la plática. 
Por la tarde fuimos a misa, que es el aniversario de mi abuelita Elena, fuimos con mi papá y me dio mucho gusto de llevarlo y que a él le guste ir a misa conmigo.  Después regresé a seguir leyendo a San Agustín.
El domingo, igualmente, amanecí bastante deprimido.  Pasé leyendo las “Confesiones”, todo el día, prácticamente.  Cuando terminé me puse a leer La Biblia.  Pasé pidiéndole a Dios su misericordia y que me ilumine para comprender cuál es su voluntad.  Que me dé fuerzas para cumplirla, pues ya sé que yo solo no voy a poder, cualquiera que ésta sea.
Rezamos con Sylvia Regina y le dimos gracias a Dios por todas sus bendiciones, pues Sofía sacó “A” en su examen y Roberto Adriano vino de sus vacaciones bien contento y nos platicó bastante.  ¡Bendito sea Dios!

1 comentario:

  1. "Si quieres soportar la prueba, ten la mira puesta en la recompensa."

    San Agustín,

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