Lunes 25 de agosto de 2003
¡Hoy recibimos la noticia
que mi mamá se curó del cáncer!
No quería ir a la oficina, pues no tenía nada que hacer, más que esperar. No pasó nada ni con el centro comercial, ni con los Bancos y recibimos la oferta de honorarios del abogado, para tratar de anular la Orden de Pago a los Bancos y estaba super elevada e incosteable para nosotros en estos momentos. Quedamos con Alex que le iba a mandar una carta con nuestra posición definitiva y que debíamos pensar en otra alternativa. Los dos estábamos bastante decepcionados y agotados. A mí, ver a Alex así me deprime bastante.
Le pedí a Dios durante la reunión con él, que me diera fuerzas para que nos levantáramos el ánimo, el uno al otro, pero la reunión terminó con ambiente derrotista; aunque si noté la acción del Espíritu Santo para reconfortarnos y decirnos: “No se preocupen que yo estoy con ustedes”.
Al regresar a la oficina le pedí al Señor que me diera una luz positiva, que me diera un poco de ánimo de que vamos a salir adelante.
Ya tarde hablé con mi mamá a Houston y me dio la noticia que el médico le había confirmado ¡QUE YA NO TIENE CANCER! me sentí feliz y contento por este gran milagro que nos había hecho Dios y que nos confirma como Él está con nosotros.
Le recordé a mi mamá, para que todos realicemos el milagro y que es fruto de nuestras oraciones y que ya estamos liberados, que ya el Espíritu Santo me había dicho que ella iba a sanar y que esto iba a servir para la unión de la familia.
Fuimos a misa de acción de gracias con los del grupo de “Encuentros”, pues celebramos el año de haber ido al Retiro y también ofrecimos la misa por el milagro de mi mamá.
Gracias Señor, alabado seas Señor.
Me recordé de la lectura del sábado del año pasado en la Capilla del “Encuentro”, donde tuve la experiencia de “conocer a Dios”.
Martes 26 de Agosto de 2003
Me levanté temprano para orar y que Dios nos conceda que las empresas vuelvan a su prosperidad, para que los milagros del Señor, todos los que nos ha dado ya, se evidencien y su gloria se manifieste.
Pasé un día bastante preocupado, pues la situación de las empresas es ya preocupante y no hay nada que hacer, más que esperar el milagro del Señor.
Lo único que hago en la oficina es esperar alguna llamada que nos de alguna esperanza, ya sea de Houston o de los Bancos o del centro comercial y orar pidiendo “Señor Jesús, ten misericordia de mí”. No pasó nada en todo el día, excepto que le habló el abogado a Alex y se van a reunir mañana.
Fuimos a traer a mi mamá al aeropuerto y sentí un abrazo especial de parte de una de mis hermanas. En el camino oré porque las relaciones entre la familia se mejoren ahora con esto de mi mamá y si Dios nos lo concede, que las empresas vuelvan a la prosperidad.
Por la noche, vi en la televisión que Héctor Silva había aceptado la candidatura a presidente de la república y Sylvia Regina me preguntó antes de acostarme que por qué Alex me había hablado para decirme que yo le debería hablar para felicitarlo. Le conté entonces que hace unos días había llegado a mi oficina un amigo político, para ver si nosotros podíamos colaborar para ir a hablar con Héctor y convencerlo de que aceptara la candidatura, pues él estaba en duda sobre si aceptar o no y que así lo había hecho; luego Alex me estaba confirmando que debíamos agradecerle, pues al final se ve que nuestros argumentos le ayudaron para que se decidiera a aceptar la propuesta.
Por la noche, más bien en la madrugada, nos levantamos a ver al planeta Marte, que estaba en su punto más cerca de la Tierra. Mirando arriba, sólo miraba la grandeza del Señor y cómo Él nos estaba “viendo”.
Miércoles 27 de Agosto de 2003
Hoy comencé una Novena al Divino Niño Jesús,
en agradecimiento al milagro de la sanación de mi mamá,
por la unión de la familia y por la prosperidad de las empresas.
Señor Jesús, ten misericordia de mí.
Pasé todo el día sin hacer nada, no había nada que hacer más que esperar. Pasé leyendo el libro “Amigos de Dios”, es mi único consuelo.
Como a las 11:30 llegó Alex y me dijo que ya había hablado con el abogado y que no había llegado a nada, pero que nos iba a contestar hoy mismo. Oyéndolo, me preguntaba si Dios quería que trabajáramos con este abogado, pues han existido tantas trabas, que me pongo a pensar si éste es con quien quiere Dios que trabajemos. Lo que me sigue rebotando en la mente es lo que me dijo un amigo nuestro, que este abogado es ateo o sea no cree en Dios y desde entonces me he preguntado: ¿Por qué Dios nos enviaría a trabajar con un ateo?. El parece muy capaz, pero en el fondo como que oigos al Espíritu Santo diciéndonos que no nos conviene.
Por la tarde fue igual y no llegó ninguna respuesta de nadie. No hice nada y me sentí bastante deprimido, pues el tiempo se va terminando. Me fui a misa y le preguntaba al Señor: ¿Por qué no nos terminas de componer las cosas? ¿Qué quieres que haga?, como le preguntó San Pablo… no obtuve respuesta, pero Él sabrá qué es lo que quiere y porqué no nos termina de arreglar todo.
Estando en misa, a la entrada nos saludamos con un abogado, a quien yo vengo observando que siempre va a misa y al Santísimo desde hace varios años. Le pregunté al Señor: ¿Será que éste es con quien quieres que trabajemos? para ayudarlo y premiarlo a él, por su perseverancia y su amor hacia Tí? Le dije que si así era, que me lo volviera a encontrar a la salida y así fue. Al salir ahí estaba él, así es que le pedí su teléfono, para ver si lo llamamos, no sé que va a pensara Alex de él, pues ambos lo concemos.
Por la madrugada, me levanté a orar y le pedí al Espíritu Santo que me ilumine para entender la voluntad del Señor y a Él, que si es posible y conveniente que nos componga la situación para que se evidencie su gloria; pero que si no se puede, que me dé fuerzas, pues me siento desfallecer.
Jueves 28 de agosto de 2003
Comencé mi día sintiéndome más tranquilo, después de mis oraciones de ayer en la madrugada. Sylvia Regina iba saliendo para misa y la vi lindísima, le di gracias a Dios por tenerla a mi lado.
En mis oraciones, el Espíritu Santo me llevó a leer lo que había apuntado el 16 de enero y que Bertita nos dijo que ya el Señor nos iba a dar un “regalo”, esto me dió una gran tranquilidad; pues sé que el Señor está con nosotros y que cualquier cosa que Él permita que nos suceda siempre será lo mejor.
El día pasó igual que los anteriores, no pasa nada y yo sólo esperando que sonara el teléfono y pensando como me iluminaba Dios para abrir la negociación con los Bancos o con el centro comercial.
Nos reunimos con Alex al mediodía y nos contó que él le había pedido al Señor –sabiduría– para saber si este abogado inicial era el que nos convenía y que el hecho que no nos había respondido, era señal que Dios no quería que fuera él. Esto era así, pues inmediatamente comprendí que tanto Alex como este servidor, estábamos preocupados de porqué el Señor nos había mandado donde esta persona que es atea y por lo tanto no cree en Dios. Sin embargo, también puede ser que Dios nos lo ha puesto en nuestro camino para que lo convirtamos y entonces sentí una enorme responsabilidad, pidiéndole a Dios que nos ayude para tomar la decisión que Él quiera que tomemos.
Por la noche fuimos a “Encuentros” y le dimos la bienvenida al “Encuentro 38”. Todos los testimonios estuvieron llenos del Espíritu Santo y hablaron de la presencia de ángeles, lo que nos recordó nuestro servicio de oración del sábado durante el “Encuentro” y donde también sentimos la presencia de ángeles cantando la canción del Padre Martín Avalos, en la capilla del “Encuentro”.
Viernes 29 de agosto de 2003
Me levanté temprano, pues quería llegar a la oficina temprano y hablar con Alex, para ver que hacíamos. Me puse a leer La Biblia y oré como por hora y media y no me quería ir, pues mi mayor consuelo es estar con el Señor.
El día pasó lo mismo, no pasó nada, sólo esperando y nada. Me sentía bastante desesperado y lo único que me consuela es orar y sentir la presencia del Señor. Fuimos a Misa y después fuimos a la vigilia con el grupo de oración de Sylvia Regina, ahí pasamos de 9:00 a 11:30 p.m. y sentí un gran gozo de acompañar al Señor y pedir por la paz de nuestro país. Para esto lo que hicimos fue un rato de alabanza y después rezamos un Rosario y cada uno iba diciendo un pecado del pueblo salvadoreño, antes de cada Ave María y pidiendo perdón al Señor por que se haya cometido. El ejercicio era hacer el pecado como propio, para pedir perdón al Señor y su misericordia.
Sábado 30 y domingo 31 de Agosto de 2003
Hoy sábado fuimos a ver “Los Misioneros de Jesús de New York” y fuimos con Camila, nuestra hija. Cuando comenzaron me sentía lleno del Espíritu Santo y lloré pidiéndole misericordia, pues sentí un peso enorme; pero suave y refrescante, como purificante. Le di gracias a Dios por todo este sufrimiento que he tenido, pues es lo que me ha hecho acercarme a Él y conocerlo y en ese momento sentí que lo que me dijo fue: “era necesario y yo estoy contigo, pues te amo”. Después, al escuchar al misionero Niel, sentí que prácticamente me estaba hablando a mí, pues lo que dijo es que cuando nos llegan las tribulaciones nos concentramos y nos desesperamos por ellas y perdemos de vista todos los milagros y bendiciones que Dios no ha dado. Habló de la barca, cuando Jesús camina sobre las aguas y los apóstoles estaban afligidos por la tempestad y se les había olvidado que en la misma barca llevaban el milagro de los panes y los peces que Jesús acababa de multiplicar.
El domingo fuimos a Coatepeque a celebrar el aniversario del grupo de “Encuentros”. Yo pasé bien preocupado y pidiéndole a Dios que me diera fuerzas para afrontar la semana que estaba por venir.
"Sacrificio del cristiano es también la limosna hecha al pobre. Por él perdona Dios los pecados."
ResponderEliminarSan Agustín,