Lunes 28 de Julio de 2003
Hoy comencé a leer La Biblia
por las mañanas.
Comencé a leer La Biblia por las mañanas, como nos recomendó Monseñor Urioste ayer y sentí que estaba recibiendo un “manantial” de conocimientos para acercarme más a Dios y que mi Fe y amor se multiplicaban. Comencé a leer a Efesios, Capítulo 1.
Llegué a la oficina y me recibió Juan Ernesto con la noticia que no había logrado negociar nada con otro el dueño de la casa donde tenemos las oficinas administrativas. A las 11:00 llegó un juez con policías para desalojarnos. El Señor me dió una gran calma, para aceptar su voluntad, aunque debo confesar que le pedía explicación de porqué no nos arregla todo de un solo, sino que todavía nos manda estas pruebas tan duras. El peso que siento es enorme, pero con Juan Ernesto hasta tuvimos tiempo de chistear después diciendo que: “Si Él lo quiere, por muy mal que nos parezca, siempre es lo mejor”. Yo sólo le dije al Señor, “Señor Jesús, en vos confío” y estoy seguro que algo bueno nos traerá.
Fui a ver a mi mamá y mi papá, después de misa. Después, fuimos a la reunión de “Encuentros” y estuvo muy bonita, pues el Espíritu Santo nos iluminó para que los Ancalmo quisieran seguir perseverando. Sentí que el Señor me decía lo que tenía que hablar y hablé y gracias a Dios a Joyce le motivó mucho la reunión y así lo expresó en su oración final.
Martes 29 de Julio de 2003
Hoy en vez de rezar repitiendo oraciones, pasé todo el tiempo de oración leyendo La Biblia y no me daban ganas de terminar. Como que había encontrado otra dimensión en la oración, tal y como nos dijo Monseñor Urioste.
El día pasó sin nada importante, nada se resuelve. Lo único que me sostiene y me da fortaleza es mi Fe de que vamos a salir adelante. Me siento como lo que dice el libro“Caminos, 729” – “Oh, Dios mío, cada día estoy menos seguro de mí y más seguro de Ti”. Las cosas están más difíciles que nunca, pero tengo Fe que Él nos va a sacar adelante – solo es Fe.
Por la noche me habló mi mamá que mi papá se sentía mal y le pedí al Señor por ellos y su misericordia; pues siento un gran peso y le pedí que no fuera a suceder una complicación con ellos. Llegó el médico y gracias a Dios, dijo que no era nada.
Miércoles 30 de julio de 2003
Hoy prácticamente no hice nada de trabajo en la oficina, pues no hay nada que hacer. El Espíritu Santo me iluminó y pasé haciendo un estudio sobre el Espíritu Santo y saqué del internet todas las citas del Espíritu Santo en La Biblia. Sentí un gozo especial, porque el Espíritu Santo me había iluminado para hacer esto.
Por la tarde tuvimos una reunión de trabajo con los de La Casa Castro, que tenía más de un año de no tener, por estar embebido en el problema de Schwartz. También sentí la iluminación del Espíritu Santo para saber como dirigirla, pues las ventas están bajísimas y estaba bien deprimido; pero después de la reunión y sintiendo la presencia del Espíritu Santo, me sentí mejor.
Después me fui a visitar a mis papás y también con mi mamá sólo hablamos de la oración y el Espíritu Santo y le mencioné e hice hincapié en que para tener un trato constante con Él, había que tener: “docilidad, orar constantemente y llevar la cruz”. Mientras platicábamos, yo oraba porque a los dos los “llenara” el Espíritu Santo. También leímos el Capítulo 1 de Ezequiel, cuando ve la gloria de Yavé.
No pude ir a misa, ni comulgar y me sentí por la noche bien triste y vacío. Me siento triste y solo de no recibir y tener a Jesús en mi corazón.
Hoy me dijeron en el Banco que todo iba bien y que hoy decidía el otro Banco sobre el planteamiento o sea que en realidad no nos habían autorizado nada. Ya yo he dejado todo en manos del Señor, que se haga Su voluntad. Él sabe mejor qué es lo que nos conviene.
Jueves 31 de Julio de 2003
Hoy fue todavía un día más duro. Llamé a nuestro abogado para averiguar como le había ido en su reunión con el centro comercial y me dijo que los veía bien firmes en su decisión que desalojemos. Inmediatamente puse mi confianza en Dios y el Espíritu Santo me llevó a leer, casi inmediatamente después de colgar: Camino 732 y 733 “Oh Jesús, descanso en Ti” y “Confía siempre en tu Dios – Él no pierde batallas”, sentí una gran paz y que todo se iba a arreglar. También le dije: “Señor, qué haría si no te tuviera a Ti”. Inmediatamente se me vino a la mente la solución y que era que los Bancos los llamaran, para convencerlos.
Pasé toda la mañana solo leyendo el estudio sobre el Espíritu Santo. Teníamos reunión de Junta Directiva y no teníamos dinero ni para comprar el almuerzo. En mi interior, yo sabía que Dios iba a proveer y así fue, comimos Pollo Campero. Dios siempre nos da “el pan de cada día”.
La reunión fue positiva, lo cual doy gracias a Dios, pues a pesar de las circunstancias Él nos guía y nos dirige a que hacer. Todos calmados a pesar de la crisis y esto vuelve evidente como el Espíritu Santo está en nosotros. No pude saber la resolución de los Bancos, de eso depende todo.
Fuimos a la reunión de “Encuentros” y la charla la dio Salvador Gómez. Sentí que el Señor me estaba hablando a mí, pues la prédica fue sobre lo que dice el Señor cuando el dinero escasea. Se resume en que –“hay que buscar siempre el Reino de Dios y su voluntad y lo demás se nos dará por añadidura” –
Viernes 1 de agosto de 2003
Hoy me comunicó uno de los Bancos que sólo nos iban a dar parte del dinero que habíamos solicitado y yo le manifesté que nosotros no íbamos a aceptar menos de lo que habíamos solicitado, pues si es menos, que eso no nos sirve de nada. Quedaron de avisarnos su última decisión al final de la tarde, pero yo ya sabía que no iba a ser así.
Le preguntaba a Dios ¿por qué es que está costando tanto la solución definitiva? Pasé pidiéndole a Dios que me diera fuerzas para aceptar su voluntad, pero a la misma vez me daba cuenta que ya “soy del Señor” y que aún a pesar de todas las situaciones adversas, estoy dispuesto a aceptar su decisión; pues como dice San Pablo “Todo es para bien, para los que viven en el Señor”. Le di gracias al Señor por todas sus bendiciones, pidiéndole que nunca me abandone.
El Banco no nos confirmó nada, llamé como cuatro veces en toda la tarde y así me tenía que ir a la vacación, con toda esta incertidumbre; solamente confiando en Dios. Tengo que aceptar que mi humor está bien bajo.
Fuimos al casamiento de Celina y Edwin y todo salió muy bien. Pasé bien preocupado y decaído por toda la situación de las empresas; pero contento de contar y tener cerca al Señor. Lo siento cerca y Él sabrá porqué las cosas no se nos terminan de componer.
Sábado 2 y domingo 3 de Agosto de 2003
Hoy fuimos al paseo de Celina y Edwin en el rancho de Doña Chela de Hollman en La Costa del Sol, ahí pasamos todo el día y fuimos sólo con Roberto Adriano. Yo pasé queriendo leer La Biblia y orar, pero ya regresamos tarde.
El domingo nos levantamos tarde y fuimos a misa. Sentí una gran felicidad estar en misa con el Señor; pues no había podido ir el viernes, por el casamiento; ni el sábado, por el paseo. Después nos fuimos a comer con la tía Ivy y el tío Alex y después a Coatepeque a pasar las vacaciones. En el camino rezamos el rosario con Roberto Adriano y la Mercedes, nuestra empleada. Le daba gracias a Dios por todas sus bendiciones, pidiéndole fuerzas, para aceptar su voluntad.
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