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Canonización de Monseñor Romero

viernes, 9 de marzo de 2012

CARAS VEMOS, CORAZONES NO SABEMOS


A escasos días para que los salvadoreños asistamos a las urnas una vez más, lo primero que hay que reflexionar es que independientemente del partido de nuestra simpatía, debemos sentirnos orgullosos que nuestro sistema democrático está funcionando y que este se encamina cada vez más a un sistema justo y moderno y donde todos tengamos la oportunidad de premiar o castigar con nuestro voto a las personas que nos representan; dependiendo de su desempeño personal como funcionario público.

Hace no muchos años, la mayoría de salvadoreños no solo no sabíamos quién nos iba a representar al momento de ir a votar por diputados, sino que inclusive,  la mayoría no sabíamos como votaban una vez electos, pues los medios de comunicación no podían asistir a las reuniones de los respectivos comités de la Asamblea Legislativa, ni inclusive a sus asambleas plenarias; por lo que el conocimiento de cómo una persona votaba, para un tema específico, era solo del conocimiento de unos pocos privilegiados.

Nuestros actuales diputados fueron electos con el sistema de votación que había hasta ese entonces.  Este permitía únicamente votar por “la bandera” del partido de nuestras simpatías y muy pocos sabíamos quienes, realmente, eran los candidatos a diputados.  Como consecuencia de esto, la verdad es que hasta esta fecha, los diputados nunca han adquirido ningún compromiso con sus electores; pues solamente se votaba por una “bandera”.  Una de las consecuencias de esta falta de compromiso es que, en varios períodos, algunos diputados electos se pasaron a otros partidos de la misma corriente; pues en todo caso, esto es a lo único a que el sistema anterior los comprometía o sea a votar como “derecha” o como “izquierda”; pues es todo lo que  los electores podíamos elegir como “bandera”.

Para satisfacción de la consolidación de nuestra democracia, el sistema con el que vamos a ir a las urnas el próximo domingo es sustancialmente mejor al que ha existido hasta la fecha y este incorpora ahora la modalidad de que nuestro voto puede seleccionar a la persona que nosotros queremos que nos represente y en la cual vamos a depositar toda nuestra confianza, para que cumpla con los compromisos que él o ella misma nos ha expresado; ya sea personalmente o por los medios de comunicación.

Es en este sentido que todos los salvadoreños debemos comprometernos con nuestro querido país y comprender bien como es que hay que votar, para que el nuevo sistema contribuya a la consolidación de nuestra democracia; tal y como la mayoría lo deseamos.  

Aunque el nuevo sistema nos permite hacer uso del derecho a elegir la persona que  nosotros queremos que nos represente, también es cierto que tal y como está el sistema actual, si los salvadoreños no ejercemos nuestro recién adquirido derecho a votar por “la cara” de las personas y seguimos votando solamente por “la bandera” del partido; el cambio de calidad vigente en nuestro proceso de democratización no se va a poder consolidar y el avance logrado no se va a poder cristalizar, por falta de una información adecuada.

Luego, la primera decisión para seguir comprometido con nuestra democracia es bien sencilla.  No hay que votar por “la bandera” del partido de nuestra preferencia, sino por “la cara” de la persona o personas de nuestras simpatías, dentro de nuestro partido político predilecto.  Esto, con el propósito de asegurarnos que las personas que nosotros hemos elegido sean las que queden electas y no las que las cúpulas de nuestro partido hayan seleccionado.  Es importante recordar que, para que el voto no sea anulado, todas las personas sobre los cuales vamos a votar deben ser del mismo partido de nuestra predilección.

La segunda decisión y de mayor trascendencia que la anterior es que, si bien hay que marcar “la cara”, hay que votar por “el corazón” de la persona en quien vamos a depositar nuestra confianza.  Para esto, es importante que de alguna u otra forma conozcamos su “corazón” o sea: “la verdad sobre su historial de comportamiento” y así evaluar si es el candidato que queremos que nos represente como diputado.  

Debido a lo novedoso del sistema, habremos muchos salvadoreños que no hemos recibido mayor información sobre ninguno de los candidatos a diputado, pues por alguna u otra razón, ninguno de ellos ha tenido un contacto directo con nosotros.  En este caso, lo mejor que podemos hacer, para contribuir con el proceso de democratización, es votar por aquel que más ha ganado nuestra simpatía; pero por sobretodo, como lo hemos dicho anteriormente, tratando de evaluar “su corazón” y en especial, su voluntad de servir a los más necesitados y no a él o ella misma.

1 comentario:

  1. "El rey se mantiene seguro en su trono cuando practica el amor y la verdad."

    Proverbios 20, 28

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