¡PRUEBA SUPERADA!

Nuestro querido país amaneció el pasado 12 de Marzo con una nueva esperanza.  No me refiero a los resultados de las elecciones del día anterior o a que ARENA, por ejemplo, obtuvo la mayoría de diputados en la Asamblea Legislativa y que además pudo recuperar varias alcaldías importantes y que por tanto ahora nuestro país tiene un “balance de poder”, lo cual va a obligar a todos los partidos políticos a buscar entre ellos los consensos necesarios; sino me refiero al más importante hecho que ocurrió el 11 de Marzo pasado y que es que la mayoría de salvadoreños ratificaron que quieren seguir votando por “caras” y no por “banderas”, lo cual pone en evidencia nuestra exigencia  de que se continúe en el perfeccionamiento de nuestra democracia y que a partir de esta elección, los salvadoreños vamos a volver responsables de su comportamiento a los funcionarios públicos elegidos; independientemente de que partido político sea el de nuestra preferencia. 

Fruto del recién inaugurado sistema, tradicionales y perversos personajes políticos no fueron reelectos como diputados o alcaldes y muchos, que de otra forma no estaban favorecidos por las cúpulas de los partidos, obtuvieron posiciones políticas importantes y ahora no sólo tienen una participación en el qué hacer de nuestro querido país, sino dentro de sus respectivos partidos políticos; lo cual nos da una esperanza que “el cambio continúe”, pero, para beneficio de nuestra democracia, que es lo que la mayoría de salvadoreños hemos expresado el pasado 11 de Marzo.

La realidad es que ARENA es ahora la primera fuerza política de nuestro país y que GANA es la tercera.  Queda a la dirigencia de todos los partidos políticos el dar verdadera lectura al mandato de la mayoría de salvadoreños y sobretodo no considerarse ninguno de ellos los poseedores de confianzas absolutas, pues si analizamos los resultados, la otra realidad es que la diferencia entre la primera y segunda fuerza es de menos de cien mil votos y entre la tercera y cuarta de sesenta mil; de un total de mas de cuatro millones de electores, por lo que las dirigencias de todos los partidos políticos deben comprender la intención del pueblo y cumplir con promover su deseo más importante que es promover la despolarización de nuestra sociedad; como único medio para promover el desarrollo integral de nuestro querido país.

Si bien el mandato de nuestro pueblo ha sido sabio este 11 de Marzo y la conformación de la Asamblea Legislativa ha quedado de tal forma que los partidos políticos van a quedar obligados a promover los entendimientos y consensos necesarios, entre todos; es necesario que para obedecer el mandato expresado, las dirigencias de los partidos adquieran el compromiso de buscar estos consensos sin prebendas y de acuerdo a lo que más conviene a nuestro querido país y no a lo que más convenga a su propio partido y mucho menos a una persona en lo particular.

Expresamos lo anterior, porque la próxima prueba a superar está pronta a suceder y se trata de la selección de los candidatos a presidente para las próximas elecciones del 2014.  De cara a este próximo evento, se vuelve un mandato de la población el que también las cúpulas de los partidos adquieran el compromiso de escoger candidatos que sigan cumpliendo con la despolarización y búsqueda de consensos y que sobretodo sean personas, que si bien deben ser seleccionadas por los miembros de cada partido, también deben ser personas que no sean “rechazadas” por sectores importantes de la población; lo cual vuelve necesario que en el procedimiento de selección, los partidos políticos no solo tomen en cuenta la opinión de sus correligionarios, sino también las de las personas que no son miembros de sus partidos; para que todos los candidatos sean personas “aceptables” para la mayoría de salvadoreños y se continúe promoviendo la paz social.

Habiendo superado la reciente prueba, lo que todos los salvadoreños esperamos es que las cúpulas de los partidos escuchen el principal mandato de este pasado 11 de Marzo, para que en el 2014 también podamos expresar a viva voz: ¡Prueba superada!; independientemente de que partido político sea nuestro próximo Presidente de la República.