Cronología de un Milagro - Junio 2004-IV

Lunes 28 de Junio de 2004

Romanos 8, 35-39

³⁵ ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Acaso las pruebas, la aflicción, la persecución, el hambre, la falta de todo, los peligros o la espada? ³⁶ Como dice la escritura: Por tu causa nos arrastran continuamente a la muerte, nos tratan como ovejas destinadas al matadero. ³⁷ Pero no; en todo eso saldremos triunfadores gracias a aquel que nos amó. ³⁸ Yo sé que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni las fuerzas del universo, en el presente ni el futuro, ni las fuerzas espirituales, ya sean del cielo o de los abismos, ni ninguna otra criatura podrán apartarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor.  Hoy oré bastante y sinceramente pidiéndole al Señor que me ilumine mi camino y me dé fuerzas.  Que yo estoy listo para caminarlo, junto a El. 

En la oficina no pasó nada.  Terminé la carta a mi hermana y me sentía contento, pues es indudable que el Espíritu Santo me iluminó para hacerla.  Me reuní con un director del Banco Alex, amigo de él de infancia y la reunión fue muy positiva; hasta me ofreció ir a ver las casas de Lourdes conmigo.  Podía sentir al Espíritu Santo en la reunión.

Después me fui al Santísimo en San José, a darle las gracias por este día y el rótulo o más bien sus palabras: “Vengan a mí los que están agobiados, que Yo los aliviaré”.  Comprendí como me había aliviado y como su Palabra es de Vida Eterna y de Verdad; como dijo San Pedro.  No dice que nos va a quitar los problemas, pues ahora los tenemos más serios que antes; sin embargo, El me ha aliviado, pues le doy gracias por todo lo que hemos pasado, pues nos ha acercado más a El. 

También el Espíritu Santo me iluminó para comprender que el Señor permite las tentaciones y las pruebas para fortalecernos la paciencia y que confiemos totalmente en El.  El demonio nos tienta y nos quiere hacer caer y El a veces lo permite, pero no para que caigamos, sino para acercarnos más a El. 

Fui donde mis papás y la reunión fue bien positiva, les comenté de la carta y como el Señor está con nosotros.

Martes 29 de Junio de 2004

Gálatas 5, 13-25

¹³ Nuestra vocación, hermanos, es la libertad.  No hablo de esa libertad que encubre los deseos de la carne, sino del amor por el que nos hacemos esclavos unos de otros. ¹⁴ Pues la ley entera se resume en una frase:  Amarás al prójimo como a ti mismo. ¹⁶ Por eso les digo: Caminen según el espíritu y así no realizarán los deseos de la carne; ¹⁷ pues los deseos de la carne se oponen al espíritu y los deseos del espíritu se oponen a la carne. ²² En cambio, el fruto del Espíritu es caridad, alegría, paz, comprensión de los demás, generosidad, bondad, fidelidad, ²³ mansedumbre y dominio de sí mismo.  Estas son cosas que no condena ninguna ley. ²⁶ Depongamos toda vanagloria, dejemos de querer ser más que los demás y de ser celosos.

Miércoles 30 de Junio de 2004

Marcos 16, 34

Me levanté a orar y pedirle al Señor su consuelo, pues me sentía bien desamparado y sin esperanza.  Me postré ante El, esperando que me hablara.  No me habló, pero me dijo:  “El camino de la perfección pasa por la cruz.  No hay santidad sin renuncia y sin combate espiritual”, que está en mi libro de oraciones y luego el Espíritu Santo me llevó a leer el libro de “Las 7 Palabras” y en la página 126 dice: Y así, cuando el hombre sufriente cree haber llegado al fondo de la soledad y de su desconsuelo y no encuentra ya un lugar donde ocultarse bajo el sol, verá allí, en lo profundo del cáliz del dolor, esa mano llagada esperándole con paciencia de eternidad.  Y al asirse de ella, como se asen los pobres, con fuerza, casi con avaricia, escucharán una voz familiar que le hará llorar su nostalgia y cerrar sus labios.  Es la voz cálida y sufriente de Cristo, que, en nombre de aquel mendigo que ya sabe que es mendigo de Dios, hablará suavemente, como se habla a quien está al otro lado de una puerta cerrada pero muy próxima, pidiéndole a su Padre que, una vez más la abra para él.  ³⁴ “Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?  Me sentí como envuelto en una nube, la nube del Espíritu Santo, con su calor, con su amor.  El Señor me habló y me habló a través de esa frase tan misteriosa, que siempre me ha llamado la atención y que ahora comprendo un poco mejor.  El Señor la pronuncia por nosotros a su Padre, para que nos abra la puerta de nuevo ¡Gracias Señor, alabado seas Señor!. 

Me fui a donde mis papás y el Espíritu Santo no quería que hoy le leyera la carta que le escribí a mi hermana, lo entendí bien claro y El me facilitó todo, pues mi mamá tenía que salir.  En la oficina no pasó nada. 

Por la noche fuimos a reunión de seguimiento del Retiro de “Fe y Conversión” en casa de los Benítez, sentí al Señor muy cerca de mí, llamándome para que me ponga a su servicio.

Jueves 1 de Julio de 2004

Hoy no pude orar mucho, pues me fui temprano a donde mi mamá para leerle la carta a mi hermana.  Comprendí que la razón del porqué no me había dejado leérsela ayer el Espíritu Santo, es porque no quería que se la leyera junto con mi papá, sino sólo a ella.  Así lo hice y siento que fue muy positiva.  Podía sentir la presencia del Espíritu Santo y al final sólo me abrazó y me dio un beso diciéndome: “Que Dios te bendiga hijo”.  Sentí el amor de Dios en esas palabras, ¡Gloria a Dios! 

A mediodía nos reunimos con Alex y la reunión fue muy positiva.  Aunque ya casi no tenemos nada que hacer, me contó que estaba sin carro, pues se lo habían chocado y me lo dijo con gozo, depositado en el Señor, ¡Gloria a Dios!. 

Durante el día recibí una serie de e-mails de los abogados y me parece que o más bien estoy seguro que es la mano de Dios.  El juicio en Nueva Orleans se está uniendo al de Houston y en nuestro favor o sea que es por eso que el juicio se ha retrasado y el Juez no ha dicho nada; además, por eso es que el de Nueva Orleans tampoco se ha resuelto.  Señor, ¡gracias por quererme tanto, Gloria a Dios!  Por la tarde estábamos gozando con Roberto Adriano, pues estábamos muy contentos que se iba a su viaje con los “Legionarios de Cristo” y me llamó Memo que si ya nos habían invitado para el Retiro de “Reencuentro”, pues a ellos sí y me sentí triste, pero a la media hora nos estaba llamando Pepe e invitándonos a nosotros. ¡Gloria a Dios! 

Nos fuimos a la asamblea de “Encuentros” y después a celebrar los 25 años de Matrimonio de Juan Carlos y Elsa.  Sentía el amor del Señor toda la noche. El estaba con nosotros, estaba contento porque Roberto Adriano se iba a estar con El, ¡Gloria a Dios!

Viernes 2 de Julio de 2004

Job 10, 1-22

Hoy no pude orar, pues nos levantamos temprano a llevar a Roberto Adriano al aeropuerto.  Me sentía feliz y él iba contento.  A mediodía me vine temprano de la oficina, pues sentía un gran deseo de orar, pues me sentía abandonado por Dios, ya que en la oficina todo como que está estancado y el juicio no camina.  Abrí La Biblia y el Señor me dijo:  ¹ Mi alma está hastiada de la vida, por lo que daré libre curso a mi queja, hablaré de mi amargura. ² Quiero decirle a Dios: No me condenes, dime porqué me has demandado. ³ ¿Acaso te conviene mostrarte duro, despreciar la obra de tus manos y justificar las teorías de los malvados? ⁴ ¿Tienes tú ojos humanos? ¿Son tus días como los del hombre? o pasan tus años como los de un mortal. ⁶ Para qué andas buscando mi falta, indagando mi pecado? ⁷ Sabes muy bien que yo no soy culpable y que nadie puede librarme de tu mano. ²⁰ Puesto que son pocos los días que me quedan apártate de mi, que goce un poco de alegría, antes que me vaya para no volver más a la región de tinieblas y de sombra. ²² Tierra donde todo se confunde de noche y la misma claridad está hecha de tinieblas.  Así,  exactamente es como me sentía y el Espíritu Santo me hizo comprender mejor la frase de: Dios mío, Dios mío ¿Por qué me has abandonado? y que es que, dada la naturaleza del hombre, que sólo aprende a extrañar, cuando uno ya no lo tiene, El a veces hace como que nos abandona; para que sintamos que es estar sin su presencia y podamos ¡clamar! más a El y ¡gemir!, para no nos abandone.

Sábado 3 y domingo 4 de Julio de 2004

Hoy no pude orar, pues nos íbamos a ir temprano al casamiento de Catón en “Las Veraneras” y queríamos llegar temprano.  No sé porqué pero queríamos llegar temprano; además, tuve clases de guitarra.  Al final nos fuimos y almorzamos juntos, pasamos un momento bien agradable los dos solos, con Sylvia Regina.  Platicamos de nuestras hijas y el dolor que nos causa el que estamos fracasando en que se acerquen al Señor.  Yo pensaba, “Dios sabe mejor y El nos irá diciendo cómo hacer y se que al final será su obra.  Sin embargo, por el momento nos duele que ellas no se den cuenta del gozo tan enorme que produce estar cerca del Señor. 

El casamiento estuvo muy bonito, pero a las 8:30 recibí una llamada de Flor, de la casa de mis papás, diciéndome que a mi mamá se la habían llevado al hospital, inmediatamente decidimos venirnos y llegamos al hospital en no más de una hora y media.  Ya estaban allí Ariana y Luigi, Sofía y Camila, lo cual me dio un gran gusto.  A mi mamá le sacaron agua del pulmón (1 litro) y yo creí que allí iba a terminar todo, pues creímos que eso era el problema y tengo una gran Fe que ella se va a componer.  Sin embargo, al día siguiente regresamos a verla como a las 11:00 a.m. y en ese preciso momento le estaba dando otro ataque igual al que le había dado ayer.  La vi sufrir mucho y como que se moría enfrente de nosotros.  Llegó Rosario de Saca y oramos por ella y después llegó el Padre Jesús y le dio la “Unción de los Enfermos”.  Desde ese momento me entró una gran paz en mi corazón, pues su muerte sólo significaba que ella iba a estar en la presencia del Señor y por tanto había que alegrarse y no estar triste.  Pasó un día más o menos bien, pero a la una de la madrugada nos habló Lorena que se la habían llevado a cuidados intensivos, pues le había dado otro episodio y que había que ponerle anticoagulantes en la sangre; ya que el problema era que tenía coágulos en la sangre y estos se le iban al pulmón.  Me sentí morir, al pensar cuanto estaba sufriendo y le pedí al Señor que le diera paz y serenidad.