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Canonización de Monseñor Romero

viernes, 2 de marzo de 2012

Cronología de un Milagro - Mayo 2004-III


Lunes 17 de mayo de 2004

Isaías 49: 14-26
Efesios 4: 14-16

Hoy me levanté bastante apesumbrado y pidiéndole a Dios que me dé fuerzas para continuar.  Oré con bastante fervor y franqueza.  Me contestó: 14  “Yavé me ha abandonado y el Señor se ha olvidado de mí”. 15 Pero ¿Puede una mujer olvidarse del niño que cría, o dejar de querer al hijo de sus entrañas?  Pues bien, aunque alguno lo olvidara, yo nunca me olvidaría de ti. 16 Mira como te tengo grabado en la palma de mis manos y nunca dejé de pensar en tus maravillas. 26 A tus opresores los haré comer su propia carne y se emborracharán con su sangre, como si fuese vino y todo mortal sabrá que Yo, Yavé, soy tu salvador y que tu redentor es el campeón de Jacob.  4, 14 Entonces ya no seremos niños a los que mueve cualquier oleaje o viento de doctrina o cualquier invento de personas astutas, expertas en el arte de engañar. 4, 15 Estaremos en la verdad y el amor e iremos creciendo cada vez más para alcanzar a aquel que es la cabeza, Cristo. 16 El hace que el cuerpo crezca, con una red de articulaciones que le dan armonía y firmeza, tomando en cuenta y valorizando las capacidades de cada uno. Y así el cuerpo se va construyendo en el amor.  El está con nosotros y este aparente abandono no es más que su forma de acercarnos más a El.  ¡Señor, yo creo, pero aumenta mi fe!  ¡Señor, yo espero, pero ayúdame a esperar con más confianza!  ¡Señor, yo te amo, pero ayúdame a amarte más ardientemente!. 
No pasó nada en la oficina, excepto que me hablaron del Banco de Aex y no aceptaron nuestra oferta; sin embargo, el Espíritu Santo me dijo que a algo íbamos a llegar y eso me mantuvo calmado.  Nos reunimos con Alex y la reunión fue positiva  y analizamos distintas posiciones.  Me sentía como abandonado por Dios, pero con mayores deseos de estar con El.  Fui al Santísimo a las 3:00 p.m., a misa y nuevamente oré en el Santísimo y por la noche, después de cena, me puse a orar y confiar en el Señor, sólo quería estar con El.

Martes 18 de Mayo de 2004

1 Tesalonicenses 4: 15-17
Hechos 22: 10

Hoy me levanté pidiendo al Espíritu Santo que me ayude a comprender y que me diera Palabra.  No me dijo nada específico, sino una esperanza en general, me dijo:  15 Les damos ésta como palabra del Señor:  Nosotros, los que ahora vivimos, si todavía estamos con vida cuando venga el Señor, no tendremos ventaja sobre los que ya habrán muerto. 16 Cuando se dé la señal, por la voz del arcángel y la trompeta divina, el mismo Señor bajará del cielo y primero resucitará a los que murieron en Cristo. 17 Después nosotros, los vivos, los que todavía estemos, nos reuniremos con ellos, llevados en las nubes al encuentro del Señor, allá arriba, y estaremos con el Señor para siempre. En la oficina no pasó nada y fue un día sin hacer nada, más que contestar al Banco de Alex, que sentí que era el Espíritu Santo quien nos guiaba.  Sin embargo, espiritualmente fue un día importante y estoy seguro que trascendental, pues hoy el Señor nos abrió las puertas como para empezarnos a decir para que nos ha estado preparando y cuál es nuestra misión. 
A nosotros nos tocó preparar la reunión de “Encuentros” y las lecturas que preparamos fueron:  Mateo 26: 30-35; Mateo 26: 69-75; Juan 21: 9-14; Juan 21: 15-17 y la reunión estuvo llena del Espíritu Santo, pues El nos fue iluminando para irla dirigiendo, de forma que les ayudara a todos.  Me impresionó como El me iba diciendo que era lo que había que decir; inclusive en la oración final, no fui yo el que hablé, sino El.  Al final, Sylvia Regina me dijo:  “El Espíritu Santo me dice que hay que leer La Biblia” y yo no le hice caso, pues ya habían salido todos; sin embargo, ella se quedó leyendo y después llegó bien emocionada y con lágrimas en los ojos a contarme lo que le había dicho y leyó: 22, 10 Entonces yo pregunté:  “¿Qué debo hacer Señor? Y el Señor me respondió:  “Levántate y vete a Damasco, allí te hablarán de la misión que te ha sido asignada”.

Miércoles 19 de Mayo de 2004

Siracides 45: 6-15

Dios elevó y consagró igual que a él a su hermano Aarón, de la tribu de Leví.  7 Concluyó con él una alianza perpetua, haciéndolo el sacerdote de su pueblo. 12 Le puso una corona de oro por encima del turbante, con una inscripción en relieve: “Consagrado al Señor”.  Era un adorno precioso, una obra espléndida que atraía las miradas de todos. 15 Moisés en persona lo consagró:  Aarón recibió de él la unción con el aceite santo; así fue como recibió ese privilegio para siempre, no sólo él sino también sus descendientes  esto mientras duren los cielos, llevarán a cabo el servicio litúrgico.  Serán sacerdotes y darán al pueblo de Dios la bendición en su nombre.  Le leí este pasaje a Sylvia Regina, pues sentí que esta era la contestación a su Palabra de ayer, la cual es la misión que Dios nos da y que se aplica para ambos, pues “ambos somos un solo ser”.  Sentí una luz sobre nosotros, una voz que nos repetía: “Esta es su misión y para esto los he estado formando”.  En mi interior le daba gracias a Dios por tantas bendiciones y contestaba: “Señor, has con nosotros según tu voluntad”.  Me habló Memo temprano, para decirme que en la reunión de ayer el Espíritu Santo se había derramado de forma especial y estaba muy contento y con gozo.  Yo le contesté: “Gloria a Dios”; pues también yo pensaba que el Espíritu Santo estuvo con nosotros de forma evidente. 
En la oficina no pasó nada y en la noche fuimos a la reunión de Secretaría de Asambleas y también sentí que el Espíritu Santo estaba con nosotros ¡Gloria a Dios, por este día!.

Jueves 20 de Mayo de 2004

2 Pedro 3: 8-15

8 No olviden, hermanos, que ante el Señor un día es como mil años y mil años son como un día. 9 El Señor no se demora en cumplir su promesa, como algunos dicen, sino que es generoso con ustedes y no quiere que se pierda nadie, sino que todos lleguen a la conversión. 15 Consideren que las demoras de nuestro Señor son para nuestra salvación, como lo escribió nuestro querido hermano Pablo con la sabiduría que le fue dada.  Hoy me levanté pidiéndole al Señor que me dé fuerzas, pues siento un peso enorme y que mis oraciones, aunque sé que las escucha, por alguna razón El todavía no me las resuelve.  Me contestó con esta Palabra y se la leí a Sylvia Regina y ella lo que me dijo es que lo que nos manda a decir el Señor es que nada se va a arreglar hasta que las cosas de la familia no se compongan.  Yo comprendí esto, pero a la misma vez le dije al Señor: “Señor, lo entiendo, pero yo ya no sé que hacer, ayúdame pues yo solo no puedo, necesitamos tu participación para abrir los corazones de todos”.  Hoy compré una Discovery usada, para ocuparla de repuesto para levantar la nuestra y le pedí al Espíritu Santo que me iluminara para saber si esa era la decisión correcta y me sorprendió como me contestó que sí y me sentí muy contento, con gozo.  Por la noche fuimos a la reunión de “Encuentros” o sea la Asamblea y llegaron los Heraldos de la Virgen de Fátima y Roberto Adriano fue con nosotros.  Estuvo muy bonita, espero que a Rober le haya gustado también.

Viernes 21 de Mayo de 2004

Efesios 5: 28-33
Marcos 8: 35

Hoy el Espíritu Santo guió todo mi momento de oración.  Primero me hizo leer el libro de San Agustín: 376 Esta es toda la ciencia grande del hombre: El saber que nada es por sí mismo y que todo lo que es, lo es de Dios y por Dios. 378 Así, cuando de cualquier criatura se pregunten tres cosas que arriba dije:  Quién la hizo, por qué medio la hizo, para qué la hizo, de manera que se responda: “Dios por el Verbo, porque es buena”, es cuestión de largo discurso averiguar si aquí, con la profundidad del sentido místico, se nos intima la misma trinidad … o … si en la Escritura hay alguna dificultad que nos impida entenderlo así.  Después me puse a rezar el Rosario y lo gocé tremendamente con la recomendación que nos hizo ayer el Heraldo de la Virgen de Fátima, que: “a la oración repetitiva hay que agregar la contemplativa de cada misterio”.  No quería que terminara cada decena.  Luego La Palabra me dijo:  21 La Escritura dice:  Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre para unirse con su esposa y los dos formarán un solo ser.  32 Es este un misterio muy grande, pues lo refiero a Cristo y a la iglesia.  Y después me dijo:  8, 35 Pues el que quiere asegurar su vida la perderá, y el que sacrifique su vida (por mí y) por el evangelio, la salvará.

Sábado 22 y domingo 23 de Mayo de 2004

Hoy no puede orar, pues nos levantamos temprano para llevar los panes o adornos a las mesas para el Retiro 41.  Sentí un gran gozo de servir al Señor y me dio nostalgia que no nos llamaron para ser animadores, pero el Señor sabe porqué; pues de todas formas hubiera sido un problema, ya que mañana es el cumpleaños de mi papá.  Llegamos de regreso y ensayamos toda la mañana las canciones para la misa de mi papá.  Fuimos a almorzar con Camila y Roberto Adriano y por la noche fuimos al casamiento de la hija de Cape y Graciela.  Ahí el Espíritu Santo nos dio grandes bendiciones y Jorge me regaló su estampa de la Virgen de Guadalupe, lo cual fue un regalo de Dios, para decirnos: “Yo he estado siempre velando por ustedes”.  Cuando regresamos y le conté a Sylvia Regina todas las bendiciones que habíamos recibido se me salieron las lágrimas de los ojos, más bien lloré como un niño, pues tuve la seguridad que el Señor no ha querido que las cosas se compongan del todo para que nuestro testimonio sirva a los demás y El se glorifique y que en su momento, todo se va a arreglar.  “Señor, yo espero, pero ayúdame a esperar con más firmeza”; “Yo te amo, pero has que mi amor sea más ardientemente”. 
El domingo tuvimos la misa donde mis papás y cantamos en la misa con Sylvia Regina, Rober y Don Juan; nos salió más o menos bien.  La misa estuvo triste y después Sylvia Regina me comentó lo mismo, que no se había sentido bien y había pasado más bien triste. Comprendí que era que Espíritu Santo no estaba presente en nosotros, como familia y que algo debo hacer para que todos nos reconciliemos y vuelva el amor de hermanos.  ¡Señor Jesús, ten misericordia de nosotros!.

1 comentario:

  1. "El fruto del SILENCIO es la ORACION. El fruto de la ORACION es la FE. El fruto de la FE es el AMOR. El fruto del AMOR es el SERVICIO. El FRUTO del SERVICIO es la PAZ."

    Santa Madre Teresa,

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