Cronología de un Milagro - Febrero 2003-IV

Lunes 24 de Febrero de 2003

Hoy me levanté como sin deseos de ir a la oficina, sin ganas de enfrentar los problemas, pues siento que ya no tienen solución.

Cuando iba para la oficina, me llamó Alex y quedé de pasar a su oficina.  La reunión fue muy positiva y le di gracias a Dios porque a pesar de que todo no puede estar más mal, podemos hablar y construir.  Me sentí tan bien y agradecido.

Después me reuní con Lorena y fue lo mismo, tuvimos una reunión bien constructiva y era indudable que el Señor estaba con nosotros.

Por la tarde no pude ir a misa, pero me sentía bien desconsolado y me hizo falta no poder ir, pues nos reunimos con Alex hasta bien tarde.

Mañana teníamos el Retiro y me entraron grandes dudas sobre si ir o no, pues no sé como explicar o más bien si debo ir, estando las cosas tan mal en las empresas.

Decidí dejárselo a Dios y seguir su camino.

Durante el día le hablamos a mi mamá que si quería ir al Retiro y esto fue una iluminación de Dios, pues además aceptó sin ningún titubeo.

Martes 25 de Febrero de 2003

Estaba esperando el mensaje del Señor para mí,

de parte del Padre Manuel, pero no llegó,

sin embargo, si lo recibí: “Ser humilde”

Nos levantamos temprano y me sentía ilusionado de ir y de haber comprendido que era lo mejor de hacer.  Llegamos y sólo éramos tres hombres, entre como cuarenta mujeres y todas o la mayoría, de la edad de mi mamá; pero yo me sentía contento y le daba gracias a Dios.  Al principio me dio un poco de pena, pero después me sentí contento y orgulloso de dar testimonio de estar y buscar al Señor.

El Retiro lo daba el Padre Manuel Hernández y pronto me fui dando cuenta que era un Retiro Mariano, de amor a la Virgen de Medjugorje.

Comenzamos rezando el rosario y sentí que iba a ser más de rezar, que de oración; me costó algo rezar el primer Rosario, pues lo sentí bastante largo y monótono; pero ya gracias a Dios, Sylvia Regina ya me había acostumbrado un poco, con la rezada del Rosario por las noches.  Me sentí contento que lo podía rezar y me empezó a entrar un amor por la virgen.  Después vino el Padre a hablar y sentí la plática muy bonita, era sobre la humildad y que era necesario esto durante todo el Retiro.  Sentí un sentimiento encontrado, pues sentí que el Padre no llegaba al punto, pero al mismo tiempo comencé a sentir un gozo de estar allí con la Virgen y el Señor.  Al final del día y después de la hora de contemplación, le daba gracias a Dios porque nos había llevado y comprendí que mi amor a la Virgen Santísima había crecido enormemente y ya no me quería venir, quería estar ahí.  Antes de cena o después, pude hablar con el Padre y me decepcionó un poco que no encontré ningún mensaje para mí del Señor, ni de la Virgen.

Miércoles 26 de Febrero de 2003

Hoy se nos acercó la mamá de “La Moisa”, un compañero de colegio y nos dijo que,

“Como pareja, somos un gran ejemplo para todos.” 

Sentí una enorme obligación de servir de testimonio para el Señor.

Por la mañana, nos levantamos a orar como a las 6:45 a.m. y sentí un gozo especial por la oración.  Me concedieron desayunar con el Padre y después me reuní otra vez con él, pues sentí que ayer no había quedado mucho tiempo. Tampoco sentí ningún mensaje especial, excepto que me explicó la razón del porqué Jesús había exclamado:  “Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado” y al fin pude, más o menos, entender esto que para mí creí que iba a ser muy importante, pero al final no lo fue así.  Lo que sentí fue un enorme amor a Dios y a la Virgen y comprendí que Dios tiene un plan para mí y que lo que tengo que hacer es eso, tan sencillo como eso.  No sentí nada especial, pero me sentí “especial de Dios”.

Por la mañana me tuve que ir a la reunión con Alex y un director de Consorcio Colón y curiosamente fue bastante larga, cuando antes siempre habían sido a la carrera y bastante cortas; pues él siempre no tenía tiempo.  También fue muy positiva y yo sentí que irradiaba al Espíritu Santo.  Me sentí contento de estar con el Señor.  Regresé al Retiro y era donde yo quería estar, no quería que se acabara, me quería quedar ahí; mi cariño hacia el Padre había crecido enormemente y sentí que mi corazón estaba calientito de amor a la Virgen y al Señor.  Le daba gracias porque nos habían llevado a estar con ellos y porque Sylvia Regina y mi mamá estaban conmigo.

Jueves 27 de Febrero de 2003

Hoy amanecí de regreso “en el mundo”, los problemas de Schwartz son ya enormes y no tienen solución, a excepción que Nejapa Power nos de lo que nos corresponde o los bancos nos dejen quedarnos con algo de las distribuciones que reciben de Nejapa Power en garantía de nuestra deuda; pero tampoco eso ha mandado Nejapa Power o sea que lo están retrazando adrede, pues saben cuanto lo necesitamos.  Me sentía como perdido, pero con una gran fe de que Dios nos va a sacar adelante, no sé cómo, pero tengo una gran fe.

Nos reunimos con Alex y la reunión fue muy positiva, a pesar de que los problemas no tienen solución técnica, sino ya todo depende del Señor.  Terminamos hablando de La Biblia y siento una gran bendición que a los dos, Dios nos ha llevado a que nos guste hablar de La Palabra.

Nos fuimos a misa, para ir a la Asamblea de Encuentros.  Hoy acompañamos a Lico y Ma. Isabel, que ya era su última reunión de jueves y mañana se van al Retiro.  Me dio un enorme gusto que también Manolo y su esposa ivan al Retiro. Lo vimos ya en la reunión general y me dio satisfacción como nuestro testimonio se ve que ayuda a estas parejas para reafirmarles que el camino es el correcto.  Te doy gracias Señor, porque te podemos servir en este sentido y quisiera hacer más y más, para promover Tu Palabra y que las parejas se acerquen más a ti.

Después subimos al Santísimo y le daba gracias a Dios por todas sus bendiciones.

Por la noche rezamos el Rosario.  Bendito sea Dios y la Virgen Santísima, por todas las bendiciones que nos da.

Viernes 28 de Febrero de 2003

Hoy no tenía mucho que hacer en la oficina, pues no se puede hacer nada más, más que esperar la voluntad de Dios.  Hablé con Rodolfo.

Llegó un proveedor y me sorprendí como el Espíritu Santo sale a protegernos y todos reaccionan de forma positiva, aunque todo está tan mal que quizás ya no se puede hacer mucho, pero tengo confianza en Dios que vamos a sacar adelante.

Por la noche fuimos al estadio a ver a Marcos Witt y pasamos una noche llena del Espíritu Santo.  Fue sorprendente ver aquella multitud de jóvenes alabando al Señor, pero faltaba algo, faltaba la presencia de Jesús en la Eucaristía y la intercesión de la Virgen María.  Marcos habló de una profecía y dijo que “a El Salvador iban a venir de todas partes del mundo, para ver que es lo que estaba sucediendo aquí.”  Cuantas cosas buenas relacionadas con la fe.

Me sentí triste y contento al recordar que nuestro país se llama “El Salvador” y estamos tan emproblemados.  El Espíritu Santo me iluminó que lo que debería de suceder y nosotros colaborar, es en la unión de la Fe protestante con la católica y unir la alabanza a Dios con los protestantes; con la bendición de la Eucaristía que tenemos los católicos.  Esto podría producir ofertas geométricas en promover la Fe.

Sábado 1 y domingo 2 de Marzo de 2003

Comenzó el Encuentro 36,

donde llevamos a Lico y Ma. Isabel

Amanecimos temprano llevando a Lico y Ma. Isabel al Encuentro.  Después me fui a jugar fútbol con Roberto Adriano en la Escuela y le daba gracias a Dios, todo el tiempo, por todas sus bendiciones y por la familia que nos ha dado.

Por la tarde fuimos a dar el servicio al Encuentro y después a misa y la hora de oración en Cristo Redentor.  Aprovechamos para pedirle a Monseñor Urioste, que si podía casar a Ariana y nos dijo que sí, aunque no sé si le gustó la idea de que estuvieran otros dos sacerdotes (Monseñor Fernando y el Padre Mucci), pero Dios dirá. 

El domingo amanecimos a las 5:00 a.m., para ir a caminar y llevamos a Doña Sylvia.  Pasamos bien contentos y de nuevo, le daba gracias a Dios porque podíamos hacer todo esto en familia y por todas sus bendiciones.  Fuimos con Camila, Roberto Adriano y Javi.  Después nos fuimos a los 25 años de Agape y estuvo muy bonito, de nuevo, sentía un enorme gozo el poder estar alabando al Señor.

Por la tarde fuimos a recoger a Lico y volvimos a comulgar con las dos especies.  Sentía que todo el fin de semana había sido un regalo de Dios, muy especial y personal de Él para nosotros.  Alabado sea el Señor!