Lunes 1 de Diciembre de 2003
Isaías 12, 1-6
Romanos 15, 13
Hoy me levanté esperando que Dios me haga comprender que es lo que me había sucedido ayer, cuando sentí que me desdoblaba como cuando uno le da vuelta a un calcetín y ¿qué fue o cuál fue la parte de mí que salió? y ¿qué debemos hacer si el banco no nos aprueba el crédito?.
Me alisté y abrí La Biblia como para dejarla abierta para orar, pero ésta se abrió en la lectura de Isaías que dice: 2 ¡Vean como es Él, el Dios que me salva! En Él confío y no tengo más miedo, pues Yavé es mi fuerza y mi canción, Él ha sido mi salvación. 3 Y ustedes sacarán agua con alegría de las vertientes de la salvación 4 Ustedes dirán ese día: ¡Denle las gracias a Yavé, vitoreen su nombre! Publiquen entre los pueblos sus hazañas, celébrenlo, pues su nombre es sublime y luego me llevó a Romanos 15: 13 Que el Dios de toda esperanza los colme de gozo y paz en el camino de la Fe y haga crecer en ustedes la esperanza por el poder del Espíritu Santo. Le di gracias a Dios y oré como dos horas y media. No sentí el tiempo y alababa y alababa al Señor.
Me fui a la oficina y no pude hablar con el ejecutivo del Banco sino hasta las 11:30 a.m. y solo para decirme que no aprobaron el crédito, porque los directores consideraron que no se sabía si íbamos a tener la fortaleza financiera para soportar un juicio tan largo contra Nejapa Power. El Señor me inundó con su paz y le argumenté la posición inmediatamente, por lo que después de escucharme me dijo que lo iba a presentar de nuevo, para ver si lo reconsideran.
La llamada entró cuando yo estaba reunido con una director de la empresa y como es natural, su reacción fue negativa de si debemos seguir aunque nos aprueben el crédito y me dijo que ya mejor debíamos cerrar. También Alex me habló y la llamada fue negativa.
Yo sólo le dije al Señor… “Señor, yo dejo todo en Tus manos, Tú decides, no yo, Tu sabes mejor; pero yo estaba seguro que nos lo iban a aprobar”.
Como a las 6:45 p.m., me habló el ejecutivo de nuevo, y me dijo que el Comité Ejecutivo lo había aprobado y que sólo lo tenían que confirmar con algunos Directores. ¡Aleluya! ¡Gracias Señor, por habernos escuchado!.
Después me fui al cierre del Retiro y Sandra (una compañera del grupo de “Encuentros” que tiene el don de profecía), en cuanto me vió me dijo: “te tengo un recado del Señor” y me contó que había tenido un sueño y que me había visto evangelizando a la par de un sacerdote y que el Señor le había dicho que me lo dijera. Yo le conté lo que me había salido en La Palabra del Jueves 27, Lucas 5: 10 No temas, en adelante serás pescador de hombres.
Martes 2 de Diciembre de 2003
Hoy es el día de la definición del Banco y sinceramente ya no sé que es lo que más nos conviene. Todo lo he dejado en manos del Señor, pues Él sabe más y sólo le pido fuerzas para aceptar su voluntad. Leí todo Tobías y leí como el Señor envía a San Rafael Arcángel a guiar a Tobías y como le dice que es lo que hay que hacer para liberar de los demonios a Sara. Comprendí que no debo tener miedo a cualquier decisión que salga del Banco, pues Él nos sabrá guiar, a través de sus ángeles, a puerto seguro. También comprendí el mensaje de socorrer al más necesitado, pues “además, para el que da su limosna le queda como un precioso depósito ante el Altísimo”. Señor, en tus manos me encomiendo, ¡Tu sabes mejor qué es lo que más nos conviene!
Miércoles 3 de Diciembre de 2003
Me levanté a orar y de nuevo abrí La Biblia al comenzar y el Espíritu Santo me llevó a Tobías 3: 1 Entonces, muy afligido lloré y empecé a rezar expresando mi pena, dije: 2 Tu eres justo, Señor y justas son tus obras y tus caminos son misericordia y verdad y siempre tu juicio será verdadero y justo. 3 Y ahora Señor, acuérdate de mi y mírame. Perdona mis pecados, así como el mal que hice por ignorancia. Perdona los pecados de mis padres que pecaron ante Ti. 5 Todas tus sentencias con justas, Señor, cuando decides castigar mis pecados y los de mis padres, porque no hemos cumplido tus mandatos ni hemos obedecido tus órdenes.
Pasé todo el día esperando la llamada del ejecutivo, para saber que había decidido el Banco, pero la llamada no llegó. Nos reunimos con Alex a mediodía para decidir que hacer en caso que el Banco nos diga que sí y la reunión fue positiva y decidimos que en todo caso, la mejor decisión es cerrar Merliot.
Dios nos ayudó en esta decisión, aunque desgraciadamente algunas personas van a perder sus empleos, pero la mayoría lo va a salvar. Por la noche fuimos a la cena de Navidad del Grupo de Oración de Sylvia Regina, en nuestra casa anterior. El Espíritu Santo me llenó de su paz y pude estar ahí con humildad y aceptando la voluntad del Señor. Después de cena, oramos y Rosario pidió testimonios. El Espíritu Santo me pidió que yo diera el mío y hablé sobre el día en que “me llenó” y todas las bendiciones que nos da a nosotros los hombres, el que nuestras esposas tengan este grupo de oración. Di gracias a Dios porque me había dado fuerzas para dar el testimonio, pues estoy seguro que a todos los hizo acercarse más a Dios y sólo fui su instrumento. Me dejé llevar por el Espíritu Santo, fui dócil a su voluntad y Él puso las palabras en mi boca. Antes de eso, un Director amigo del Banco me había comunicado que el préstamo lo habían aprobado, aunque me dió la impresión que en condiciones bastante inconvenientes…“Dios sabe y Él me ama. Ilumínanos Señor, para saber si debemos aceptarlo o no”.
Jueves 4 de Diciembre de 2003
Me levanté cansado y tarde, pues ayer oramos después de la reunión y nos acostamos ya tarde. No pude orar mucho hoy en la mañana, pues quería llegar a la oficina temprano para escuchar las noticias del Banco. No supe nada sino como hasta las 11:30 a.m. y no sé porqué no me sentía contento cuando escuché la noticia. Inclusive, después Juan Ernesto (que también es un ángel que Dios me ha puesto para que me cuide) me dijo que no me veía contento, a pesar que nos habían aprobado el crédito y así era.
Hasta el día siguiente caí en la cuenta porqué. Resulta que la aprobación fue por un monto menor a lo que en realidad necesitamos y no nos autorizaron liberar el 30% de los dividendos de Nejapa Power, lo cual no nos permite salir adelante. Esto me hizo perder la paciencia, pero después el Espíritu Santo me iluminó y me hizo comprender que debía entenderlos y negociar calmadamente. Así lo hice y también le mandé copia de las cartas al Director amigo del Banco. Estoy seguro que el Señor nos va a hacer el milagro de tocar sus corazones y que nos aprueben el crédito por la cantidad total.
Nos reunimos con Alex al mediodía y la reunión fue muy positiva. Fuimos a la Asamblea de “Encuentros” y yo le pedía a Dios sabiduría para comprender cuál es su voluntad, pues estaba como perdido. Ya no sabía si estaba presionando demasiado y que realmente la voluntad del Señor sea que no aceptemos el crédito. Oré también en las oraciones de la noche porque nos iluminara y nos diera su paz y esperanza.
Viernes 5 de Diciembre de 2003
Romanos 12, 12-20
Hebreos 10, 32-36
Me levanté a orar, pidiéndole al Espíritu Santo su iluminación para comprender la voluntad del Señor. Estaba molesto con los del Banco, por su comportamiento. La Palabra me llevó a: 12 Tengan esperanza y sean alegres, sean pacientes en las pruebas y oren sin cesar. 13Compartan con los hermanos necesitados. 14 Bendigan a quienes los persigan, bendigan y no maldigan. Después me dijo: 32 Recuerden aquellos primeros tiempos, poco después de haber sido iluminados, en que tuvieron que soportar un duro y doloroso combate. 35 Por eso no pierdan ahora su resolución, que tendrá una recompensa grande. 36 Es necesario que sean constantes en hacer la voluntad de Dios, para que consigan su promesa. Le di gracias a Dios por sus bendiciones y me fui a la oficina confiado en que iba a costar, pero el Banco iba a reaccionar y nos iban a dar el crédito en su totalidad. Decidimos convocar a las compradoras para que trabajen mañana y estar listos para proveer de mercadería a los almacenes en el menor tiempo posible.
En la tarde me notificó el ejecutivo del Banco que ya estaba aprobado el préstamo, pero que no me podía dar el anticipo hasta que firmara una carta compromiso de todos los accionistas. Le dije que no aceptaba y al final ellos tampoco, así es que le dije que me enviara la carta para verla. La carta no llegó y antes de entrar a misa me notificó que mejor iba a conseguir a ver si la Junta autorizaba eliminar esa cláusula.
Todo se venía abajo, a comenzar como desde el principio. El Señor quiso que el Director amigo del Banco tambén estuviera en misa y platicamos referente a todo esto. Me dijo que iba a ver. ¿Señor qué quieres que haga?
Sábado 6 y domingo 7 de Diciembre de 2003
Isaías 30, 20 y 21
Isaías 40, 31
Me levanté y no pude orar nada, pues me fui a la oficina para hablar con el personal de “Compras” y la “Bodega”. Les dije como estaba todo, que no teníamos el anticipo, pero que estaba confiando en Dios que nos lo iban a aprobar. Todos se pusieron muy felices y todos alababan al Señor, rezamos un Padre Nuestro y un Avemaría y mi Fe me decía que el Señor iba a abrir esos corazones y nos iban a autorizar el préstamo. Todo está en sus manos, Él dirá.
Le conté a Juan Ernesto como estaba lo de la negociación y se puso preocupado, que ya habíamos hablado con las compradoras. Yo le dije lo que dice La Palabra: “Cuando pidas algo, haz y actúa como que ya lo has recibido y lo obtendrás”. ¡Señor en Ti confío!
Por la noche obtuve del Señor su respuesta en Isaías 30, 20 y 21: Después que el Señor les haya dado el pan del sufrimiento y el agua de la aflicción, Él, que es su educador, ya no se ocultará más y ustedes verán el que les educa. 21 Cuando tengan que tomar el camino, ya sea a la derecha o izquierda, tus oídos oirán sus palabras resonar detrás de ti: “Este es el camino que deben seguir.
El domingo me levanté a orar y La Palabra me dijo: 31 Los que en Él confían recuperarán fuerzas y les crecen alas como de águilas, correrán sin fatigarse y andarán sin cansarse. ¡Gracias, gracias Señor, bendito y alabado seas!
Fuimos a misa y saliendo me habló el Director amigo del Banco y me desconsoló cuando me contó lo que el Banco estaba pidiendo. No me pude contener y reaccioné molesto, gracias a Dios él me tuvo paciencia.
Por la noche también me enojé con Sofía, nuestra hija. Le pedí al Señor que me diera paciencia y sabiduría para aceptar y comprender su voluntad, pues el dolor que siento es enorme y no sé si al final el Banco nos va a aprobar el crédito.
"Los que andan en negocios materiales dicen que el tiempo es oro. -Me parece poco, para los que andamos en negocios del alma, el tiempo es ¡Gloria!". (Cm.355)
ResponderEliminarSan JoséMaría Escrivá de Balaguer