Lunes 22 de Diciembre de 2003
Romanos 10, 11
Isaías 28, 16
11 La Escritura lo dijo: El que cree en Él, no quedará defraudado. 16 En vista de todo esto, el Señor Yavé les dice: Yo mismo voy a colocar una piedra en Sión, una piedra escogida, una piedra angular de gran valor y firme: El que se apoye en ella, no se moverá.
Pasamos todo el día deliberando con el amigo experto en comunicaciones y con el abogado, si mañana debía ser el día de cierre. Era una gran decisión que yo no me sentía seguro de tomar, sin una clara Palabra de Dios, de que eso era lo que debíamos hacer.
En un momento dado, alguien dijo la indicación clara de que era la decisión del Señor, cuando dijo que los dos clásicos del “Arte de la Guerra” coincidían que para cambiar las realidades en la guerra, lo que ambos recomendaban era que había que “atacar”. Esto me acordó de lo que La Palabra me había dicho el viernes anterior 1 Reyes 22: 15 Ataca y vencerás, pues Yavé te lo entregará. Entonces es cuando comprendí que esa era la voluntad de Dios y por tanto debíamos de cerrar el día de mañana.
Desde ese momento comenzamos ya sólo a planificar como hacerlo. Por la noche le fui a comunicar a mis papás y la reunión fue muy positiva. El Señor estaba con nosotros y ellos aceptaron la noticia como positiva, Dios quiso que me reuniera con ellos y antes que con mis hermanas. Después nos reunimos con Alex, Antonietta y Sylvia Regina y oramos juntos al final. Alex dirigió la oración.
A mediodía oré un rato y La Palabra me dijo Jeremías 32: 26 Mira, Yo soy Yavé, el Dios de todos los mortales, para mí nada es imposible y 33,3 Llámame y te responderé: Te mostraré cosas grandes y secretas que tu ignoras.
Martes 23 de Diciembre de 2003
Hoy no recibí Palabra de Dios, ni pude orar, pues nos fuimos a reunir temprano con mis hermanas y papás para contarles. La reunión fue muy positiva. Todos estuvieron de acuerdo en ir al momento del cierre y gracias a Dios después nos reunimos todos en la oficina y nos fuimos a Metrocentro a dar la noticia.
El Espíritu Santo iluminó a Alex y me dijo que empezara diciendo que: “Yo nunca había pensado que iba a estar en un momento como este, pero que estaba ahí convencido que esa era la voluntad de Dios y que por tanto esto iba servir para glorificarlo a Él después”. Realmente así me sentía y al momento de dar mi discurso de cierre agregué las palabras de Santo Tomás Moro: “Todo lo que me sucede es porque Dios así lo quiere y si Dios así lo quiere, por muy mal que nos parezca, siempre será lo mejor”.
Al final del discurso, la reacción del personal fue muy solidaria y espontánea y todos convencidos que Dios nos va a ayudar para volver a abrir. Hubieron muchas lágrimas de parte de todos. Yo me sentí bien tranquilo, agradecido con Dios y recordando las palabras de Jesús a Nicodemo que: “hay que nacer de nuevo, de lo alto y del Espíritu”. Así me sentía, como naciendo de nuevo a una nueva vida, donde será el Espíritu Santo quien me dirija y quien me lleve según la voluntad del Señor.
Miércoles 24 de Diciembre de 2003
Salmo 79, 4; 8-10; 13
Salmo 80, 3-8; 18-19
Efesios 6, 23-24
Efesios 6, 9-20
4 Somos una vergüenza ante nuestros vecinos, objeto de risa y burla a nuestro derredor; 5 ¿Hasta cuándo Señor durará tu cólera? ¿Tus celos quemarán siempre como fuego? 8 No nos tengas rencor por faltas de nuestros padres, que tu misericordia corra a nuestro encuentro, pues ya no podemos más, 9 Ayúdanos Oh Dios, salvador nuestro, en atención a la gloria de tu nombre y líbranos y perdona nuestros pecados en honor a tu nombre. 10 ¿Quieres que digan los paganos ¿Dónde está su Dios? 80, 8 ¡Oh Dios de los ejércitos, restablécenos, haz brillar tu faz y sálvanos!.
Sentí que el Espíritu Santo me decía, ora y espera en mí. Con esta esperanza me fui a la oficina seguro que algo va a cambiar y ponernos las cosas favorables. Salió la noticia en El Diario de Hoy y salió positiva. Fuimos a ver al presidente de un Banco, con Alex y nos salió igual de precavido como la vez pasada o sea que salí preocupado que aparentemente no nos iban a ayudar con el capital de trabajo necesario para el cierre y así poder pagar todas nuestras deudas; que es el objetivo principal del cierre. Pasé todo el día preocupado, pero con esperanza en Dios.
Por la tarde me puse a orar, pidiéndole al Espíritu Santo que me ilumine para comprender la voluntad del Señor y me contestó: 23 Que la paz, el amor y la fe vengan de Dios Padre y de Cristo Jesús, el Señor, sobre los hermanos; 24 y que la gracia esté con todos aquellos que aman a Cristo Jesús nuestro Señor, con amor auténtico. Luego me confirmó que debemos velar por nuestros empleados: Efesios 6: 9 y ustedes patrones, actúen con sus siervos de la misma manera y dejen a un lado las amenazas; tengan presente que ellos y ustedes tienen en el cielo un mismo Señor y que ése no hace distinción de personas y después, que: 12… no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba. 13 Por eso pónganse la armadura de Dios…
Gracias Señor, por todas tus bendiciones, haz conmigo lo que quieras, “Jesús, yo confío en Ti”.
Jueves 25 de Diciembre de 2003
Hoy terminamos la CAMINATA A LA VIRGEN MARÍA.
Nuestras peticiones eran por: a) unión de la familia; b) Que se resuelvan
los juicios oportuna y justamente y c) Que no se pierdan los empleos de Schwartz.
Nos levantamos ya tarde y no oré, pues me sentía bien cansado; sin embargo, el Espíritu Santo me iluminó y le mandé a nuestros abogados en Houston todas las fotos y el artículo del periódico y me iluminó para sugerirle a Vidal que vuelva a revisar el documento de garantía que vamos a presentar a los Bancos.
Por la noche, Dios quiso que fuéramos a la misa de 7:00 p.m. donde Monseñor Fernando y fuimos con Sofía, Camila, Rober, Doña Sylvia y la familia de Carlos y Debbie, mi cuñado. La misa estuvo lindísima. Él nos había llevado ahí como para que nos recordáramos que Él nos ha estado guiando a través de Monseñor Fernando y que hoy nacíamos a una vida nueva, dedicada y dirigida totalmente por el Espíritu Santo.
Por la noche, en nuestras oraciones le dimos gracias a Dios por todas sus bendiciones y por todo lo que tenemos.
Viernes 26 de Diciembre de 2003
Jeremías 50
Mateo 28, 19-20
Romanos 1, 7
Hoy amanecí pidiéndole a Dios que me oriente y me dé fuerzas, me dé esperanzas. 5 … Vengan, unámonos a Yavé con pacto eterno e inolvidable. 18 Por eso, así habla Yavé de los ejércitos, el Dios de Israel: Estoy listo para castigar al Rey de Babilonia y a su país, como ya castigué al Rey de Asur. Mateo: 19 Vayan pues y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el nombre el Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; 20 y enséñenles a cumplir todo lo que Yo les he encomendado a ustedes. Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia. Romanos: 7 … Que de Dios, nuestro Padre, y de Cristo Jesús el Señor, les lleguen la gracia y la paz.
Le di gracias a Dios por todas sus bendiciones, pues veo su bendición y protección en todo lo que nos está sucediendo y todo es para su glorificación en el futuro y para que mi testimonio sea más importante para la conversión de otras personas.
En la oficina no ocurrió nada, pues todos los de los Bancos están de vacaciones, pero yo sentía al Espíritu Santo guiándome e iluminándome; podía sentir como el Espíritu Santo nos está ayudando. Fui a misa a darle gracias a Dios por todas sus bendiciones.
Sábado 27 y domingo 28 de Diciembre de 2003
Hechos 7, 37 – Lucas 14, 27
Deuteronomio 18, 18 – 2 Corintios 12, 9
No pude orar en la mañana, pues tenía que ir al Banco a pagar la planilla de la finca y después al bautizo de Isabela.
Desayunando vi en el periódico el artículo sobre el reclamo que están haciendo los ex-accionistas y sentí la mano de Dios, pues me pareció que el artículo nos favorece y espero en Dios que eso le ponga punto final a ese tema. Durante el bautizo estuve con mis hermanas y toda la reunión fue muy positiva, ¡sorprendentemente positiva! y se puede ver la mano de Dios en nuestras relaciones, es indudable que el cierre es lo que el Señor quería para que nuestras relaciones mejoren.
Durante la siesta tuve un sueño, ¡que tenía un negocio nuevo! Me desperté y le pedí al Espíritu Santo que me iluminara qué hacer si seguir con Schwartz o no, o si hacer algo completamente distinto. Sentí que Él me dijo: “no te preocupes, a su tiempo Yo te voy a decir qué hacer, todo esto es para glorificar a Dios".
Por la noche me puse a orar, pidiéndole al Espíritu Santo que me ilumine. Hechos: 7 y me dijo: “Este Moisés es el que dijo a los Israelitas: Dios les dará un profeta como yo de entre sus hermanos” y luego, Deuteronomio: 18 … Yo pondré mis palabras en su boca y él les dirá todo lo que yo mande. Sentí que el Señor me definía mi vocación y que todo esto era necesario pasarlo, para que le sirva a otras personas, para encontrarlo a Dios. ¡Hágase en mí, según tu palabra! ¡Gloria a Ti, Señor! Lucas: 27 El que no carga con su propia cruz para seguirme luego, no puede ser discípulo mío. Hay que amar las cruces que el Señor nos envía, pues ellas nos acercan más a Él, si perseveramos. 2 Corintios 12: 9 Pero me dijo: Te basta mi gracia, mi mayor fuerza se manifiesta en la debilidad.
"Quiero ser sacerdote para acercarme, hablar y enseñar la religión a tantos compañeros míos que no son malos, pero que tienen el peligro de dañarse porque nadie se ocupa de ellos."
ResponderEliminarSan Juan Bosco,