Lunes 15 de Diciembre de 2003
2 Corintios 1; 5, 8-10
5 Pues en la misma medida en que los sufrimientos de Cristo recaen en abundancia sobre nosotros, el consuelo de Cristo también nos viene con mayor abundancia. 8 “… Realmente fue tan grande esta prueba que ya habíamos perdido toda la esperanza de salir con vida. 9 Sentimos en nosotros una sentencia de muerte, pero eso fue sólo para que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios, que resucita a los muertos. 10 Él nos libró de ese peligro de muerte tan grande. En Él hemos puesto nuestra esperanza y seguirá amparándonos.
Después de esta Palabra, me fui a la oficina dejando todo en manos de Dios, pues yo no sé qué hacer y Él sí. Cuando llegué, leí el documento que me había mandado el ejecutivo del otro Banco y no supe que hacer. El Espíritu Santo me dijo, “lee despacio”, pues eso es lo que quiero que hagas y Yo te voy a guiar. Lo comencé a leer despacio y todo se me fue aclarando y comprendí que la propuesta es algo que podíamos aceptar. Además, para estar seguro que eso es lo que el Señor quería, Él me iluminó para subir el monto del anticipo y con eso me fui a ver al ejecutivo del Banco.
Iba bien contento en compañía del Señor y después que le hice mi planteamiento, quedaron de contestarme a mediodía y no lo hicieron. Por la tarde nos reunimos con Alex y nuestro amigo experto en comunicación. Ellos siguen con la idea de que lo mejor es cerrar los almacenes, aunque los Bancos nos den el dinero. ¿Señor, qué hacemos?. Te ruego que me des una señal para saber cuál es tu voluntad. ¿Cerrar o no cerrar?. También me reuní con mi hermana y la reunión fue muy positiva. Ella también es de la idea de cerrar.
Por la noche, en nuestras oraciones, le pedí al Señor que me iluminara, pues son bastantes personas las que se quedarían sin empleo.
Martes 16 de Diciembre de 2003
1 Macabeos 6, 45-46
Gálatas 1, 16
Mateo 5, 23-25
46 Llegado el elefante, se deslizó abajo de él y le dio un golpe mortal en el vientre, el elefante al caer, lo aplastó y murió allí mismo. 16 … en ese momento no pedí consejos humanos… sino que fui a Arabia. 25 Trata de llegar a un acuerdo con tu adversario mientras van todavía de camino al juicio….
Hoy sentí la necesidad de ir a platicar con el Padre Fernando y le hablé para ver si me podía reunir con él por la mañana, pues por la tarde teníamos la reunión con el amigo publicista. Me dijo en un inicio que no podía, pero que me iba a confirmar por si le cancelaban una reunión. Al rato me llamó y me dijo: “vénganse ya, que esta gente ya no vino”. ¡Gloria a Dios! Fuimos y le leí toda mi agenda (Dios me iluminó que la llevara conmigo), desde que se nos incendió el carro; bueno no toda, sino lo más importante.
Le conté lo de la imposición de manos del Retiro. Estuvo de acuerdo en que quizás lo que el Señor quería es que Schwartz resurgiera y resurgiera de “otra forma”, una empresa más cristiana y dedicada a sus empleados, con participación en las utilidades. A mí no me quedó muy claro, por lo que hablamos, que es lo que quería el Señor, pero fue saliendo y saliendo y en la medida que ha ido pasando el tiempo, me convenzo cada vez más y me siento más seguro y en paz, que lo que quiere el Señor es que cerremos; para que mi testimonio sea que Schwartz resurgió después y que siempre lo que hicimos fue buscar y aceptar su voluntad. Ya tarde hablé con Juan Ernesto y no me quedaba ninguna duda y le dije: “para que haya un Pentecostés, tiene que haber un calvario”; “para que haya una resurrección, tiene que haber muerte”, esa es la voluntad de Dios.
Miércoles 17 de Diciembre de 2003
2 Samuel 12, 1-25
2 Samuel 16, 10-12
22 David les contestó: “mientras el niño vivía ayuné y lloré, pues me decía: ¿Quién sabe si Yavé tendrá compasión de mí y el niño no morirá?. 23 Pero ahora murió, ¿Por qué van a ayunar? ¿Puedo hacer que vuelva? Yo iré donde él, pero él no volverá a mí. 24 Después, David consoló a Betsabé, su esposa y tuvo relaciones con ella y le dió otro hijo, al que llamó Salomón, Yavé amó a este niño. 10 Pero el Rey respondió: Ustedes nunca me comprenderán, hijos de Servia, si Yavé le ordenó que me maldijera ¿Quién podrá preguntarle por qué lo hace? 12 Ojalá que viendo mi angustia, Yavé se apiade de mí y cambie mi desgracia de hoy en felicidad.
Hoy le agradecí y alabé a Dios por hablarme tan claro y directo, pues me estaba diciendo que no nos preocupemos que Él hará que Schwartz resurja con más fuerza, para gloria de Él.
Me sentí con un gozo tremendo. Me fui a la oficina y el ejecutivo del Banco me dijo que estaban preparando el documento, para darnos el crédito. Hablé con mi hermana y la reunión fue muy positiva. Le conté como me había hablado el Espíritu Santo y ella estuvo de acuerdo. A las 3:00 p.m. fui a la Capilla de San José para rezar el Rosario de la Divina Misericordia, pidiéndole a Dios su misericordia en estos momentos tan difíciles y que Él nos ilumine en nuestras decisiones. Por la tarde nos reunimos con Alex y el amigo publicista y la reunión fue ya más bien, de cómo íbamos a hacer para cerrar.
Jueves 18 de Diciembre de 2003
Lucas 11, 28
28 Jesús replicó: ¡Felices, pues, los que escuchan la palabra de Dios y la observan! Me levanté pidiéndole a Dios que me calmara mi dolor y tuviera misericordia de mí. Me contestó que mientras haga su voluntad, seré feliz.
Me fui a la oficina y el ejecutivo del otro Banco no me recibió la llamada en todo el día. En la mañana me dijo que ya me iba a mandar los documentos; por la tarde, que mañana en la mañana. Pasé todo el día elaborando mi discurso para cuando se cierren los almacenes, el martes próximo. Primero redacté uno y a Alex no le pareció el enfoque así es que por la tarde redacté otro, con otro enfoque. En un momento dado, ya cuando lo había terminado y lo leí, se me salieron las lágrimas. ¿Señor Jesús, ten misericordia de mí!. Sólo Él es mi consuelo.
Por la tarde me fui a misa y al Santísimo. Por la noche fuimos a ver a mis papás y después a la fiesta de “Encuentros”. Pasamos bien contentos y no hay duda que llenos del Espíritu Santo. Tenia días de no gozar tanto y sentirme bien.
Viernes 19 de Diciembre de 2003
1 Reyes 22, 15
15 Cuando llegó donde el Rey, éste le preguntó: “Miqueas ¿Debemos atacar a Ramat de Galaad o no? y Miqueas respondió: ¡Ataca y vencerás, pues Yavé te la entregará!.
Sigo sin comprender la voluntad de Dios o será que me resisto a aceptar que es que debemos cerrar? Ilumíname Señor. Lo que me tiene confundido es que le he pedido que me guíe con la aprobación del préstamo del Salvadoreño y ésta sigue sin llegar. Hoy nos reunimos con Alex y el amigo publisista y ya tenemos todo listo para el cierre del martes. A última hora, por la tarde, el Banco me envió los documentos y éstos eran larguísimos y complicados. Le pedí al Espíritu Santo que me iluminara y pude sintetizar un documento, que me parece que es aceptable, pero sólo nos queda ya el lunes, lo cual vuelve las cosas complicadas. Sólo la mano de Dios, las puede resolver. Que se haga Su voluntad.
Sábado 20 y domingo 21 de Diciembre de 2003
Génesis 32, 27-32
Romanos 6
27 El otro le dijo: Déjame ir, pues ya está amaneciendo” y él le contestó “No te dejaré marchar hasta que me des tu bendición”; 29 y el otro le dijo: “En adelante ya no te llamarás Jacob, sino Ismael, o sea “Fuerza de Dios” porque has luchado con Dios y con los hombres y has salido vencedor; 30… y allí mismo lo bendijo.
Me reuní con Alex toda la mañana para ver que hacíamos con el Banco. Le leí toda mi Agenda desde el viernes pasado y se me salieron las lágrimas; a él también, Le dije que lo que yo creía que nos estaba diciendo el Señor es que debíamos esperar la resolución del Banco y apurar el cierre. En caso que nos dieran el crédito, debíamos quedarnos con parte del personal, para asegurarles sus empleos. No decidimos nada, lo dejamos para que decida el Señor. De la lectura del domingo saqué como mensaje que: “antes de tomar la decisión, debíamos discernir que nos aconseja el Espíritu Santo y que es lo que estamos tratando de hacer”.
El domingo nos fuimos a misa después al estadio, con los del grupo de “Encuentros” y Nicolás y Roberto Adriano. Le di gracias a Dios por podernos dar ese lujo, le pedí que me iluminara. En el estadio estaba entre dos dueños de empresas vendedoras de repuestos. El de los repuestos me dijo que su papá había tomado una decisión bien sabia y que era que sólo ponían sucursales en edificios propios, pues era imposible pagar los alquileres de los centros comerciales. ¿Sabiduría de Dios o del pueblo?. Indudablemente que era un mensaje de Dios para mí.
"Al comienzo de tú oración, piensa que estás ante Dios y di: "Santo, Santo, Santo, el Señor omnipotente, el cielo y la tierra están llenos de tú gloria."
ResponderEliminarSan Juan de la Cruz,